Cambio en la cultura de
la procreación
Por CHEN XINXIN
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Al terminar el trabajo del
día, una familia de res regresa a casa. |
Antes de llevarse a cabo la Política de Planificación
Familiar (PPF), en los años 70 del siglo pasado, los chinos
vivían una procreación natural y sin control. En
el caso de mi familia, como la menor de sus 9 hermanos, mi madre
parió 4 hijos, mientras cada uno de mis tíos maternos
tuvo de 5 a 7 descendientes. Cuando el esposo de una tía
murió, a la edad de 36 años, ya contaba con una
prole de 7 retoños. Por parte de mi padre, él y
sus 3 hermanos tuvieron en total 12 herederos. En la época
de mis progenitores o antes, la gente rara vez tomaba medidas
anticonceptivas ni era capaz de controlar el número de
sucesores, a menos que la pareja dejara de tener relaciones sexuales
o uno de sus miembros quedara infértil. Previo al referido
decenio, la tasa de procreación integral de China (el promedio
de hijos que paría una mujer en edad fértil) oscilaba
alrededor de 6.
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En la década del 50
del siglo pasado, una familia de 7 personas acude a visitar
a sus parientes. |
En mi generación, que nació de 1949 a 1958, mis
tres hermanos y yo tenemos no más que un descendiente por
pareja. No sólo nos casamos, sino que procreamos a una
edad bastante madura. Entre nosotros el que más tardó
no tuvo su primogénito hasta los 38 años. Nuestros
hijos nacieron de 1977 a 1996 y prefieren más el matrimonio
y la procreación tardía, o incluso no procrear.
En nuestros parientes y conocidos noté un cambio en la
mentalidad y práctica de la gente en relación con
la reproducción, que cada día se convierte en algo
bajo control, alejándose de la misión de transmitir
sus genes y asegurar la perduración del clan, y refiriéndose
a una decisión de total autonomía que uno se toma
después de una completa consideración. Las familias
DISH (Doble ingreso sin hijos) también fueron reconocidas
como un modo de vida.
Las encuestas sobre la procreación revelaron que en 1979,
en las zonas urbanas de China, la tasa de procreación se
redujo al menos a 1,5 y a partir de 1984, la suma descendió
a 1,3, con excepción de los años 1989 y 1990. Las
grandes ciudades, como Beijing y Shanghai, junto a Hong Kong y
Macao, figuran entre las de más baja procreación
a nivel mundial, ostentando una tasa de fertilidad menor a 1 desde
2000. En solo 10 años, la fecundidad en las zonas urbanas
del país pasó por el nivel de reemplazo y descendió
al muy bajo. Desde la aplicación de la PPF se ha registrado
una reducción de 400 millones de personas en el crecimiento
de los habitantes, mejorando en gran grado la presión demográfica
de la nación más poblada del mundo.
Diferencia entre las ciudades y el campo
En los 70 del siglo pasado, cuando el Estado estableció
la Planificación Familiar ante el acelerado crecimiento
de la población, yo me encontraba cumpliendo mi servicio
militar en el ejército y casi inmediatamente acepté
la idea de "matrimonio y procreación tardíos
y un niño por cada matrimonio". Me casé a los
27 años y al año siguiente tuve mi único
hijo. No sólo yo, todos mis compañeros vivieron
la misma experiencia, porque tuvimos mucho trabajo, lo que representa
una garantía económica y asegura la jubilación
futura. Un unigénito significa llevar una carga de vida
no tan pesada. Además, todos creemos que como militar nuestra
responsabilidad es obedecer al interés estatal, por eso
en años continuos no apareció ningún caso
en contra de la PPF. Cuando nuestros hijos llegan a la edad de
contraer matrimonio, quedan frecuentemente indecisos sobre si
casarse o tener niños, pero lo que toman en consideración
nada tiene que ver con el interés estatal, sino que actúan
en dependencia de lo que les parece más conveniente para
sí, poseyendo una voluntad reproductiva muy sensata y autonómica.
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El lema llama a controlar
el incremento de la población y promover el pregreso
social.
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Al principio de la aplicación de la PPF, los campesinos
quedaron en una posición pasiva, porque no contaban con
el beneficio social y realizaban un trabajo duro. Según
la tradición china, el mantenimiento de los padres en edad
avanzada depende de los hijos varones, de ahí la firme
insistencia de las parejas campesinas en tener un hijo varón.
Lo más terrible para una familia rural es quedar "sin
descendencia", es decir, no tener descendientes masculinos,
o tener sólo hijas. Muchas parejas decidieron abortar una
vez detectaban el sexo femenino o abandonar a las niñas
recién nacidas. La nuera de un amigo proviene del campo
y sus padres tuvieron 4 hijos, hasta que nació un varón.
Frente a tal situación, durante los años 70 y 80
del siglo pasado, en el campo chino se recurrió a los medios
coactivos para bajar la natalidad, lo que ocasionó conflictos
entre los campesinos y los cuadros y generó una negativa
repercusión a nivel internacional, además del efecto
del desequilibrio entre ambos sexos. Actualmente se aplican a
escala nacional medidas más humanitarias, como permitir
a los campesinos concebir un segundo hijo 4 años después
del nacimiento del primero. Según nuestra investigación,
en el campo está disminuyendo la resistencia contra la
planificación familiar. Siempre que en las zonas rurales
se establezca un sistema de seguridad social y garantía
económica para los mayores, los campesinos preferirán
también tener menos hijos y prestar su atención
al desarrollo de la producción.
Familias DISH, valor que pasó el límite
Cuando nos preocupamos por la elevada población, sostenemos
una actitud de consentimiento tácito por la familia DISH.
La idea de la procreación tardía o incluso la no
procreación ya está arraigada en la mente de los
jóvenes. Recuerdo que una vez, en un programa de televisión,
se discutía si una pareja necesitaba tener hijos, un invitado
calificó de egoístas e irresponsables por la continuidad
nacional a los partidarios de DISH. En aquel entonces no expresé
ninguna opinión en pro o en contra, pero en el fondo de
mi mente deseaba que la población de nuestro país
descendiera en corto tiempo.
Hace poco mi opinión sobre esta cuestión cambió,
debido a la queja de una amiga de la secundaria, que me comentó
que su nuera es muy firme en la idea de no parir y sostiene razones
de suficiente peso, como que su casa es pequeña y el salario
limitado, por lo que no podrá garantizar condiciones ideales
para la vida y educación del niño, la competición
social podrá ocasionar su desempleo y un párvulo
sería una carga para la familia y el Estado
Mi amiga se siente bastante angustiada, porque es incapaz de
persuadir a su nuera y tampoco puede prometerle apoyo económico.
Después de jubilarse, ella no tiene nada que hacer durante
todo el día y se encuentra en un blanco sentimental, aun
con los niños ajenos no puede ocultar su pleno cariño.
Teme a la carencia de apoyo y compañía de los suyos
cuando su edad avance y también a la ampliación
de la brecha sentimental entre generaciones y la escasez del heredero
de la familia.
Sus preocupaciones resultaron muy representativas. En realidad,
vemos muchos problemas producidos por el régimen del hijo
único, que pueden traer un ataque destructivo para la familia,
como las graves enfermedades, muerte por accidente, discapacidad
genética o adquirida, cometer crímenes, etc. En
el terremoto de Wenchuan, en mayo de 2008, la pérdida de
sus descendientes resultó irrecuperable para algunos padres,
por haber pasado ya su etapa de fertilidad, lo que reveló
el efecto negativo de este mecanismo familiar.
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Una pareja y su niño
se divierten jugando en una guardería de Nanjing, capital
provincial de Jiangsu, en junio de 2008. |
En la actualidad, se nota que la cultura DISH desempeña
un papel negativo en el control de la población, cuya difusión
puede producir el deterioro o incluso extinción de la nación.
Según Yuan Xin, profesor del Instituto del Desarrollo y
Demografía de la Universidad Nankai, en 2004, cuando la
tasa de procreación integral de Japón bajó
a 1,28, el nivel más bajo después de la II Guerra
Mundial, el periódico Asahi publicó un artículo
advirtiendo que, con esa tasa, 200 años después
la nación japonesa sufriría la extinción
como consecuencia de la escasez de habitantes.
Yuan calcula que si la procreación integral de China mantiene
el nivel de 1,46 registrado en el año 2000, todavía
aceptable para el Estado (una parte de las parejas puede tener
2 ó más hijos), la población china se reducirá
en el año 2300 a 75 millones. Si la tasa continúa
en el nivel super bajo, de 1,3, entonces no superará los
28 millones de habitantes. "Aun una leve baja demográfica
puede ocasionar un desastre si se mantiene largo tiempo".
Podemos notar que cualquier política estatal requiere la
expectativa para evitar un futuro peligroso.
Buscar la solución
En la madrugada del 6 de enero de 2005 la población china
llegó a los 1.300 millones de personas. Los expertos pronosticaron
en aquel momento que 40 años después, el total de
habitantes del país abordaría la cima de los 1.600
millones de individuos y luego descendería lentamente,
e indicaron también que mientras se estabiliza la baja
natalidad, se requiere una mayor atención al mantenimiento
de una proporción racional entre ambos sexos y una estructura
poblacional según la edad también racional.
Los problemas demográficos generaron amplias preocupaciones
y debates. Los mismos residen principalmente en cuál es
la tasa ideal capaz de garantizar un desarrollo sostenible de
la población. El desequilibrio entre ambos sexos en continua
ampliación ocasionará que millones de hombres de
edad madura no encontrarán pareja y se generará
así una turbulencia familiar y social. También existen
problemas de envejecimiento de la población, y la estructura
demográfica de "4, 2, 1" en forma de pirámide
invertida, que causa dificultades en las familias y el sistema
educativo, etc.
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Cita colectiva
entre los solteros de Wuhan, provincia de Hubei. |
La población
mayor de 60 años de China suma ya 140 millones de personas
y crece continuamente. |
En la búsqueda de soluciones para tales deficiencias,
considero que el Estado desea mantener un nivel bajo de fecundidad,
pero no que el indicador caiga demasiado. El director de la Comisión
Nacional de Planificación Familiar, Zhang Weiqing, indicó
en muchas ocasiones que la tasa de procreación integral
actual de China se estima del 1,7 al 1,8, y el país se
esforzará por mantener ese promedio, para resolver el problema
del crecimiento poblacional. Sin embargo, muchos sostienen que
la tasa real es más baja. El demógrafo Zeng Yi estima
que a escala nacional, según la PPF, el 63,1% de las parejas
sólo pueden tener un hijo; el 35,6%, dos hijos; y el 1,3%,
tres hijos, de lo que se puede deducir que la tasa de procreación
integral no supera el 1,382. Conforme a los especialistas, además
de permitir a las parejas provenientes de las familias de hijo
único tener el segundo hijo, debe haber más parejas
comunes que puedan disfrutar de esa política preferencial.
Se trata de una meta que se espera alcanzar en 2015.
También es necesario cambiar la actitud de los jóvenes
que demuestran falta de interés hacia la procreación.
La procreación es algo de suma importancia para las mujeres
y sus familias. Los descendientes favorecen el acercamiento sentimental
del cónyuge. El proceso de crianza de los retoños
ayuda a los padres a crecer en el sentido de responsabilidad y
madurez y convertirse en personas calificadas para la familia
y la sociedad. Experimentar este proceso no significa sólo
cumplir una obligación, sino cosechar la alegría,
la salud, la familia completa y el deseo por el futuro. Los padres
no necesitan preocuparse por si no son capaces de proporcionar
condiciones excelentes de vida a sus niños, para quienes
las dificultades apropiadas constituyen en general una oportunidad
en su propio camino de superación. La educación
conveniente nutre más a los pequeños que el abundante
suministro material al crecimiento.
El desequilibrio entre ambos sexos de la población no
es causa radical de la inestabilidad matrimonial. La diferencia
en la economía, hábitat y cultura determina que
cada día resulte más difícil localizar la
pareja adecuada. Por ejemplo, ahora en las ciudades muchas mujeres
solteras prefieren estar solas que casarse con campesinos, aunque
éstos son millonarios. Se ha vuelto una bella ilusión
que todos puedan localizar su "media naranja". Vivir
solos se va a convertir en la forma de vida de muchas personas,
sea por su propia voluntad o no, por lo que debemos buscar activamente
una solución para esta cuestión.
De otro lado "la rareza incrementa el precio", la carencia
de las mujeres en las zonas rurales elevará el valor del
sexo femenino. Con la elevación de la posición social,
económica y política de la mujer, la idea tradicional
de que el hombre es mejor que la mujer cambiará radicalmente.
En la actualidad, China cuenta con 140 millones de personas mayores
a 60 años, un grupo en aumento continuo, debido al incremento
de la expectativa de vida con el mejoramiento del nivel de vida.
En 1979 Shanghai fue la primera ciudad que entró en la
categoría de sociedad envejecida. Hasta el 31 de diciembre
de 2007, entre los habitantes que tienen el registro residencial
en esa metrópoli, el 20,8%, es decir, uno de cada 5 shanghaineses,
superaban los 60 años; y los octogenarios representaban
el 3,6% de la población registrada. Según los datos
de la Oficina de la Comisión Estatal de la Edad Mayor,
del 2 de julio de 2008, la expectativa de vida de los habitantes
en la parte continental de China se incrementó desde los
40 años, a principios de la década del 50 del siglo
pasado, hasta los actuales 72. Para 2050 se calcula que la expectativa
de vida puede llegar a los 85 años. El pronóstico
hecho por la ONU sobre la población mundial reveló
que en 2300 la esperanza de vida promedio del hombre rondará
los 98 años y la de la mujer, los 101 años. En China
el número de centenarios aumentó de 6.681 en 1990
a 17.877 en 2000, y casi 30.000 en 2008. Esta prolongación
de la vida de las personas mayores se relaciona con los avances
tecnológicos en la medicina y la biología y también
con el progreso social y el mejoramiento de la calidad de vida.
Todos aspiramos a la longevidad, pero nadie quiere convertirse
en una carga para la familia y la sociedad cuando llega a una
edad avanzada. Recuerdo que un centenario suspiró al comentar
que las personas longevas padecen frecuentemente la falta de respeto.
Los mayores deben prestar atención al incremento de su
calidad de vida y mantener la salud corporal y mental, tomar parte
activamente en las actividades sociales y ayudar a los demás.
Un amigo que vive en EE.UU. me dijo que allí la edad de
jubilación es 67 años y muchos retirados todavía
tratan de hacer algo a su alcance. Numerosos chinos se jubilan
a los 45 años, viven de su pensión y se quedan en
casa sin hacer nada. Los ancianos no deben parar su propio desarrollo
y deben contribuir a la familia con su rica experiencia. "El
mayor es el tesoro de la casa", reza una expresión
china que no resulta vacía. La sociedad también
debe crear para ellos un ambiente que les permita hacer algo.
La estructura familiar de 4,2,1 no significa sólo problemas
como el envejecimiento de la población y dificultades en
el mantenimiento de los padres viejos, también conlleva
demasiado consentimiento al descendiente único. Los niños
de tales familias, si carecen de una educación adecuada,
adquieren fácilmente un carácter egoísta,
caprichoso, aristocrático y difícil en su vida cotidiana
y les cuesta convivir con los demás. Incluso, no se adaptan
al mundo fuera de la familia, no asumen la responsabilidad familiar
y son incapaces de tener un matrimonio feliz. La generación
que nació en los 80 del siglo pasado, en su mayor parte
provenientes de familias de hijo único, son herederos de
la familia y también de la nación. Sus padres y
la sociedad deben atender su formación y educación,
para que crezcan, maduren y asuman la responsabilidad otorgada
por la historia.
Frente a la cuestión de la población y la procreación
de China se requiere un amplio debate, en el que participen todos
los ciudadanos, para evitar los graves desaciertos y realizar
un desarrollo sostenible.
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