Cuentos históricos de China
Sun Zi, gran estratega
militar
SUN Zi (siglo V a.C.), conocido también
como Sun el Filósofo o Sun Wu, fue un notable general y
teórico de la guerra, nativo del Estado de Qi.
En cierta ocasión fue mandado llamar por el rey He Lü
del Estado de Wu, el cual estaba ubicado en el valle del curso
inferior del río Changjiang (Yangtsé). El rey le
dijo: ""He leído los trece capítulos de
tu libro sobre la estrategia y las técnicas militares.
¿Estarías de acuerdo en entrenar algunos soldados
a título de prueba?". El estratega aceptó la
propuesta. Pero el rey, queriendo poner a prueba sus habilidades,
puesto que aquél sostenía que la disciplina era
la clave de la efectividad de cualquier ejército, le sugirió
que demostrara sus métodos con un grupo de mujeres. Sun
Zi le dijo que no veía ningún inconveniente en ello.
El soberano reunió entonces a 180 de sus bellezas.
Siguiendo
sus órdenes, el estratega las dividió en dos compañías
y nombró comandantes a las dos favoritas de He Lü.
Luego, entregó alabardas a las beldades y les preguntó:
"¿Saben dónde está la izquierda y dónde
está la derecha? ¿Qué parte es la de delante
y cuál la de atrás?". Todas respondieron afirmativamente.
Sun Zi procedió entonces a explicarles cómo debían
cumplir sus órdenes y les dijo: "Cuando dé
la orden de avanzar, deberán marchar hacia delante; a la
orden de ¡izquierda!, deberán girar hacia la izquierda;
cuando les ordene ¡derecha!, deberán girar hacia
la derecha; por último, cuando les diga ¡retroceder!,
deberán moverse hacia atrás". Todas se mostraron
de acuerdo.
Acto seguido, el estratega, levantando su hacha de guerra, hizo
sonar un tambor con la orden de girar a la derecha. Sin embargo,
las mujeres permanecieron quietas y echaron a reírse.
"Posiblemente las reglas no son claras y ustedes no están
familiarizadas con las órdenes", les dijo. "En
ese caso, la culpa es mía", admitió. Con la
mayor paciencia les explicó de nuevo las reglas e hizo
sonar el tambor. Pero las mujeres se echaron de nuevo a reír
y no se movieron de su sitio. Sun Zi les dijo: "La primera
vez fue culpa mía; pero ahora que les he repetido las instrucciones
y no me hacen caso, la culpa es suya". Inmediatamente ordenó
que fueran ejecutadas las dos comandantes.
Sorprendido por tal decisión, el rey exclamó: "¡No
puedo vivir sin estas dos mujeres! ¡Te ruego que las perdones!".
Pero Sun Zi le replicó: "Me has nombrado comandante
en jefe y debo ejercer mi autoridad de general". De modo
que las dos concubinas fueron ejecutadas y el estratega nombró
comandantes a las dos que les seguían en rango. Aterrorizadas,
esta vez las mujeres siguieron al pie de la letra las instrucciones
y cumplieron todas las órdenes.
Sun Zi se dirigió al rey con estas palabras: "Las
compañías ya están listas para entrar en
combate". El desconsolado monarca le pidió que ordenara
descansar, pues no se sentía con ánimos de ver más
demostraciones. El general aprovechó la ocasión
para decirle: "Parece que Su Majestad sólo tiene interés
en la teoría militar y no en la práctica real".
He Lü, luego de cavilar, ratificó la autoridad de
Sun Wu y lo nombró general. En cuanto al contingente de
mujeres, cuya formación inicial fue el resultado de una
broma, se convirtió en una fuerza de combate efectiva.
Bajo el mando de Sun Zi, las tropas del Estado de Wu derrotaron
al poderoso Estado de Chu (en el oeste) y ocuparon su capital.
Más tarde, atacaron a los Estados de Qi (actual provincia
de Shandong) y de Jin (en el noroeste), erigiéndose en
un poderoso dominio de la zona.
En Los registros históricos de Sima Qian (siglo
I a.C.) se narra la historia de Sun Zi y las guerreras, pero no
se consignan las fechas de nacimiento y defunción del estratega.
Su padre fue un funcionario de alto rango del Estado de Qi, de
donde tuvo que emigrar a raíz de algunas desavenencias
con las autoridades. Junto con su hijo, se trasladó a las
montañas de Luofu (parte sur de la actual provincia de
Jiangsu), lugar en el que vivió como un ermitaño.
Se dice que el rey He Lü profesaba un gran respeto por la
gente de talento. Siguiendo la recomendación de Wu Zixu,
su consejero mayor, invitó a Sun Zi a venir a su corte.
Después de que, bajo el mando de Sun Zi, los 30.000 soldados
de Wu hubiesen derrotado al enorme ejército del Estado
de Chu (200.000 soldados), el rey premió a su general con
riquezas y una importante posición. Sun Zi, sin embargo,
rechazó los honores y solamente aceptó algunas carretas
de seda bordada que repartió entre el pueblo en su camino
de regreso a las montañas de Luofu.
Los libros históricos no dan más detalles sobre
la vida del estratega. No obstante, su libro El arte de la
guerra de Sun Zi se convirtió en un clásico
de todas las épocas y su fama ha llegado hasta nuestros
días y se ha extendido no sólo por China, sino por
todo el mundo.
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