JULIO 2002

 

 

 

 

 

 

 

 


  

El viejo y sólido puente entre el Perú y China

Por Humberto Rodríguez Pastor 

El doctor Humberto Rodríquez Pastor, experto en la emigración de chinos al Perú

DESDE 1849, entre el Perú y China ha existido un vínculo migratorio que no se ha roto a lo largo de sus 152 años de existencia. Esta emigración aumentó en el siglo XIX (1849-1874) con el desplazamiento al Perú de unos 100.000 culíes chinos, provocado por varios acontecimientos socioeconómicos que afectaron a una gran parte de la población china: las guerras del Opio, la rebelión de Taiping, el establecimiento de la colonia británica de Hong Kong y las intensas peleas (guerras) entre los  punti  y los  hakka . Esta situación propició una salida masiva de chinos, la mayoría de los cuales partían de Guangdong, hacia otros lugares del mundo. En dicho período el éxodo chino llegó a su apogeo. En América, el Perú y Cuba fueron los lugares que acogieron a más culíes, quienes poco después llegaron a Estados Unidos y, finalmente, a otros países. Sin embargo, el Perú es el único lugar donde este flujo migratorio se ha mantenido hasta el 2002.

Los culíes trabajaban en fincas dedicadas a productos para la exportación (caña de azúcar y algodón), la extracción de guano depositado en las islas que se exportaba a Europa, la construcción de líneas férreas y en cientos de hogares peruanos como ayudantes domésticos. Los emigrantes chinos, el 90 por ciento de los cuales realizaban faenas agrícolas en las grandes haciendas del litoral,  trabajaron ocho años para sus señores. Este fenómeno migratorio del siglo XIX estimuló el desarrollo de la producción agrícola en la costa, la renovación de las haciendas, la modernización de las herramientas, la llegada de nuevas tecnologías y la pujanza de la comercialización internacional del azúcar y el algodón. Todo ello permitió la aparición de una clase social adinerada, cuyo poder político y social ejerció una poderosa influencia hasta 1969, año en el que en el Perú se aplicó la Ley de Reforma Agraria.

Tras cumplir los ocho años de servicios obligatorios estipulados en sus contratos, los culíes tenían dos opciones: permanecer en el Perú o regresar a China. Muchos de ellos decidieron abandonar los campos y establecerse en las ciudades y pueblos peruanos. Así fue como en Lima y otras ciudades surgieron los barrios chinos. Al principio, su objetivo era ahorrar para regresar a China. No obstante, ese objetivo se convirtió en algo difícil de lograr, debido a los múltiples bucles que iban apareciendo y entrelazándose. Por lo tanto, establecieron sus propios negocios, crearon familias con mujeres peruanas y comenzaron a organizarse de muchas maneras, actitud con la que se granjearon la aceptación y el reconocimiento de los peruanos. De modo parecido, estrecharon sus vínculos con sus familiares que permanecían en China, a quienes animaban a emigrar al Perú como habían hechos ellos. Esa tendencia continuó en generaciones sucesivas, fluctuando el número de emigrantes de acuerdo con los acontecimientos que se producían en China y el Perú.

El erudito peruano pronunciando una conferencia sobre sus investigaciones en el Instituto de América Latina de la Academia China de Ciencias Sociales

Fueron muchos los chinos que participaron en negocios lucrativos. Además, una parte significativa de ellos tuvo hijos con mujeres peruanas, mestizaje que dio lugar al surgimiento de un sector social totalmente nuevo. Este mestizaje no fue sólo racial, sino también cultural.

Hoy en día, varios millones de peruanos tienen sangre china. El Perú es el país americano donde vive la colonia más numerosa de descendientes de chinos. Los trasvases culturales hacia la sociedad peruana fueron múltiples, siendo las costumbres culinarias el más destacado de ellos. En realidad, muchos de los platos de origen chino se preparan con frecuencia en los hogares peruanos. Por este motivo, no deberíamos sorprendernos al encontrar tantos “chifas” (restaurantes chinos) en Lima y otras grandes ciudades peruanas.

Este puente tendido en pleno siglo XIX ha seguido su viaje a través del tiempo hasta llegar al presente.

  El profesor Rodríguez Pastor es director de Investigaciones de Ciencias Sociales del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, y profesor de Antropología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

HUMBERTO RODRÍGUEZ PASTOR

Nacido en Lima el 25 de abril de 1973, es casado y padre de cuatro hijos. Es Licenciado en Etnología y Arqueología por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Doctor en Antropología por la misma universidad.

El profesor Rodríguez Pastor ha desplegado el grueso de su actividad en los ámbitos académicos y de investigación. Ha sido profesor de antropología e historia en la Universidad de Ciencias y Tecnología, la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga, la Universidad Nacional del Centro de Huancayo, la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Universidad Nacional Federico Villarreal.

Durante la mayor parte de la década de los 70 estuvo al frente de la organización del Archivo Agrario, que actualmente forma parte del Archivo General Nacional. En este período, el profesor Rodríguez Pastor tuvo la oportunidad de conocer y estudiar los documentos de las propiedades que participaron en el sistema de cooperación estipulado por la Reforma Agraria. En algunos de ellos constató que durante la segunda mitad del siglo XIX la presencia de trabajadores chinos en las grandes provincias costeras fue importante y significativa. Poco a poco, y a lo largo de años  de dedicación, ha sido capaz de encontrar en los archivos de algunas de estas propiedades información muy valiosa sobre los chinos.

En la actualidad, el profesor Rodríguez Pastor es director de Investigaciones de Ciencias Sociales del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, y profesor de Antropología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

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