JUNIO 2002

 

 

 

 

 

 

 

 


Trascendencia y actualidad de El arte militar de Sun Wu

Por HUO JIANYING

Retrato de Sun Wu

EN las innumerables guerras que se han sucedido a lo largo de la historia menudean las situaciones ejemplificadas teóricamente en El arte militar de Sun Wu. Esta obra, escrita hace más de 2.500 años, ha servido de orientación no sólo en los enfrentamientos bélicos, sino también en otras esferas de la actividad humana caracterizadas por la lucha. Libro de estrategia militar y de filosofía, ha sido muy leído no ya por militares, sino por personas muy diversas que, atraídas fuertemente por la profundidad teórica de la obra, la estudian y aplican sus enseñanzas al trabajo y a la vida cotidiana.

Algunos datos sobre El arte militar de Sun Wu

La obra de Sun Wu destaca notablemente entre las obras de su género a pesar de que su extensión es de sólo 6.000 caracteres (20.000 caracteres en las versiones en chino moderno), cifra realmente minúscula si la comparamos con los 6 millones de letras que contiene De la guerra, obra del famoso general y teórico militar prusiano Carl von Clausewitz. Si se recopilasen todos los artículos y libros escritos por especialistas chinos y extranjeros para estudiar y analizar la obra de Sun, el resultado sería seguramente el libro más largo del mundo y de la historia.

El arte militar de Sun Wu ha sido la obra de estrategia militar que ha tenido mayor transcendencia, tanto en la antigüedad como en la época contemporánea. Según se afirmaba en un reportaje, los miembros de la brigada terrestre de la marina estadounidense llevan siempre consigo una versión inglesa de la obra de Sun.

En vísperas del siglo XXI, tuvo lugar en China el V Simposio Internacional sobre el Arte Militar de Sun Wu, reunión en la que especialistas de diversos países intentaron encontrar en las ideas de Sun nuevas vías para el mantenimiento de la paz mundial. 

La de Sun Wu es una obra de filosofía militar muy leída en todo el mundo. Algunos políticos célebres la tomaron como referencia en su elaboración de políticas relacionadas con la defensa nacional; en muchos países, su estudio ha sido incluido en las asignaturas obligatorias de las universidades militares; la gente de negocios la aprovecha para vencer la competencia del mercado; y los empresarios la aplican para administrar ágilmente sus compañías. Actualmente existen incluso sitios web que ofrecen estrategias basadas en la obra de Sun Wu para obtener mayores beneficios en el mercado de valores.

Uno de los personajes de Soprano, una telenovela con un alto índice de audiencia emitida el año pasado en Gran Bretaña, decía: “Me gusta mucho la estrategia militar de Sun. Al principio pensaba que sólo trataba de temas anticuados. Pero al terminar de leerla descubrí que, a pesar de sus más de 2.500 años de antigüedad, la filosofía de Sun sigue siendo aplicable en todo el mundo”. Estas palabras llamaron hasta tal punto la atención de los televidentes británicos que se produjo una compra masiva de ejemplares de la obra de Sun. Para satisfacer la inesperada demanda, la Oxford University Press imprimió rápidamente 25.000 ejemplares.  

Pero el prestigio internacional de la obra de Sun viene de lejos. A principios de la dinastía Tang, hace 1.300 años, en Japón se la llamó “la obra sagrada de la estrategia militar”. A fines del siglo XVIII se difundió por Francia, Rusia, Gran Bretaña, Alemania y los EE.UU. Se dice que en Hollywood se está rodando una película que se titulará *Sun Wu*, en la que se narrará la historia de este general chino y la creación de su célebre obra.

El buen estratega no recurre sólo a la guerra y el luchador ágil no entra fácilmente en liza

Guerrero de terracota arrodillado en posición de disparar, escultura de la dinastía Qin (221 a.C.--207 a.C.)

Sun Wu, nacido alrededor del año 535 a.C. en el seno de una familia aristocrática, es conocido también como Sun Zi (“zi” es una forma de tratamiento cortés para referirse a personajes célebres y respetables).

Sun vivió en el Período de Primavera y Otoño (770 a.C--480 a.C), época caracterizada por incesantes guerras y levantamientos sociales. A pesar de que dedicó la mayor parte de su vida al estudio de las estrategias militares, no era un fanático de las guerras, puesto que siempre fue muy consciente de las grandes pérdidas que éstas comportaban. En las primeras líneas de su obra dice: “No podemos sino mantener una actitud seria ante la guerra, conflicto de suma importancia relacionado directamente con la suerte del país y la vida del pueblo”. De la lectura de su obra se desprende que la guerra es un medio para eliminar y evitar las guerras, y que los conflictos también pueden solucionarse por medios pacíficos.

La idea de Sun de que la guerra es la última salida ha calado muy hondo en la mentalidad del pueblo chino.

El carácter chino wu (guerra) consta de dos componentes: zhi (cesar) y ge (arma, combate). En los diccionarios antiguos wu se define como “poner fin a los actos bélicos”.

En la antigua China los asuntos estatales se dividían en civiles y militares. Los primeros eran asuntos políticos, económicos y administrativos, mientras que los segundos estaban relacionados con la administración militar y la guerra. La composición del carácter wu demuestra el deseo de alcanzar la paz y de terminar con los disturbios sociales por medio de la guerra.

Durante milenios, los chinos se han mantenido fieles a la doctrina según la cual los países belicosos están abocados al fracaso y los países que no se preparan para la guerra corren el riesgo de ser conquistados. Así pues, la estrategia militar de China se basa en la defensa, pero en una defensa activa. Este principio, que aparece en el octavo capítulo de El arte militar de Sun Wu, puede formularse como sigue: cuando los preparativos han sido suficientes, la amenaza de una guerra no inspira ningún temor, y el gran poderío de un  estado es su mejor protección contra las invasiones.

Shang Yang (390 a.C-338 a.C), político del Período de los Estados Combatientes, expresó una idea parecida: “Vale la pena emprender una guerra destinada a terminar con otra guerra injusta”. 

“Vencer al enemigo sin combate”, táctica mencionada en el tercer capítulo, ha sido elogiada frecuentemente por los estrategas de diferentes épocas. Sun comentó que ésta era la táctica más elevada y el máximo objetivo que debían perseguir los militares: “El mejor resultado sería vencer con tácticas; el segundo, por medio de la diplomacia; el tercero, enviando tropas; y el último, con batallas cuerpo a cuerpo”.

La historia ha sido y sigue siendo testigo de las enormes pérdidas infligidas por las guerras tanto a los vencedores como a los vencidos. Según un dicho popular, para eliminar a 3.000 enemigos hay que sufrir 800 bajas. Esas cifras aluden a las guerras de la antigüedad; no cabe duda de que la potencia del armamento moderno puede multiplicar varias veces el número de bajas tanto entre el ejército como entre la población civil. La crueldad de la guerra moderna debe llevarnos a adoptar una actitud sensata y prudente, sobre todo ante la guerra total a gran escala.

En el mundo actual, la decisión más sensata es la de respetar la soberanía de los países y aceptar las diferencias de los valores imperantes en ellos. La obra de Sun nos anima a buscar un terreno común por medio del diálogo, las consultas y los acuerdos, y a resolver los conflictos de forma pacífica.

A lo largo de sus 13 capítulos se exponen varias tácticas de combate. A juicio de Sun, cuando la guerra se hace inevitable, no hay más remedio que emprenderla resueltamente y eliminar al enemigo con la mayor rapidez y el menor costo posibles. Siempre según Sun, la gente puede utilizar las características que definen la guerra y el jefe militar debe conocer su situación y la de su enemigo, puesto que en ello se basa el triunfo.

El poder del arte militar reside en ejecerlo adecuadamente

Detalle de un fresco de la gruta de Dunhuang en el que se representa una batalla de la época Wei del Oeste (535-557)

En la antigua China, los jefes militares solían ser personas que habían estudiado los libros de estrategia militar bastante a fondo. En 1972, en una tumba de la dinastía Han del Oeste (206 a.C.-25) situada en la montaña de Yinque (Linyi, provincia Shandong), se descubrió El arte militar de Sun Wu tallado en tabillas de bambú, hallazgo que confirmó su amplia difusión en dicha época. Cao Cao, gran político y estratega del siglo III, redactó notas y explicaciones sobre la teoría. Por otra parte, Li Shimin, emperador y forjador de la espléndida dinastía Tang, dijo que la teoría de Sun era incomparable.

En la época de Yuanfeng, de la dinastía Song (1078-1085), se llevó a cabo una recopilación de las siete teorías maestras de la estrategia militar, recopilación que se estableció como lectura obligatoria para los examinandos militares y al frente de la cual figuraba la teoría de Sun.

Al analizar la teoría de Sun, el famoso teórico militar de la dinastía Ming (1368-1644) Mao Yuanyi, señaló: “En el Período de Primavera y Otoño y el período de los Estados Combatientes había seis teóricos militares aparte de Sun Wu, cuya teoría, más profunda y completa que la de sus antecesores, fue asumida enteramente por los estrategas posteriores”. Se comprende así que El arte militar de Sun Wu, obra en la que se sintetizan las ideas de las generaciones anteriores, haya constituido parte importante de los estudios de estrategia militar.

Es necesario advertir que pese a su profundidad, este libro no es una arma mágica para vencer a los enemigos. En efecto, en las guerras que se han sucedido a lo largo de más de 2.000 años ha habido siempre vencedores y vencidos, a pesar de que unos y otros han usado las tácticas de Sun.

En el primer capítulo de su obra, Sun afirma que son muchos los factores que determinan el resultado de una guerra. A fin de valorarlos correctamente es necesario comparar los bandos beligerantes teniendo en cuenta los siguientes aspectos: la política del estado, las condiciones climáticas, la situación geográfica y el terreno, el carácter del rey, las cualidades de los generales y los ejércitos, y el apoyo del pueblo. Hace más de 2.000 años Sun ya comprendió los factores que determinan el resultado de las guerras son diversos y cambiantes, de suerte que, en contra de lo que suele suponerse, la simple comparación del número de tropas y armas no es suficiente. Sun señaló asimismo que, si bien todos los generales importantes conocían sus tácticas y estrategias, los vencedores fueron aquéllos que las habían empleado de forma flexible tras estudiar la situación detenidamente. Los generales de la antigüedad estaban plenamente de acuerdo con tal afirmación. Hablando del arte militar, Yue Fei (1103-1142), renombrado general de la dinastía Song del Sur que había vencido al ejército del reino norteño de Jin, subrayó que lo importante era emplear las tácticas tras haber estudiado y analizado la situación en profundidad.

En la historia de las guerras no escasean los ejemplos de triunfos logrados por bandos teóricamente inferiores. Sun dijo al respecto: “La forma del agua es cambiante; en el campo de batalla la situación varía; quienes sepan controlar las variaciones de la batalla triunfarán”. En cierto sentido, en las guerras nadie es invencible, puesto que no siempre se ganan todas las batallas.

La sociedad humana del siglo XXI, aunque impulsada por la corriente principal del desarrollo y la paz, sigue bajo la amenaza de la guerra y sus secuelas. Hoy en día, un número creciente de especialistas en el arte militar de Sun ahondan en las causas de las guerras y se empeñan en forjar nuevas ideas a partir de la obra de este insigne estratega chino. Ello revela, sin duda, la civilización, el progreso, la madurez y la sabiduría de la humanidad.

                                                                        

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