JULIO 2002

 

 

 

 

 

 

 

 


Wang Shutong—una mujer de éxito

Por LU YAN

“MIS amigos consideran que soy una persona muy afortunada. Cuando trabajaba en Microsoft, esta compañía estaba adueñándose de todo el mundo; cuando fui gerente del departamento de mercadotecnia de Cisco, las ventas de esta compañía se situaron en el primer puesto mundial; y ahora que la Internet se ha puesto de moda, trabajo en la empresa de comercio electrónico www.joyo.com”, dijo Wang Shutong con un brillo de orgullo en sus ojos.

Wang Shutong, una joven agraciada y culta de 34 años, no parecía llamada a destacar en el terreno comercial. No obstante, ha sido ella quien con sus esfuerzos ha llevado a la empresa Joyo hasta el primer puesto del comercio electrónico chino, cosechando por el camino un notable éxito en la gestión de esta moderna actividad económica. Según una estadística de IamAsia.Com publicada en noviembre del 2000, de las empresas chinas dedicadas al comercio electrónico, Joyo era la que poseía mayores activos circulantes. En las horas bajas del desarrollo de la Internet, la tecnología de la información recibió a Wang Shutong como a una “mensajera de la primavera”.

Acumulando conocimientos

Wang Shutong, graduada en la especialidad de radio por el Instituto de Ingeniería Electrónica de Beijing en 1991, llegó al centro de investigación de Microsoft de la Universidad Qinghua para trabajar de profesora. Se trataba de una ocupación estable que le dejaba mucho tiempo libre, durante el que a veces Wang se preguntaba: “¿En qué podría emplear el tiempo que nos regala la vida?”.

A principios de la década de los 90, comenzó a entrar en el mercado chino un número creciente de grandes empresas foráneas, las cuales atrajeron (y siguen atrayendo) a muchos jóvenes chinos con sus elevados sueldos y la posibilidad tanto de adquirir nuevos conocimientos, como de mejorar su formación profesional. En esa época Wang empezó a asistir a conferencias sobre política, economía, historia y lengua inglesa. Sin duda alguna, durante ese período de docencia en la Universidad Qinghua, la joven fue adquiriendo las cualidades exigidas para ingresar en ciertas empresas extranjeras, como Microsoft, tras la superación de rigurosos exámenes.

Rápido progreso

Wang Shutong recordó esa época diciendo: “En aquellos primeros tiempos, en China  Microsoft no era ni mucho menos tan famosa como lo es ahora”. Su plantilla era de sólo seis personas, que trabajaban repartidas en dos departamentos, el de mercadotecnia y el de ventas, ambos en una oficina de poco más de 50 metros cuadrados, situada en el número 551 del edificio Nuevo Siglo. Entre los directivos profesionales de las empresas internacionales líderes y los gerentes profesionales chinos existía una gran distancia. Plenamente consciente de este hecho, un directivo taiwanés aconsejó a los empleados de dicha compañía que reconociesen la existencia de tal distancia y aprendiesen de las compañías europeas y norteamericanas con el fin de situarse a su altura.

Firme y tenaz, Wang Shutong, gracias a sus arduos esfuerzos, progresó mucho en la sucursal china de Microsoft y ascendió más rápidamente que sus compañeros. Wang dijo: “Esta compañía plantea a sus empleados exigencias muy estrictas”. Durante los seis años que trabajó en ella, Wang no sólo adquirió numerosos conocimientos, sino que fue madurando profesionalmente y en sus relaciones interpersonales. Y lo que es más importante, adquirió igual dominio de los sistemas administrativos chino y foráneo.

Bajo la dirección de Wang, el departamento de desarrollo de la sucursal china de Microsoft generó unas ventas que representaron un tercio de las ventas totales.

Al tiempo que Wang se veía catapultada al éxito, la Internet se extendía por toda China desarrollándose con extraordinaria rapidez. Enormemente estimulada, Wang aceptó el nuevo desafío y, dejando atrás los éxitos ya conseguidos, se concentró en desempeñar con la mayor eficiencia el cargo de gerente del departamento de administración y ventas de la compañía Cisco, no tardando en convertirse en el elemento más importante de la misma. Se llegó incluso a decir que de no haber sido por la participación de Wang, las reuniones de dicha empresa habrían carecido de interés y de significación. Sus destacados éxitos y la importancia de su cargo convirtieron a Wang en un representante clave del país y la región.

Así fueron pasando los años, hasta que no hace mucho Wang eligió un nuevo terreno para “comenzar desde cero”: Joyo, empresa de comercio electrónica financiada con capital privado en la que actualmente desempeña el cargo de directora ejecutiva.

Un puente de un solo tronco

Al recordar su entrada en Joyo, Wang dijo lo siguiente: “Cuando supieron que había decidido trabajar en Joyo, muchos de mis amigos me advirtieron de los riesgos y dificultades que acechan a la mayoría de las compañías dedicadas al comercio electrónico, y me aconsejaron que me esmerara en los preparativos”. Wang reconoce que los años trabajados Microsoft le han servido, entre otras cosas, para acumular unos conocimientos y una experiencia profesionales que la empujaron a intentar establecer en China una empresa parecida a Microsoft; pero desde la perspectiva de las ventajas a largo plazo, el hecho de trabaja para compañías transnacionales como Microsoft y Cisco hacían sentirla limitada tanto laboral como profesionalmente, lo cual la impulsó a buscar una ocupación que le permitiese un avance sin fin.

Wang no tardó en volver a cosechar un gran éxito: durante un largo período, Joyo vendió por la Internet más de 5.000 ejemplares diarios de la producción hongkongesa  El gran relato de la peregrinación al oeste . Otras producciones con buenas ventas fueron  Cuento del amor en Tokio  y  Garfield .

Después de alcanzar estos notables éxitos, Wang explicó las preocupaciones que le habían deparado los altibajos y la inestabilidad comercial de la Internet; en muchas ocasiones, tanto ella como sus compañeros de trabajo tuvieron la sensación de estar cruzando un puente de un solo tronco, es decir, de estar corriendo muchos riesgos para conseguir el éxito. Wang comentó al respecto: “Aunque tropezamos con innumerables dificultades, al final saboreamos las mieles del triunfo”.

Satisfacción física y espiritual

Wang, que prefiere hablar del placer que le proporciona su trabajo, ha encajado los éxitos logrados con gran presencia de ánimo. “Lo más importante es la satisfacción física y espiritual, que jamás se consigue del todo; el cumplimiento de los deseos materiales es sólo una base; quienes persiguen sólo bienes materiales suelen sentirse muy desgraciados”, subrayó Wang Shutong.

Mucha gente se equivoca de plano al pensar que Wang no sabe gozar de los placeres de la vida, que sólo sabe trabajar. Aparte de trabajar, distribuye racionalmente su tiempo libre, que aprovecha para disfrutar de la vida, y todos los años hace turismo durante sus vacaciones. A Wang se le quedó grabada esta pintoresca escena de sus vacaciones en Europa: “Desde la ventana de un pequeño veía un prado verde inmenso; junto a ella, había una mesa de estilo europeo cubierta con un mantel blanco como la leche; todo resultaba muy natural”.

En cuanto a su vida profesional y personal, Wang afirma que intenta armonizarla con la naturaleza.

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