Wang Shutong—una mujer de éxito
Por
LU YAN
“MIS amigos consideran que soy una persona muy afortunada. Cuando trabajaba
en Microsoft, esta compañía estaba adueñándose de todo el mundo;
cuando fui gerente del departamento de mercadotecnia de Cisco,
las ventas de esta compañía se situaron en el primer puesto
mundial; y ahora que la Internet se ha puesto de moda, trabajo
en la empresa de comercio electrónico www.joyo.com”, dijo Wang Shutong con un brillo
de orgullo en sus ojos.
Wang
Shutong, una joven agraciada y culta de 34 años, no parecía
llamada a destacar en el terreno comercial. No obstante, ha
sido ella quien con sus esfuerzos ha llevado a la empresa Joyo
hasta el primer puesto del comercio electrónico chino, cosechando
por el camino un notable éxito en la gestión de esta moderna
actividad económica. Según una estadística de IamAsia.Com publicada
en noviembre del 2000, de las empresas chinas dedicadas al comercio
electrónico, Joyo
era la que poseía mayores activos circulantes. En las horas
bajas del desarrollo de la Internet, la tecnología de la información
recibió a Wang Shutong como a una “mensajera de la primavera”.
Acumulando
conocimientos
Wang Shutong, graduada en la especialidad de radio por
el Instituto de Ingeniería Electrónica de Beijing en 1991, llegó
al centro de investigación de Microsoft de la Universidad Qinghua
para trabajar de profesora. Se trataba de una ocupación estable
que le dejaba mucho tiempo libre, durante el que a veces Wang
se preguntaba: “¿En qué podría emplear el tiempo que nos regala
la vida?”.
A principios de la década de los 90, comenzó a entrar en el mercado chino
un número creciente de grandes empresas foráneas, las cuales
atrajeron (y siguen atrayendo) a muchos jóvenes chinos con sus
elevados sueldos y la posibilidad tanto de adquirir nuevos conocimientos,
como de mejorar su formación profesional. En esa época Wang
empezó a asistir a conferencias sobre política, economía, historia
y lengua inglesa. Sin duda alguna, durante ese período de docencia
en la Universidad Qinghua, la joven fue adquiriendo las cualidades
exigidas para ingresar en ciertas empresas extranjeras, como
Microsoft, tras la superación de rigurosos exámenes.
Rápido
progreso
Wang Shutong recordó esa época diciendo: “En aquellos primeros tiempos,
en China Microsoft no
era ni mucho menos tan famosa como lo es ahora”. Su plantilla
era de sólo seis personas, que trabajaban repartidas en dos
departamentos, el de mercadotecnia y el de ventas, ambos en
una oficina de poco más de 50 metros cuadrados, situada en el
número 551 del edificio Nuevo Siglo. Entre los directivos profesionales
de las empresas internacionales líderes y los gerentes profesionales
chinos existía una gran distancia. Plenamente consciente de
este hecho, un directivo taiwanés aconsejó a los empleados de
dicha compañía que reconociesen la existencia de tal distancia
y aprendiesen de las compañías europeas y norteamericanas con
el fin de situarse a su altura.
Firme y tenaz, Wang Shutong, gracias a sus arduos esfuerzos, progresó mucho
en la sucursal china de Microsoft y ascendió más rápidamente
que sus compañeros. Wang dijo: “Esta compañía plantea a sus
empleados exigencias muy estrictas”. Durante los seis años que
trabajó en ella, Wang no sólo adquirió numerosos conocimientos,
sino que fue madurando profesionalmente y en sus relaciones
interpersonales. Y lo que es más importante, adquirió igual
dominio de los sistemas administrativos chino y foráneo.
Bajo la dirección de Wang, el departamento de desarrollo de la sucursal
china de Microsoft generó unas ventas que representaron un tercio
de las ventas totales.
Al tiempo que Wang se veía catapultada al éxito, la Internet
se extendía por toda China desarrollándose con extraordinaria
rapidez. Enormemente estimulada, Wang aceptó el nuevo desafío
y, dejando atrás los éxitos ya conseguidos, se concentró en
desempeñar con la mayor eficiencia el cargo de gerente del departamento
de administración y ventas de la compañía Cisco, no tardando
en convertirse en el elemento más importante de la misma. Se
llegó incluso a decir que de no haber sido por la participación
de Wang, las reuniones de dicha empresa habrían carecido de
interés y de significación. Sus destacados éxitos y la importancia
de su cargo convirtieron a Wang en un representante clave del
país y la región.
Así fueron pasando los años, hasta que no hace mucho Wang eligió un nuevo
terreno para “comenzar desde cero”: Joyo,
empresa de comercio electrónica financiada con capital privado
en la que actualmente desempeña el cargo de directora ejecutiva.
Un
puente de un solo tronco
Al recordar su entrada en Joyo,
Wang dijo lo siguiente: “Cuando supieron que había decidido
trabajar en Joyo, muchos de mis amigos me advirtieron
de los riesgos y dificultades que acechan a la mayoría de las
compañías dedicadas al comercio electrónico, y me aconsejaron
que me esmerara en los preparativos”. Wang reconoce que los
años trabajados Microsoft le han servido, entre otras cosas,
para acumular unos conocimientos y una experiencia profesionales
que la empujaron a intentar establecer en China una empresa
parecida a Microsoft; pero desde la perspectiva de las ventajas
a largo plazo, el hecho de trabaja para compañías transnacionales
como Microsoft y Cisco hacían sentirla limitada tanto laboral
como profesionalmente, lo cual la impulsó a buscar una ocupación
que le permitiese un avance sin fin.
Wang no tardó en volver a cosechar un gran éxito: durante un largo período,
Joyo vendió por la
Internet más de 5.000 ejemplares diarios de la producción hongkongesa
El gran relato de la peregrinación al oeste .
Otras producciones con buenas ventas fueron Cuento del amor en Tokio y Garfield .
Después de alcanzar estos notables éxitos, Wang explicó las preocupaciones
que le habían deparado los altibajos y la inestabilidad comercial
de la Internet; en muchas ocasiones, tanto ella como sus compañeros
de trabajo tuvieron la sensación de estar cruzando un puente
de un solo tronco, es decir, de estar corriendo muchos riesgos
para conseguir el éxito. Wang comentó al respecto: “Aunque tropezamos
con innumerables dificultades, al final saboreamos las mieles
del triunfo”.
Satisfacción
física y espiritual
Wang, que prefiere hablar del placer que le proporciona
su trabajo, ha encajado los éxitos logrados con gran presencia
de ánimo. “Lo más importante es la satisfacción física y espiritual,
que jamás se consigue del todo; el cumplimiento de los deseos
materiales es sólo una base; quienes persiguen sólo bienes materiales
suelen sentirse muy desgraciados”, subrayó Wang Shutong.
Mucha gente se equivoca de plano al pensar que Wang no sabe gozar de los
placeres de la vida, que sólo sabe trabajar. Aparte de trabajar,
distribuye racionalmente su tiempo libre, que aprovecha para
disfrutar de la vida, y todos los años hace turismo durante
sus vacaciones. A Wang se le quedó grabada esta pintoresca escena
de sus vacaciones en Europa: “Desde la ventana de un pequeño
veía un prado verde inmenso; junto a ella, había una mesa de
estilo europeo cubierta con un mantel blanco como la leche;
todo resultaba muy natural”.
En cuanto a su vida profesional y personal, Wang afirma que intenta armonizarla
con la naturaleza.