
El budismo en China
Por nuestra reportera
ZHANG XUEYING
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Creyente
budista de Hong Kong. |
Después
de su entrada en China, hace 2.000 años, el budismo no
ha dejado de absorber nuestra cultura y estampar en ella su propia
influencia. No sólo forma parte de la civilización
antigua, sino que todavía desempeña un papel importante
en el modo de vida de parte de los chinos de estos tiempos.
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II Foro Mundial del Budismo,
inaugurado en la ciudad de Wuxi, provincia de Jiangsu, el
28 de marzo de 2009. |
El 11 del marzo pasado (15 del segundo mes, según el calendario
lunar) se cumplió un aniversario más del nirvana
de Sakyamuni, fundador del budismo. Un pequeño callejón
próximo a Shichahai, famoso punto de interés de
Beijing, se volvió más animado que lo normal y quedó
colmado de gente que iba a visitar el templo Guanghua. No
pensamos que fueran a venir tantas personas. Preparamos el doble
de comida vegetariana que habitualmente hacemos, pero resultó
insuficiente, relató el cocinero del santuario. El
primer día y el quince de cada mes lunar, fechas importantes
para la vigilia vegetariana, hacer votos y rendir culto a Buda,
en el templo también se celebran ceremonias religiosas
para orar sutras.
Cuatro días después, con motivo del aniversario
del nacimiento de Avalokitesvara (Guanyin, bodhisattva de la Misericordia),
el número de visitantes a la montaña Putuo, considerado
el santuario de Avalokitesvara, aumentó un 20% en comparación
con el mismo periodo del año pasado. Según las autoridades
locales, en los primeros dos meses del presente año se
incrementaron en más de un 45% los ingresos provenientes
del turismo, alza generada principalmente por los peregrinos.
Aunque aún no se conocen las cifras oficiales más
recientes sobre el número de creyentes chinos, en 2005
Liu Zhongyu, profesor del Centro de Investigación de la
Cultura Religiosa de la Universidad Pedagógica del Este
de China, realizó una encuesta sobre la fe religiosa de
los habitantes mayores de 16 años de 31 provincias y regiones
autónomas de la parte continental del país. Al azar
fueron repartidos 5.000 cuestionarios, 4.500 de ellos calificados
como válidos una vez recuperados. Más de un 30%
de los encuestados reconoció profesar algún culto
religioso, que en el 33,1% de los casos es el budismo, lo que
ubica a este credo como el de mayor número de fieles entre
todas las religiones practicadas en el país. Es el
mayor el porcentaje de creyentes del budismo entre los intelectuales
y las elites, y también es alto el porcentaje entre los
jóvenes, precisó el catedrático, para
quien el total de adoradores de Buda sobrepasa ya los 300 millones,
muy por encima de los 100 millones estimados por el Buró
Estatal para Asuntos Religiosos en 1997.
En China el budismo ha dado señales de resurgimiento
y muestra de ello son las edificaciones de cultos erigidas en
los últimos dos años, confirmó un budista.
En la provincia de Shaanxi, se reconstruyó el templo Huayan,
lugar de nacimiento de la secta Huayan del budismo chino, y se
planeó la ampliación del monasterio imperial Famen,
de más de mil años de antigüedad. En la provincia
de Hunan se puso en marcha desde 2008 la reconstrucción
de la nueva sede del templo Yuquan, con 600 años de historia,
y en la provincia de Henan se erigió la estatua de Buda
más alta del mundo, de 208 m.
Por su parte, la provincia de Shandong reedificó el milenario
templo Baoxiang, la provincia de Zhejiang levantó la escultura
sentada más alta del mundo del Buda Maitreya y la vecina
Jiangsu también erigió un gran Buda, de 88 m de
alto, y el majestuoso palacio budista, que propició la
celebración del II Foro Mundial Budista, a finales de marzo
pasado, al que asistieron más de mil monjes eminentes de
37 países y regiones del mundo.
Las investigaciones anteriores confirmaban que los chinos
depositaban una aspiración muy realista en su culto religioso,
pero mi encuesta reveló que los chinos de hoy seleccionan
una fe para satisfacer en gran medida su necesidad espiritual,
agregó Liu.
Buscar el consuelo espiritual
Con el avance de la economía a una velocidad sin precedentes,
la gente descubrió que el triunfo personal puede ser conseguido
por la capacidad y habilidad de cada individuo, y mucha gente
logró ganar mucho dinero desplegando sus habilidades especiales.
Esta nueva época trae aparejadas oportunidades únicas
y a la vez presiones inéditas. En consecuencia toda
la sociedad se siente presa de la agitación, sobre todo
las capas más altas de la sociedad y los jóvenes,
afirmó Zhou Xiaozheng, profesor sociólogo de la
Universidad del Pueblo de China.
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Las actividades religiosas
celebradas en el templo Guanghua atrajeron una gran cantidad
de creyentes. |
Según Zhou, durante la etapa de reforma y apertura, la
sociedad china se ha visto abogada a tres cambios fundamentales.
Cualquiera de los tres es capaz, por sí mismo, de generar
un desequilibrio psicológico. Los tres cambios son: el
tránsito de la economía planificada a la del mercado,
la emigración de centenares de millones de campesinos de
los campos a las ciudades y la sustitución del modo de
vida estable por el de búsqueda desmedida de riquezas en
medio de riesgos. En el pasado, los chinos compartían
unidos todas las adversidades, pero hoy son testigos impotentes
de cómo crece la brecha de entre ricos y pobres.
De acuerdo con el Informe Hurun sobre riqueza, elaborado por Rupert
Hoogewerf, el número de chinos con una fortuna mayor a
los 10 millones de yuanes supera los 800.000.
De veras añoro la época de Mao Zedong, cuando
se enfatizaba en la igualdad total y servir al pueblo. La gente
vivía entonces una amistad sencilla, se ayudaba mutuamente
y no necesitaba preocuparse por no tener suficiente dinero para
ir al médico, por el alza del precio del aceite, el gas
y el agua, perder el empleo o por el reembolso del préstamo
bancario..., confesó Yu Hai, empleado de 48 años
de una compañía extranjera de Beijing.
Se acumulan asimismo hechos que aumentan la sensación
de incertidumbre en la sociedad. Recientemente, una adolescente
de 15 años secuestró a un pariente y pidió
un rescate de 25.000 dólares. Lo que procuraba la
chica era una manera para obtener la mayor cantidad de dinero
posible en el más breve tiempo, comentó el
periódico Matutino Oriental. Noticias similares, que reflejan
actos de violencia, son cada vez más frecuentes en diarios
o Internet.
El Ministerio de Salud de China reveló en 2005 que los
desórdenes psiquiátricos ocupaban ya el primer lugar
entre las enfermedades en cuanto a la carga total (se refiere
a las pérdidas y daños ocasionados por una enfermedad
al paciente, la familia y la sociedad). Actualmente, a nivel nacional
hay unos 16 millones de pacientes con psicopatías y la
incidencia de la enfermedad pasó de 2,7 por mil en los
años 50 del siglo pasado a 13,47 por mil en la actualidad.
Desilusionada por la realidad social, la gente empieza a acudir
a la religión en busca de consuelo y remedio para reducir
la presión a la que se ven sometidos, un caso que no resulta
raro en la historia. Un emperador de la dinastía
Song (960-1279) planteó el concepto de controlar la mente
y las emociones con el budismo. Sakyamuni, Buda fundador del budismo,
aplica una reflexión por la miseria y el significado de
la vida, aclara su objetivo final de superar la muerte y obtener
felicidad continua, hace un análisis claro del espíritu
humano y el karma y, a partir de prácticas personales,
establece una serie de técnicas para influir sobre la mente
y las emociones, conseguir la paz e incluso lograr el nirvana,
explicó Chen Bing, director del Instituto de Investigación
de la Religión de la Universidad de Sichuan, quien llevó
a cabo un estudio sobre meditación, yoga y qigong, empleando
equipos como el electrocardiógrafo y electroencefalógrafo,
y llegó a la conclusión de que la meditación
mejora la respiración, el metabolismo, la circulación
sanguínea, la micro circulación, la inmunidad, la
temperatura, la digestión y otros indicadores de la salud
humana, y de esta manera disminuye la presión psicológica
y el estrés.
El budismo cree que, a través de las prácticas,
la gente es capaz de controlar su actividad mental y emocional
y expone 12 remedios. Algunos de ellos han funcionado en los tratamientos
psicológicos clínicos en Occidente, subrayó
Chen.
¿Por qué el budismo?
Cualquier religión nace para cuidar el alma del ser humano,
pero ¿por qué los chinos prefieren el budismo? El
profesor Lou Yulie, director de la Oficina de Estudios de Filosofía
Oriental de la Facultad de Filosofía de la Universidad
de Beijing, considera que durante más de 2.000 años
de existencia en China, el budismo no sólo ha absorbido,
sino también influido en la cultura china, convirtiéndose
en una parte de la cultura tradicional del país.
Alrededor del siglo I, a través de la famosa Ruta de la
Seda, el budismo, creencia originaria de la India antigua, penetró
en territorio chino, llamando la atención de la corte imperial.
Gracias al apoyo del entonces emperador, numerosas sutras traspasaron
nuestras fronteras, mientras los maestros monjes indios dictaban
conferencias y daban explicaciones en China. En Luoyang, provincia
de Henan, se estableció el primer templo de China, el Baima
(Caballo blanco).
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Liberación de animales
cautivos en Zhenjiang, provincia de Zhejiang. |
Durante sus primeros mil años de práctica en el
país, la religión fue acogida con gran estima por
la familia imperial. Sin embargo, entre el pueblo resultó
objeto de rechazo, indiferencia y polémica con el confucianismo,
que ocupaba una posición predominante, y el taoísmo,
el credo local.
El confucianismo pone al hombre en primer lugar y muestra mayor
interés en el presente, es decir, no reconoce que haya
una próxima vida ni otra orilla,
a diferencia del budismo, que presta atención al espíritu,
desprecia el cuerpo humano y considera que los conceptos de la
vida anterior y la presente es consecuencia
de la reencarnación a través del karma.
Desde la posición de preservar los rituales confucianos
y las costumbres tradicionales chinas, los confucianos reprochaban
las doctrinas y las prácticas budistas, como la tonsura,
el celibato y la limosna, considerándolas como muestras
de poca bondad, fidelidad, benevolencia y virtud. Mientras, el
pensamiento budista de que todos tenemos que morir
también es criticado por el taoísmo que aboga por
tener larga vida y convertirse en inmortal. Como consecuencia,
el budismo fue prohibido en China en cuatro ocasiones en la historia.
Este puede ser considerado como un conflicto entre las
culturas india y china durante la época más importante
de nacionalización del budismo. Basado en la posición
básica de persistir en la liberación y la teoría
básica, el budismo abandonó los conceptos y reglamentos
no convenientes para las circunstancias del país y propuso
una nueva doctrina y modo de cultivación, concretó
el profesor Lou al hablar sobre Huineng (638-713), sexto patriarca
de la escuela budista Chanzong, quien hizo grandes contribuciones
orientando el budismo hacia el confucianismo y promoviendo la
conclusión de la nacionalización del budismo. Fue
él quien rompió la autoridad del fundador Sakyamuni
y abogó porque todas las vidas tuviesen conciencia sobre
el budismo, es decir, cualquiera podía convertirse en buda,
lo cual coincide con la teoría confuciana de que todos
pueden devenir Yao y Shun, emperadores legendarios.
También el maestro Huineng se pronunció porque
los seguidores budistas pudieran convertirse en budas sin tener
que recitar sutras ni observar otras ceremonias rituales, siempre
que llevaran el credo en su corazón. Este pensamiento no
sólo satisfizo la demanda de los gobernadores de alto nivel
y de los intelectuales, también ofreció gran facilidad
a los creyentes de posición social baja. Huineng dedicó
muchos esfuerzos a reconciliarse con la ética confuciana
de la piedad filial. Al superar esas barreras culturales,
el budismo se prosperó tanto en la construcción
de templos como en el crecimiento del número de fieles,
y logró popularizarse y extenderse rápidamente en
China.
Los intelectuales chinos poseen el carácter secular
confuciano y, al mismo tiempo, optan por el naturalismo como actitud
ante la vida. Cuando se encuentran con reveses en la vida real,
renuncian al mundo temporalmente, aunque sea más bien mental
que físicamente. Precisamente el budismo corresponde a
esta demanda espiritual de los intelectuales, elevando su reino
mental a un nivel superior, sin aislarse físicamente del
mundo real, dijo Fang Litian, director del Instituto para
el Estudio del Budismo y Teoría de la Religión de
la Universidad del Pueblo de China. Es un arte de vida que
la sabiduría del budismo ha concedido a los eruditos.
Luego de medio siglo estudiando el budismo, Fang tiene sus propias
opiniones sobre esta religión. El budismo fue muy popular
entre los funcionarios eruditos en tiempos de dinásticos
y ayudaba al pueblo chino mantener el equilibrio psicológico,
incluso en situaciones difíciles. De esta manera, es un
complemento necesario de la laicidad.
Durante sus más de 2.000 años de existencia en
China, el budismo ha proporcionado una nueva fuerza de vida a
la cultura confuciana. Según su punto de vista,
la muerte no es tal, sino que la persona pasa al sukhavati, el
mundo de suprema felicidad, complementación favorable para
el confucianismo, que teme a la muerte. Cada día aumenta
el número de estudiosos que creen que el nacimiento de
las doctrinas confucianas de las dinastías Song y Ming
se valió de la teoría Chanzong del budismo.
Además, en las obras maestras de la literatura y arte
chinos, se ha conservado una considerable cantidad de esencias
budistas. A medida que se desarrollan y popularizan la recitación
de sutras, los cuatro tonos de la India devienen criterio
básico de la fonética del idioma chino.
Después de arrodillarse fielmente en todos los palacios
del Templo Guanghua, Yu Hai, de 48 años, que trabaja en
una compañía extranjera, afirmó que lo
más importante es percatarse de lo espiritual, con lo cual
podemos guiar nuestra propia vida.
Templos de Beijing
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Actualmente Beijing cuenta con 33 templos, nueve de
los cuales son considerados de mayor trascendencia:
1. Templo Guangji
Calle Fuchengmennei no.25, distrito de Xicheng.
Como uno de los más conocidos santuarios budistas
de China, el Templo Guangji tiene más de 170.000
volúmenes de sutras editados en 23 idiomas, 231 de
ellos considerados textos preciosos, incluyendo las sutras
escritas con sangre de las dinastías Song (960-1279)
y Ming (1368-1644) y el Tripitaka de doce versiones, una
xilográfica en tibetano del año 1721-1753.
2. Templo Guanghua
Hutong Yaer, Houhai, distrito de Xicheng.
Este prominente templo se estableció durante la
dinastía Yuan (1271-1368). Actualmente aloja la Asociación
Budista de Beijing.
3. Templo de los Lamas
Calle Yonghe, distrito de Dongcheng.
Es el mayor templo del budismo tibetano de Beijing. Exhibe
una estatua de buda hecha de un tronco entero de sándalo,
que es su mayor tesoro. Esta enorme escultura alcanza los
26 metros de alto (18 metros a la vista y 8 metros bajo
tierra) y pesa cerca de 100 toneladas, por lo que se trata
de la mayor figura de buda de China esculpida en una pieza
entera de madera.
4. Templo Fahai
Al pie de la montaña Cuiwei, dos kilómetros
al nordeste de Moshikou, distrito de Shijingshan.
Famoso por sus nueve exquisitos murales budistas, distribuidos
en seis de sus paredes, que fueron dibujados hace más
de 500 años, durante la dinastía Ming.
5. Templo Yunju
Calle Yunjusi, distrito de Fangshan.
Sobresalen en su patrimonio dos sariras del fundador del
budismo, y más de 77.000 losas de piedra con escrituras
grabadas, de gran significado para la historia artística,
etnológica y budista.
6. Templo Zhihua
Hutong Lumicang, distrito de Dongcheng.
El Templo Zhihua es especialmente conocido por su bien
conservada música budista.
7. Templo Lingguang
Parque Badachu, distrito de Shijingshan.
Establecido de 766 a 779, durante la dinastía Tang
(618-907). En las ruinas de la Pagoda Zhaoxian, fundada
en la dinastía Liao (907-1125) y arrasada por los
invasores extranjeros, fue descubierta una sarira de diente
de Sakyamuni. Dicen que después de la incineración
del Buda quedaron sólo dos sariras de diente, una
de ellas la que apareció aquí.
8. Templo Xihuang (Amarillo del Oeste)
Calle Huangsi, Andingmenwai, distrito de Chaoyang.
Al principio se le llamó Templo del Dalai Lama,
porque se construyó como residencia del V Dalai Lama,
cuando éste visitó la capital. Ahora es la
sede de la Academia de Alta Categoría del Budismo
Tibetano de China.
9. Templo Baita (Pagoda Blanca)
Calle Fuchengmennei, distrito de Xicheng
Lo distingue y hace trascendente su Pagoda Blanca, la mayor
y más antigua de las pagodas de Lamas existentes
en China.
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