Los
eunucos de la dinastía Ming y sus templos
Por
nuestro reportero HUO JIANYING
EN 1513,
junto con la de varios otros templos esparcidos por la ciudad,
concluyó la construcción del templo de Dahui en lo profundo
de los bosques de las afueras occidentales de Beijing. El emperador
Zhengde (dinastía Ming) en persona hizo una inscripción sobre
una tablilla y se erigió una estela conmemorativa de este acontecimiento.
Según Relatos Breves
de la Ciudad Imperial , obra publicada en 1788, dicho
templo “se encontraba unos cinco kilómetros al norte de Xizhimen
y fue mandado construir por el eunuco Zhang Xiong [...] La estatua
de buda era de cobre y medía cinco zhang (unos 16 metros) de altura,
por lo que las gentes del lugar también lo llamaban templo del
Gran Buda”.
Durante
el reinado de Jiajing (1522-1567), emperador muy devoto del
taoísmo, el eunuco Mai Fu mandó edificar alrededor del templo
de Dahui dos abadías de esta religión: Yousheng, a la izquierda,
y Zhenwu, en la montaña que está detrás del templo. Este complejo
budisto-taoísta ocupaba una superficie de 28 hectáreas y estaba
formado por 181 salas y construcciones.
Azote
del pueblo y suplicantes de los dioses
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El
rosetón octogonal del Salón
de la Gran Compasión, con incrustaciones que representan
dragones enroscados |
Según
los registros históricos, la construcción de templos adquirió
impulso durante la primera mitad de la dinastía Ming. A lo largo
de este período, hubo en Beijing más de 1.000 templos de varios
tipos. Detrás de este fenómeno se escondían los eunucos y su
influencia excesiva dentro de la corte Ming.
Los
eunucos llevaban gozando del favor imperial desde los primeros
años de la dinastía, época en la que el emperador Yongle (1360-1424)
tomó el poder con la ayuda de un motín promovido por los eunucos.
Gracias a la acreditación del emperador, Zheng He, su eunuco
y hombre de confianza, estuvo al frente de siete misiones a
Occidente con una enorme flota, con las cuales se estableció
la supremacía naval de China y se fomentaron los intercambios
entre nuestro país y el resto del mundo. Pero la mayoría de
los eunucos de la dinastía Ming abusaban de su poder. Se considera
que fueron la principal causa del colapso de dicha dinastía,
puesto que arruinaron el país y redujeron al pueblo a la miseria,
por medio de la manipulación de los emperadores y el uso de
sus influencias en beneficio propio.
En 1449,
las fuerzas mongolas invadieron el territorio Ming penetrando
por cuatro rutas. El eunuco Wang Zhen, que carecía por completo
de experiencia y conocimientos militares, incitó primero al
emperador Yingzong a dirigir personalmente una expedición militar,
pero cuando tuvo noticia de una derrota menor en el frente,
le hizo emprender la retirada a toda prisa. En el camino de
regreso Wang Zhen insistió en dar una vuelta innecesaria y peligrosa
por su ciudad natal, situada en la provincia de Hebei. Como
era de esperar, las exhaustas y desprevenidas tropas Ming fueron
atacadas por los mongoles en Tumubao (en el este de lo que hoy
es el distrito de Huailai, provincia de Hebei) y sufrieron importantes
bajas. En el fragor de la lucha el emperador fue capturado y
Wang Zhen murió.
El hermano
menor del emperador Yingzong le sucedió en el trono y ordenó
inmediatamente la ejecución de todo el clan de Wang Zhen y la
confiscación de sus propiedades. El emperor Yingzong recuperó
su reino después de su inesperada liberación tras ocho años
de cautiverio y un baño de sangre fraticida que debilitó aun
más el poderío de la dinastía Ming. Wang Zhen construyó el templo
de Zhihua (Distrito de Dongcheng, Beijing) con el dinero conseguido
extorsionando al pueblo.
Liu
Jin (1451-1510), eunuco que vivió durante el reinado del emperor
Zhengde, era conocido popularmente como la Edad de Nueve Mil
(uno de los nombres honoríficos del emperador era Edad Diez
Mil), implicando con ello que su posición sólo estaba por debajo
de la del emperador. Liu no se limitó a dominar el poder administrativo
y la aplicación de la ley en la corte imperial, sino que además
mandó a sus agentes secretos, Dongchang, Xichang, y Neixingchang,
que eliminasen sumariamente a todos los disidentes. Liu Jin
incitó al emperador a entregarse a los placeres mundanos y a
desentenderse de los asuntos del estado. Bajo su despótico gobierno,
miles de militares y civiles fueron perseguidos hasta la muerte.
Liu también saqueó tierras de cultivo de propiedad privada so
pretexto de establecer feudos imperiales. La tiranía de este
eunuco provocó un descontento y una indignación generalizados.
Terminó siendo acusado de traición y ejecutado.
Wei
Zhongxian (1568-1627) fue el personaje más infame de la dinastía
Ming. En connivencia con el ama de cría del emperador Xizong,
Wei dominó los asuntos del estado, eliminó a todos los que se
le opusieron, formó su propia camarilla e infiltró a sus agentes
en diversos departamentos de los gobiernos central y local.
En su búsqueda de la aprobación divina, Wei emprendió un gigantesco
proyecto nacional consistente en la erección de santuarios dedicados
a sí mismo, algunos de los cuales custodiaban estatuas de Wei
en oro. Sólo en Kaifeng, se derribaron 2.000 edificios civiles
para lograr el espacio necesario. Todo aquel que se negaba a
mostrar lo que se consideraba el debido respeto era ejecutado.
Finalmente, sin embargo, Wei recibió su merecido castigo.
Poco
después de que en 1627 ascendiese al trono, el joven y ambicioso
emperador
Chongzhen
ordenó ejecutar a Wei Zhongxian y terminó con sus partidarios.
No obstante, ya era demasiado tarde para salvar a la moribunda
dinastía Ming, derrocada una década más tarde por un levantamiento
de campesinos encabezado por Li Zicheng.
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Divinidades
custodias en diversas posturas y atavíos |
Los
eunucos de la época construyeron tan elevado número de templos
con un doble fin. Con ello, no sólo aplacaban a los dioses,
sino que también intentaban granjearse el favor de los emperadores,
la mayoría de los cuales profesaban el budismo o el taoísmo.
La inmensa escala de la construcción de templos se convirtió
en un azote para el pueblo. Según un estudio realizado por Shen
Bang, magistrado del distrito de Wanping, en dos décadas, las
tierras de cultivo se redujeron en más de 4.200 hectáreas, o
una sexta parte, si bien no todas las tierras incautadas se
utilizaron para construir templos. Según documentos históricos,
“Todos los campos cercanos a las Colinas del Oeste que se hallaban
en lugares con una geomancia beneficiosa fueron destinados a
la construcción de templos, residencias de funcionarios, tumbas
y haciendas privadas. En un radio de unos 160 kilómetros alrededor
de la capital, cada palmo cuadrado estaba ocupado por templos,
mausoleos y las haciendas de príncipes, princesas, familiares
del emperador, funcionarios con méritos y patricios”.
El dinero
recaudado para levantar templos y mantener al elevado número
de monjes que vivían en ellos procedía del sudor y la sangre
de las masas. Según Shen Bang, “los templos son magníficos y
suntuosos, y hay en ellos altas pagodas, salas y columnas. Sólo
la estatua de Buda del templo de Wanshou vale 1.000 taeles de
oro. Los monjes y las monjas, con sus túnicas resplandecientes
y costosas cuentas de rezos, ocupan una elevada posición y llevan
una vida lujosa”.
El
templo del Buda Gigante
Zhang
Xiong, que fue quien tuvo la idea de construir el templo del
Buda Gigante, era un eunuco de alto rango de la Directiva del
Ceremonial, órgano importantísimo de la corte imperial Ming.
Los eunucos de este departmento anotaban las instrucciones del
emperador en tinta roja antes de transmitirlas a los ministerios
pertinentes, donde se convertían en edictos imperiales. Durante
el mandato del emperador Wuzong, a cuyo servicio se hallaba
Zhang, la Directiva del Ceremonial se encargaba de los secretos
de estado y los informes que los funcionarios presentaban al
emperador. Su poder efectivo superaba al del primer ministro.
Por
lo tanto, no es de extrañar que Zhang Xiong tuviera autoridad
suficiente como para erigir una estatua de Buda en cobre de
16 metros de altura en el interior de la Sala de la Gran Compasión,
que es la única parte del templo del Buda Gigante que ha llegado
hasta nuestro días. La sala, levantada sobre cimientos de piedra,
está orientada al sur. Guarnecido con aleros de doble fila,
tiene un techo a cuatro faldones, cuyas tejas acanaladas están
adornadas con motivos zoomórficos. Decorado con pinturas deslumbrantes,
su rosetón octogonal lleva
incrustaciones que representan dragones enroscados y en el extremo
de las vigas hay pintadas figuras de deidades.
Tras
ir envejenciendo a lo largo de siglos, el buda de cobre fue
destruido por los agresores japoneses en los años 40. Posteriormente,
los lugareños erigieron en su lugar tres estatuas pintadas:
la de Sakyamuni, la del Bodhisattva de la Sabiduría y la del
Bodhisattva de la Benevolencia Universal.
En un
intento por proteger el valioso buda de cobre, Zhang Xiong colocó
28 esculturas de divinidades custodias a lo largo de los faldones
de la sala. Estas esculturas sobrevivieron a la guerra de los
años 40, ya que en lugar de estar hechas con el cobre tan codiciado
por los invasores japoneses eran de arcilla.
No es
fácil encontrar un templo que por sí solo atesore tanta esculturas
de divinidades custodias de un nivel artístico y artesanal tan
elevado. De más de tres metros de altura, estas esculturas muestran
diversidad de aspectos, expresiones faciales y posturas. A pesar
de su edad, el dios de la montaña de Taishan, con sus carrillos
hundidos, pómulos prominentes y dientes de gamo, sigue inspirando
terror. Armado de pies a cabeza, y con barba y cabello pelirrojos,
el Devarajas Meridional aparece ladeado con una actidud de supremo
desdén. En cambio, la deidad del Árbol Pippala, se muestra sonriente
y amable. Los trajes que llevan son de diversos estilos y sus
adornos dorados brillan hoy con el mismo esplendor de siempre.
En las
paredes de detrás de estas esculturas hay una serie de pinturas
chinas tradicionales que narra la historia de un hombre que
alcanza la inmortalidad en recompensa a toda una vida de benevolencia.
La brillantez de sus colores y el realismo de los retratos indican
que este mural fue obra de maestros de la dinastía Ming. ,
Como
muestra de la arquitectura, la escultura y la pintura de la
dinastía Ming, en la Sala de la Gran Benevolencia, bajo protección
municipal desde 1957, Beijing tiene su cámara del tesoro de
las artes budistas.