Cuentos
históricos de China
Confucio y sus discípulos
DICEN que el gran pedagogo Confucio (551-479
a.n.e.) tuvo tres mil discípulos, de los cuales hubo un
grupo, conocido como los setenta y dos sabios, que se destacó
por su erudición.
Uno de ellos, Yan Hui, fue el más fiel seguidor y continuador
de la doctrina confuciana. Refiriéndose a él, Confucio
dijo: "Dudo que pueda encontrar a otra persona que preste
tanta atención y sea tan diligente y serio en sus estudios
como Yan Hui. Se alimenta a base de comidas frugales, sólo
bebe agua y vive en una callejuela angosta. Todo esto sería
deprimente para cualquiera; mas no para él. Siempre está
alegre y estudia con perseverancia, como de costumbre. ¡Qué
espíritu tan maravilloso!"
Zi
Lu fue el alumno más leal a su maestro. Cuando Confucio
viajaba por todos los reinos, e incluso cuando era víctima
de ataques y persecuciones, su discípulo estaba siempre
a su lado. Aunque fue criticado por sus excesos de franqueza,
Zi Lu nunca cambió su sentimiento de lealtad inquebrantable
hacia Confucio. En cierta ocasión, el maestro cayó
enfermo. Con el fin de levantarle el ánimo, Zi Lu dirigió
una "comedia" en la que pidió a sus compañeros
que se hicieran pasar por sirvientes que cuidaban al maestro,
no sin algo de pompa. Al ver aquello, Confucio se enojó
y censuró a Zi Lu diciéndole: "¿A quién
pretendes embaucar? ¿Al Cielo? ¡Este es el estilo
de un hipócrita!". Después de la reprimenda,
Zi Lu, en lugar de contradecir a su maestro, se comportó
respetuosamente. Aparte de los dos discípulos mencionados,
los que más se distinguieron por su fidelidad a la doctrina
de Confucio y por su diligente entrega al estudio de sus obras
fueron Zi Gong, Zai Wo y Zi Xia.
En términos generales, las enseñanzas de Confucio
estaban integradas por tres elementos: la poesía, la música
y los ritos. El creador del confucianismo opinaba que la poesía
era un medio para cultivar la bondad de sus alumnos. De ahí
que utilizara con fines didácticos su adaptación
de El Libro de las odas, una recopilación de canciones
populares. Por otro lado, consideraba que la música era
indispensable para desarrollar en sus discípulos un carácter
amable. Siempre que salía de viaje, prefería pasar
hambre antes que dejar de tocar el qin (un instrumento
de cuerda), de cantar o de explicar los ritos a sus alumnos. También
enseñó política e historia, y abogó
por dar prioridad al cultivo de la personalidad de los alumnos.
Confucio educó a sus alumnos de acuerdo con el carácter
y el talento de cada uno. Por ejemplo, en repetidas oportunidades
recomendó a Zi Lu, cuyo carácter era violento e
irreflexivo, que fuera más prudente. En cierta ocasión,
Zi Lu preguntó deliberadamente a su maestro: "Si tuviera
que dirigir un ejército, ¿a quiénes llevaría
al campo de batalla?" Confucio respondió: "Ciertamente
no llevaría a quienes sueñan con vencer a un tigre
con las manos vacías; tampoco llevaría a quienes
no hacen ningún preparativo antes de cruzar un río;
llevaría a quienes se comportan con cuatela y prudencia
al tratar un problema". Aunque era un buen discípulo,
Yan Hui se mostraba demasiado sumiso al maestro y no se atrevía
a expresar su propia opinión sobre un problema, razón
por la cual Confucio le criticó: "No es bueno para
mí ni para tí que te sometas a todos mis mandatos".
A Zai Wo le gustaba dormir. Confucio lo amonestó seriamente
diciéndole: "Un madero podrido no sirve para tallar
una escultura y en una pared de tierra cuarteada no se puede pintar
un hermoso fresco. ¿Acaso crees que podrás alcanzar
el éxito si sigues con tu pereza?"
Pero entre las cosas más interesantes que se cuentan de
Confucio es que daba una respuesta diferente a la misma pregunta,
dependiendo del carácter de su interlocutor. Por ejemplo,
cierto día Zi Lu le preguntó: "Si me hacen
una buena propuesta, ¿debo ponerla en práctica de
inmediato?". El maestro le contestó: "Primero
debes consultar a alguien que tenga más experiencia que
tú". Cuando Ren You le hizo la misma pregunta, la
respuesta fue distinta: "Debes ponerla en práctica
inmediatamente". Otro discípulo, movido por la curiosidad,
le preguntó a Confucio por qué había respondido
de distinta manera a la misma pregunta. Éste le dijo: "Ren
You es un hombre de carácter vacilante y por eso debo estimularlo.
Y como Zi Lu es irreflexivo y precipitado, mi deber es advertirle
que sea más prudente". Como la metodología
pedagógica de Confucio era correcta, sus discípulos
lograron grandes progresos en sus campos respectivos. Por ejemplo,
Yan Hui sobresalió por su bondad y moralidad; Zi Lu, en
la política; Zi Gong, en la elocuencia; y Zi Xia, en la
literatura.
Confucio, que apreciaba con toda sinceridad a sus discípulos,
les prestaba la ayuda oportuna siempre que tropezaban con dificultades.
Por ejemplo, cuando Gong Yechang fue encarcelado, Confucio sostuvo
que el cargo era infundado y, en un gesto de aprecio, declaró
abiertamente que estaba dispuesto a ofrecerle como esposa a una
de sus hijas. Cuando Zi Lu fue al reino de Wei para servir de
funcionario, encontró que allí imperaba el caos.
Al enterarse de ello, Confucio afirmó lo siguiente ante
sus alumnos: "Zi Lu ha dejado de existir", pues sabía
que su discípulo, a pesar de ser muy leal y honrado, de
ningún modo vacilaría ante las dificultades. En
efecto, al poco tiempo llegó la noticia de que Zi Lu había
muerto en el campo de batalla, hecho que entristeció al
maestro. La muerte de Yan Hui lo desconsoló aun más.
Cuando alguien le aconsejó que cuidara de su salud, Confucio
dijo: "Me he olvidado de mí por la tristeza que me
embarga".
Confucio falleció a los 73 años de edad. Sus discípulos,
afligidos por la pérdida del maestro, llevaron luto más
de tres años. Uno de ellos, Zi Gong, permaneció
allí seis años. Cuando Confucio cayó enfermo
y vio que se acercaba su fin, escribió la siguiente canción:
El monte Tai se desmorona,
La gran viga se rompe,
Y el viejo sabio se marchita.
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