China y Colombia
¿Otro capítulo en la diplomacia
del ping-pong?
Por ROCÍO PÉREZ
T.
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La autora junto
a jugadores chinos? |
Con niños
chinos. |
La
ex campeona de ping-pong de Colombia de 1993, Rocío Pérez,
visitó China en julio pasado, con una delegación
de la Universidad Externado de Colombia. Quedó maravillada
por el viaje y escribió el siguiente texto. La Red.
POR encima de las circunstancias específicas de cada caso,
hay experiencias históricas que como la denominada Diplomacia
del ping-pong, desarrollada en 1971, cuando no existían
relaciones entre China y los Estados Unidos, acentúan en
la distancia la importancia del encuentro que sostuvimos amigos
colombianos y chinos en días pasados en Beijing.
Recordemos que en el mes de abril de 1971, nueve jugadores de
ping pong, cuatro técnicos y un grupo de escogidos periodistas
de los Estados Unidos fueron invitados a China, donde tuvieron
la oportunidad de ser los primeros, y en ese momento los únicos,
en tener la posibilidad de contar al mundo qué había
tras las fronteras de China. En el país asiático
disputaron varios partidos de exhibición, fueron al ballet
y visitaron la Gran Muralla y el Palacio de Verano, suavizaron
posturas y ayudaron de algún modo a preparar la subsiguiente
visita secreta de Henry Kissinger, por aquel entonces Asesor para
la Seguridad Nacional en EE.UU. Así se crearon las condiciones
además para el viaje que el presidente estadounidense Richard
Nixon hizo en 1972 a Beijing. También influyó en
el establecimiento de relaciones diplomáticas entre los
dos gigantes antagónicos, anunciado el 1 de enero de 1979.
En julio del año 2009, un grupo de colombianos que respondimos
a una convocatoria académica, con el apoyo de la Universidad
Externado de Colombia y la Asociación de Amistad Chino-Latinoamericana,
vimos coronadas nuestras grandes expectativas de estar en el país
con mayor proyección económica en el ámbito
mundial hoy en día. Y no fue menor la sorpresa al detectar
entre las actividades de la agenda de viaje, (por iniciativa de
nuestro jefe de grupo) un encuentro de ping-pong,
algo que nunca imaginamos y que otorgó especial destaque
al encuentro entre dos culturas muy diferentes. Creo que lo que
vimos en China es sólo comparable a un partido de fútbol
en Latinoamérica: En China nos esperaba todo un coliseo,
además de un grupo de entrenamiento para hacernos una exhibición,
autoridades del deporte y de la asociación China del deporte
y los que serían nuestros contendientes, personas preparadas
para atendernos formalmente en sus casas. Nosotros llegamos portando
nuestra bandera nacional, con el tradicional sombrero vueltiao
en la cabeza y como regalos una chiva en miniatura (bus o camión
típico), dulces colombianos y nuestro conocido café,
tan renombrado en el mundo. Todo lo anterior excedería
con creces las expectativas que cualquier colombiano desprevenido.
En mi caso particular no puedo dejar de expresar con estas letras
mi sorpresa positiva, una emoción indescriptible; eran
muchos sentimientos encontrados y ante todo la satisfacción
de un sueño cumplido, ¿jugar en China? ¿Jugar
con los campeones chinos? ¿Recibir regalos representativos
del deporte que alguna vez practiqué con orgullo?
Me pregunto, ¿tendremos futuros encuentros secretos y
públicos? ¿La vida nos premiará deparándonos
un evento al que podamos calificar de la Diplomacia del
ping-pong entre nuestros dos países?
Lectores, afirmo que mi manera viví mi propia diplomacia
del ping-pong entre Colombia y China, como lo hicieron también
mis compañeros de grupo. Al final, recibí mi mejor
regalo cuando un competidor chino me dijo: Rocío,
ahora somos amigos.
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