ABRIL 2002

 

 

 

 

 

 

 

 


La OMC acaba con los “dinosaurios”

Por DING WENXIN

DE no haber sido por el ingreso en la OMC, el año 2001 no merecería ninguna mención en lo referente a la economía, puesto que el Gobierno no propuso grandes reformas ni imprimió viraje alguno a la economía nacional.

Sin embargo, el 2001 fue un año de veras especial y lleno de expectación ante la incorporación de nuestro país a la OMC.

A medida que iban dándose a conocer las condiciones de nuestro ingreso en la OMC, las discusiones y las conjeturas sobre las ventajas y los inconvenientes que ello reportaría a China fueron asentándose sobre bases bien definidas. Al analizar lo sucedido tras nuestra entrada en la OMC, muchos olvidan o pasan por alto el hecho de que se trata de una decisión política de carácter general que no obedece exclusivamente a motivos económicos. Si el resultado se limitase a un cambio, fácilmente calculable, en las dimensiones del mercado, China no habría tardado más de diez años en recorrer, a menudo con vacilaciones, el camino que la ha conducido a la OMC.

El golpe de mazo dado en Doha no terminó con el suspense, sino que lo avivó. Habrá que esperar cinco o más años para despejar las actuales incógnitas. Las empresas e industrias chinas tendrán que decidir si aprovechan la entrada en la OMC o sucumben ante ella.

Reorganización estructural

Con la política de reforma emprendida hace años, China demostró su voluntad de prepararse para las repercusiones de un eventual ingreso en la OMC. Ello ha sido especialmente perceptible en los sectores más importantes, entre ellos la agricultura, las finanzas (bancos, seguros, bonos y acciones), la industria automovilística y las telecomunicaciones.

El proyecto de división y reorganización de la industria china de las telecomunicaciones ha salido recientemente a la luz tras años de vacilaciones y acalorados debates. La ejecución de este proyecto anuncia que China no tardará en llevar a la práctica otros proyectos de reforma incubados durante largo tiempo. Todos ellos tienen en común lo siguiente: la creación, mediante el reajuste de la estructura interna del sector, de un plantel de empresas e industrias altamente competitivas, capaces de impulsar el desarrollo de la industria nacional y de defender el mercado chino ante la acometida de sus rivales extranjeras, misión que les han encomendado tácitamente el Gobierno y el pueblo.

En los próximos años, las palabras “división”, “reorganización” y otras expresiones vinculadas con la OMC se utilizarán con frecuencia creciente.

La extinción de los “dinosaurios”

En la industria de las telecomunicaciones hay lo que en China ha dado en llamarse “dinosaurios”, empresas de gran envergadura, cuya falta de vigor y competitividad las obligará a fragmentarse en varias empresas que se enfrentarán para alzarse con la mayor cuota del mercado.

El 11 de diciembre del 2001, es decir, un día después de la incorporación de China a la OMC, se anunció públicamente que el Consejo de Estado había aprobado el proyecto de división de China Telecom. Según dicho proyecto, los bienes y equipos que este grupo empresarial posee en las diez provincias del norte del país se transferirán a las empresas estatales China Netcom y Jitong, que se unirán para formar el grupo China Net Telecom (en adelante, CNT), mientras que los que posee en el sur permanecerán en sus empresas actuales, las cuales formarán una nueva corporación que seguirá llamándose China Telecom. De esta manera, el mercado chino de las telecomunicaciones presentará  una nueva estructura en la que seis grandes empresas iniciarán su andadura desde el mismo punto de partida, lo cual significará el fin del monopolio ejercido por China Telecom durante décadas.

En cuanto a algunos detalles de tales proyectos, como es el de la distribución de los bienes y del personal, será el Ministerio de Industria de las Tecnologías de la Información quien velará por su correcto cumplimiento. Desde este mes de febrero China asiste a un imparable proceso de creación de empresas y de reorganización de las ya existentes.

El 30 por ciento de la red nacional de comunicaciones de larga distancia y la red de comunicaciones locales de las diez provincias septentrionales pertenecen ahora al grupo CNT. Por lo tanto, en China hay actualmente cuatro empresas de telecomunicaciones capaces de ofrecer una completa gama de servicios, y no pasarán muchos años antes de que otras empresas sean autorizadas a entrar en este sector. China Telecom perderá así sus privilegios y entre las empresas de telecomunicaciones de nuestro país se establecerá una verdadera competencia.

La división promueve el desarrollo

“Supermercado” de teléfonos celulares

Al dirigir una mirada retrospectiva a los cambios de estos últimos años, saltan a la vista la determinación demostrada por el Gobierno chino a la hora de reestructura el sector de las telecomunicaciones, así como los éxitos cosechados en tal empeño. En 1998, año en que comenzó a hablarse de dividir China Telecom, el pueblo le puso el mote de “dinosaurio”, clara expresión de su deseo de terminar con ese monopolio.

Por aquel entonces China Telecom copaba prácticamente el mercado chino de las telecomunicaciones: teléfonos convencionales, teléfonos celulares, buscapersonas, comunicaciones vía satélite, etc. Dicho de otro modo, era un auténtico monopolio. Por otra parte, la mala calidad de sus servicios y su falta de recursos provocaban con frecuencia las quejas de los ciudadanos.

En el 2000, el sector de los teléfonos celulares, los buscapersonas y las comunicaciones vía satélite se abrió a empresas de telecomunicaciones de reciente creación, de lo cual el pueblo no tardó mucho en beneficiarse. Al año siguiente, la intensificación de la competencia propició sucesivas reducciones de las tarifas de conexión, tanto para la telefonía fija y móvil, como para la navegación por la Internet. En todas partes se veían anuncios de tarjetas telefónicas con descuento y de servicios preferenciales. Las ofertas se sucedían tan velozmente que en ocasiones algunas empresas acusaron a sus rivales de practicar una competencia desleal basada en un recorte ilegal de los precios. Se llegó a tal punto que el correspondiente departamento gubernamental se vio obligado a intervenir, algo que en un principio habría resultado inimaginable.

Se prevé que, una vez concluida la actual reestructuración, las tarifas desciendan con mayor rapidez y la industria china de las telecomunicaciones experimente un desarrollo sin precedentes.

Resistir los ataques

El ingreso en la OMC traerá a China más oportunidades, pero también más presiones. Lo más probable es que en el sector de las telecomunicaciones las presiones sean más numerosas que las oportunidades.

China debe prepararse a fondo para evitar que las empresas de dicho sector sucumban a los ataques de sus rivales foráneas. Ello exige, en primer lugar, acabar con la situación de monopolio y revitalizar este sector aprovechando la competencia en el mercado; y, en segundo lugar, esforzarse por ayudar a las empresas chinas a alcanzar la competitividad necesaria para hacer frente a sus homólogas extranjeras.

No es difícil comprobar que la reestructuración del sector de las telecomunicaciones está realizándose al hilo de dichas exigencias. Tras su fraccionamiento, China Telecom, cuyo capital fijo es de más de 600.000 millones de yuanes, suplirá con sus abundantes recursos técnicos y financieros las carencias de las nuevas empresas, potenciando con ello su competitividad y reduciendo el peligro de que éstas sean absorbidas por el capital extranjero. Dada la trascendencia de las telecomunicaciones, el Gobierno se ha mostrado siempre muy prudente con respecto a la entrada de capital foráneo en este sector. Pero al mismo tiempo, éste se ha sentido desconcertado ante una escasez de fondos que lo empuja a captar capital procedente del exterior. La reestructuración en curso viene no sólo a resolver esta contradicción, sino también a conceder a las empresas tanto chinas como extranjeras márgenes más amplios para su desarrollo.

Las acciones de China Unicom y China Mobile, dos de las empresas de telecomunicaciones existentes actualmente en nuestro país, cotizan en las bolsas internacionales. El 11 de diciembre, un día después de la incorporación de China a la OMC, el Ministro de Industria de las Tecnologías de la Información anunció la abolición de dos políticas que restringían las inversiones extranjeras. Unos días más tarde se promulgaron los Nuevos Reglamentos sobre la Administración de Inversiones Extranjeras en el Sector de las Telecomunicaciones, uno de los primeros conjuntos de disposiciones legales elaboradas ajustándose a las condiciones incluidas en el acuerdo sobre el ingreso de China en la OMC.

Esa rapidez ha sorprendido a mucha gente. En realidad, tal prontitud revela no sólo que China está cumpliendo su promesa de abrir al exterior un sector tan importante como es el de las telecomunicaciones, sino también que las empresas del mismo se han preparado adecuadamente para afrontar los retos derivados del ingreso de nuestro país en la OMC.

El incentivo de la OMC

China Telecom ha decido dividirse y reorganizarse para afrontar la competencia foránea con mayores garantías

La entrada en la OMC no repercute solamente en el sector de las telecomunicaciones, por lo que éste no es el único que está acelerando el ritmo de su reestructuración.

No se sabe si consciente o inconscientemente, cuando la expresión “ru shi” (que significa ingresar en la OMC) comenzó a popularizarse entre los chinos, las numerosas reformas económicas que China estaba llevando a cabo pusieron rumbo hacia una eventual incorporación de nuestro país a dicha organización. Se creía que China no podría sobrevivir al período de transición posterior a su ingreso en la OMC sin realizar reformas.

Evidentemente, la realidad es muy otra. Aunque la incorporación de China a la OMC planteaba grandes desafíos, ninguno de ellos suponía una amenaza de muerte. Nuestro país lleva más de 20 años aplicando una política de reforma y apertura, gracias a lo cual la transición hacia una economía de mercado es ya irreversible y tanto la economía basada en los capitales extranjeros como la basada en los capitales colectivo-estatales representan cada una la tercera parte del mercado nacional. Es obvio que todo ello no se ha hecho exclusivamente para poder acceder a la OMC.

Lo cierto es que si la economía china se ha internacionalizado y hoy en día se halla más cercana a la economía de libre mercado, ello se debe, por una parte, a la profundización incesante de la reforma económica emprendida por nuestro país hace ya más de veinte años; y por otra, al hecho de que tanto los sectores económicos más vulnerables, entre ellos el financiero y el de las telecomunicaciones, como los sectores considerados pilares de la economía nacional hayan abierto sus puertas a la administración colectiva y la foránea. Estos procesos constituyen una etapa de la reforma acometida por China con independencia de su ingreso en la OMC.

No obstante, también es verdad que en muchos casos dicha reforma logró avanzar con mayor rapidez y vencer obstáculos con mayor facilidad debido al acicate que representaban el ingreso en dicha organización y, más concretamente, los subsiguientes ataques a los que podía quedar expuesta nuestra economía. Veamos un ejemplo. Cuando se anunció la división de China Telecom, fueron muchos quienes expresaron su temor de que tal decisión supusiera el ocaso de la única empresa china de telecomunicaciones capaz de competir con las grandes empresas del resto del mundo, tanto más cuanto que precisamente en este momento otros países tratan de reforzar las empresas de este sector mediante fusiones y anexiones. De no ser por el ingreso en la OMC, ese temor estaría plenamente justificado. No obstante, los hechos nos dicen claramente que si no se procediese a dividir China Telecom y a inculcarle la necesidad de competir, esta empresa sería siempre un “dinosaurio”. Es decir, una empresa gigantesca, inerte y absolutamente incapaz de competir en el mercado internacional, que, además, consumiría una cantidad extraordinaria de recursos y frenaría el desarrollo de empresas mucho más dinámicas.

Aquí es donde entra en juego nuestro ingreso en la OMC, el cual ha señalado el inicio de una nueva etapa tanto para la industria china de las telecomunicaciones, como para la reforma y el desarrollo económico de China.

Referencias

Las seis principales empresas chinas de telecomunicaciones

--- China Telecom:

El grupo China Telecom es una empresa estatal mastodóntica cuya esfera de negocios comprende las redes fijas e instalaciones de telecomunicaciones tanto nacionales como internacionales (incluidas las redes de radio local); todos los servicios de sonido, imagen, datos y comunicaciones por Internet a través de redes fijas; la explotación tecnológica y los sistemas integrados relacionados con la información y las comunicaciones; y otros servicios autorizados por el Gobierno.

--- China Netcom

China Netcom, una de las empresas más importantes de este sector, ya ha concluido y puesto en funcionamiento la primera fase de la CNCnet (banda ancha de China). La segunda fase del tendido del cable submarino internacional C2C convertirá a China Netcom en la única empresa nacional, aparte de China Telecom, que dispondrá de esta vía de transmisión. Los siete principales servicios ofrecidos actualmente por esta empresa son: conexión a Internet, conexiones de banda ancha, suministro de datos administrativos, servicios vía satélite, servicios telefónicos y conexión de banda ancha para viviendas.

--- China Mobile

El grupo China Mobile se estableció con fondos y recursos de las telecomunicaciones móviles del antiguo Buró Estatal de Correos y Telecomunicaciones. Tiene sucursales en 25 provincias, ciudades y regiones, y es el único propietario del grupo China Telecom Hong Kong. Sus actividades se centran en las telecomunicaciones móviles (incluidos sonido, datos e Internet), los sistemas integrados, la administración de las cuentas de la telefonía celular, la explotación tecnológica y otros servicios relacionados con las telecomunicaciones móviles.

--- China Unicom

Fundada el 19 de julio de 1994, China Unicom S.A. cuenta en la actualidad con más de 300 sucursales repartidas por todo el país. En junio del 2000 sus acciones empezaron a cotizarse en las bolsas de Nueva York y Hong Kong. Entre sus servicios figuran la telefonía celular (incluidos GSM y CDMA), la telefonía local y de larga distancia, y las comunicaciones digitales (incluidas Internet y la telefonía IP). El Consejo de Estado ha encargado a China Unicom el establecimiento y la gestión de las telecomunicaciones móviles CDMA. Las redes de los ejércitos ya han sido transferidas oficialmente a esta empresa.

--- China Railcom

La empresa Telecomunicaciones de los Ferrocarriles de China S.A. se creó el 7 de enero del 2002 con fondos del Ministerio de Ferrocarriles, el accionista holding, y de los 14 burós que éste tiene distribuidos a lo largo de su red nacional de ferrocarriles. Dispone de sucursales en cuatro municipios directamente subordinados al Gobierno Central y en 25 capitales provinciales. Cuenta con un capital de 13.600 millones de yuanes y se dedica principalmente a la telefonía fija, la Internet, las comunicaciones digitales y la telefonía IP. Su red de comunicaciones, que dispone de  42.000 kilómetros de cable de fibra óptica, así como de 4.593 kilómetros de microondas digitales, se extiende por todo el país a lo largo de 65.000 kilómetros de vía férrea y de 120.000 kilómetros de carreteras.

--- TVSC

El grupo Telecomunicaciones China Vía Satélite comenzará a funcionar a finales de este año. Se trata de una empresa estatal de gran envergadura, organizada en compañías dedicadas a los servicios vía satélite y financiada con inversiones del antiguo Ministerio de Correos y Telecomunicaciones, conforme al proyecto de reestructuración del sector elaborado por el Consejo de Estado. Sus integrantes principales son: la Compañía de Radiodifusión China Vía Satélite de, la Compañía de Servicios de Traducción de Correos y Telecomunicaciones de China, la Compañía Chinasat de China Telecom Hong Kong, Telecomunicaciones Móviles Vía Satélite Zhongyu S.A. y Telecomunicaciones China Vía Satélite Oriente S.A. Se dedicará a las telecomunicaciones vía satélite y ha sido autorizada además a prestar servicios de conexión internacional a Internet, telefonía IP, etc.

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