JULIO 2002

 

 

 

 

 

 

 

 


La Ciudad de Datong: el testuz contra viento y marea

Por ISIDRO ESTRADA

 

 

Periodistas y expertos extranjeros de Beijing Informa en el monasterio colgante de las afueras de Datong

En la zona más céntrica del sector comercial de la ciudad de Datong, hay un imponente toro de bronce. Elevado sobre un pedestal, el animal pone el testuz como defensa y ataque simultáneos contra todas las dificultades y enemigos. “Es el símbolo de los habitantes de Datong, de nuestro espíritu,” me explica con orgullo uno de los anfitriones locales, que apenas una hora atrás ha recibido a nuestro grupo de redactores, recién llegados de Beijing. Es una escultura magnífica. Desde su altura domina un amplio sector urbano, iluminando con destellos dorados la rotonda donde le han instalado. Mientras observo admirado la pieza artística me asalta la certeza de que los habitantes de Datong, y de Shanxi, la provincia que acoge esta ciudad, necesitarán todo el coraje, perseverancia y fuerza descomunal para subirse al carro de la modernización del país. Lo mismo que un toro.
La confianza de Datong en los fornidos animales se remonta muchos años atrás. Hubo tiempos en que varias figuras de bronce con la forma del astado custodiaban las orillas de los ríos Yuhe y Shili, que atraviesan la ciudad. Los lugareños confiaban en que estos animales evitarían las crecidas, o al menos sus devastadoras consecuencias. Hoy una de aquellas figuras originales, ya oscurecida por el paso del tiempo y más primitiva que su semejante del centro urbano, se muestra al visitante en el patio del Templo de Shuanhua. Además de sentirse imbuidos del espíritu del toro, los datoneses siguen creyendo en su poder para conjurar adversidades.

Pero no es por los toros que realmente se conoce a Datong en China. La ciudad ha sido bautizada como “Capital del Carbón” y “Hogar de los Muros de los Dragones”. Ambas denominaciones delatan dos de sus más descollantes características: la producción minera, que no se limita a su extensa reserva carbonífera, y la preservación de las reliquias y sitios históricos, incluidas las irrepetibles grutas de Yungang, potencial fuente para impulsar aún más el turismo si se crean las condiciones adecuadas. En ambos frentes, Datong tiene mucho que ofrecer a China y al mundo. Y es en esas dos direcciones que el gobierno local encamina sus esfuerzos y pone sus esperanzas de promover el enriquecimiento y la mejora en las condiciones de vida de su región. Se trata de incrementar la cantidad y calidad de sus extracciones minerales, a la vez que se promueve el flujo de turistas del resto de China y el exterior.

No es nada simple el reto. Como bien apunta una frase utilizada en la China de hoy para casi todo lo relativo al desarrollo económico, el camino está preñado de “oportunidades y desafíos”. La producción minera y la atracción turística pueden darse la mano en más de un sentido para multiplicar los ingresos, pero, paradójicamente, también pueden tornarse en mutuos enemigos jurados. La ampliación sin control de proyectos para la producción carbonífera, que es además la principal actividad económica de la provincia, supone una cadena de riesgos para el medio ambiente. Y un entorno natural dañado por la contaminación no es precisamente lo que busca el turista, amén de los daños que, a más largo plazo, ocasiona el hollín suspendido en la atmósfera a las reliquias con que se persigue promover la industria turística ¿Cómo compaginar entonces ambas situaciones, evitando que sus aristas opuestas primen sobre los puntos comunes?

Para esta pregunta Datong ya está ensayando sus primeras respuestas. Según explica a Beijing Informa el ingeniero Ji Mingde, vice alcalde de la Municipalidad, la protección del entorno se ha convertido en una de las mayores preocupaciones de las autoridades, que procuran hacerlas extensivas a todas las empresas, estatales y no-públicas, y al público en general. Como para no andarse por las ramas, Ji confirma de inmediato algo que nos había llegado inicialmente como rumor: Datong ha desviado el paso de la caravana de camiones que, cargados de carbón, solían circular muy cerca de las grutas de Yungang. Ahora las famosas y múltiples estatuas de budas del lugar pueden, por así decirlo, “respirar” con mayor libertad, alejadas de la pátina de hollín que durante años les cubría “la piel”, amenazando seriamente su existencia. “Pronto se acabarán los ‘budas negros,” dice Ji Mingde entre bromista y regocijado.

“Hemos cerrado fábricas que eran grandes contaminadoras,” añade el edil, para enfatizar que en recientes estudios ambientales realizados en las inmediaciones, las condiciones atmosféricas evidencian una mejoría, al situarse entre los grados dos y tres, en comparación con cifras más elevadas de años previos. Indica asimismo que la municipalidad ha invertido unos 230 millones de yuanes (casi 29 millones de dólares) para el desvío de la ruta. “La carretera frente a las grutas de Yungang, reitera, sólo ve pasar a turistas en la actualidad”.

Para decir adiós a los “budas Negros”...y los depredadores

Estatua de Buda en el templo de Huayan

Todo el que llega por primera vez a las Grutas en Yungang tiene una oportunidad especial de desplegar hasta el infinito su capacidad de asombro. Cuesta imaginar cómo los chinos de hace más de mil 500 años dedicaron tanto tiempo, paciencia y habilidad única, hasta convertir la piedra de las grutas en estatuas y relieves de tan variadas dimensiones. Desde los mínimos mil budas, algunos de apenas dos centímetros, que forman una pared completa en la cueva número 15, hasta el gigantesco Gran Buda de 17 metros de altura en la cueva 20. Precisamente alrededor de éste último se realizan obras de reparación. Con celo, una brigada de trabajadores limpia la superficie de las estatuas – se emplea el método de aire comprimido - y crea condiciones para su mantenimiento. En una de las grutas se notan nichos vacíos. En sus bordes se notan cortes violentos y apresurados, clara evidencia de que fueron arrancados a toda prisa. “Ahora están en museos de Estados Unidos y Europa,” nos explica Geng Bo, la guía de las grutas. A través de los siglos, el sitio ha tenido en los ladrones de obras artísticas una amenaza aún mayor que la contaminación. Si en este último caso las autoridades han procurado diversos antídotos, contra los depredadores de antigüedades también se implementan defensas. “Tenemos grupos de custodios trabajando en distintos turnos, las 24 horas, lo que además de garantizar la salvaguarda de estas reliquias, nos permite crear otra fuente de empleo local,” afirma el profesor y candidato a doctor de la Academia de Geología de China Huang Jizhong, actual vice director del Instituto de Grutas de Yungang en Shanxi. Si esto no es ser previsor habrá que redefinir el concepto.

El placer de respirar

Este afán por limpiar la atmósfera en una provincia eminentemente minera, se capta en buena medida asimismo en la vecina prefectura de Shuozhou, donde la mina de carbón a cielo abierto de Anjialing ha puesto en marcha un proyecto ambicioso. Con el mismo y desde el año próximo esperan reciclar la tierra que se excava al sacar el carbón y el agua utilizada en la producción, para reutilizarlas ambas en un gigantesco jardín que rodeará las instalaciones mineras. De acuerdo con Wang Shelin, ingeniero principal de la planta, en este empeño contarán con la asistencia de la Universidad Agrícola de Shanxi, encargada de las investigaciones y el diseño del mega-jardín. De hecho, una parte de los más de 55 kilómetros cuadrados que ocupa la mina, que cuenta con tecnología japonesa y norteamericana, ya están cubiertos con suelo vegetal y sembrados con posturas de árboles. Las plantas son fertilizadas en parte con las deyecciones de cientos de conejos criados en el área. “Aquí imagen y ganancias irán juntas”, se ufanan sus directivos, al destacar que estos esfuerzos a favor del medio ambiente se hacen a la par del incremento productivo. La mina ha pasado de las 200 mil toneladas de carbón que producía para la exportación hasta octubre de 2000 a los dos millones 420 mil toneladas de igual producto alcanzadas de enero a septiembre de 2001.

Promisoria en esta dirección es la línea productiva que desarrolla la Corporación Laowan para la Tecnología de la Energía de Biomasa, situada a varios kilómetros de Datong. Única de su tipo en el país, Laowan ha ganado el reconocimiento del Ministerio de Tecnología de la Construcción en atención a su línea de calefactores que funcionan con cápsulas de maíz comprimido. Se trata del subproducto obtenido a partir del aprovechamiento del bagazo de maíz, uno de los principales productos agrícolas provinciales. Tras entrar en contacto, en 1999, con el doctor Norin, un experto sueco en producción de hornos de la Comunidad Económica Europea (CEE), la empresa comenzó una nueva línea de fogones y calefactores económicos, que utilizan combustible inocuo para el medio ambiente y que ya están contratados para la venta a países como Suecia, Finlandia y Canadá. De acuerdo con los representantes de Laowan, el combustible obtenido del maíz – en contraposición con el tan extendido carbón -- no contamina, no despide humo, es más duradero y sus cenizas pueden utilizarse como fertilizante agrícola. En cifras, esto significa que media tonelada de subproducto de maíz rinde para cinco meses de uso diario en el hogar, mientras igual cantidad de carbón apenas llegará a los cuatro, además de causar daños al entorno. La desventaja comparativa reside todavía en que la tonelada de maíz comprimido supera el precio de mercado del carbón, con 250 yuanes (30 dólares), frente a los 180 yuanes (22 dólares) del segundo. Queda así a los consumidores decidir si pagar un poco más en defensa de la ecología y el rendimiento.

¿Acata las leyes y paga los impuestos?, pues venga a invertir en Datong

Si algo trasladan al recién llegado los datoneses de estos días es la seriedad con que se han tomado la aplicación de la Reforma y la Apertura al Exterior, proceso que desde hace 23 años ha permitido a China variar su panorama socio-económico como de la noche a la mañana. Con un deje pragmático que se hace cada vez más familiar, los funcionarios de distintos niveles aplican la política oficial en ese sentido. “Usted acata las leyes del país y paga los impuestos, pues eso basta. No exigimos demasiado al que venga a colocar su capital en Datong. Por al contrario, estamos cada vez más abiertos, tanto a los que vienen del extranjero, como a los inversionistas privados chinos.” Entre el humo del cigarrillo con que todo chino suele concluir un buen almuerzo, Wang Han resume en pocas palabras la filosofía que sustenta la Zona de Desarrollo Económico y Técnico (ZDET) de Datong, en la cual funge como vicepresidente.

La gruta de Yungang

La ZDET encarna de forma muy particular el impulso aperturista con que Datong espera dar el salto a la modernización. Al visitante que llega a la entrada del edificio central de sus oficinas, le da la bienvenida un gigantesco letrero, en chino e inglés, que reza: “Este es un lugar ideal para su inversión.” Una de las compañías extranjeras que se dejó seducir por el aviso de marras fue el gigantesco conglomerado farmacéutico indio Aurobindo, que ha constituido la firma Aurobindo Tongling Pharmaceutical de Datong en los predios de la ZDET. Sus mil 160 empleados – todos residentes en el municipio -- son responsables por las mil 500 toneladas de productos farmacéuticos que cada año salen de sus plantas. Aurobindo pone especial énfasis en la línea de Amocixillin, si bien incluye asimismo un espectro más amplio de antibióticos, a saber: Penicilina, Cefalosporina, Cefradina, y Cefalexin, entre otros. Con materias primas locales y parte de capital de Hong Kong, produce también drogas para ventas en paquetes mayoristas y fórmulas de laboratorio. El doctor Prem Goel, uno de los especialistas indios que asesora la producción, se me descubre alegre como niño con juguete nuevo. “Vamos de bien para mejor,” me asegura. “Además, me siento tan bien aquí que no deseo ni ir a Beijing. Aquí hemos creado una gran familia, libres de formalismos, en la que todos nos tratamos como compañeros, como amigos.”

La ZDET está sujeta a la política de promoción de la inversión foránea e importación de tecnología. En ella, a tenor de lo establecido por el gobierno central en las dos últimas décadas y su posterior transformación, se da cabida a las empresas chino-extranjeras, cooperativas y de capital totalmente externo. Una vez que cualquiera de estas tres expresiones alcancen 10 años de funcionamiento, disfrutarán de la excención de impuestos por dos años, a partir del primer año de ganancias; y de la mitad de los impuestos, cuando alcancen de tres a cinco años.

Wang Han no lo dice por lo claro, pero no hay que ser adivino para percatarse de que en el buen talante con que exhorta a los empresarios de todas partes a llegarse a la ZDET, subyace la promesa de una apertura aún mayor. Y pronto.

Puertas cada vez más abiertas

Una delegación de Beijing Informa visitando la escuela del complejo residencial “Bei Xin Gongyuan” (Datong)

El entusiasmo de Wang semeja un virus que ha contagiado a cuanta empresa nos recibe. Es el mismo apremio por captar el capital externo y nacional no-público que palpita en la Fábrica de Leche de Gucheng, en el condado de Shanyin, a unos pocos kilómetros de Datong, donde con tecnología holandesa y equipamiento de Gran Bretaña, Dinamarca y Nueva Zelanda se producen 500 toneladas de leche fresca diarias, un buen por ciento en polvo y yogur y 60 especialidades relacionadas, y se obtienen de 800 a mil millones de yuanes en ingresos anuales; o la Fábrica de Engranajes de Datong, que con 270 millones de yuanes en activos fijos y tres mil obreros, muestra un halagüeño primer paso hacia la competitividad, tras recibir el Certificado de Patrón de Calidad Internacional ISO9002 y asimilar tecnología y metodología empresarial de la Cía. Nissan Diesel Motor, de Japón, y de la Corporación Cummins, de EE.UU., a las cuales aventaja ya en disminución de costos, inferiores en tres y cuatro por ciento, respectivamente; o la Cía. Ltda. de Cerámica de Jiaming, empeñada en un proceso de expansión con la que esperan superar su actual producción de 150 millones de piezas al año y los 150 millones de yuanes en activos fijos. La planta tiene distribuidores en California, EE.UU., donde son bien recibidas las piezas fabricadas con la arcilla del condado de Huairen, única de su tipo en China. Su Gerente General de Recursos, Xu Zhiqian, un hombre hiperactivo, tiende un señuelo simple y directo para el empresariado: “invierta aquí, dice con tono de confabulación, y al año ya habrá recuperado casi el 70 por ciento del capital colocado.”

Si de algo se precian todos los empresarios y directivos que conducen las riendas en empresas como éstas, es de la autonomía que gradualmente han ido ganando, merced a los cambios ocurridos en el país. Como me aclaró el secretario del Partido Comunista en Guzheng, “el Partido no interviene para nada en el diseño de la producción; la administración es totalmente libre de determinar su rumbo.”

Donde hay luces hay sombras

Cuando Ji Minde menciona la clausura de fábricas contaminadoras me viene a la mente un problema peliagudo para la China del nuevo siglo: los desempleados que quedan en el camino, merced a las empresas estatales irrentables que a menudo cierran sus puertas. El vice alcalde de Datong no rehuye el tema, “Sí, admite, crece el número de trabajadores excedentes. Pero no nos quedamos de brazos cruzados. Con el tránsito del monopolio estatal a la economía de mercado este es un mal inevitable, y para ello nos preparamos con todos los recursos a nuestro alcance. Lo esencial reside en controlar la escala en que se producen los despidos. Que los mismos no ocurran de manera indiscriminada, sin propiciarle algún remedio a esas personas, como es la garantía mínima de vida que procuramos garantizar. Estamos enfrascados para ello en la reforma económica, como mecanismo capaz de generar un sistema empresarial moderno, que a su vez cree un mayor número de empleos. Esta labor alcanza además a la economía no-pública”. Esta última está absorbiendo un creciente número de trabajadores desplazados y, al menos en Datong, se ramifica en una amplísima diversidad de sectores.

Apercibidos de la importancia de no descuidar al ser humano, protagonista y beneficiario de cualquier obra, muchos nuevos empresarios pugnan por vincular la productividad con los beneficios, garantizando además un mínimo de condiciones al personal. En la fábrica de leche de Gucheng los empleados disfrutan de vivienda, escuela para los hijos y suministro de electricidad gratuitos, una ventaja que se daba por sentada en los años del monopolio económico estatal y que muchos añoran hoy. “Nuestros obreros tienen condiciones excepcionales,” me dice Xu Zhiqian, de la Fábrica de Cerámica, y no cuesta mucho creerle. Al terminar el turno de la tarde, decenas de trabajadores salen disparados en sus motocicletas, en lugar de las omnipresentes bicicletas de otras partes de China. Se van de paseo, o regresan a los confortables apartamentos que, muy cerca de allí, les ha construido la empresa.

De todo beneficio social que logre instaurarse y preservarse hoy cabe esperarse un cojín que aminore el impacto derivado del ingreso de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC), cuando en los fueros locales se asiente una feroz competencia. Serán nuevas reglas de juego y queda claro que no todos estarán en condiciones de asimilarlas. “Para eso nos preparamos,” dice imperturbable Wu Zheng He, Gerente General de la Fábrica de Engranajes de Datong. Y agrega: “Estamos creando las condiciones para que, en los tres primeros años tras el ingreso a la OMC, durante los cuales China disfrutará de una especie de período de gracia, se disminuya la brecha que nos separa de países como Japón. Este sería un primer período que se completaría en cinco años. Otros cinco años posteriores se necesitarán para ponernos a la altura de naciones como EE.UU. y Alemania.” Si empresas como la suya logran compaginar los bajos costos de producción actuales con una alta calidad, China será un competidor de armas tomar.

No todos en los alrededores están de plácemes. En la Cía. Ltda. Textilera de Lino Shuofang de Shanxi tienen mucho que lamentar desde el 11 de septiembre. Los atentados terroristas contra Nueva York y Washington en esa fecha repercutieron de manera directa en los ingresos de la planta. Algunos compradores europeos importantes suspendieron de inmediato sus encargos de grandes partidas de excelente lino y cáñamo producidos en ella. Cayeron así de improviso las ganancias de la textilera, que en tiempos normales logra promedios de un millón de dólares en ventas, sobre todo a Bélgica y Francia. Esta última ha colocado capital en la firma desde 1996, hasta poseer un 36,6% del producto. Tras la entrada a la OMC, la empresa augura y espera una mayor participación de Francia, que incluso llegaría a manufacturar las telas en China, en lugar de exportar el hilo a Europa.

Para el sector empresarial de Datong, como para el de toda China, la recién lograda pertenencia a la OMC se vislumbra por partes iguales como un enigma y una recompensa. Una gran interrogante y también una reafirmación de los avances del país. Habrá grandes beneficiados, pero también cabe esperar perdedores. Todos los que conocí en Datong y sus alrededores parecen convencidos, más que confiados, de quedar en el primer grupo. Lo reiteran en cada palabra, con buena parte de los resultados prácticos y con una voluntad que semeja un testuz doblado contra viento y marea. Lo mismo que un toro.

Datong en Cifras

La ciudad de Datong está localizada en el extremo meridional de la provincia de Shanxi, entre los segmentos interior y exterior de la Gran Muralla China, en los límites con Mongolia Interior, Shanxi y Hebei. Cuenta con cuatro distritos y siete condados y aun área total de 14127 kilómetros cuadrados y dos millones 800 mil habitantes. El centro urbano queda enclavado a unos mil metros sobre el nivel del mar, lo que determina en las frías temperaturas que rigen durante buena parte del año, si bien abunda el sol durante ese mismo período.

Datong es rica en recursos minerales tales como carbón, granito, mármol, caolín, oro, plata, cobre, hierro y magnesio, entre otros.

Dirección : 24, calle Baiwanzhuang, Beijing, 100037, China
Fax : 86-10-68328338
Sitio Web : http://www.chinatoday.com.cn
E-mail: chinahoy@chinatoday.com.cn
Todos los derechos reservados: China hoy