Los
desafíos de la OMC en el centro de los
debates
La Asamblea Popular Nacional (APN) y la Conferencia
Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPC), las primeras que
tienen lugar tras la incorporación de China a la OMC, se celebrarán
a principios de marzo. Se predice que los debates girarán en torno
a cómo afrontar los desafíos derivados del ingreso de China en
la OMC.
El 11 de diciembre del año pasado, después de
quince años de dificultades y reveses, China se convirtió finalmente
en un miembro más de la OMC. A medida que la apertura de China
inicia una nueva etapa, su reforma y su desarrollo entran también
en una fase clave.
Ya antes de la celebración de la APN y la CCPPC,
nuestro país organizó un foro de nivel ministerial y provincial
dedicado especialmente a los problemas que conlleva la entrada
en la OMC. En el discurso pronunciado en la ceremonia inaugural,
Hu Jintao, Vicepresidente del Gobierno, dijo lo siguiente: “Hay
que sopesar detenidamente las repercusiones de la incorporación
de China a la OMC y afrontar los retos proactivamente. Hay que
poner énfasis en la resolución de los problemas urgentes que aquejan
a las empresas poco competitivas, pero a la vez profundizar en
el estudio de los problemas que influyen en el desarrollo a largo
plazo”.
La incorporación de China a la OMC es, en primer
lugar, la incorporación del Gobierno a dicha organización: en
efecto, el Gobierno tiene que redefinir su papel de localización
y su funcionamiento, para que se correspondan con las estipulaciones
de la OMC. En vísperas del ingreso en esta organización, el Consejo
de Estado y los departamentos a él subordinados modificaron más
de 2.300 documentos sobre leyes y reglamentos administrativos.
Su Pacai, representante de China en la OMC, dijo que durante los
primeros de pertenencia a la OMC nuestro país deberá hacer frente
a retos y ataques en múltiples aspectos, estará sometido durante
ocho años a una estricta vigilancia por parte de dicha organización
y deberá reajustar tanto las leyes pertinentes como las relaciones
entre el Gobierno Central y los gobiernos locales.
¿Puede China convertirse de
un país grande de comercio en uno fuerte comercial? ¿Pueden las empresas estatales aumentar su
poderío en medio de la agudización de la competencia? ¿Cómo proteger
la industria nacional y a la vez fomentar el desarrollo de las
empresas foráneas? Antes, la gente creía simplemente que la incorporación
de China a la OMC iba a ser ventajosa para las industrias con
gran cantidad de mano de obra, como las del textil, la confección
y los productos mecánicos, pero que supondría una amenaza para
los sectores que precisan de tecnologías punta y grandes capitales,
como la agricultura, los servicios y las industrias automovilística,
farmacéutica y química. Pero cuando se establece y entra en servicio
una nueva compañía de seguros con capital extranjero, se inicia
un juicio por dumping y estalla una nueva guerra de precios en
el sector automovilístico, muchas empresas apenas comienzan a
darse cuenta de lo poco que saben acerca de la OMC.
Lo que más preocupa al común de los ciudadanos
son los cambios que repercuten directamente en su vida. ¿Se crearán
más puestos de trabajo? ¿Aumentarán los salarios? ¿Podrán comprarse
productos de buena calidad a bajo precio? Por otra parte, la incorporación
de China a la OMC elevará la concienciación de los chinos sobre
la importancia de la competitividad y los integrará en el proceso
de globalización.
Los representantes de la APN y la CCPPC van
a sintetizar la sabiduría de las masas con el fin de que los retos
se transformen en preciosas oportunidades para el desarrollo sostenido
de China en el nuevo siglo.
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