
Según el vicegobernador de la provincia de Anhui, Wang
Jinshan, construir un destino turístico poderoso forma
parte importante del desarrollo económico del territorio.
Al sur del río Yangtsé, cuyo cause atraviesa Anhui,
existe una región rica en atractivos turísticos,
entre los que destacan las montañas de Huang-shan y Jiuhua,
así como las aldeas antiguas de Xidi y Hongcun, admiradas
dentro y fuera del país por su paisaje natural y milenaria
historia, que conforman una zona piloto para el desarrollo del
sector de la hospitalidad en la provincia.
Montaña Jiuhua
Jiuhua siempre ha sido la primera parada de los viajeros que
recorren el territorio, quienes la consideran el punto de partida
de una peregrinación por la felicidad. Posee una cultura
tan rica que incluso su nombre nació relacionado con el
célebre poeta de la dinastía Tang, Li Bai. Al principio
la elevación era denominada Jiuzi (nueve hijos), debido
a las nueve cumbres que ondulaban conectadas entre ellas, pero
a los ojos del poeta, la montaña parece una flor de loto
ofrendada al cielo, y las nueve cumbres, sus nueve pétalos.
Desde la cima del monte se admiran decenas de templos distribuidos
entre los pliegues de las colinas a diferentes altitudes, que
bajo la luz del sol en su ocaso lucen como una pintura al óleo,
al compás del tamborileo, el canto de los monjes y el ruido
de los arroyos. En este "reino búdico de loto",
los santuarios conforman un elemento indispensable para un paisaje
pintoresco y sereno.
Este gran macizo de granito está compuesto por numerosos
picos escarpados y piedras raras, entre los que discurren algunos
arroyos y cascadas. En él podemos admirar también
las obras de numerosos artistas célebres que plasmaron
su arte aquí durante más de mil años, incluyendo
versos, letras de cantos, prosa, etc. Cada templo conserva sus
tesoros, como sutras de la dinastía Tang, tripitaka sutra,
edictos imperiales y escrituras de emperadores.
En su época de mayor esplendor había centenares
de templos en Jiuhua, que junto a Wutai, Emei y Putuo, es uno
de los cuatro montes sagrados del budismo en China, aunque la
mayor cantidad de peregrinos acudía a este lugar. A partir
de los años 70 del siglo XX, la montaña se abrió
al público y recuperó su esplendor con 99 edificaciones
religiosas.
 |
Templo Tiantai del monte
Jiuhua. |
La fama del lugar se relaciona estrechadamente con Jin Qiaojue,
príncipe de un reino de la Península Coreana, que
existió desde el año 57 a.C hasta el 935 d.C, a
quien se debe la eminente posición del monte por su calidad
de Bodhisattva Dizang. Entre las cuatro elevaciones budistas sagradas
sólo en esta el Bodhisattva existió en carne y hueso.
Nacido en el 696, el príncipe mostró desde su niñez
la inteligencia y afecto por el budismo. Ya de adulto, lucía
una fisonomía extraordinariamente bella y estaba dotado
de una fuerza invencible. Nada interesado en la vida lujosa de
los nobles ni en los conflictos por el poder político,
a los 24 años, el soberano, acompañado por su perro
fiel, cruzó el mar a bordo de un barco y después
de medio año entró en el territorio del imperio
Tang.
Jin siguió viajando y después de recorrer muchas
famosas sedes pintorescas y experimentar diversas dificultades,
detuvo su viaje al pie del monte Jiuhua, situado en la urbe de
Chizhou, al sur del río Yangtsé, tras quedar muy
satisfecho por el solemne y hermoso paisaje montañoso.
 |
Mar de nubes de la Montaña
Huangshan. |
Cuando por fin llegó a una aldea pequeña al norte
del monte Jiuhua, donde no conocía a nadie, el príncipe
estaba muy hambriento y cansado. Recibió la ayuda de un
anciano, llamado Wu Yongzhi, quien le brindó albergue y
comida, y a través de él conoció también
a Min Gong, hacendado dueño de la montaña, a quien
pidió un espacio del mismo tamaño de su kasaya (vestido
que lleva un monje budista), para permanecer en él. Muy
generoso y benévolo, el acaudalado hombre consintió
inmediatamente y expresó con modestia: "Estoy a sus
órdenes, eminente maestro". El príncipe sacó
su kasaya y la extendió hacia el cielo. La bata de color
rojo cubrió completamente el monte y al apreciar la escena,
Min conoció la calidad de Bodhisattva del monje, se arrodilló
para rendirle culto y prometió regalarle toda la montaña
y hacer de su hijo su discípulo con el título de
monje Daoming. Más tarde, el rico señor se convirtió
igualmente en adepto del príncipe y en la actualidad se
puede ver su figura a la derecha de la estatua del Bodhisattva
Dizang, mientras a la izquierda aparece la del joven monje Daoming.
Pese a la tierra regalada por Min Gong, el príncipe siguió
sin hogar que le acogiera. Seleccionó una gruta situada
en un valle soleado, donde realizó una meditación
profunda y larga. Con el fin de probar si poseía total
confianza en su creencia, el dios de la montaña envió
a su hijo menor convertido en una víbora venenosa a morder
al príncipe, pero éste ni siquiera movió
un dedo. El dios se conmovió e hizo brotar una fuente para
pedir perdón al maestro monje.
En el año 794, el 30 de julio según el calendario
lunar, después de vivir 99 años en este mundo, el
preceptor llamó a todos sus discípulos y les dijo:
"Vengan a despedirse de mí, por favor. Voy a subir
a un barco de la rueda de la ley de la vida para seguir mi dificultoso
viaje". Dicho esto, quedó en el nirvana, momento en
el que la montaña produjo rugidos, las piedras cayeron
de la cima y la campana del templo cayó al suelo sin generar
ningún ruido. El cuerpo del maestro fue conservado en un
ataúd de piedra y tres años después de su
muerte, la gente abrió el sarcófago y descubrió
que el cadáver aún se mantenía intacto. Además,
al intentar moverlo, pudieron escuchar el ruido del choque del
metal producido por las articulaciones. Todos estos fenómenos
corresponden al registro del sutra sobre el Bodhisattva, de ahí
que todos los monjes reconocieran al príncipe como la encarnación
del Bodhisattva Dizang, naciendo de esa forma su inseparable relación
con la montaña.
Después de la dinastía Tang, desde las dinastías
Ming y Qing hasta el período de la República de
China, aparecieron 9 cuerpos intactos y en los últimos
30 años de la apertura al público otros 5 cadáveres
intactos, conservados todos en condiciones naturales y provenientes
de los monjes hombres y mujeres. Diversas teorías explican
este fenómeno legendario, que para el budismo responden
al efecto de varios motivos de los genes, la forma de vivir y
el ambiente. De todos modos el fenómeno forma parte de
las características relevantes de la montaña y el
espíritu misterioso del "reino búdico de lotos".
Además, las cumbres onduladas presentan la forma de un
buda acostado, paisaje que combinado con la belleza natural y
la creencia budista hacen al monte Jiuhua más solemne y
atractivo.
 |
Calle de la Aldea Xidi. |
El paisaje se ve variado desde diferentes ángulos. En
la dinastía Qing se identificaron sus diez vistas más
bellas y en los últimos años aumentaron en unos
cien los nuevos puntos pintorescos. El mar de nubes, la salida
del sol, la escarcha y el brillo del buda, entre otros espacios,
conforman espectáculos maravillosos para los visitantes.
Montaña Huangshan: pintura de la Naturaleza
La montaña Huangshan, originalmente conocida como Yishan,
adquirió su nombre después que el emperador Huangdi,
legendario antepasado del pueblo chino, subió al cielo
desde su cima. La elevación ha servido de inspiración
a pintores y escritores durante siglos y es objeto de muchas obras
maestras artísticas.
Para Xu Xiake (1586-1641), geógrafo y aventurero de la
dinastía Ming, el monte superó en belleza a todos
los demás de la nación, incluyendo las cinco montañas
sagradas: Hengshan, Taishan, Huashan, Song-shan y Heengshan.
Como Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad y Parque Geológico
Mundial, Huangshan ofrece un fascinante caleidoscopio de atracciones
durante todo el año, que han impresionado al más
elocuente de los ensayistas y al más avezado de los viajeros.
Distrito Yixian
Las antiguas aldeas de Xidi y Hongcun, ambas Patrimonio Cultural
Mundial, se encuentran en el distrito de Yixian, en la ladera
sur de la Montaña Huangshan. Más de 3.700 viviendas
bien conservadas de la dinastía Ming y Qing se mantienen
en pie en centenas de antiguos poblados.
En el distrito de Yixian, las grandes aldeas son generalmente
hábitat de un clan patriarcal. Por ejemplo, los residentes
de Xidi pertenecen al linaje Hu, y los de Hongcun son de la estirpe
Wang. Estas familias se refugiaron en el distrito de Yixian durante
las etapas de frecuentes guerras. Las escasas tierras de cultivo
en la región eran insuficientes para apoyar el flujo de
inmigrantes y muchos lugareños abandonaron la zona y se
fueron de casa a los 12 ó 13 años de edad en busca
de fortuna en otros sitios del país, incluso al extranjero.
Ellos constituyen un contingente fuerte de comerciantes de la
provincia de Anhui.
Estos aventureros comerciales raras veces volvieron a casa, pero
a menudo envían fondos, para construir casas palaciegas
y mantener a sus familiares.
Todos los edificios civiles son de paredes blancas y techos de
tejas oscuras. En la sociedad feudal, se prohibía a la
gente común decorar sus hogares con colores brillantes.
Actualmente, la comunidad de color blanco y negro, con el entorno
verde de las montañas y los ríos, expresa la paz
y tranquilidad de la aldea.
Los edificios locales se caracterizan por su alto muro sin ventanas.
Aunque así sirven de cortafuegos y para disuadir a los
ladrones, impiden la entrada de la luz solar y afectan la ventilación,
razón por la cual los patios abiertos en el muro alto son
una característica de las residencias de Yixian, que reúnen
la luz solar y el aire, sobre todo la fortuna. Para
las mujeres de Anhui que estaban limitadas por los regímenes
feudales dentro del muro alto, el patio es el único lugar
desde donde podían ver el cielo azul en espera de que las
nubes pudieran transmitir sus añoranzas.
 |
 |
Aldea Hongcun. |
Templo Ancestral
de los Hu, en Longchuan. |
Los anhuineses tienen la tradición de dar máxima
prioridad a la educación de los niños. En la localidad
circula el dicho de que si se tiene un niño sin educación,
es mejor criar un cerdo. Lo que refleja el carácter
de los lugareños son los pareados colgados en sus salas.
Según el cálculo, hasta hoy en día se conservan
más de 1.000 inscripciones en Yixian, cuyo tema principal
trata sobre la austeridad, la diligencia y la piedad filial y
de clemencia, representando el buen deseo para sus descendientes,
además de servir como lemas.
La aldea de Hongcun, aparte de ser un exponente de los poblados
antiguos, es conocida por su sistema acuático artificial.
Todas sus casas forman un laberinto de zanjas o resortes. Si se
mira desde arriba, el pueblo se asemeja a una vaca ociosa. La
montaña es su cabeza, los árboles son sus cuernos,
las casas, su cuerpo, y los puentes, sus patas.
Distrito Shexian
 |
Gran Istmo de la Montaña
Zhangshan. |
La antigua ciudad de Huizhou es la zona pintoresca núcleo
del distrito Shexian. Al adentrarse en ella, la gente tiene la
sensación de penetrar en un enorme museo, en el que se
entrecruzan las calles, puentes, torres y pórticos antiguos.
Una profunda impresión causa el pórtico conmemorativo
de Xu Guo (1527-1596), un erudito y nativo de Shexian, durante
la dinastía Ming. Los pórticos son una de las tres
características extraordinarias de Huizhou. Pero
éste, sin clavos ni roblones, se ha mantenido erguido a
lo largo de varios cientos de años. El pórtico está
hecho de grandes trozos de piedra, de un peso de hasta cuatro
o cinco toneladas cada uno, y en cada superficie complicada están
esculpidas las imágenes de buen agüero.
La galería de pinturas del monte y agua del
río Xin'an es más preciosa que el paisaje de las
tres gargantas y el río Lijiang. Entre todo, sobresale
el alcanforero antiguo, que necesita de ocho personas para abrazarlo,
dejando a la gente sentir la firmeza de la vida. Contemplar la
belleza del monte Pipa, gozar del placer de recoger frutas, oír
la ópera local
esta galería me
produce una sensación singular.
Vista de Jixi
El viaje desde la Zona Paisajística de Xinan, en
el distrito de Shexian, hasta el distrito de Jixi, sólo
toma 40 minutos. En la historia china, esta última localidad,
de más de 1470 años, era una ciudad hermosa, un
sueño para los literatos antiguos. Intacta aún,
ha ganado los títulos de Cuna de la Escuela de Gastronomía
de la Provincia de Anhui, Pueblo de Cocineros de China
y Ciudad famosa de la Historia y Cultura de China,
entre muchos otros.
En esta superficie de apenas 1.126 Km2, con una población
de 180.000 habitantes, nacieron numerosas celebridades, como el
líder de la autonomía regional de la dinastía
Sui, Wang Hua (586-649); el famoso cortesano de la resistencia
a los invasores japoneses de la dinastía Ming, Hu Zong-xian
(1512-1565); el líder del Movimiento de la Nueva Cultura,
Hu Shi; y el reconocido comerciante y funcionario de la dinastía
Qing, Hu Xueyan (1823-1885). Todos ellos son ídolos del
clan y respetados de generación en generación por
sus descendientes. Entonces, al llegar a Jixi, fuimos a visitar
el Templo Ancestral de los Hu.
El santuario está situado en la aldea de Longchuan (en
la ahora llamada Zona Paisajística de Longchuan), a 12
kilómetros al este del distrito de Jixi, en la que vive
el clan de apellido Hu. Las montañas y aguas pintorescas
otorgan a la aldea un espíritu de inteligencia. Sus pobladores
atribuyen la prosperidad de este linaje a su auspiciosa ubicación.
Una decena de miembros de la familia Hu ocupó altos cargos
en el Gobierno durante las dinastías y muchos más
ganaron laureles académicos al pasar los exámenes
regionales, nacionales e imperiales y tuvieron sus propios pórticos
de honor, 14 en total, según los registros históricos,
pero sólo uno permanece en pie en la actualidad, el que
está ubicado en la entrada de la aldea. Este arco conmemorativo
de los ministros Hu Fu y Hu Zongxian fue construido en el año
41 del reinado de Jiajing (1562), de la dinastía Ming,
y es considerado una obra excelente de la escultura en piedra
de la provincia de Anhui.
La construcción del Templo Ancestral comenzó durante
la dinastía Song, y en los años del reinado de Jiajing,
el ministro de Defensa Nacional, Hu Zongxian, propuso agrandarlo.
El tablero colgado en la sala principal tiene la inscripción
personal del príncipe Guangze, tío del emperador
Jiajing, con fecha de 1547.
Considerada una obra de arte, la edificación muestra esculturas
en madera, ladrillos y piedras con dibujos en colores, representativas
de la cultura de la provincia de Anhui, en la que 600 esculturas
en maderas fueron manufacturadas con magnífica habilidad.
Las figuras de flores, que no puedo olvidar hasta hoy, originalmente
de 100 piezas, sólo conservan 48 piezas. Los lotos extienden
las hojas, con los tallos artísticamente espaciados, y
las hojas de diferentes formas, vívidamente talladas, son
acompañadas con peces, camarones, cangrejos, pájaros,
patos y plantas acuáticas. El artista puso un par de cangrejos
tallados en madera bajo los lotos, expresando un profundo significado
con este diseño, porque en la pronunciación china,
loto y cangrejo son homófonos de
la armonía y según los chinos, la armonía
hace prosperar a la familia. En la historia de más de mil
años de la aldea de Longchuan, 190 personas fueron seleccionadas
como oficiales de la capital.
Avanzando más de diez kilómetros hacia el este
de la villa, entramos en la Zona Paisajística del Gran
Istmo de Zhangshan y podemos escuchar la maravillosa música
que componen los arroyos y cataratas contra las rocas.
Una ruta antigua que atraviesa el istmo, muestra todavía
su forma original, pese a las tantas vicisitudes. Dicen que las
celebridades anteriormente mencionadas salieron todas de las montañas
por esta vía. Siguiendo el camino que transitaron los sabios,
dejamos el distrito de Huizhou, con la memoria imborrable de la
belleza del sur de Anhui.
|