FEBRERO 2002

 

 

 

 

 

 

 

 


Un campo sembrado de esperanza

Por QI JUAN

AL sur de la provincia de Anhui se levantan las montañas de Huangshan y Jiuhuashan, dos famosas zonas paisajísticas del país. En el cruce de éstas se encuentra el distrito de Jingxian, internacionalmente famoso por el pintoresquismo de sus paisajes rurales. La topografía de este distrito se caracteriza por las montañas onduladas, que ocupan la mayoría de su territorio. En el delta del río Qingyi, que atraviesa el distrito de norte a sur, se extiende la única planicie, auténtico granero de la región.
La población rural representa el 90 por ciento de los 360.000 habitantes de Jingxian, cuya abundancia de recursos lo ha convertido en un importante distrito agrícola. Cuando llega la cosecha, en los campos se ven pocos campesinos y muchas segadoras.

Mecanización del campo

La fétil tierra del distrito de Jingxian

En las zonas rurales de China, siguen empleándose los métodos de cultivo tradicionales, los cuales se apoyan principalmente en la mano de obra. Quizás debido al elevadísimo número de habitantes, existe escaso interés por utilizar maquinaria agrícola con el fin de reducir la carga laboral de la población y acelerar el ritmo de trabajo. En tales circunstancias, resulta difícil extender el uso de maquinaria agrícola.
A este respecto, Wang Xiaomin, director del Buró de Maquinaria Agrícola, nos contó la siguiente anécdota. El año pasado los técnicos de dicho buró quisieron mostrar a los campesinos el funcionamiento de las sembradoras. Pero éstos, debido a su ignorancia y a sus recelos, no permitieron que las máquinas entraran en sus tierras. Tras las repetidas explicaciones de los cuadros, un campesino accedió a regañadientes. La potencia de la sembradora sorprendió a todos, puesto que en sólo una hora hizo el trabajo que hace un hombre a lo largo de una jornada. Eso bastó para que todos los campesinos quisieran emplear la sembradora. Con la ayuda de los técnicos, la siembra se llevó a cabo rápidamente en toda la región.
Con el propósito de difundir la experiencia de la mecanización de las zonas rurales, en la aldea de Zhexi se ha roturado una parcela experimental en la que todas las labores agrícolas se realizan con máquinas. Un campesino nos dijo que antes una persona podía trabajar un *mu* (es decir, 0,06 hectáreas), mientras que con las máquinas pueden trabajarse 20 . Los dirigentes del distrito han dado mucha importancia a esta parcela experimental. Sun Xiaofu, secretario general del distrito, la ha visitado con frecuencia para resolver diversos problemas.

Un anciano campesino en la montaña

Para entrevistar a un campesino de la montaña, tuve que recorrer un largo largo tramo de carreterra hasta ascender a 500 metros de altura sobre el nivel de mar, donde encontré a un anciano.
En el patio de su casa, me habló uno poco de su familia. Antes, las faenas agrícolas de su familia dependían exclusivamente de la mano de obra y de la fuerza de los bueyes, y sus tierras sólo rendían 500 yuanes al año. Pero el plan de mecanización de las zonas rurales, que incluía la capacitación en el manejo de la maquinaria agrícola por parte de técnicos, se convirtió en la tabla de salvación de los campesinos. El anciano me dijo orgulloso que gracias a la utilización de esta maquinaria sus hijos ya no necesitaban cultivar la tierra y trabajaban ahora en empresas de la aldea pertenecientes al sector secundario.
En este lugar montañoso alejado de la ciudad hay electricidad, televisor, lavadora, estufa de gas y hasta tuberías para el agua corriente.
El número de personas que trabajan la tierra ha disminuido, pero la rentabilidad de las cosechas ha aumentado. Ello es fruto de la mecanización agrícola. Si no lo hubiese visto con mis propios ojos, no podría creerlo.
En noviembre del 2001 China dio el último paso en su incorporación a la OMC. La pertenencia a dicha organización traerá una mayor apertura del mercado nacional y la entrada masiva en el mercado chino de productos agrícolas foráneos a bajo precio. En consecuencia, la agricultura china se verá presionada, puesto que en nuestro país el precio del trigo, del maíz y del algodón es más alto que en los mercados internacionales. Para afrontar con éxito este desafío es necesario rebajar el precio de los productos agrícolas. Con este fin, el Gobierno chino ha decidido aplicar una política de industrialización de la agricultura encaminada a elevar la competitividad de dichos productos. En este período, los Burós de Maquinaria Agrícola de toda China tienen la responsabilidad de conducir a los campesinos a la utilización de este tipo de maquinaria.
Mi visita a Jingxian está tocando ya a su fin. Bajo el crepúsculo veo no sólo las máquinas que trabajan en el campo, sino también el infinito vigor y la plena esperanza de esta tierra.


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