Cuarto día: Aeropuerto Internacional de México
Toda la noche concilié bien el sueño
Ayer, antes de acostarme, leí en Internet una buena noticia,
que un avión de la Compañía Aérea
del Sur de China había despegado hacía media hora
desde Guangzhou con destino a la Ciudad de México.
Bajo la dirección de los departamentos estatales y con
un perfecto trabajo preparativo, la aeronave partió a las
22:00 horas del 4 de mayo del aeropuerto de Baiyun, en la sureña
ciudad de Guangzhou, para recoger a los turistas chinos que se
encontraban en México. La aerolínea reveló
que había adoptado todas las medidas anti-epidémicas.
El avión voló directamente a la Ciudad de México
y Tijuana. A la primera debía arribar a las 13:30 horas
del 5 de mayo (hora de Beijing), para partir una hora y media
más tarde rumbo a Tijuana, donde debía tocar tierra
a las 17:30 horas y volver a emprender vuelo a las 19:00 horas,
teniendo como destino el Aeropuerto Internacional de Pudong, Shanghai,
que esperaba su llegada a las 09:00 horas del 6 de mayo.
Un Boeing 777-200 con capacidad de 284 pasajeros fue el aparato
elegido para hacer el viaje. Su tripulación estaba integrada
por 17 personas, siete de ellas pilotos muy experimentados. El
resto del personal se había preparado bien en la prevención
del virus A H1N1 y otras eventualidades.
En el avión también viajaron un epidemiólogo
y un médico, enviados por el Ministerio de Salud y la compañía,
respectivamente. Ambos expertos se encargarían de explicar
las medidas preventivas y supervisar en todo momento el estado
físico de los pasajeros.
Todas las provisiones necesarias para el vuelo fueron embarcadas
en Guangzhou, entre ellas comida, agua potable, medicinas, máscaras,
termómetros y líquido desinfectante. Tanto los expertos
como los tripulantes sienten plena confianza en el trabajo preparativo
y el exitoso cumplimiento de la misión de repatriación
de los ciudadanos chinos.
Anteriormente se planeaba trasladar 120 pasajeros. Después
se decidió admitir a bordo a otros 80 ciudadanos chinos,
a petición de la embajada de nuestro país en México.
El día 4 el Ministerio de Relaciones Exteriores de México
informó del envío de un avión especial para
repatriar a todos los mexicanos que se encontraban en China y
deseasen regresar a su país.
Acerca de los comentarios sobre la presunta discriminación
de que fueron objeto en China los ciudadanos mexicanos, Ma Chaoxu,
vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, dijo
que se trata simplemente de una cuarentena y las medidas tomadas
por su país no apuntan a la ciudadanía mexicana,
ni tienen carácter discriminatorio.
Hans Troedsson, representante de la Organización Mundial
de la Salud en China, declaró el día 4 en Beijing
que todas las medidas tomadas por China para aislar a los turistas
mexicanos fueron adecuadas y no infringieron ninguna estipulación.
Se puede aislar a esas personas en las entidades sanitarias,
sus domicilios u hoteles. Así se ve que China ha tomado
medidas adecuadas en este caso. Lo importante es supervisar a
los posibles portadores del virus. Para alcanzar este objetivo,
no importa en qué lugar se haga, añadió.
De esta manera terminó la disputa entre ambas partes sobre
el envío de aviones para la repatriación de sus
respectivos ciudadanos.
A las 14:50 horas, el personal de la embajada china acudió
al aeropuerto para la despedida. Según el embajador, Yin
Hengmin, se trata del primer avión chino que vino a Latinoamérica
para repatriar a nuestros ciudadanos, lo que muestra la orientación
del Gobierno chino de tomar al ser humano como su centro
y gobernar en favor del pueblo. Durante esta crisis se formó
un grupo de trabajo en esta misión diplomática,
encargada especialmente de los casos improvisados durante las
24 horas.
En la sala de espera se encuentra el anciano Li Qingjie, de 72
años, el mayor de los pasajeros que vino de viaje en compañía
de su esposa, de 64 años. Esta epidemia es imprevisible,
pero la pareja se siente muy contenta por la repatriación
en un avión de su país.
Al ver a los pasajeros subiendo al bus, el embajador agitó
su mano en señal de despedida ante funcionarios del Ministerio
de Relaciones Exteriores y el responsable del aeropuerto.
Todos están ocupados,
sin tiempo para almorzar.

Zeng Ping, periodista de
China hoy, con una enfermera china.

Vista desde lo alto de un
hotel.
|