La
Gran Muralla
Por WU KAI
Historia de la obra defensiva
La Gran Muralla China se sitúa en la parte norte del país
y se extiende desde el Paso de Shanhaiguan, al este, hasta el
Paso de Jiayuguan, al oeste. Posee una longitud de 6.700 kilómetros
y los chinos suelen denominarla Gran Muralla de 10.000 li
(dos li equivalen a un kilómetro).
Según registros históricos, la construcción
de esta gran obra data de más de 2.000 años. Desde
el período de los Estados Combatientes (del 475 al 221
a.n.e.), más de 20 estados y dinastías participaron
en su construcción y reconstrucción.
El Estado Chu fue el primero en acometer este baluarte, para
defenderse de los ataques de los nómadas del norte y de
otros imperios enemigos. Después, por el mismo motivo,
los estados Qi, Yan, Wei, Zhao, Han y Qin empezaron a construir
sus propias murallas. Tras la reunificación del país,
en el año 221 a.n.e., el primer emperador chino, Qin Shihuang,
ordenó al famoso general Meng Tian llevar a cabo una expedición
hacia el norte para combatir contra los hunos, para lo cual unió
todas las pequeñas murallas de los diversos estados, convirtiéndolas
en un gigantesco muro que se extiende por espacio de 10.000 li,
de ahí su nombre.
Hasta la dinastía Ming (1368-1644) se reconstruyó
la muralla para evitar los ataques de la caballería mongola
de la derrocada dinastía Yuan y el ejército de la
dinastía Jin Posterior del noreste (luego Qing). Durante
la dinastía Qing, las autoridades aplicaron la política
de Heqin, es decir, casar a las princesas imperiales
con los mongoles, y pusieron a un lado las obras de la Muralla.
La Gran Muralla jugaba un papel muy importante en épocas
de guerra. En sus puntos más altos se encuentran plataformas
de piras que servían para dar la voz de alarma en la China
antigua. Una columna de humo significaba que el enemigo disponía
de unos 100 hombres; dos señales de humo, 500 hombres,
tres, 1.000 soldados, y cuatro, 2.000. De esta manera, la persona
que recibía el mensaje podía tener de antemano una
visión respecto del poderío del enemigo. También
cada cien metros hay una atalaya que normalmente es de dos pisos.
Lamentos de Meng Jiangnü derriban la Gran Muralla
En
torno a la Gran Muralla circulan muchas leyendas, entre las cuales
sobresale la de una hermosa joven, llamada Meng Jiangnü,
que vivió durante la dinastía Qin.
La chica se enamoró a primera vista de Fan Xiliang y,
tras haber conseguido el acuerdo paterno, ambos decidieron contraer
matrimonio. En aquel entonces, para construir la Gran Muralla,
el emperador Qin Shihuang hizo reclutar mano de obra y Fan Xiliang
fue apresado el mismo día de su boda y enviado a trabajar
en la fortificación, a más de mil kilómetros
de distancia de su esposa, que invadida de angustia y rencor,
extrañaba día y noche a su amado. Un día,
Meng soñó que su marido le decía, querida
mujer, siento frío. Al día siguiente la joven
decidió ir a buscarlo. Tras un penoso recorrido, llegó
al lugar donde su marido estaba y allí conoció que
Fan había muerto debido a la rudeza del trabajo.
Muy triste, Meng lloró durante tres días. El primer
día sus lágrimas atrajeron ráfagas de viento
y una tormenta desde las montañas. Al segundo día,
el cielo se oscureció. Y al tercero, las montañas
se estremecieron, y la muralla empezó a caer.
Los funcionarios lo informaron al emperador Qin Shihuang, quien
acudió al lugar. Al ver a la chica, el soberano, atraído
por su belleza, quiso llevarla a su corte y nombrarla concubina.
Antes de acceder Meng puso tres condiciones: primero, que se enterrara
debidamente a su marido; segundo, que se le construyera una tumba;
y tercero, que se levantara un monumento a todas las personas
que habían muerto en la ejecución de la fortificación.
Qin aceptó y Meng, considerando que había vengado
la muerte de su esposo, se lanzó al mar. La memoria de
aquella valiente chica se conserva hasta la actualidad en un templo
a unos siete km. al este de la costa de Shanhaiguan.
Tramos atractivos de la Gran Muralla en Beijing
Badaling, declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad
en 1987, fue la primera sección de la Gran Muralla que
quedó abierta al público, y hasta la fecha ha recibido
más de 160 millones de visitantes, tanto nacionales como
extranjeros, entre ellos más de 300 jefes de Estado o importantes
personalidades de todo el mundo.
Se encuentra en el distrito de Yanqing, a 70 kilómetros
al noroeste de la ciudad de Beijing, y constituye un sendero montañoso
vinculado al Monte Jundu. Este es el punto más alto del
extremo norte del valle Guangou.
Juyongguan, localizado al norte de la capital, es otro segmento
precioso del majestuoso baluarte. En él vivían los
soldados y jefes con sus familiares y sirvió de muro protector
por muchos años. El paisaje aquí es hermoso y desde
lo lejos el paso parece un dragón zigzagueante.
A 70 km de Beijing se encuentra Mutianyu, en el norte del distrito
de Huairou, un tramo de la muralla que tiene más de 2.000
metros y es famoso por la solidez de sus paredes. La mayor parte
de la Gran Muralla tiene parapetos exteriores que proporcionaban
protección a los soldados, y otro bajo, en el lado interior,
para evitar que los soldados y caballos cayeran. Aquí los
dos parapetos con merlones indican su importancia militar. Además,
existe un muro de mil metros, paralelo a la pared principal, para
fortalecer la defensa.
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