Sun
Qihua y los desfiles militares
Por nuestra reportera ZHANG
MAN
A pesar de sus 70 años de edad, Sun Qihua llega temprano
todos los días al campo de formación para el desfile.
Con prudencia y rigor corrige las posturas de los marinos. Los
jóvenes le llaman Padre.
Desde que se estableció la República Popular China,
hace 60 años, el país ha celebrado 14 desfiles militares
por el Día Nacional. Sun no sólo participó
como joven soldado en dos de aquellas primeras paradas, sino que
más tarde se convirtió también en líder
del equipo y preparador jefe de las tropas de la Marina durante
las marchas de 1984, 1999 y 2009.
Yo vi al presidente Mao
Sun se alistó en la Artillería de la Marina en
1956. Con apenas 17 años no podía prever que algún
día tendría una relación larga y estrecha
con los desfiles militares, que se extendería por más
de medio siglo.
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Sun Qihua, poco después
de su entrada en el ejército. |
La parada militar por el Día Nacional se celebraba todos
los años durante la década del 50. Sin embargo,
las personas comunes y corrientes rara vez tenían la oportunidad
de ver esta gran ceremonia, ya que la televisión era inaccesible
para la mayoría en aquel momento.
Por lo tanto, Sun Qihua y sus colegas se sintieron muy emocionados
cuando fueron escogidos para integrar la formación del
desfile de la Marina en 1958, con motivo de la principal fecha
patria. Aquello significaba que yo podría tener la
oportunidad de ver al presidente Mao en la plaza de Tiananmen!,
recordó el veterano militar.
Sus 181 centímetros de altura fueron una ventaja para
Sun Qihua en el proceso de estricta selección, gracias
a su excelente condición física, que le ayudó
a sobresalir entre los 200 soldados de su compañía.
La noticia fue bien recibida en su pueblo natal, donde todos
estaban orgullosos de él. Sus padres, unos simples agricultores
que no sabían leer ni escribir, pidieron a otros escribir
una carta a su hijo. Le animaron a trabajar duro y ganar honor
para su pueblo natal, su tropa y su país.
Los soldados seleccionados fueron entrenados en un campo cercano
a Longkou, provincia de Shandong, aunque no tenían un área
de capacitación especial reservada, sino simplemente un
pedazo de tierra agrícola cultivada. Cuando llegaba la
temporada de lluvias, el terreno se convertía en un lodazal.
Sin embargo, nadie se quejó por las malas condiciones.
El patriotismo de los soldados y la resistencia impresionan todavía
a Sun: Todos los soldados nos centramos en la formación
y esperamos que el gran día llegara.
El momento finalmente se consumó en la mañana del
1 de octubre de 1958. Marchando entre las tropas de la Marina,
Sun Qihua estaba en la fila más próxima a los dirigentes
estatales como Mao Zedong, Liu Shaoqi, Zhou Enlai y Zhu De. Yo
los podría haber visto siempre y cuando levantara la cabeza,
pero resistí la tentación por temor a perturbar
la formación, recordó aún con emoción
al hablar de aquella jornada. Mi mente quedó en blanco
cuando marchaba delante de la Tribuna de Tiananmen.
Pero frente a sus pobladores y el resto de sus compañeros
de la marina a su regreso de Beijing, no tenía otro remedio
que decir que había visto al presidente Mao.
Veinticinco años de espera
Debido a su actuación maravillosa, al año siguiente
Sun Qihua fue seleccionado de nuevo para integrar la formación
del desfile por el Día Nacional de 1959. Esta vez lo ubicaron
en la segunda fila, lo que significaba que volvería a pasar
cerca de la tribuna. Con la experiencia del año anterior,
el joven no se sintió nervioso y aprovechó la oportunidad
para echar una ojeada al máximo líder.
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Bloque de la Marina en la
parada por el 60 aniversario. |
En 1960, Sun fue seleccionado por tercera vez para el mismo acontecimiento.
Cada miembro del grupo de la Marina puso tanta emoción
en el entrenamiento que su bloque ganó el primer premio
durante los ensayos. Pero luego algo sorprendió a todos,
el desfile militar fue cancelado unos días antes del 1
de octubre.
Desde 1959, graves desastres naturales golpeaban a China, sometiendo
así al país a una fuerte hambruna que se prolongó
durante tres años consecutivos. En estas circunstancias,
el Gobierno Central decidió restringir los desfiles militares
anuales a una celebración a pequeña escala
cada cinco años y un gran evento cada diez años.
Sin embargo, los desfiles no fueron retomados hasta 1984.
Al igual que otras personas, Sun Qihua estuvo involucrado en
todos los movimientos políticos que tuvieron lugar en los
siguientes 20 años, pero nunca dejó su amada fuerza
naval.
Más que una ceremonia
El Gobierno Central decidió volver a celebrar una gran
ceremonia para el 35 Aniversario del Día Nacional. Sun
Qihua había esperado pacientemente durante 25 años
para volver a vivir aquella emoción. En 1984, ya con 44
años de edad, se convirtió en entrenador jefe de
la formación naval. Asumió la posición principal,
guiando a sus tropas a marchar frente a la puerta de Tiananmen.
En ese momento, la gente de su pueblo natal se reunió
para ver el desfile a través de la televisión. Las
lágrimas de felicidad corrían por las mejillas de
muchos al contemplar a Sun Qihua. Deng Xiaoping, entonces presidente
de la Comisión Militar Central, emitió una orden
de felicitación a los marinos después del desfile
por su desempeño sobresaliente.
En la parada de 1999, para conmemorar el 50 aniversario de la
Nueva China, Sun, ya jubilado, volvió a ser invitado a
cumplir el papel de entrenador jefe. Durante todo el verano, él
y sus soldados resistieron el sol abrasador y el calor ardiente,
practicando la formación todos los días. Esa vez
él no participó personalmente en el desfile, pero
aún podía sentir un enorme orgullo y alegría
al ver a sus marinos, marchando invenciblemente y con gallardía
por la plaza de Tiananmen, sobre todo por los elogios que
volvió a proferir la Comisión Militar Central a
la representación de las fuerzas navales del país.
Desde la década del 50 del siglo pasado, cuando era transportado
por camiones soviéticos al atravesar la plaza hasta hoy
día, cuando se muestran armas de altas tecnologías
y de fabricación china, el veterano Sun ha adquirido una
comprensión más profunda del desfile: la presentación
a toda la nación y al mundo de los grandes logros de nuestro
país, tanto en la defensa nacional como en la modernización
militar.
El desfile militar, más que una ceremonia, encarna
el espíritu de los militares y la nación. Es también
una exposición de las fuerzas armadas de China, un ejército
pacífico, civilizado y poderoso. Al mismo tiempo,
impulsa el patriotismo del pueblo chino. Para nosotros, el sudor
que derramamos, hasta el dolor, en comparación con la riqueza
espiritual adquirida, es realmente insignificante, subrayó
Sun.
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