Redacción en cadena de la Reforma de Impuestos al Combustible

Por CHENG XIAOBEI

El Proyecto de Reforma de los Impuestos al Combustible, esperado hace tiempo por los consumidores chinos, entró finalmente en vigor a finales de 2008. Sin embargo, el efecto combinado de la medida en sí y la depreciación de los carburantes en el mercado interno, están muy lejos aún de lo anticipado por los clientes domésticos.

En el ámbito mundial, los precios del crudo bajaron casi un 70 por ciento desde su máximo de 147 dólares por barril, en julio de 2008, a menos de 40 dólares, en diciembre del propio año. No obstante, el precio de venta al por menor de la gasolina de 93 octanos, la que más se consume en China, sufrió sólo una modesta reducción de 6,37 yuanes a 5,44 yuanes por litro. Descontando el aumento del impuesto al consumo de gasolina, de 0,2 yuan a 1 yuan, su precio real es de 4,64 yuanes por litro, lo que significa un descenso de menos de un 30 por ciento.

Por lo general, se cree que el Gobierno habría tenido dificultades en la formulación de la Reforma. El país estuvo planteándose las modificaciones fiscales de los precios de los combustibles desde 1994 y los economistas y funcionarios gubernamentales sostuvieron que la caída del valor de éstos en 2008, ofrecía la oportunidad de introducir cambios para los consumidores chinos, en lugar de hacerlo cuando el valor del crudo fuera elevado.

Los consumidores habían esperado que el Gobierno aumentara el impuesto sobre los carburantes para anular todas las tasas administrativas y de mantenimiento de carreteras y vías transitables, pero en la actualidad, según el proyecto, se elevará el impuesto al consumo de la gasolina del actual 0,2 yuanes a un yuan por litro, y el del diesel, de 0,1 a 0,8 yuanes por litro, y se abolirán sólo seis tipos de tarifas de mantenimiento y administración de carreteras y vías fluviales.

Entre las tasas anuladas, las de mantenimiento de las autovías para autos de 5 asientos de uso familiar varían de acuerdo con la ciudad, pero generalmente es de 110 yuanes por mes. Las autoridades también prometieron la cancelación de las estaciones de cobro del peaje en las carreteras de segunda categoría (con vías de doble sentido de tráfico, pero sin la reserva central y con una velocidad de diseño de 60-80 Km./h). Sin embargo, las estaciones encargadas de recolectar ese impuesto en las autopistas y rutas de primera categoría permanecieron en su lugar.

Después de aplicar las reformas, la proporción de impuestos sobre el valor añadido, consumo, mantenimiento y construcción urbanos, y la sobretasa con carácter educativo en el precio de venta de la gasolina aumentó del 19,7 por ciento al 34,6 por ciento, y del 17,8 por ciento a 30,7 por ciento en el caso del diesel.

Desde 1993 China ha sido un país netamente importador de petróleo y las compras de crudo representan en la actualidad alrededor del 50 por ciento de la demanda nacional del material. Al mismo tiempo, la contaminación en el país también ha empeorado. Más de 80 por ciento del monóxido de carbono y 40 por ciento del óxido de nitrógeno en la atmósfera de las grandes ciudades de la nación proceden de los gases de escape de los automóviles.

El alza de los impuestos al combustible podrá frenar la contaminación, y a la vez producirá inevitablemente una chispa de una reacción en cadena en el desarrollo económico. La supresión de tasas administrativas en las carreteras beneficia sólo a los propietarios de automóviles. La misma constituye un gasto más y un amento del costo de producción para las empresas consumidoras de petróleo y los propietarios de la maquinaria agrícola, porque ellos no tenían que pagar las tasas de mantenimiento de carreteras antes de la reforma. Una mala noticia, tanto para las empresas como para el pueblo chino.

Mientras tanto, las estaciones de cobro de peaje en autopistas y carreteras de primera categoría todavía funcionan, por eso el alza en el impuesto sobre el consumo de combustible implica mayores costos para el sector de transporte de larga distancia y, por consiguiente, el alza del costo logístico promoverá el incremento de los precios.

Los capitales y bienes de los consumidores se han depreciado en virtud de la presente recesión económica, lo que socava aún más el poder adquisitivo del pueblo. Si los precios se mantienen fuera del control, será imposible expandir la demanda interna para impulsar la economía.

Por otra parte, los precios de muchos productos, sobre todo los de categoría mediana y alta, han superado los de los países occidentales desarrollados. Hace algunos años, los chinos de ultramar, cuando venían de vacaciones al país, compraban aquí sus productos básicos, que les resultaban más baratos. Actualmente los chinos gozan de la fama de poseer un alto nivel adquisitivo fuera del país, factores que demustran que la ventaja de China como mercado de bajos precios está disminuyendo.

Todo esto es sólo el comienzo. El precio del crudo en el mundo ronda los 30-40 dólares por barril y si sube a los niveles del primer semestre de 2008, será casi imposible imaginar si los consumidores chinos podrán aceptar entonces un pago más elevado. La buena noticia es que las autoridades están todavía en condiciones de fijar el tope máximo de venta de los carburantes.

Un tema que vale la pena mencionar es que la reforma del impuesto sobre los combustibles ha recortado la tasa de gastos por concepto de recaudación para el Gobierno. Antes, los departamentos de comunicación necesitaban 200.000 o más personas para el cobro de las tasas de mantenimiento y gestión de carreteras y vías transitables, ascendentes a unos 200.000 millones de yuanes al año. En la actualidad sigue siendo un problema elaborar un nuevo plan de empleo para los funcionarios despedidos como consecuencia de estos cambios.

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