Historia de un dirigente universitario de aldea

Por ZHU HONG

EN julio de 2007, Hu Jiandang, graduado de la Universidad de Deportes de Beijing, llegó con su pequeña maleta al poblado de Panggezhuang, en el distrito de Daxing, Beijing, para asumir el cargo de asistente del subjefe de la aldea de Wangchang.

Un dirigente universitario de aldea explica a los aldeanos la tecnología para el cultivo.

Condiciones atractivas

En 2006, Beijing puso en marcha el Plan de Dirigentes Universitarios de Aldeas, contratando públicamente a graduados universitarios de la capital, para servir como asistentes a los jefes de los pequeños poblados que la rodean. El objetivo era asignar por lo menos un universitario a cada aldea o comunidad en tres o cinco años. En aquel entonces, Hu, estudiante de tercer año, se interesó por esta iniciativa, al conocer detalles al respecto. Bajo la presión cada vez mayor de buscar trabajo, recordó, las condiciones de que disfrutan los dirigentes universitarios de las aldeas eran bastante atractivas.

Según las estipulaciones de Beijing, el salario medio mensual del primer año de los dirigentes universitarios es de 2.000 yuanes, 2.500 el segundo año y 3.000 el tercer año, además de diversas prestaciones de seguridad social. Los graduados que no son nativos de la capital, después de aprobar por dos años sucesivos la calificación de su trabajo y obtener la autorización, podrán trasladar su registro de residencia a la capital. Igualmente, gozarán de notas preferenciales en el examen de admisión de funcionarios públicos y de postgrados.

Además de las políticas favorables, Hu, quien creció en el campo de la provincia de Shandong, concede mucha importancia a su ideal de cambiar la fisonomía del campo con sus conocimientos. “Siempre pienso ¿por qué los campesinos no ganan mucho dinero a pesar de trabajar duro toda su vida? Creo que la clave consiste en el bajo nivel educativo. Crecí en una familia campesina, entonces tengo más motivos para volver al campo, para responder al favor de la crianza de los campesinos y a la gracia de la educación del país. Deseo con todo corazón que mejore la posición del campo”.

¿Para qué un universitario?

Antes de empezar su trabajo, Hu Jiandang imaginó que el campo de Beijing sería mucho mejor que el de su pueblo natal en Shandong. Al llegar al poblado de Panggezhuang, descubrió que “en la aldea sólo hay casas bajas cubiertas por una nube de polvo proveniente de la carrera. Como las labores agrícolas no están mecanizadas, el trabajo en el campo depende fundamentalmente del esfuerzo humano y el nivel de vida de los campesinos es muy bajo”.

Hu Jiandang dirigió a los aldeanos en la construcción de invernaderos para setas comestibles.

El dormitorio de Hu está a 10 kilómetros de la aldea y no hay ningún autobús que cubra el trayecto, por lo que no tiene otro remedio que ir a trabajar en bicicleta. Unos meses después, había consumido cinco neumáticos. En su dormitorio sólo hay una litera, sin computadora ni televisor. No hay dónde comprar artículos de uso diario y hasta la comida puede ser una dificultad para él.

Pero el mayor problema no son las arduas condiciones de vida. El entorno desconocido y la desconfianza de algunos lugareños han hecho muy difícil su adaptación. En la primera reunión de aldeanos, cuando se presentó a sí mismo, algunos lugareños murmuraron: “¿Para qué viene a nuestra aldea un universitario, en vez de quedarse en la gran ciudad?” Pero “dos meses después logré tranquilizarme, luego de comunicarme con sinceridad con los aldeanos”.

A fin de conocer la situación de todos, Hu fue charlando de puerta en puerta con todos los campesinos. Un mes después había visitado a las 60 familias de la aldea. Cuando se enteró de que el anciano Li Chunfang no tenía a nadie que le cuidara, a pesar de su debilidad física, porque su hijo estaba en la cárcel condenado a más de veinte años, lo que hacía que otros aldeanos lo miraran como a un extraño, Hu se ofreció voluntariamente para limpiar su casa, preparar comida para él e incluso, le celebró su cumpleaños.

Poco a poco, el joven logró integrarse a la pequeña comunidad, que tuvo en cuenta sus esfuerzos. El subjefe de la aldea reconoció que “él se desvela por los asuntos del poblado, sacrificando su propio tiempo libre. Ni nuestros campesinos son capaces de aguantar tantas penalidades”.

Escenario amplio del campo

Hu está muy preocupado por la aldea de Wangchang. “El estado de la economía allí es muy malo. La mayoría de los aldeanos no tiene otro ingreso que el proveniente de los cultivos. Aunque ellos dedican todas sus fuerzas a trabajar la tierra, como no manejan la tecnología ni conocen cómo prevenir las plagas que afectan los cultivos y el marketing, los beneficios son muy limitados. Quiero cambiar este modo de producción, llevarles a una vida acomodada”.

El joven convenció a Chen Mo, otro “dirigente universitario” de la aldea, para explorar formas de desarrollo económico. El poblado de Panggezhuang es conocido por sus famosas sandías, pero a finales del otoño la mayoría de los invernaderos para el cultivo de este fruto quedan en desuso y llega la temporada de setas comestibles. A los dos se les ocurrió transformar los invernaderos de sandía en áreas para el cultivo de setas comestibles. “La Sandía de Panggezhuang es famosa, pero la mejor ganancia bruta de un mu (unidad de área, 0,0667 hectáreas) no superará los 6.000 yuanes, mientras las setas comestibles pueden duplicar o cuadruplicar la renta”. En mayo y junio del año pasado, aprovechando los fines de semana, ellos fueron a investigar a la base de cultivo de setas y el mercado mayorista, situados en la provincia de Hebei.

Sitio de contratación de recién graduados universitarios para trabajar como dirigentes en las zonas rurales.

Pero persuadir a los aldeanos de cambiar de producto fue un problema espinoso. Preocupados por el riesgo, los campesinos no querían dedicarse a este nuevo cultivo. Para disipar las preocupaciones, ambos decidieron experimentar primero ellos mismos y convencer a los demás con sus resultados. Dicho y hecho, los dos jóvenes recaudaron entre sus amigos y parientes la suma de 160.000 yuanes, que invirtieron en la construcción de invernaderos y el cultivo de setas comestibles. La sinceridad de ambos conmovió a los lugareños y más de 30 familias se sumaron al proyecto.

Como los dos tienen ventajas respectivas en la tecnología y la administración, dividieron el trabajo: uno se encargaría de dirigir la producción, y el otro, de establecer la red de venta. Así fue fundada la Cooperativa de Setas Comestibles Ainongxing. “Nuestros productos son tan acogidos que no podemos cubrir la demanda. Creemos que antes del final de este año, podremos recuperar el costo de la inversión. Recientemente más de una decena de familias mostraron claramente su voluntad de incorporarse a la cooperativa”. Hu y Chen son muy optimistas sobre el futuro, después de pasar el difícil período inicial de la empresa.

“Ellos son tesoros. No dudamos en consultarlos cuando no entendemos algo”, señaló sonriendo una campesina, apuntando a los dos chicos. Hu comentó que “el escenario del campo es muy amplio. Si no podemos obtener algún éxito, estamos malgastando nuestra juventud”, y Chen reconoció que “ahora entendemos que la agricultura no representa el atraso. Lo que necesitamos hacer es cambiar la situación actual de pobreza del campo”.

¿Trampolín o decisión de arraigarse en las zonas rurales?

Hu y Chen han demostrado claramente que después de la expiración de su contrato de trabajo a plazo de tres años, se quedarán en el campo. Pero, a diferencia de ellos, la mayoría de los “dirigentes de aldea” está haciendo trabajos triviales y sencillos de oficina. Muchas personas, aún en el primer año de contrato, empiezan a planear la salida al finalizar el tercer año.

Una reciente encuesta nacional sobre la opción de empleo después de terminar el plazo de tres años, revela que el 39 por ciento de los “dirigentes universitarios de aldea” quieren asistir al examen de admisión de funcionarios públicos, y el 5 por ciento quieren pasar el examen de ingreso de postgrados. Entonces podemos deducir que para una cierta parte de los universitarios, trabajar como “dirigentes de aldea” es una opción bajo la presión de buscar trabajo y una atracción de las políticas preferenciales.

Desde 1995, cuando la provincia de Jiangsu tomó la iniciativa de contratar graduados universitarios para asumir cargos de dirigentes de las zonas rurales, la estrategia ha continuado aplicándose en los siguientes 14 años. En marzo de 2008, el Gobierno Central lanzó la política de contratar en cinco años 100.000 universitarios para asignarles un puesto en el campo. Basado en los datos de las provincias del país, el profesor Hu Yuegao, de la Universidad de Agricultura de China, evaluó que sólo el año pasado, se reclutaron 80.000 recién graduados para trabajar como dirigentes en el campo, y los cuadros de dirigentes universitarios en las zonas rurales se incrementaron hasta los 150.000.

“Deseamos que estos jóvenes nos traigan nuevas oportunidades y esperanzas, para cambiar el estado atrasado del campo. Pero no pretendemos grandes logros dentro de dos o tres años”, dijo el profesor Hu Yuegao. “Los dirigentes universitarios deben mantener una actitud modesta, para conocer y experimentar el campo, sentando una base sólida para su trabajo posterior. Si quieren tener algún éxito, tienen que arraigarse en las zonas rurales del país”.

Medidas de algunos países para promover el empleo de los graduados universitarios

Gran Bretaña

El Gobierno desea llevar a cabo un “Programa Nacional”, que ofrezca pasantías de tres meses para los universitarios que siguen en el paro durante un determinado período de tiempo después de su graduación. Los tres meses de experiencia de trabajo se espera que mejoren la capacidad y les permitan encontrar a largo plazo empleos a tiempo completo.

El programa ofrece un tipo de honorarios como “sueldo” y es mayor que la suma de la ayuda financiera del Gobierno y los préstamos estudiantiles. Barclays, Microsoft y otras dos empresas famosas se han sumado hasta la fecha a este proyecto. Una amplia gama de servicios públicos, organizaciones benéficas y organizaciones de voluntarios también han recibido invitaciones para hacerlo.

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