JULIO 2002

 

 

 

 

 

 

 

 


Grandes inversiones--Una buena solución para los problemas de la agricultura

Por WANG ZHIPENG

  

Las grandes inversiones promueven la industrialización de la agricultura, como bien han demostrado la Corporación Vinícola Gran Muralla y la Corporación Zhangyu.

China es todavía un país eminentemente agrícola, como lo demuestra el hecho de que dos tercios de su población vivan de la agricultura. Desde el inicio de la reforma y la apertura hasta el año 2000, el valor global de la producción agrícola ha ido creciendo rápidamente y ha llegado a ser 3,3 veces superior al valor de la producción de 1978, registrando el mayor crecimiento mundial. Sin embargo, a mediados de los años 90 del siglo pasado, los ingresos de los campesinos no sólo vieron frenada su tendencia al aumento, sino que en ocasiones experimentaron descensos, circunstancia que vino a agrandar aun más las diferencias entre el nivel de vida del campo y el de la ciudad. Por motivos históricos, el sector agrícola no se configuró de forma adecuada y se produjo un desequilibrio entre el desarrollo urbano y el rural. Los problemas de la agricultura se han convertido en foco de la atención social. En el Informe sobre la Labor del Gobierno Central, la solución de los problemas de la agricultura figuró como la segunda tarea más urgente. No hay que olvidar, además, que la incorporación de China a la OMC ejerce nuevas presiones sobre la agricultura china, haciendo aun más necesaria la pronta solución de dichos problemas y la elevación de los ingresos de los campesinos, el sector más débil de la sociedad.

Entre las soluciones, destaca la utilización de grandes inversiones para promover la industrialización de la agricultura.

El desarrollo de la agricultura depende de factores tan importantes como son la tierra, la mano de obra y el capital. Lo que realmente falta en China es capital, por lo que su captación resulta de suma importancia. El sistema de responsabilidad por contrato familiar, que comenzó a aplicarse en los inicios de la reforma y la apertura, movilizó la iniciativa de los campesinos y favoreció el posterior desarrollo de la agricultura china. Pero en los últimos años, la dispersión de la producción ha provocado algunos inconvenientes, el mayor de los cuales es que a los campesinos les resulta muy difícil mantenerse al corriente de la situación del mercado, por lo que a veces caen en una producción a ciegas. Este es uno de los fenómenos que en la actualidad frenan el aumento de los ingresos del campesinado. 

La inversión de grandes sumas surtirá buenos efectos y permitirá, en primer lugar, coordinar las tierras separadas y llevar a cabo una administración unificada de la producción; y, en segundo lugar, introducir la tecnología punta necesaria para explotar al máximo los recursos agrícolas y establecer un gran mercado para afrontar los riesgos con mayores garantías e incrementar la productividad. Además, las grandes inversiones acelerarán el proceso de urbanización de las zonas rurales. Las empresas contribuirán a la construcción de infraestructuras locales mediante el mejoramiento de los medios que garantizan la rentabilidad de las inversiones, es decir, con la construcción de instalaciones de telecomunicaciones, el tratamiento de las tierras cultivables y el perfeccionamiento de otros servicios. La industria de procesamiento de productos agrícolas absorbe la mano de obra sobrante y alivia la tensión largamente existente en el campo generada por la poca tierra disponible.

Por todo ello, la introducción de grandes inversiones puede contribuir no sólo a solucionar de raíz el problema del paro y de los bajos ingresos del campesinado, sino a optimizar la configuración de la agricultura. De esta manera, las tres partes (los campesinos, las empresas y el Gobierno) saldrán beneficiadas.

El papel de las grandes inversiones en el fomento de la industrialización de la agricultura cuenta con precedentes. Uno de ellos es la asociación entre el capital de la industria vinatera y los viticultores. Mediante la roturación de tierras y montañas, la Corporación Vinícola Gran Muralla logró reunir 150.000  mu  (15  mu  equivalen a 1 hectárea) de viñedos, lo que suscitó el rápido desarrollo de los dos distritos vecinos. La cooperación no sólo suministra a la empresa materias primas, sino que protege los intereses de los campesinos. La industrialización ha contribuido a la prosperidad de los campesinos. El establecimiento de este importante centro vinícola ha mejorado el medio ambiente local y ha creado un nuevo atractivo turístico, lo que para la población representa una fuente de ingresos adicional.

No obstante, no estamos del todo satisfechos con la marcha de las inversiones destinadas a la industrialización de la agricultura. Los ejemplos de este tipo de cooperación siguen siendo escasos y, además, ésta suele ser de pequeña magnitud, fenómenos que se hacen más evidentes en las regiones atrasadas del centro y el oeste del país, que son precisamente las más necesitadas de inversiones. Las singulares condiciones climáticas de estas regiones obstaculizan el desarrollo de la agricultura en general, pero son favorables a la explotación de ciertos cultivos, sobre todo en la fruticultura, la silvicultura y las actividades agropecuarias, todas ellas con un gran potencial de desarrollo. Si las empresas participan en el desarrollo de cultivos especializados en las regiones del centro y del oeste, éstas podrán salir de su atraso, los ingresos de los campesinos aumentarán y la brecha que las separa de las regiones orientales disminuirá.

En los últimos años, el Gobierno ha potenciado las ayudas a la agricultura. Una de las medidas consistió en incrementar las inversiones destinadas a la construcción de infraestructuras en las zonas rurales para mejorar el medio ambiente y las condiciones de  vida de sus habitantes. Ello puso los cimientos para las posteriores inversiones en agricultura. Al tiempo que estimula la inversión de capitales privados en la agricultura, el Gobierno chino elabora una serie de políticas preferenciales encaminadas a atraer capitales foráneos, capitales que contribuirán a “la transformación de la agricultura tradicional, el desarrollo de la agricultura moderna y la promoción de la industrialización de la agricultura”.

Tras la incorporación de China en la OMC, nuestra agricultura está más abierta al mercado internacional, lo que sin duda atraerá nuevas inversiones. Estamos plenamente convencidos de que la búsqueda de ganancias y el apoyo del Gobierno conducirán gran cantidad de capitales hacia la agricultura y que los problemas de ésta se solucionarán satisfactoriamente, para bien tanto de las empresas como de los campesinos.

 

WANG ZHIPENG es doctorando en economía del Colegio de Economía y Administración de la Universidad Qinghua

Dirección : 24, calle Baiwanzhuang, Beijing, 100037, China
Fax : 86-10-68328338
Sitio Web : http://www.chinatoday.com.cn
E-mail: chinahoy@chinatoday.com.cn
Todos los derechos reservados: China hoy