Distribución de los recursos energéticos verdes

Por nuestra reportera JIAO FENG

Cada día se diseñan más construcciones nuevas que consideran el uso de los recursos energéticos verdes.

CON el fin de enfrentar la actual crisis financiera internacional, ampliar la demanda interna, impulsar la inversión y crear empleos, así como afrontar el cambio climático y elevar la competitividad internacional de sus propias energías, China ha elaborado este año una serie de proyectos sobre el desarrollo de los recursos energéticos verdes y los ha puesto en práctica.

El 20 de abril, Yancheng, ciudad costera del este del país, firmó un convenio de cooperación con la Planificación Nacional 937, iniciando oficialmente así la obra de la central eléctrica accionada por la fuerza del viento y las mareas marinas, cuya capacidad generadora superará los 10 millones de kilovatios, razón por lo que ha sido denominada “Tres Gargantas Marítimas”, parafraseando el nombre de la megahidroeléctrica del río Yangtsé. Meses después, el 8 de agosto, comenzó la construcción en Jiuquan, provincia de Gansu, del parque eólico conocido como “Tres Gargantas Terrestres”. A esta obra siguió el establecimiento de las bases en el poblado de Qili, en la ciudad de Dunhuang, Gansu, para la ejecución del primer proyecto de generación eléctrica de energía fotovoltaica de 10.000 kilovatios construido por China. Y como colofón, el 29 de agosto las Tres Gargantas del Río Yangtsé, dotada del mayor sistema turbogenerador del mundo, cuya capacidad instalada llegará a los 18,2 millones de kilovatios cuando funcione a plena capacidad, pasó la última prueba de aceptación. Todas estas acciones sobre el desarrollo de la energía verde llamaron la atención a nivel internacional.

La Ley desbroza el camino para la energía verde

Los ciudadanos pagan la energía que consumen a la central eléctrica, algo razonable. Pero, si suministran electricidad a la central eléctrica y a la misma vez tienen que pagarla, ¿lo querrían hacer? Zhao Chunjiang, un residente de Shanghai, enfrenta este dilema.

La Obra Hidráulica de las Tres Gargantas del Río Yangtsé terminó su construcción en el tiempo proyectado.

En 2006, Zhao estableció un pequeño equipo para generar electricidad a partir de la energía solar en el techo del edificio donde vive, y logró conexionar con la red estatal. De esta forma, por el día usa la electricidad que produce y por la noche aprovecha la suministrada por la red municipal de esa metrópoli. Además, la que le sobra por el día la traspasa directamente a la red municipal. “Se calcula que dos terceras partes de la electricidad de la energía solar que obtenemos la utilizamos nosotros mismos. El resto, la aportamos al sistema”, dijo Zhao.

Hasta aquí todo parece bien, “pero si aporto más electricidad a la red municipal, pago más, porque el metrocontador eléctrico que se instala actualmente corre en una sola dirección. Por lo tanto, no importa si descargamos o subimos electricidad, el número aumenta igualmente”, explicó Zhao.

Aunque en la Ley de Energía Renovable de la República Popular China, que entró en vigor a partir del 1 enero de 2006, se estipula que el Estado estimulará tanto a las entidades como los individuos para que instalen y utilicen equipos de aprovechamiento de energía solar, así como que la red estatal tiene que comprar incondicionalmente la electricidad que todos generen, no existen disposiciones detalladas para la práctica y Zhao Chunjiang no encontró respuesta al problema de recompensar la electricidad que suministra a la red estatal.

En los últimos días de agosto pasado, el proyecto de enmienda de la Ley fue sometido al examen del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional (APN), dado a conocer con posterioridad a la opinión pública. El estatuto revisado define claramente que el Estado subvencionará toda la electricidad generada a partir de los recursos renovables y establecerá el sistema de compra completa garantizada de la electricidad generada con energía verde. El Estado establece el Fondo de Desarrollo de Energía Renovable, con carácter de fondo gubernamental, y gracias a la revisión de la Ley, gente como Zhao tendrá garantizada su recompensa.

Nyima Tsering limpia el panel de la Central Eléctrica Eólica y Fotovoltaica del Cantón de Xomong, Naqqu, en la región autónoma del Tíbet.

En los años 80 del siglo pasado, el Gobierno chino incluyó los recursos energéticos renovables en su planificación y estrategia nacional. El Sexto Plan Quinquenal (1980-1985) contempló por primera vez las energías nuevas y renovables en el Plan Nacional de Solución de Problemas Clave Científicos. Sin embargo, debido a la falta de leyes y reglamentos correspondientes, el desarrollo y aprovechamiento de las energías verdes se vio limitado. En las sesiones anuales de la APN y la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh) en 2003, el desarrollo de las nuevas energías fue tema candente, dado el peligro que supone la drástica reducción que experimentará en los próximos años la disponibilidad de petróleo, cuya producción se reducirá considerablemente en los próximos 50 años. Por lo tanto, quedó claro que si el país no aceleraba el desarrollo de las nuevas energías como alternativas, entre ellas la hidráulica, nuclear, eólica o gas de la capa de carbón, no podrá disponer de toda la energía que necesitará.

El 28 de febrero de 2005, se aprobó la Ley de Energía Renovable (Proyecto), concretando el proceso de legislación más rápido de su tipo, lo que muestra la importancia que concede el Gobierno chino a la industria energética renovable. La promulgación de la legislación ofreció un marco político para el progreso de China en este campo y logró un efecto muy positivo. El mismo año de su entrada en vigor, la energía reciclable utilizada alcanzó los 180 millones de toneladas de carbón estándar, equivalentes al 7,5 por ciento del consumo total de energía primaria, reduciendo también la emisión de tres millones de toneladas de bióxido de azufre.

Energía hidráulica, a la vanguardia

China es el país con mayores recursos hídricos del mundo. Muchos ríos de pronunciadas caídas, gran caudal y amplios perímetros de cuenca atraviesan el país de Oeste a Este, ofreciendo una base sólida para el desarrollo y exploración de la energía hidráulica para la generación de electricidad.

En 1957, comenzó la construcción de la Central Hidroeléctrica Xin´anjiang, la primera gran obra hidráulica, diseñada, construida, equipada e instalada por China. Su ejecución tomó 20 años y una vez lista su capacidad alcanzó los 662.500 kilovatios, con una producción anual de 1.860 millones de kilovatios/hora. Después de la reforma y apertura, gracias al desarrollo acelerado de la economía nacional, la instalación de centrales hidráulicas se ha duplicado cada diez años. Fueron construidas una tras otra, la Central Hidroeléctrica de las Tres Gargantas del Río Yangtsé, la Central Hidroeléctrica de la Presa Gezhouba, la Central Hidroeléctrica Xiluodu del Río Jinsha, la Central Hidroeléctrica de la Presa Xiangjiaba, la Central Hidroeléctrica Longyangxia del Río Amarillo, la Central Hidroeléctrica Xiaolangdi y otras obras hidráulicas de envergadura. La energía hidráulica se convirtió en la segunda mayor fuente de energía del país tan sólo superada por la hulla.

El mes de agosto pasado, la Obra Hidráulica Clave de las Tres Gargantas del Río Yangtsé superó con éxito la última comprobación de sus generadores, concluyendo así la construcción de este gigantesco proyecto, que puede ya funcionar a plena capacidad. Desde julio de 2003, cuando se puso en funcionamiento su primera unidad generadora, hasta el 10 de marzo del presente año, la central produjo de manera acumulada más de 297.000 millones de kilovatios/hora y se prevé que a finales de diciembre próximo alcance la producción anual diseñada de 84.700 millones de kilovatios/hora, lo que representará un ahorro de 50 millones de toneladas de hulla por año y el suministro de gran cantidad de energía limpia al desarrollo de la economía nacional.

Chen Lei, ministro de Recursos Hidráulicas, informó que hasta finales de 2008, la capacidad hidroeléctrica nacional instalada ascendía a los 172 millones de kilovatios, la mayor en el mundo, y la producción hidroeléctrica anual llegó a los 563.300 millones de kilovatios/hora, ocupando el 21,6 y 16,4 por ciento de la capacidad eléctrica instalada y la producción anual de electricidad nacionales, respectivamente. La generación hidroeléctrica rural cubre la mitad del territorio nacional y una tercera parte de los distritos chinos, con una capacidad instalada de 51 millones de kilovatios y una producción anual de 160.000 millones de kilovatios/hora, equivalente a un 30 por ciento de las nacionales, que permiten satisfacer las necesidades energéticas de más de 300 millones de personas. Gracias al desarrollo científico y tecnológico, dificultades técnicas detectadas en la construcción de las obras hidráulicas a nivel mundial pudieron ser resueltas y la tecnología de diseño, construcción y elaboración de equipos relacionados ha alcanzado el nivel más avanzado a nivel internacional.

Nuevas energías verdes, expansión acelerada

Desde los años 70 del siglo pasado, el Gobierno chino comenzó a popularizar el aprovechamiento del gas metano. Millones de pozos para generar metano para el uso familiar se han establecido por todo el país desde entonces, resolviendo el problema del combustible para la cocina y el alumbrado en las áreas rurales. Hasta 2007, China contaba con 28 millones de pozos de metano para usuarios rurales y 2.200 ingenierías de generación del gas a partir de los residuos de granjas avícolas y aguas residuales industriales, cuya producción anual llegó los 10.000 millones de m3. La capacidad instalada de generación eléctrica tipo biomasa puede estar cercana a los tres millones de kw. De los cerca de cien proyectos de generación eléctrica basada en el bálago en construcción, más de 20 ya están funcionando. En tanto, la producción anual de etanol a base de cereales añejos alcanza los 1,4 millones de toneladas. Los pronósticos indican que el volumen de metano que se utilizará en 2020 llegará a los 24.000 millones de m3, mientras ascenderán a 10 millones de toneladas los combustibles líquidos sustitutos del petróleo.

Los aldeanos de Chang´an, en la ciudad de Neijiang, provincia de Sichuan, construyen un pozo para generar gas metano.

Desde la antigüedad, China ha aprovechado la energía del viento para regar sus cultivos, moler el trigo y asegurar el suministro de agua potable, según datos históricos. Actualmente, la generación de electricidad a partir de la fuerza del viento en el país se desarrolla a una velocidad mayor de lo previsto. La capacidad eólica instalada en 2007 era de seis millones de kilovatios, lo que ubicaba a la nación en el quinto puesto a nivel mundial; pero a finales de 2008, se habían construido 239 parques eólicos, cuya capacidad instalada alcanzó los 12,17 millones de kilovatios y duplicó la del año precedente. Además, nuevos proyectos, de unos 12,3 millones de kilovatios, están en construcción.

El aprovechamiento de la energía solar es otra fuente importante que se ha popularizado en China. Representativo de ello es el amplio uso del calentador solar del agua. El país tiene 125 millones de m2 de calentadores en explotación, lo que significa un 70 por ciento de la superficie total de su empleo en el mundo. Gracias a las políticas prioritarias del país, el aprovechamiento de la luz solar ha tenido un desarrollo acelerado en muchas ciudades. En 2005, Shanghai emprendió el Plan de los Cien Mil Techos Fotovoltaicos y, siguiendo su ejemplo, el gobierno municipal de Wuxi puso en práctica un proyecto similar de 40 kilovatios en las azoteas, encargado a la empresa Energía Solar Shangde, S.A. En septiembre de 2005, Xuzhou tomó la delantera en el establecimiento de estaciones de transporte público iluminadas por energía solar, ahorrando de esa forma 1.000 kilovatios/hora de electricidad por año. También la Villa Olímpica de Beijing 2008 aprovecha la energía solar para suministrar agua caliente y mantener el alumbrado público, y el Estadio Deportivo Estatal, Nido de Pájaro, posee un sistema fotovoltaico de energía solar de 100 kilovatios, cuya producción media diaria supera los 200 kilovatios/hora, suficiente para asegurar la iluminación de su garaje subterráneo de 15.000 m2.

Instalación de las celdas fotovoltaicas en el techo del Pabellón Chino de la Expo Mundial Shanghai 2010, para el aprovechamiento de la energía solar.

El primer proyecto fotovoltaico construido por China, de 10.000 kilovatios, sentó sus bases en septiembre pasado en el poblado de Qili, de la ciudad de Dunhuang, provincia de Gansu, y se prevé que entre en funcionamiento a finales de 2010. La producción anual promedio de esta instalación alcanzará los 18,05 millones de kilovatios/hora, convirtiéndose en la mayor central eléctrica fotovoltaica del mundo. Wang Jun, director del Departamento de Nuevas Energías y Energía Renovable de la Administración Estatal de Energía, indicó que este proyecto ejercerá una influencia activa en el desarrollo futuro de la industria fotovoltaica de China.

En su Informe sobre la Labor del Gobierno, pronunciado durante las sesiones anuales de la APN y la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh), el premier chino, Wen Jiabao, definió la dirección de la estrategia energética del país y los objetivos de desarrollo, planteando que las energías limpias, como la electronuclear, hidráulica, eólica y solar son focos de los nuevos proyectos.

El consumo de la energía verde, precisó, representará el 10 por ciento del total en 2010; el 15 por ciento en 2020, cuando la energía verde se convertirá en recurso energético alternativo; el 25 por ciento en 2030, que llevará a que se le considere uno de los recursos energéticos principales; y el 40 por ciento en 2050, lo que significará que definitivamente se trata del recurso energético predominante.

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