|
Jiang Ping en
su juventud (segundo por la der. en la primera fila). |
Jiang
Ping, nacido en 1930, es originario de la ciudad de Ningbo, provincia
de Zhejiang. En 1951, el Estado le envió a estudiar a la
Unión Soviética. En 1956 se graduó en Derecho
de la Universidad Estatal de Moscú. Afectado por las campañas
políticas de China en aquel entonces, Jiang Ping sufrió
múltiples vicisitudes durante 22 años consecutivos.
En 1978, cuando China entró en la etapa de reforma y apertura,
Jiang Ping recibió importantes responsabilidades. Desde
1982, ha fungido sucesivamente como vicerrector del Instituto
de Ciencias Políticas y Derecho de Beijing, vicerrector
de la Universidad de Ciencias Políticas y Derecho de China,
rector de la misma universidad, miembro del Comité Permanente
de la VII Asamblea Popular Nacional, subdirector de la Comisión
de Leyes de la VII APN y vicepresidente de la Sociedad de Derecho
de China. Tanto en su desempeño legislativo como en la
educación jurídica, Jiang Ping ha hecho contribuciones
excelentes. En cierta medida, su vida es un espejo
que refleja la construcción de la legalidad en China.
Jiang Ping:
someterse sólo a la verdad
Por FENG JIANHUA
CUANDO hace un recuento de sus casi 80 años de vida, Jiang
Ping lo asume con una mezcla de alegría y tristeza, aunque
lo hace sin inmutarse. Sin embargo, la pasión le desborda
los ojos al hablar de la construcción de la legalidad.
Como uno de los primeros talentos en materia jurídica de
la Nueva China, Jiang Ping ha sido testigo excepcional e impulsor
del desarrollo de la legalidad en el país.
Debido a su edad avanzada, este activista social del pasado sale
poco de casa, aunque no por ello ha perdido claridad de pensamiento
y coraje para exponer sus ideas ante la sociedad. Los textos de
su libro de discursos titulado Lo único que puedo hacer
es clamar, evidencian la firmeza y responsabilidad de un intelectual.
No vale la pena hablar de mí
En 1948, Jiang fue admitido por la Universidad de Yenching (antecesora
de la actual Universidad de Beijing), para estudiar periodismo.
A pesar de albergar el ideal de construir el país con su
pluma de periodista, la corrupción política imperante
en la vieja China no le permitió realizar el sueño.
Al igual que muchos jóvenes con gran sentido de responsabilidad,
abandonó la escuela y tomó el camino de la oposición
al régimen corrupto.
|
|
El primero de octubre de 1949, se fundó la República
Popular China. En agosto de 1951, como representante de los jóvenes
ejemplares de la nueva sociedad, Jiang fue seleccionado y enviado
al Hermano mayor socialista, la Unión Soviética,
para estudiar Derecho en la famosa Universidad Estatal de Moscú,
por cinco años. Entre el primer grupo de más de
300 estudiantes chinos que viajaron a la Unión Soviética,
12 se especializaron en Derecho. Según Jiang Ping, en aquel
entonces la educación jurídica soviética
no se había interrumpido, por lo que el sistema jurídico
era casi igual al de Occidente. Durante este período, Jiang
Ping estudió sistemáticamente Derecho Romano y aprendió
latín, sentando una sólida base para introducir
el Derecho Romano en China.
En 1956, ansioso de lanzarse a la construcción de la nueva
sociedad, Jiang se graduó con notas sobresalientes y volvió
al país, lleno de expectativas. Pero Jiang todavía
no había desarrollado un concepto claro sobre la legalidad
de China; sólo abrigaba ideales y entusiasmo de servir
a la patria. De regreso, se dedicó a la enseñanza
en el Instituto de Ciencias Políticas y Derecho de Beijing
(más tarde Universidad de Ciencias Políticas y Derecho
de China).
Por su notable talento, Jiang recibió en poco tiempo el
reconocimiento de los directivos de la escuela. Sin embargo, la
sucesión de campañas políticas de la época,
desatadas de inmediato, estancó el incipiente desarrollo
económico de China, que se vio arrojada a un remolino interminable
de luchas políticas. Desde entonces, la vida de Jiang ha
sido un microcosmos del devenir histórico del país.
En 1957, luego que Jiang hablara abiertamente sobre disímiles
temas, en respuesta al llamado de las autoridades a la población,
para que ésta se expresara sin cortapisas, Jiang fue catalogado
de derechista. Desde entonces, y por 22 años,
el joven Jiang debió cargar ese sambenito político,
que le sumió en la adversidad justo cuando estaba en la
mejor edad para explotar al máximo sus capacidades.
Lo que aprendí no me servía de nada; el país
no necesitaba de leyes, evoca hoy Jiang Ping. En un súbito
arranque de ira, Jiang vendió la mayoría de los
materiales jurídicos que había traído del
extranjero.
Durante mi estancia en el exterior, gasté todo el
dinero ahorrado comprando libros, hasta llenar siete cajas. Nunca
me esperé este final. Al mencionar este triste capítulo
de su vida, Jiang vuelve a experimentar la agonía indescriptible
de aquellos días aciagos.
|
Jiang Ping habla
ante el Foro de Alto nivel de Industrias de Ciencia y Tecnología
en 2004. |
Tildado de derechista, Jiang se vio obligado a abandonar
su puesto en la universidad, tras lo cual fue enviado a las zonas
rurales, para que se reeducara con el trabajo físico.
Así hasta 1972, cuando tras pasar de un revés a
otro, fue por fin destinado a una escuela secundaria en los suburbios
de Beijing. Para entonces, los tragos amargos no habían
terminado para este malogrado jurista.
Jiang y su ex esposa se conocieron y enamoraron durante su período
de estudios en el extranjero. Después de casarse, el matrimonio
era muy feliz. Sin embargo, una vez que Jiang fue acusado de derechista,
su esposa comenzó a recibir todo tipo de presiones, al
punto que decidió divorciarse. Éste fue uno de los
golpes más demoledores para Jiang.
Las adversidades de aquellos tiempos no sólo le machacaron
el espíritu; también le dejaron indelebles huellas
en lo físico. En cierta ocasión, mientras atravesaba
una línea de ferrocarril, no se percató de la proximidad
de un tren, sintiéndose sobrecargado, tanto por la presión
sicológica como por el peso que en ese momento llevaba
sobre hombros. El tren le arrastró por decenas de metros.
De puro milagro sobrevivió al trágico accidente,
pero perdió una pierna.
Reflexionando sobre estos acontecimientos, Jiang da rienda suelta
a su pesar: La China de esa época carecía
de un sistema legal completo; tampoco se gobernaba bajo el concepto
de la ley. Pero en medio de todo esto, no vale la pena hablar
de mi caso.
El imperio de la ley es el núcleo del Estado
de Derecho. En opinión de Jiang Ping, el movimiento anti-derechista
que se inició en el verano de 1957 en China, destruyó
la supremacía de la ley, lo que supone la primera y mayor
derrota para la teoría de la legalidad en los 60 años
de historia de la nueva China. Este oscuro período continuaría
más tarde, cuando en el decenio de la revolución
cultural (1966-1976) se aplicó a rajatabla el principio
de presunto culpable, el cual pisoteó con su
pragmatismo vulgar la autoridad de las leyes.
Después de 21 años, volví al campus
En 1978, con la aplicación de la política de reforma
y apertura, China entró en una nueva etapa, en la cual
se tomó la construcción económica como
tarea central, y la sociedad ingresó gradualmente
en la órbita del desarrollo normal.
A finales de ese año, Jiang Ping volvió al Instituto
de Ciencias Políticas y Derecho de Beijing, el mismo que
se había visto forzado a dejar 21 años antes. Al
año siguiente, fue rehabilitado totalmente, con lo cual
pudo al fin librarse del cartel de derechista, y empezó
a dictar clases de código civil.
Para mí ése fue el cambio más significativo,
indica Jiang. Por un período bastante largo, las clases
sobre Ciencia del Derecho eran impartidas en secreto. Antes, era
inimaginable que una persona con problemas políticos,
como Jiang Ping, pudiera enseñar Derecho.
Aprovechando este viraje favorable, Jiang se dedicó con
todo entusiasmo al trabajo, y su talento fue reconocido de nuevo.
Pronto pasó de profesor de Código Civil a ocupar
sucesivamente los cargos de director de la oficina de enseñanza
de Código Civil y vicerrector del instituto. En 1984 el
instituto cambió su nombre por el de Universidad de Ciencias
Políticas y Derecho de China, y Jiang fue promovido al
puesto de vicerrector de la universidad, a cargo de la docencia.
En 1988, con amplio respaldo del personal, Jiang Ping fue elegido
rector de la universidad.
Después de asumir el cargo, el mayor desafío ante
él era la falta de personas competentes para la enseñanza.
En el pasado, los profesores, influidos por los movimientos
políticos, mantenían ideas sumamente conservadoras.
Sus conceptos y conocimientos ya no eran adecuados para la enseñanza
del Derecho en el nuevo periodo, explica Jiang. Por lo tanto,
debió dedicar sus empeños a la formación
de nuevos talentos. Para ello seleccionó estudiantes de
postgrado a través de exámenes y recomendaciones.
La mayoría de estos postgraduados excelentes se quedaron
en la universidad, constituyéndose en columna vertebral
de la enseñanza.
Jiang también reformó el plan de estudios. Por
largo tiempo, en China predominó en ideología y
práctica el dominio del código penal sobre
elal código civil, lo que propiciaba el fenómeno
especial de que el derecho público superara al derecho
privado. Tras experimentar en carne propia tantos dolores,
Jiang Ping estaba muy consciente de que la promoción y
protección de los derechos privados también es muy
importante para el desarrollo de un país. En cierto sentido,
gobernar de acuerdo con la voluntad personal es un
modo de pisotear los derechos privados. Para este erudito, sin
la democracia, libertad y derechos humanos como metas básicas,
las leyes perderían su poder de guía.
Fue esta convicción precisamente la que condujo a Jiang
en 1979 a abrir las asignaturas de Derecho Romano y Derecho Civil
y Comercial de Occidente, sobre las cuales dictó conferencias.
Aquellas charlas constituyeron exploración de un territorio
virgen hasta entonces en el propio país. Desde aquel momento,
Jiang incluyó gradualmente el código civil en las
asignaturas principales de la educación jurídica.
Pronto, en China se desató una ola de entusiasmo
por aprender Derecho, y cada vez más gente optaba por estudiar
el código civil, explica.
Hasta ese momento, y por largo tiempo, la educación jurídica
de China había tenido por objetivo formar personal
especializado del régimen político. En este
modo de educación, la ley se convirtió en una herramienta
del régimen político. Después de que Jiang
reasumiera la dirección docente, hizo un gran ajuste a
este objetivo.
Nuestro objetivo es capacitar y dotar a los estudiantes
de un pensamiento jurídico moderno, para que busquen la
equidad, la justicia y la conciencia, abogando por la democracia
y libertad, revela el jurista.
Contar con nuestra propia legalidad
Tras la reforma y la apertura iniciadas en 1978, el trabajo legislativo
de China entró en una etapa de desarrollo sostenible y
acelerado. Como legista, Jiang Ping participó en la elaboración
de muchas leyes importantes y ha vivido y ha sido testigo del
proceso de construcción de la legalidad en el nuevo periodo
del país.
En 1982 China puso en marcha la elaboración del código
civil. Jiang Ping agrega que ésta fue la tercera legislación
concentrada en la historia china: Las dos anteriores se realizaron
en 1952 y a comienzos de la década de los 60. Deng Xiaoping,
líder chino perspicaz, fue quien propuso esta legislación.
A su juicio, si China quería funcionar como economía
mercantil, debería poseer su propio sistema legal.
El código civil es un derecho integral, al que normalmente
se denomina constitución del área protectora
del derecho individual (derecho privado), por lo cual se ve claramente
su importancia. Según Jiang Ping, en aquel entonces, en
los organismos de legislación estatales se concentraban
todos los eruditos del terreno del código civil del país,
que eran apenas 40 ó 50. Jiang Ping era uno de ellos.
En 1984 se publicó la cuarta versión del código
civil. Sin embargo, la situación cambió mucho más
tarde. Un dirigente del Estado a cargo de la legislación
consideró que China estaba en la etapa inicial de la reforma
y la apertura y que a pesar de que el modo de reforma rural ya
estaba fijado, el modo y el rumbo de la reforma urbana permanecían
confusos. En tales circunstancias, no era conveniente publicar
el código civil. Por lo tanto, el trabajo de elaboración
se detuvo temporalmente y se aplicó la fórmula de
la venta minorista en vez al mayoreo: primero se emitieron
los Principios Generales del Código Civil. A continuación
se produjo la primera gran polémica en los círculos
jurídicos chinos, en torno a la elaboración del
código civil.
La elaboración de los Principios Generales
del Código Civil antes que este mismo código
es una particularidad de China, expresa Jiang Ping.
Poco después de implantar los Principios Generales del
Código Civil estalló la segunda polémica
sobre la forma en que el código civil se complementaría
con la ley económica. Según las pautas legales internacionales,
tanto el código civil como el derecho comercial caen dentro
de una misma categoría. Sin embargo, la economía
china aún tenía en ese momento un fuerte sabor a
economía planificada, con la ausencia del concepto de comercio.
Por consiguiente, el debate se concentraba en cómo desarrollar
la economía, aplicando la intervención del Estado
o la protección del derecho privado.
Jiang Ping se percató de que en la vida real el gran obstáculo
para la elaboración del código civil residía
en la economía planificada. En consecuencia, lo primero
era definir la relación de propiedad entre el Estado y
las empresas estatales, las que eran entonces el sujeto principal
de la economía nacional.
Como sujeto principal del mercado, las empresas estatales
estuvieron por mucho tiempo carentes del poder de autodecisión
y jugaban un papel de filial del Gobierno, razón
por la cual quedaba como un problema pendiente su transformación
en personas jurídicas independientes, así como qué
derechos debían tener.
En 1980, Jiang Ping publicó una tesis trascendental titulada
La relación de propiedad entre el Estado y las empresas
estatales debe ser la de propietario y poseedor, en Estudio de
Derecho, revista autorizada del sector de leyes. En dicho texto,
Jiang abogó por la necesidad de hacer independientes a
las empresas, las cuales, indicó, debían disfrutar
del pleno derecho de propiedad bajo la premisa de que el Estado
poseía los medios de producción.
|
Personal de los departamentos
gubernamentales explica las leyes a los ciudadanos. |
Como miembro del grupo de cuatro expertos a cargo de elaborar
el borrador de los Principios Generales del Código Civil,
Jiang Ping escribía artículos o impartía
conferencias, mostrándose inflexible en la defensa de su
propio pensamiento sobre la ciencia jurídica. Finalmente,
el Gobierno lo aceptó en cierto modo en las reformas políticas
y económicas y reconoció el derecho de gestión
empresarial, que quedó recogido en la definición
de los Principios Generales del Código Civil.
A finales de los años 80, China empezó a explotar
el sistema de sociedades. Los círculos académicos
analizaron por primera vez el concepto de compañía
por acciones. Algunos eruditos consideraron que si las empresas
estatales se transformaban en compañías por acciones
y se aplicaba la diversificación de los sujetos del mercado,
se lograría poner fin al reino único de dichas empresas
y agilizar la economía.
Muchas dudas rondaban en esos momentos los círculos académicos:
¿Adónde irían las empresas? ¿Funcionaría
el sistema de contratación o el de acciones? Y ¿cuál
tendría la primacía: la sociedad por acciones o
la empresa estatal?, recuerda Jiang Ping.
Para dar respuesta a tanta interrogante, Jiang hizo redactar
y editar en 1987 el Libro de Enseñanza de la Ley de Compañías,
la cual se constituyó en material de estudio en los institutos
de enseñanza superior. El libro contenía la teoría
sobre las compañías y sistemas y experiencias de
países occidentales.
La idea de Jiang era muy clara: servirse de las compañías,
como forma de gestión moderna, y a través del derecho
de propiedad de las personas jurídicas y la libertad de
operación individual y empresarial como instrumentos legales,
cortar la irracional relación de control del Estado como
propietario sobre la gestión de las empresas, para lograr
finalmente la independencia de éstas y hacer que la economía
se revistiera de una mayor naturaleza de libre mercado. En 1993,
China promulgó la Ley de Compañías, dejando
establecida por fin la gestión del sistema de compañías
como forma de organización básica de la vida económica.
Este logro se debió en gran medida a la promoción
de Jiang Ping en lo académico.
Todo lo que hago es clamar
Aunque la fama ha deparado numerosos reconocimientos a Jiang
Ping, él sigue considerándose un auténtico
profesor y educador, por encima de cualquier otra cosa. En 1990,
Jiang dimitió de su cargo de rector universitario, deseoso
de entregarse en cuerpo y alma a la enseñanza. La docencia
siempre ha sido su misión de vida.
En 1996, al cumplir 40 años de cátedra, Jiang Ping
expresó en un ensayo: Han transcurrido cuatro décadas
de enseñanza, en las cuales pasé por tantos altibajos,
pero elegí el camino correcto. En mi próxima vida,
si la tuviera, seguiría optando por ser un profesor de
universidad como mi primer objetivo de vida.
A pesar de haberse jubilado, Jiang-ping sigue entregando el tiempo
que le corresponde a disfrutar del ocio con su familia a la construcción
de la legalidad del país.
Después de retirarse en 1992 de su puesto en la Asamblea
Popular Nacional, órgano legislativo nacional, fue elegido
diputado a la Asamblea Popular Distrital de Haidian, Beijing.
Aunque ya no labora en órganos legislativos, Jiang Ping
ha participado en la redacción de varias leyes importantes,
entre ellas la Ley de Propiedad y el Código Civil.
En comparación con su labor legislativa, Jiang Ping ha
desplegado el grueso de su trabajo en la formación del
concepto jurídico en China.
Jiang considera que el destino del derecho civil en China y el
futuro del país están estrechamente vinculados.
El jurista comprende por propia experiencia que el derecho civil
moderno necesita arraigarse no sólo en la base económica
de la sociedad, sino más importante aún, en la cultura,
los conceptos y el espíritu del país dado.
Precisamente a China le faltaban estos factores. La larga
inhibición del crecimiento de la economía mercantil
y la ausencia del entorno cultural propicio a la formación
de la ley civil, sobre todo la segunda, siguen limitando el desarrollo
de la ley civil en China, aclara.
A principios de los años 90 resurgió en China una
peligrosa tendencia: algunas personas despreciaban el espíritu
de la ley civil so pretexto de resaltar las peculiaridades
chinas, lo que resultó en un exceso del derecho público
y en atrofia del derecho privado.
En 1994, en un simposio internacional sobre Derecho Romano, Jiang
hizo una intervención titulada Resurgimiento del
espíritu del Derecho Romano en China. Señaló
en particular que el resurgimiento del Derecho Romano o de la
ley privada en China significa en una palabra el triunfo
del humanismo, o mayor claridad, el reconocimiento del valor,
los derechos y las libertades del ser humano. Los que rechazan
la tradición de la ley civil so pretexto de gobierno según
la ley con peculiaridades propias lo hacen por su miedo al desarrollo
del espíritu de la ley privada en nuestro país.
Al decir de de Jiang Ping, para aceptar el renacimiento del Derecho
Romano y el espíritu de la ley privada, China debe dar
pasos importantes, los que al menos producirán los siguientes
cambios en los principios jurídicos: de la voluntad a la
ley objetiva, del Estado a la comunidad, del estatus al contrato,
y de la experiencia a la razón.
Estas observaciones de Jiang inspiraron y estimularon a los académicos
chinos en la salvaguarda del espíritu de la ley civil.
Cabe mencionar que en los años subsiguientes el desarrollo
en este ámbito contó con el decidido respaldo de
Jiang.
A mitad de los 90 y después, China entró en un
período de legislación acelerada, debido a lo cual
salieron muchas leyes. Entonces, algunos arguyeron que la construcción
de la legalidad ya era perfecta en lo básico, pero Jiang
se mantuvo lúcido. Como legista con gran experiencia y
visión internacional, comprendió que la referida
construcción debería alcanzar mayores profundidades,
que no podían expresarse simplemente en formas de leyes.
Lo importante es que la legalidad arraigue en la parte medular
de todos los sistemas como un valor intrínseco.
Jiang Ping también ha reflexionado a fondo sobre el gobierno
según la ley y el gobierno según la persona, afirmando
que éste es uno de los problemas principales con que se
enfrenta el país.
En 1994, Jiang dio a la luz su artículo Viraje de
la relación entre el Estado y la sociedad--Sobre el cambio
del concepto de ley actual en China. En él dice:
El problema medular para el viraje de la economía
planificada a la economía mercantil en la China actual
consiste en cómo resolver adecuadamente el problema de
la relación entre el Estado y la sociedad. Por
naturaleza, la economía planificada reconoce la supremacía
del poder estatal, mientras que la economía mercantil reconoce
por naturaleza el poder social y su estatus de fuerza motriz.
A juicio de Jiang, el gobierno según la ley es sustentado
por las fuerzas sociales más que por el poder estatal.
Solamente así, los individuos de la sociedad podrán
disfrutar la vida feliz que les pertenecen.
Para este objetivo, Jiang destaca en especial que la relación
entre el Estado y la sociedad debe sufrir cambios en seis áreas:
pasando de la supremacía de la voluntad a la de la ley
objetiva, de la supremacía de la administración
a la del derecho, de la del control del Estado sobre las empresas
a la de la autonomía de éstas, del alto grado de
nacionalización del derecho de propiedad a la socialización
de éste, de la plena voluntad del Estado a la autonomía
de ideas, y del gobierno por personas al gobierno según
la ley.
Tras jubilarse, aprovechando su experiencia profesional y su
influencia, Jiang se ha vuelto más activo. De vez en cuando,
ataca con vehemencia algún fenómeno social malsano,
o condena con fuerza los actos ilegales de ciertos funcionarios;
pero más a menudo clama por los derechos de los ciudadanos,
especialmente de los grupos vulnerables. De ahí que el
público le haya bautizado como jurista del pueblo.
Jiang no está muy satisfecho con el progreso de la construcción
de la legalidad en China. Incluso lo describe como dos pasos
adelante y otro atrás. Aunque afirma que la legislación
china ha hecho grandes progresos, la capacidad y la eficiencia
para la aplicación de la Ley aún tienen mucho espacio
para mejorar. Además, en los pasados 30 años de
reforma y apertura, la reforma de la estructura económica
ha marchado relativamente rápida, pero la de la estructura
política se está quedando rezagada, lo cual implica
un escollo para la continuación de la reforma y la apertura.
¿Cómo impulsar aún más la construcción
de la legalidad en China? Jiang Ping comenta que la clave está
en hacer transparente la gestión del Gobierno, a fin de
transformar el gobierno de poder ilimitado en otro de poder
limitado.
Aunque está preocupado por algunos problemas en la vida
real, Jiang sigue siendo optimista sobre las perspectivas de la
construcción de la legalidad. Por un lado, desde el inicio
de la reforma y la apertura, el concepto moderno de gobierno según
la ley se ha popularizado bastante rápido, como bien evidencia
su aceptación entre los estudiantes. En segundo lugar,
los talentos que ahora se están preparando en los centros
docentes de derecho desempeñarán en el futuro un
papel importante en todos los ámbitos del país.
La presencia de graduados de Derecho en los círculos políticos
responde a una tendencia mundial.
Sin embargo, todo eso necesita del esfuerzo de varias generaciones,
concluye Jiang Ping.
|