Lazos históricos
entre China y México
Por Jorge Nuño Jiménez*
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El autor con
el vicepresidente del CIPG, Fang Zhenghui, en la celebración
del quinto aniversario de la revista en América Latina. |
La celebración en México del quinto aniversario
exitoso de la revista China hoy en América Latina fue una
excelente oportunidad para hacer un balance de la enorme influencia
y frutos que ha logrado la publicación en nuestro país
y el resto de Latinoamérica. En temas muy diversos, como
economía, sociedad, cultura, o turismo, este coloso incontenible
que irrumpe en el escenario internacional, es hoy una potencia
amante de la paz, que ya se ha ganado el respeto de los pueblos
y gobiernos del mundo, erigiéndose como la tercera economía
mundial.
Fuimos convocados esta semana los amigos y lectores por su director
para México y América Latina, nuestro entrañable
Wu Yongheng, contando además con la asistencia de Fang
Zhenghui, vicepresidente del Grupo Internacional de Publicaciones
de China, y Gong Xixiang, director general de China hoy, que en
un marco de sencillez y camaradería, escucharon atentamente
al autor de este articulo, así como a distribuidores y
amigos para recoger el sentir de esta ventana de China y puente
de amistad y cooperación y tropicalizarla,
como expresó Gong Xixingian.
Al día siguiente, en una reunión inolvidable con
una cena de gala en la cual estuvo presente el excelentísimo
embajador de China en México, Yin Hengmin, escuchamos mensajes
sencillos de gratitud y agradecimiento a México y a todos
los amigos que fueron invitados al acontecimiento, en el país
asiático nos mostró su rostro de un pueblo aliado
a su Gobierno, sus avances tecnológicos, económicos
y sociales, que han sabido avanzar juntos por caminos de concordia
y cooperación.
La ocasión fue el mejor momento para recordar y no olvidar
jamás las viejas relaciones entre esta nación, que
muchos equivocadamente afirman está localizada en el Lejano
Oriente, sin saber que desde el meridiano mexicano está
situada en el cercano Occidente, y que desde 1972 no es lo que
la propaganda mal intencionada nos hacia saber: un peligro
para la seguridad internacional y la paz. La experiencia
ha demostrado todo lo contrario, que es la solución para
el equilibrio, la paz y la seguridad internacional,
y un amigo de México, con el que ha sellado su destino
sobre bases sólidas de respeto mutuo.
Primeros contactos de la cultura China
con el continente latinoamericano
Los lazos históricos entre la milenaria cultura china
y el continente latinoamericano son muy antiguos. Es un hecho
científicamente comprobado que el poblamiento de este continente
fue realizado por oleadas de grupos humanos que atravesaron el
estrecho de Bering hace mas de 30.000 años y dieron vida
en diversas etapas a este mosaico impresionante de culturas, cuyo
origen étnico, sin duda alguna, procedió de aquellas
regiones de Asia, por lo cual podemos afirmar que las culturas
precolombinas en nuestra región tienen de una marcada influencia
china. Hay testimonios como el del misionero jesuita francés
Le P Gaubil, que afirmó haber descubierto testimonios y
mapas de un monje chino que había arribado a México
en el siglo V de nuestra era, y relata como el monje Hui Shen
llegó a Fu Sang en el año 499 d.C. El estado de
Fu Sang, según los documentos, está localizado en
México, por lo que los chinos, de acuerdo con este testimonio
poco conocido, fueron los primeros en descubrir América.
Es por ello que en reuniones coloquiales he afirmado que los chinos
no son nuestros amigos, son nuestros hermanos.
Desde hace muchos años, académicos chinos y mexicanos,
como el inolvidable y fraternal amigo y antropólogo ya
desaparecido, Gustavo Vargas Martínez (autor del libro
Fusang, chinos en América antes que Colón) han estudiado
a fondo los contactos entre nuestro continente y la cultura china
y han afirmado que la investigación de Joseph de Gignes,
ha tenido un gran impacto, ya que estuvo basada en el historiador
chino de la dinastía Tang, Yao Silian. No hay dudas entonces
de que el verdadero descubridor fue el monje Hui Sheng y no Cristóbal
Colon, 900 años después.
Hipótesis de antropólogos mexicanos aseguran que
el calendario azteca tiene origen chino (Paul Kirchof, UNAM, Gustavo
Vargas ENAH), y en múltiples ocasiones el presidente Echeverría,
lo ha confirmado, convencido de que: venimos de Occidente,
pero nuestro espíritu se origina en Oriente (visita
de Estado a China del presidente Luis Echeverría Álvarez,
en 1973). No obstante, existen otras tesis de investigadores chinos
y latinoamericano que afirman que el desarrollo de las culturas
fue paralelo en cada región, sin haber tenido contacto
directo. Pero yo me inclino por la primera.
La ruta marítima y la Nao de
China
Según archivos y numerosos documentos chinos y mexicanos,
los contactos más recientes entre China y México
datan de finales del siglo XVI, cuando numerosos comerciantes,
artesanos, marineros y población de China arribaron a México
y otros países del continente, estableciendo la ruta marítima
comercial del Pacifico conocida como Nao de China,
que propició un profuso intercambio comercial de tejidos
de seda, porcelana y otros productos artesanales. De regreso el
Galeón de Manila, o Nao de China, llevó a su país
nuestra moneda de plata, la cual tuvo aceptación y circulación
en China, así como papa, maíz y tabaco, contribuyendo
a un desarrollo financiero e intercambios culturales entre China
y América Latina, ejemplo de cooperación económica
armoniosa.
El Galeón de San Pablo fue la primera Nao China que llego
al puerto de Acapulco, el 8 de octubre de 1565. La última
fue el galeón Magallanes, que salió con rumbo a
Manila de la referida rada mexicana, en 1815, poniendo fin a esta
ruta marítima. La causa fue sin duda que había comenzado
la Primera Guerra Mundial.
Establecimiento de relaciones diplomáticas
entre China y México
Como consta en los anales de la diplomacia mexicana y en los
archivos de las Naciones Unidas, México, durante el gobierno
del presidente Luis Echeverría (1970-1976), realizó
cambios fundamentales inspirado en una política exterior
basada en la tres A, o sea activa, autónoma
y no subordinada, según los principios de coexistencia
pacífica, pensando en la cooperación internacional
y en contra de las relaciones injustas de las potencias que aislaron
a China de la comunidad internacional.
En la 26 Asamblea General de la Organización de las Naciones
Unidas, Echeverría asistió personalmente con una
propuesta inspirada en la justicia y el respeto a la dignidad
y soberanía. Aquel 5 de octubre de 1971, el presidente
mexicano afirmo en histórica sesión: la soberanía
e integridad territorial de China son indivisibles en lo jurídico.
Después de que la Asamblea General de la ONU aprobara
la histórica resolución sobre la devolución
de su puesto legal a China en la organización internacional,
la Secretaría de Relaciones Exteriores de nuestro país
emitió un comunicado en el cual reconoció que el
Gobierno chino es el único representante legítimo
en la ONU. El 25 de octubre siguiente China Popular ocupo su asiento
y el 16 de noviembre del mismo año el México declaró
por iniciativa propia la ruptura de relaciones con Taiwán
y reconoció a la República Popular China.
Consecuentemente con el acto anterior, el 14 de febrero de 1972,
el entonces embajador de China en la ONU, Huang Hua, firmó
en Nueva York con el representante mexicano, Don Alfonso García
Robles, el comunicado sobre el establecimiento de relaciones diplomáticas
entre China y México. El contenido del comunicado es el
siguiente:
De acuerdo a los principios de la igualdad, el respeto
mutuo de la soberanía y la integridad territorial, la no
agresión y la no intervención mutua en los asuntos
internos y externos, la República Popular China y los Estados
Unidos Mexicanos acuerdan establecer desde hoy las relaciones
diplomáticas y enviar lo antes posible a sus embajadores
respectivos.
En mayo del mismo año, México estableció
su embajador en Beijing y en junio China hizo lo propio en la
Ciudad de México. Las relaciones abrieron un nuevo capitulo,
ejemplo de visión de altura que ha dado frutos de cooperación
en todos los ámbitos y especialmente en los foros internacionales,
cumpliéndose ya 38 años de amistad fructífera
que son un ejemplo y pilar para la construcción de un Nuevo
Orden Económico Internacional, basado en la justicia,
la no intervención y el respeto a sus soberanías,
ejemplo para el mundo.
Después del establecimiento de las relaciones diplomáticas
bilaterales, en abril de 1973, el presidente Echeverría
realizo una visita de Estado a China y fue objeto de una calurosa
bienvenida y gran recepción por parte del Gobierno y el
pueblo de ese país. El presidente Mao Zedong lo recibió
afectuosamente con su comitiva, y debemos subrayar que durante
toda su estancia, el mandatario mexicano estuvo acompañado
por Deng Xiao Ping, quien es sin duda alguna el arquitecto de
la modernización de China.
La amistad y la cooperación, han sido dos pilares sólidos
que han guiado durante 38 años las relaciones de nuestro
país con ese coloso incontenible que tanto ha impresionado
al mundo.
*Director General del Centro de Estudios
Económicos y Sociales del Tercer Mundo. Ciudad de México.
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