Los hermanos
Nie
EN
el año 397 a.C. ocurrió un suceso extraño en Xinzheng, capital
de Han, uno de los siete estados del Período de los Reinos Combatientes,
situado al centro y al este de lo que hoy en día son las provincias
de Henan y Shenxi, respectivamente. Cierto día, mientras Xia
Lei, primer ministro de la corte, estaba trabajando, un hombre
irrumpió en su palacio y agitando la mano gritó: “Hay asuntos
apremiantes sobre los que debo informar al primer ministro”.
Ante la mirada atónita de los guardias, aquel hombre se dirigió
presuroso al despacho de Xia Lei y le asestó una puñalada en
el corazón. Inmediatamente, el desorden se apoderó del palacio.
La escolta rodeó el despacho para prender al sicario, quien
antes de que se le acercaran se cortó la cara con la espada,
se sacó los ojos con los dedos y se cortó la garganta.
Como el caso era tan importante como insólito,
pasó rápidamente a manos del rey Han Lieho (quien reinó entre
los años 399 y 387 a.C.). Éste ordenó que dieran generosas recompensas
a quienes ofrecieran información sobre la identidad del sicario.
Pasados siete días, aunque muchas personas fueron a ver el cadáver,
nadie supo decir quién eran el muerto, de dónde procedía ni
por qué había cometido aquel crimen.
La noticia se difundió pronto por los estados
vecinos. Cuando Nie Ying, habitante de Zhiyi, en el estado de
Wei, se enteró del caso, lloró amargamente y dijo a su esposo:
“¡Estoy segura de que se trata de mi hermano menor Nie Zheng!”.
Entonces, se cubrió la cabeza con un pañuelo blanco de seda
en señal de duelo y se encaminó a la lejana Xinzheng. Al encontrar
el cadáver de su hermano tendido en la calle, lloró sobre él
descosonladamente. En seguida, fue detenida por los soldados,
quienes la interrogaron acerca de su identidad. Sin temor alguno,
Nie Ying confesó ser la hermana mayor del muerto, dio fe abiertamente
del comportamiento honesto de su hermano y explicó por qué éste
había asesinado a Xia Lei.
Xia Lei había demostrado ser un hombre malagradecido.
Antes de llegar al poder, había trabado amistad con Yan Zhongzi,
oriundo de Puyang (en la actual provincia de Henan). Éste le
prestó ayuda económica hasta que consiguió el cargo de primer
ministro en la corte. Una vez en el poder, no se volvió a acordar
de los favores. Como Yan le pidió audiencia en una ocasión y
Xia no se la concedió so pretexto de estar muy ocupado, fue
a ver al monarca Han Lieho, quien sí le atendió y le otorgó
el favor que pedía. Xia inventó acusó a Yan de varios delitos
ante el soberano Han con segundas intenciones, obligándole a
llevar una vida de vagabundo. Además, cuando con el fin de adular
al Estado de Qin (una potencia occidental) se opuso a que los
otros estados orientales se unieran para hacerle frente, se
encontró con la firme oposición de los patriotas.
Nie Zheng, natural del Estado de Wei, se vio obligado
a huir al reino de Qi después de haber matado a un hombre infame.
Allí vivió de matarife y conoció a Yan Zhongzi, del quien se
hizo muy amigo y quien a su vez le ayudó generosamente a superar
muchas dificultades. Por ejemplo, ofreció una buena dote a Nie
Ying que favoreció a su madre de avanzada edad. Este acto conmovió
a los hermanos Nie. Después de la muerte de la madre, Nie Zheng
decidió matar a Xia Lie para vengar a su amigo en señal de gratitud.
Nie Yin añadió sollozando: “Como Nie Zheng y yo
somos hermanos gemelos y nos parecemos mucho, antes de morir
se desfiguró la cara y se arrancó los ojos para evitar involucrarme
en el crimen. No puedo aferrarme a la vida, temer a la muerte
y olvidar sus nobles cualidades. He venido para dar a conocer
su nombre y para que todo el mundo conozca a este héroe”. Después
de decir estas palabras, se suicidó.
La historia de los hermanos Nie se difundió rápidamente
por todos los estados despertando la admiración y simpatía de
mucha gente, incluido el soberano del Estado de Han, quien reconoció
a Nie Ying como una heroína y ordenó darle sepultura junto con
su hermano. Este relato aparece en los Anales
de los Reinos Combatientes y en los Registros
históricos con el título Biografías
de los sicarios. Guo Moruo, uno de los más ilustres literatos
chinos contemporáneos nuestra época, realizó una adaptación
teatral de esta historia a la que tituló La
flor de tangdi. La palabra “tangdi” (fraternidad) aparece
en El libro de las odas,
la recopilación de poemas chinos más antigua de la que se tiene
noticia.