Biomasa, de residuo a tesoro

Por nuestra reportera ZHAO YAYUAN

SOLAMENTE inferior al carbón, el petróleo y el gas natural en cuanto a su capacidad energética, la biomasa ocupa también el cuarto puesto entre los combustibles que más se consumen en el mundo. “La tecnología para su aprovechamiento en la actualidad en China incluye fundamentalmente la generación de electricidad, producción de gas, combustibles líquidos o sólidos. Hasta 2007, las zonas rurales del país contaban con 28 millones de pozos para generar metano y 2.200 instalaciones de gas metano obtenido a partir del aprovechamiento de los residuos orgánicos de las granjas avícolas o ganaderas, así como del agua usada en la industria, cuya producción anual llega a alrededor de 10.000 millones de m3. La capacidad instalada de generación eléctrica está cerca de los tres millones de kv. Mientras tanto, para obtener energía con la paja que se desecha de los cultivos agrícolas, han comenzado a ejecutarse 100 proyectos, 20 de los cuales ya fueron puestos en funcionamiento. La obtención anual de etanol a partir de los cereales añejos alcanza las 1,4 millones de toneladas”, sintetizó Wang Jun, director del Departamento de Nuevas Energías y Energía Renovable de la Administración Estatal de Energía.

La biomasa incluye las plantas, animales y sus excrementos, residuos y aguas residuales orgánicas, entre otras materias. Su aprovechamiento como fuente de generación de energía en China se concentra actualmente en el campo y sus ventajas despiertan cada día un mayor interés en la opinión pública, dado que la inmensa mayoría de los países concuerdan en las ventajas de explotar las energías verdes.

Generar electricidad con gallinaza y aguas residuales

Después de mudarse a la Nueva Aldea de Shuiyu, en el distrito de Yanqing, Beijing, en diciembre del año pasado, la anciana He empezó a cocinar con el gas metano que le suministran gratis, sustituyendo así la hulla o la leña. El combustible lo genera la Cía. Ltda. de Tecnología Agrícola Deqingyuan de Beijing, que construyó la mayor central eléctrica de ese producto tomando como materia prima la gallinaza y el agua residual.

Como la mayor productora de huevos de marca de China, Deqingyuan estableció su gallinero, el Parque Biológico Deqingyuan, en el distrito de Yanqing, Beijing, en 2002. El 9 de abril de 2009, puso en funcionamiento la Central Eléctrica Deqingyuan de Gas Metano, con la cual prevé generar anualmente 14 millones de kv. y reducir así la emisión de más de 90.000 toneladas de bióxido de carbono.

Deqingyuan tiene la mayor central eléctrica de metano a partir de la gallinaza y las aguas residuales como materia prima.

El Parque Biológico Deqingyuan ocupa una extensión de más de 55 hectáreas, en las que se construyen, aparte del edificio de oficinas, 13 naves para la cría de pollos, que podrán acoger de 50.000 a 60.000 aves cada una, y 19 naves para gallinas, de 100.000 a 110.000 ejemplares cada una. El recinto cuenta con dos túneles subterráneos, uno limpio y otro sucio. Los huevos se transportan hacia el área de embalaje por el primero, mientras que la gallinaza y el agua usada se trasladan por el segundo hasta la central eléctrica.

Según Ding, técnico de esta última instalación, una vez que llegan los desechos a la planta se mezclan en el proceso hidrolítico y de separación de arena y piedra, luego inyectan la pasta bien mezclada en cuatro tanques gigantescos de reacción anaerobia y por medio de la fermentación se produce el metano, que después de la desulfuración y la deshidratación, pasa al tanque de gas que lo transporta a dos motores de combustión interna de gas Jenbacher, de GE, que lo convierten en energía eléctrica.

Gu Qing, vicepresidente ejecutivo de Deqingyuan, indicó que esta central eléctrica constituye también una solución al problema de la gran cantidad de gallinaza que producen las granjas avícolas. De 2002 a 2004 fue la primera etapa de desarrollo de Deqingyuan. “En aquel momento criamos solamente medio millón de gallinas, que pueden generar varias decenas de toneladas de excrementos al día, muy fácil de tratar”. En un principio los desperdicios se vendieron a los campesinos de la región. Sin embargo, cuando Deqingyuan se planteó incrementar hasta los tres millones el número de aves, tuvo que reflexionar sobre la contaminación diaria que crearían más de 200 toneladas de excrementos, una dificultad que no podían pasar por alto. “En China, uno de los graves problemas del medio ambiente es la contaminación generada por la gallinaza de las grandes granjas, que liberan también considerables volúmenes de aguas residuales tras la limpieza de las naves y los huevos. Si no tratamos bien estos desechos, sin dudas, perjudicaremos el medio ambiente”, señaló Gu Qing.

Con el empleo del gas de la biomasa, la cocina de los campesinos es cada vez más limpia.

Cuando se discutía cómo llevaría a cabo su segunda fase de desarrollo, la empresa realizó un estudio sobre las tecnologías que poseían muchos países para el tratamiento de los desperdicios y al final escogió la generación de electricidad a partir del metano. Las dos ventajas de esta decisión, explicó Gu, son: “primero, hace realidad el desarrollo de un Parque Biológico sin contaminación, porque todos los residuos se aprovechan; segundo, entramos en la etapa de desarrollo de la economía circular. Yanqing es un lugar bueno para cultivar maíz orgánico, así que firmamos un contrato de compraventa a largo plazo con más de 60.000 familias campesinas de seis aldeas. Compraremos el maíz que ellos cosechen y elaboraremos forraje orgánico con él para la cría de gallinas, que pondrán así huevos de mayor calidad. Además, con el tratamiento a altas temperaturas después de la fermentación, la gallinaza y el agua residual, aparte de producir metano, se convierten en escorias, que son muy buenos fertilizantes orgánicos para cultivar verduras y frutas, contribuyendo a que los campesinos de los alrededores puedan impulsar la agricultura orgánica de alto valor adicional, mientras benefician la calidad del suelo y elevan la productividad de la tierra”. Esta economía circular favorece las relaciones de cooperación entre Deqingyuan y los agricultores locales.

Al mismo tiempo, la empresa avícola suministra metano gratis a más de 200 familias de su entorno, ayudándoles a librarse de las cocinas de carbón o leña, como lo ha hecho la anciana He. “Es bueno para el medio ambiente y también logra mejores resultados sociales. Si no aprovechamos el metano generado por la gallinaza y lo dejamos salir al aire, dañará la atmósfera, pues su capacidad destructiva es 20 veces superior a la del bióxido de carbono”, subrayó Gu.

Doble ganancia, económica y social

Obreros trabajando al lado de la estera que transporta la gallinaza.

Para construir la central eléctrica, Deqingyuan invirtió 60 millones de yuanes en la compra de terrenos, tecnología y equipos. Del fabricante alemán LIPP adquirió la tecnología de fermentación anaerobia, y a la multinacional General Electric le compró los equipos de generación de electricidad, así como la tecnología de separación de la arena de la gallinaza y la desulfuración biológica, para eliminar el sulfuro de hidrógeno.

La ejecución del proyecto se inició en 2006 y en noviembre del año siguiente se puso en funcionamiento. Ese mismo invierno, Deqingyuan suministró calefacción con metano a sus naves y la plantación en el parque biológico. El 9 de abril de 2009, generó electricidad por primera vez. Como es la primera compañía avícola de China que aprovecha la gallinaza para generar electricidad, todos se sentían un tanto descolocados e inocentes, por lo que les tomó algo de tiempo cumplir los trámites de legalización.

Deqingyuan vende la electricidad a la red eléctrica estatal para el uso de Beijing, Tianjin y Tangshan, y compra la que necesita del Estado. Tiene su propia razón para vender y comprar. “Si todos los equipos funcionan a plena capacidad, producimos más de 40.000 kilovatios/hora como promedio diario, pero lo que necesitamos es solamente la mitad de esa cantidad, y como trabajamos fundamentalmente por el día, el 98 por ciento de la electricidad que necesitamos la consumimos justamente en esas horas. Generamos electricidad manteniendo el equilibrio las 24 horas, por lo que no satisfacemos nuestros requerimientos por el día, pero nos sobra durante la noche, si usamos la que producimos”.

Almacén construido en 2008 para conservar las espigas de maíz, materia prima empleada en la producción de gas. La planta donde trabaja Pan Hu compró el año pasado 100 toneladas de este desecho a los aldeanos.

Además, de acuerdo con la Ley de Energía Renovable de China, vigente desde 2006, las empresas que generan electricidad con recursos reciclables, aparte de obtener todo el rendimiento de la venta de electricidad, reciben una subvención de 25 centavos por cada kilovatio/hora. “Es un ingreso inesperado. Aprovechamos el momento favorable. Sólo por concepto de venta de electricidad ingresamos de siete a ocho millones de yuanes al año. Si no hubiéramos construido la central de electricidad, habríamos tenido que invertir en el tratamiento de los residuos, lo que implicaría gastos nada pequeños. En este sentido, la central nos ahorra mucho dinero”.

A partir de 2008, Deqingyuan empezó a construir una sucursal en Huangshan, provincia de Anhui, la cual prevé tener lista el próximo año, donde adoptará el mismo sistema de administración que el Parque Biológico de Yanqing. No obstante, Gu Qing no se muestra optimista sobre la promoción a gran envergadura de esta iniciativa en el resto del país.

China tiene registrados 700.000 gallineros, pero todos son pequeños. “Los campesinos no necesitan registro alguno para la cría de aves y la mayoría aprovecha el patio de la casa para hacerlo, por lo que el tratamiento de la gallinaza no es el indicado y se ensucia mucho el ambiente”, indicó Gu. Por un lado, nuestro país es el mayor productor de huevos del mundo (40 de cada 100 huevos que se ponen en el planeta los ponen las gallinas chinas), pero, por otro lado, este sector industrial está demasiado disperso.

“China produjo 380.000 millones de huevos el año pasado, 330 millones de los cuales los aportó Deqingyuan, lo que no llega a una milésima parte del mercado. Muchos gallineros apenas crían decenas de miles o centenares de miles de gallinas, de ahí que resulte difícil invertir en una central eléctrica como la nuestra”, explicó Gu.

No es fácil extender nuestro sistema por todo el país, donde el desarrollo de la energía de la biomasa, por tanto, puede considerarse aún disperso y de pequeña escala. Wang Jun explicó que como los recursos de la biomasa están dispersos, el costo de su recolección es alto y, excepto la del metano, las tecnologías de aprovechamiento de otros productos de la biomasa aún están en la etapa inicial de su desarrollo a escala industrial.

El bálago es un tesoro

El 80 por ciento de la población china vive en el campo y el combustible que más utiliza es el bálago y la leña. Por ello, el desarrollo de la energía de la biomasa tiene un sentido especial para el sector rural. En mayo de 2007, el Ministerio de la Agricultura hizo público el Programa del Desarrollo de la Industria de la Biomasa Agrícola 2007-2015, en el que plantea las metas concretas para impulsar el aprovechamiento de esta fuente de energía. Una vez finalice su ejecución, 60 millones de familias rurales chinas utilizarán el metano como combustible y la producción anual alcanzará los 23.300 millones de m3. Se construirán 8.000 criaderos o granjas avícolas de envergadura, en los que se aprovecharán los residuos para generar anualmente 670 millones de m3 del gas metano y aumentará la plantación de cultivos energéticos para satisfacer la necesidad nacional de combustible biológico líquido. Al mismo tiempo, se producirán anualmente 20 millones de toneladas el combustible sólido elaborado con bálago y se construirán 2.000 plantas productoras de gas a partir de la propia paja, cuya generación anual se prevé llegue a los 730 millones de m3.

El tanque de gas detrás de Pan Hu puede conservar 300 m3 del combustible que se suministra a 200 familias de toda la aldea.

“Antes cocinábamos con leña o gas licuado y consumíamos cuatro vasijas por año. Ahora, con el gas obtenido de la biomasa, gastamos solamente 30 yuanes por mes”, precisó Pan Hu, de la aldea de Jiangjiatai, en el distrito de Yanqing, Beijing, quien trabaja como empleado en la Central de Gas de Biomasa de su localidad. El poblado de Dayushu ha instalado plantas similares en siete aldeas, las que garantizan el suministro de combustible a 1.400 familias.

Lu Baoqing, subdirector del poblado y responsable de agricultura, comentó que la central de gas de biomasa de Dayushu forma parte de la ingeniería del proyecto Poblado Ejemplar Ecológico de Nuevas Fuentes de Energía, una idea que surgió a principios de 2005. Al considerar la ubicación de Yanqing en barlovento y en el curso superior de Beijing, el gobierno local de Dayushu se exige más a sí mismo en materia de protección ambiental. Después de analizar concienzudamente los factores contaminantes de la localidad, decidieron resolver la polución generada por la combustión de la leña.

Según Lu Baoqing, las 20.000 hectáreas que Yanqing dedica al cultivo del maíz dejan anualmente 150.000 toneladas de bálago. De ellas, unas 90.000 toneladas sirven de pasto a 30.000 vacas lecheras, y la mitad de las 60.000 toneladas restantes se emplean como combustible para cocinar, mientras el resto se quema en el campo. “El bálago ocupa mucho lugar, por lo que los campesinos no quieren trasladarlo a casa”, explicó Lu.

El gobierno local calculó el costo y la cantidad de bálago antes de construir la central y llegó a la conclusión de que se necesitan por lo menos 10 kilos de paja para cocinar tres comidas al día, pero si se convierte este residuo en gas de biomasa, se consumirán apenas 2 ó 3 kilos.

La Central de Gas tiene ya dos años de funcionamiento en la aldea de Jiangjiatai. Pan Hu nos informó que en enero y febrero, después de trillar y secar los granos, el bálago y las espigas de maíz quedan como desechos. “El año pasado le compramos a los aldeanos 100 toneladas de esos desperdicios, a un precio de 30 centavos el kilo”, refirió Pan.

La planta generadora paga a precio de mercado la materia prima que compra a los campesinos, mientras estos adquieren el gas a precio de costo. “Es una ingeniería de bienestar, no lucrativa. Para construir una central de gas de biomasa, incluyendo la compra de equipos como el horno de gasificación, se necesita por lo general una inversión de 1.300.000 yuanes. Los proyectos de 2005 fueron ejecutados con el financiamiento recaudado por el gobierno del poblado y la aldea, pero desde 2006, el dinero lo aportan cuatro niveles administrativos, ciudad, distrito, poblado y aldea”, dijo Lu Baoqing.

Aunque no reporta elevadas ganancias económicas, el beneficio social y ambiental es obvio. “No tenemos a mano los datos específicos del poblado, pero los días de contaminación por debajo de la categoría II superaron los 280, el índice más alto entre los distritos ubicados en los alrededores de Beijing”, manifestó.

El empleo del gas generado a partir de la biomasa ha revolucionado la cocina de los campesinos, cada vez más limpias. Al principio de su utilización, lo más difícil fue ganar la comprensión de los aldeanos. “Como no saben nada al respecto, la mayoría adoptan una actitud expectante, ni apoyan ni se oponen”. En otoño de 2005, las autoridades locales organizaron a la población de los alrededores para que vieran las dos centrales construidas en Dongsangyuan y Dongxingyuan. “Al final confirmaron que era bueno para ellos, fácil y nada costoso”.

Para el futuro, adelantó Lu, el gobierno decidió establecer dos centrales más. Según el proyecto, 15 de las 25 aldeas administradas por el poblado podrán utilizar el gas de biomasa en 2012. Además, se están haciendo gestiones para que una fábrica de equipos como el horno de gasificación, se establezca en el poblado. “Ello, sin dudas, beneficiaría la promoción de la obra de gasificación de la biomasa en el distrito de Yanqing y también será positivo para el desarrollo de la producción de nuevas fuentes de energía”.

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