Trascendencia y actualidad de El arte militar de Sun Wu
Por
HUO JIANYING
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Retrato
de Sun Wu |
EN las innumerables
guerras que se han sucedido a lo largo de la historia menudean
las situaciones ejemplificadas teóricamente en El arte militar
de Sun Wu. Esta obra, escrita hace más de 2.500 años, ha
servido de orientación no sólo en los enfrentamientos bélicos,
sino también en otras esferas de la actividad humana caracterizadas
por la lucha. Libro de estrategia militar y de filosofía, ha
sido muy leído no ya por militares, sino por personas muy diversas
que, atraídas fuertemente por la profundidad teórica de la obra,
la estudian y aplican sus enseñanzas al trabajo y a la vida
cotidiana.
Algunos
datos sobre El arte militar de Sun Wu
La obra de Sun Wu
destaca notablemente entre las obras de su género a pesar de
que su extensión es de sólo 6.000 caracteres (20.000 caracteres
en las versiones en chino moderno), cifra realmente minúscula
si la comparamos con los 6 millones de letras que contiene De
la guerra, obra del famoso general y teórico militar prusiano
Carl von Clausewitz. Si se recopilasen todos los artículos y
libros escritos por especialistas chinos y extranjeros para
estudiar y analizar la obra de Sun, el resultado sería seguramente
el libro más largo del mundo y de la historia.
El arte militar de
Sun Wu ha sido la
obra de estrategia militar que ha tenido mayor transcendencia,
tanto en la antigüedad como en la época contemporánea. Según
se afirmaba en un reportaje, los miembros de la brigada terrestre
de la marina estadounidense llevan siempre consigo una versión
inglesa de la obra de Sun.
En vísperas del siglo
XXI, tuvo lugar en China el V Simposio Internacional sobre el
Arte Militar de Sun Wu, reunión en la que especialistas de diversos
países intentaron encontrar en las ideas de Sun nuevas vías
para el mantenimiento de la paz mundial.
La de Sun Wu es una
obra de filosofía militar muy leída en todo el mundo. Algunos
políticos célebres la tomaron como referencia en su elaboración
de políticas relacionadas con la defensa nacional; en muchos
países, su estudio ha sido incluido en las asignaturas obligatorias
de las universidades militares; la gente de negocios la aprovecha
para vencer la competencia del mercado; y los empresarios la
aplican para administrar ágilmente sus compañías. Actualmente
existen incluso sitios web que ofrecen estrategias basadas en
la obra de Sun Wu para obtener mayores beneficios en el mercado
de valores.
Uno de los personajes
de Soprano, una telenovela con un alto índice de audiencia
emitida el año pasado en Gran Bretaña, decía: “Me gusta mucho
la estrategia militar de Sun. Al principio pensaba que sólo
trataba de temas anticuados. Pero al terminar de leerla descubrí
que, a pesar de sus más de 2.500 años de antigüedad, la filosofía
de Sun sigue siendo aplicable en todo el mundo”. Estas palabras
llamaron hasta tal punto la atención de los televidentes británicos
que se produjo una compra masiva de ejemplares de la obra de
Sun. Para satisfacer la inesperada demanda, la Oxford University
Press imprimió rápidamente 25.000 ejemplares.
Pero el prestigio
internacional de la obra de Sun viene de lejos. A principios
de la dinastía Tang, hace 1.300 años, en Japón se la llamó “la
obra sagrada de la estrategia militar”. A fines del siglo XVIII
se difundió por Francia, Rusia, Gran Bretaña, Alemania y los
EE.UU. Se dice que en Hollywood se está rodando una película
que se titulará *Sun Wu*, en la que se narrará la historia de
este general chino y la creación de su célebre obra.
El buen estratega no recurre
sólo a la guerra y el luchador ágil no entra fácilmente en liza
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Guerrero
de terracota arrodillado en posición de disparar, escultura
de la dinastía Qin (221 a.C.--207 a.C.) |
Sun Wu, nacido alrededor
del año 535 a.C. en el seno de una familia aristocrática, es
conocido también como Sun Zi (“zi” es una forma de tratamiento
cortés para referirse a personajes célebres y respetables).
Sun vivió en el Período
de Primavera y Otoño (770 a.C--480 a.C), época caracterizada
por incesantes guerras y levantamientos sociales. A pesar de
que dedicó la mayor parte de su vida al estudio de las estrategias
militares, no era un fanático de las guerras, puesto que siempre
fue muy consciente de las grandes pérdidas que éstas comportaban.
En las primeras líneas de su obra dice: “No podemos sino mantener
una actitud seria ante la guerra, conflicto de suma importancia
relacionado directamente con la suerte del país y la vida del
pueblo”. De la lectura de su obra se desprende que la guerra
es un medio para eliminar y evitar las guerras, y que los conflictos
también pueden solucionarse por medios pacíficos.
La idea de Sun de
que la guerra es la última salida ha calado muy hondo en la
mentalidad del pueblo chino.
El carácter chino
wu (guerra) consta de dos componentes: zhi (cesar)
y ge (arma, combate). En los diccionarios antiguos wu
se define como “poner fin a los actos bélicos”.
En la antigua China
los asuntos estatales se dividían en civiles y militares. Los
primeros eran asuntos políticos, económicos y administrativos,
mientras que los segundos estaban relacionados con la administración
militar y la guerra. La composición del carácter wu demuestra
el deseo de alcanzar la paz y de terminar con los disturbios
sociales por medio de la guerra.
Durante milenios,
los chinos se han mantenido fieles a la doctrina según la cual
los países belicosos están abocados al fracaso y los países
que no se preparan para la guerra corren el riesgo de ser conquistados.
Así pues, la estrategia militar de China se basa en la defensa,
pero en una defensa activa. Este principio, que aparece en el
octavo capítulo de El arte militar de Sun Wu, puede formularse
como sigue: cuando los preparativos han sido suficientes, la
amenaza de una guerra no inspira ningún temor, y el gran poderío
de un estado es su mejor protección contra las invasiones.
Shang Yang (390 a.C-338
a.C), político del Período de los Estados Combatientes, expresó
una idea parecida: “Vale la pena emprender una guerra destinada
a terminar con otra guerra injusta”.
“Vencer al enemigo
sin combate”, táctica mencionada en el tercer capítulo, ha sido
elogiada frecuentemente por los estrategas de diferentes épocas.
Sun comentó que ésta era la táctica más elevada y el máximo
objetivo que debían perseguir los militares: “El mejor resultado
sería vencer con tácticas; el segundo, por medio de la diplomacia;
el tercero, enviando tropas; y el último, con batallas cuerpo
a cuerpo”.
La historia ha sido
y sigue siendo testigo de las enormes pérdidas infligidas por
las guerras tanto a los vencedores como a los vencidos. Según
un dicho popular, para eliminar a 3.000 enemigos hay que sufrir
800 bajas. Esas cifras aluden a las guerras de la antigüedad;
no cabe duda de que la potencia del armamento moderno puede
multiplicar varias veces el número de bajas tanto entre el ejército
como entre la población civil. La crueldad de la guerra moderna
debe llevarnos a adoptar una actitud sensata y prudente, sobre
todo ante la guerra total a gran escala.
En el mundo actual,
la decisión más sensata es la de respetar la soberanía de los
países y aceptar las diferencias de los valores imperantes en
ellos. La obra de Sun nos anima a buscar un terreno común por
medio del diálogo, las consultas y los acuerdos, y a resolver
los conflictos de forma pacífica.
A lo largo de sus
13 capítulos se exponen varias tácticas de combate. A juicio
de Sun, cuando la guerra se hace inevitable, no hay más remedio
que emprenderla resueltamente y eliminar al enemigo con la mayor
rapidez y el menor costo posibles. Siempre según Sun, la gente
puede utilizar las características que definen la guerra y el
jefe militar debe conocer su situación y la de su enemigo, puesto
que en ello se basa el triunfo.
El poder
del arte militar reside en ejecerlo adecuadamente
 |
Detalle
de un fresco de la gruta de Dunhuang en el que se representa
una batalla de la época Wei del Oeste (535-557) |
En la antigua China, los jefes militares solían ser personas que habían
estudiado los libros de
estrategia militar bastante a fondo. En 1972, en una tumba
de la dinastía Han del Oeste (206 a.C.-25) situada en la montaña
de Yinque (Linyi, provincia Shandong), se descubrió El arte
militar de Sun Wu tallado en tabillas de bambú, hallazgo
que confirmó su amplia difusión en dicha época. Cao Cao, gran
político y estratega del siglo III, redactó notas y explicaciones
sobre la teoría. Por otra parte, Li Shimin, emperador y forjador
de la espléndida dinastía Tang, dijo que la teoría de Sun era
incomparable.
En la época de Yuanfeng, de la dinastía Song (1078-1085), se llevó a cabo
una recopilación de las siete teorías maestras de la estrategia
militar, recopilación que se estableció como lectura obligatoria
para los examinandos militares y al frente de la cual figuraba
la teoría de Sun.
Al analizar la teoría de Sun, el famoso teórico militar de la dinastía
Ming (1368-1644) Mao Yuanyi, señaló: “En el Período de Primavera
y Otoño y el período de los Estados Combatientes había seis
teóricos militares aparte de Sun Wu, cuya teoría, más profunda
y completa que la de sus antecesores, fue asumida enteramente
por los estrategas posteriores”. Se comprende así que El
arte militar de Sun Wu, obra en la que se sintetizan las
ideas de las generaciones anteriores, haya constituido parte
importante de los estudios de estrategia militar.
Es necesario advertir que pese a su profundidad, este libro no es una arma
mágica para vencer a los enemigos. En efecto, en las guerras
que se han sucedido a lo largo de más de 2.000 años ha habido
siempre vencedores y vencidos, a pesar de que unos y otros han
usado las tácticas de Sun.
En el primer capítulo de su obra, Sun afirma que son muchos los factores
que determinan el resultado de una guerra. A fin de valorarlos
correctamente es necesario comparar los bandos beligerantes
teniendo en cuenta los siguientes aspectos: la política del
estado, las condiciones climáticas, la situación geográfica
y el terreno, el carácter del rey, las cualidades de los generales
y los ejércitos, y el apoyo del pueblo. Hace más de 2.000 años
Sun ya comprendió los factores que determinan el resultado de
las guerras son diversos y cambiantes, de suerte que, en contra
de lo que suele suponerse, la simple comparación del número
de tropas y armas no es suficiente. Sun señaló asimismo que,
si bien todos los generales importantes conocían sus tácticas
y estrategias, los vencedores fueron aquéllos que las habían
empleado de forma flexible tras estudiar la situación detenidamente.
Los generales de la antigüedad estaban plenamente de acuerdo
con tal afirmación. Hablando del arte militar, Yue Fei (1103-1142),
renombrado general de la dinastía Song del Sur que había vencido
al ejército del reino norteño de Jin, subrayó que lo importante
era emplear las tácticas tras haber estudiado y analizado la
situación en profundidad.
En la historia de las guerras no escasean los ejemplos de triunfos logrados
por bandos teóricamente inferiores. Sun dijo al respecto: “La
forma del agua es cambiante; en el campo de batalla la situación
varía; quienes sepan controlar las variaciones de la batalla
triunfarán”. En cierto sentido, en las guerras nadie es invencible,
puesto que no siempre se ganan todas las batallas.
La sociedad humana del siglo XXI, aunque impulsada por la corriente principal
del desarrollo y la paz, sigue bajo la amenaza de la guerra
y sus secuelas. Hoy en día, un número creciente de especialistas
en el arte militar de Sun ahondan en las causas de las guerras
y se empeñan en forjar nuevas ideas a partir de la obra de este
insigne estratega chino. Ello revela, sin duda, la civilización,
el progreso, la madurez y la sabiduría de la humanidad.