Tribuna
de Tiananmen, un estrado abierto al mundo
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Muchos ciudadanos consideran
un privilegio observar el panorama circundante desde la Tribuna
de Tiananmen. |
EL 1 de enero de 1988, primer día del Año
del Turismo Internacional en Beijing, el jubilado Gao Xiwu,
de 75 años de edad, fue el primer turista chino en subir
a la Tribuna de Tiananmen, privilegio que entre los extranjeros
correspondió al matrimonio Carter de Francia. En esa ocasión,
y por vez primera desde su construcción 500 años
antes, la Tribuna de Tiananmen quedó abierta a la
ciudadanía. Un total de dos mil personas la visitaron ese
día.
Desde el siglo XV hasta principios del XX, durante las dinastías
Ming y Qing, la Puerta de Tiananmen sirvió de acceso
desde el exterior a través de las murallas que custodiaban
el Palacio Imperial. En su tribuna, el 1 de octubre de 1949, el
Presidente Mao Zedong anunció solemnemente el nacimiento
de la República Popular China, y perso-nalmente izó
la bandera nacional de las cinco estrellas. A partir de ese momento,
dicho estrado sólo quedó disponible para importantes
acontecimientos nacionales, como en el caso de recepciones en
honor de distinguidos invitados extranjeros.
En 1984, una carta firmada de Hua Xing llamó la atención
de los dirigentes nacionales, incluido Hu Yaobang, entonces secretario
general del Comité Central del Partido Comunista de China
(PCCh). En la carta a las autoridades centrales, Hua expresó
su sincera esperanza de que se permitiera el acceso público
a la tribuna, a la cual calificó de corazón
del país, como expresión de orgullo nacional.
Las autoridades centrales respondieron emitiendo ins-trucciones
al gobierno municipal de Beijing, con vistas a elaborar un plan
de apertura.
El 1 de mayo de 1986, la Tribuna de Tiananmen comenzó
a recibir grupos dirigidos de visitantes, bajo estrictas medidas
que incluían registro y aprobación previos. Presencia
frecuente en estos grupos eran los participantes de las conferencias
organizadas por el Partido, militares estacionados en Beijing,
diputados a la Asamblea Popular Nacional y los trabajadores ejemplares.
Más tarde, en 1988, la tribuna abrió oficialmente
al público. El precio de la entrada era de 10 yuanes para
los visitantes nacionales, nada barato en aquella época,
a pesar de lo cual ese año se produjeron más de
600.000 visitas. Para 2008, 20 años más tarde, 40
millones de personas habían escalado a su altura.
La Tribuna de Tiananmen es el símbolo de la nación.
En opinión de Yang Dengyan, quien participó en los
preparativos, La apertura de este lugar sagrado demuestra
que en China no hay sitio al que no pueda acceder el pueblo.
En los meses siguientes a este aconte-cimiento, China fortaleció
la reforma y apertura, y el número de las ciudades y distritos
abiertos al exterior ascendió a 288, hecho que transformó
las vidas de 160 millones de habitantes de las zonas costeras.
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