Se disparan precios de las pinturas tradicionales chinas
Por WU BING
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Barquito en el río
primaveral, obra de Zhang Daqian. |
Hace 30 años, con 20 ó 30 yuanes se podía
conseguir una pintura tradicional china de alta categoría,
de las elaboradas en la década de los 50 del siglo pasado.
Ahora, esa misma obra, si está bien conservada, se puede
vender en el mercado en 1.000, e incluso 100.000 veces su precio
original.
A principios de la década de los 50, las obras de Qi Baishi
(1864-1957), pintor chino muy famoso en aquella época,
sólo se cotizaban a 4 ó 5 yuanes por cada 33 cm²
de superficie. Un cuadro de cuatro veces ese tamaño apenas
alcanzaba los 20 ó 30 yuanes. Sin embargo, en los últimos
30 años, el precio de sus creaciones ha aumentado constantemente.
Muestra de ello es que en 1985 se vendían a precios que
oscilaban de 300.000 a 1.000.000 dólares hongkoneses en
el mercado de Hong Kong. En 1989, las mismas pinturas subieron
hasta 1,2 millones de dólares hongkoneses, y en 1994, a
5,17 millones de yuanes. En mayo de 2008, una obra creada por
Qi a los 95 años de edad, se vendió en 24,64 millones
de yuanes, un aumento asombroso.
Este fenómeno del alza de los precios que ha acompañado
al proceso de maduración del mercado artístico se
ha extendido a otros consumados del pincel. En el caso de Huang
Binhong (1865-1955), otro pintor chino conocido de la misma época
de Qi Baishi, sus obras se comercializaban en 15.000 yuanes por
33 cm² en 2000. Las mismas subieron a 60.000 en 2003, y su
cuadro más acabado logró venderse en 6,38 millones
de yuanes en una subasta otoñal de 2005, estableciendo
el precio récord de 400.000 yuanes por 33 cm².
Las obras de Zhang Daqian (1899-1983) acaparan las más
altas cotizaciones del mercado de pinturas y caligrafías
y siempre han sido buscadas por inversionistas y coleccionistas.
De 1992 a abril de 2008, el precio de venta por unidad fue de
111.800 yuanes. En octubre de 2002, su cuadro de 1975, titulado
Flor de loto colorida, impuso el récord de
20,22 millones de yuanes.
En el caso de Xu Beihong (1895-1953), personaje candente en el
sector artístico y coleccionista de China, sus obras han
creado maravillas en varias ocasiones en las subastas desde 1993,
año en que apareció en el mercado ese tipo de venta
pública. A finales de 2005, la cotización de sus
cuadros alcanzó el nivel más alto en 5 años.
Por ejemplo tres de sus creaciones con temas de caballos se vendieron
en 2,136 millones, 1,08 millones y 5,272 millones de dólares
hongkoneses, respectivamente.
2000 años de historia
Sin contar los dibujos primitivos en las rocas y grutas, las
pinturas tradicionales chinas tienen una historia de más
de 2000 años desde el 202 antes de nuestra era, durante
la Dinastía Han, cuando se inició el empleo del
pincel y los colores minerales en la seda. Se trata de una de
las pinturas más antiguas del mundo.
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Jiufanggao (parte), pintura
de Xu Beihong. |
Hasta la dinastía Tang (618-907), este arte se clasificó
en tres géneros: paisajes de montañas y ríos,
personajes y flores y pájaros. En cuanto a los métodos
representativos artísticos, se distinguían en lo
fundamental dos categorías, detallado y a grandes rasgos.
De los tres géneros de pinturas, la que más se parece
a la pintura occidental es la de personajes. Las de montañas
y ríos se semejan un poco a las pinturas occidentales con
temas de paisajes. Pero entre ellas existen una gran diferencia:
los pintores chinos pueden cambiar las relaciones de tiempo y
espacio, según la necesidad creativa, sin tener que someterse
a las restricciones de los objetos reales.
Flores y pájaros, por su parte, es una forma artística
que muestra más características chinas. Representa
todo el mundo ajeno al ser humano. Puede mostrar objetos o animales
grandes, como pinos o elefantes, y también cosas pequeñas,
como abejas u hormigas. Tiene por objetivo representar la vivacidad
de la naturaleza.
Las pinturas de personajes, originarias del arte rupestre religioso,
prosperaron en las dinastías Tang y Song, pero perdieron
su posición posteriormente. Durante las dinastías
Ming y Qing (1522-1911) el género experimentó un
segundo auge, en el que sobresalieron los pintores Xu Beihong
y Lin Fengmian (1900-1991) tras la década del 50 del siglo
pasado. Ambos aprendieron de manera audaz de los elementos occidentales
y cumplieron la transformación moderna de las pinturas
tradicionales de personajes.
Los cuadros de montañas y ríos nacieron en las
dinastías Sui y Tang y maduraron en el período de
las Cinco Dinastías (907-960). En aquella época
se prestaba más atención a describir exactamente
las montañas y ríos reales. La dinastía Yuan
(1271-1368) marcó la prosperidad de las pinturas a grandes
rasgos. En comparación con la etapa anterior, las obras
tradicionales obtuvieron progresos sin precedentes, tanto en los
métodos de uso del pincel como en las técnicas de
la tinta.
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Qiangniuhulu,
De Qi Baishi. |
Shuimoshanshui,
paisaje de Huang Bihong. |
En la dinastía Qing surgió una corriente de imitación
a lo antiguo entre algunos pintores de la corte imperial. Al mismo
tiempo, otros artistas de espíritu creativo no sólo
aprendían de los profesores antiguos, sino también
de la naturaleza, y crearon nuevas obras, frescas y dinámicas.
Las flores y pájaros en las pinturas alcanzaron su madurez
en el período de las Cinco Dinastías. Huang Quan
(903-965), pintor de la corte imperial de esa época, era
hábil reflejando de manera minuciosa cada detalle de las
flores extrañas y pájaros raros, de manera que formó
su propio estilo, conocido como Abundante elite imperial.
Al contrario de él, Xu Xi (de nacimiento desconocido) era
aristócrata hereditario, pero no fungió nunca en
ningún cargo oficial. Pasó toda la vida de manera
ociosa, pintando flores e hierbas. Usaba tinta acuática
y buscaba el estilo sencillo y simple, que era conocido como estilo
ocioso extraoficial de Xu Xi.
Estos dos métodos establecieron la línea fundamental
de la creación de pinturas de flores y pájaros.
Posteriormente, el estilo imperial registró un desarrollo
sin precedentes en las pinturas imperiales de varias dinastías,
mientras que la modalidad extraoficial logró progresos
plenos en la dinastía Yuan y se convirtió poco a
poco en un procedimiento de pinturas a grandes rasgos, típico
de los hombres de letras desde las dinastías Ming y Qing.
Numerosos pintores conocidos
Los artistas de la plástica china moderna han heredado
las tradiciones y a la vez aprendido de las artes extranjeras,
propiciando el surgimiento de numerosos pintores célebres
y obras sobresalientes. Los creadores modernos se clasifican en
dos categorías, una caracterizada por la herencia de la
tradición, con Qi Baishi, Huang Binhong y Zhang Daqian
como máximos representantes, y la otra conocida como reformista,
debido a su gran influencia occidental, en la que Xu Beihong y
Lin Fengmian figuran como los principales exponentes.
Qi Baishi nació en una familia pobre en Xiangtan, Hunan.
Estudió carpintería y comenzó a pintar como
artesano popular. Posteriormente se dedicó a copiar numerosas
pinturas antiguas, estudiar composición de poemas y caligrafía
y viajar por las montañas y ríos famosos, de manera
que se volvió maestro artístico para toda una generación
en la vejez. Se oponía a las imaginaciones irreales y siempre
trataba de representar la esencia y el espíritu de las
flores, pájaros, insectos y peces que reflejaba en sus
cuadros.
Las obras de este creador se caracterizan por la abundancia de
tinta y la vivacidad de la naturaleza. Qi tiene su propio concepto
artístico: la similitud total es vulgar, la disimilitud
es engaño, y lo ideal reside justo entre la similitud y
la disimilitud. Este concepto dialéctico explica de mejor
manera el significado de la pintura tradicional china.
Como es sabido, el autor es hábil pintando camarones.
Además, también es escultor, calígrafo y
poeta. Ha logrado combinar los elementos estéticos del
arte folklórico y el estilo artístico tradicional
de los hombres de letras, destruyendo el bloqueo entre la gente
común y los pintores ancestrales y llegando a un estado
de compartimiento entre lo fino y lo vulgar. Se ha convertido
en modelo del pintor nacional y gracias a sus contribuciones,
las obras tradicionales chinas han podido ser apreciadas en el
mundo.
Huang Binhong y Qi Baishi son conocidos como Huang del Sur y
Qi del Norte. El primero nació en Jinhua, Zhejiang, y se
especializó en pinturas de paisajes y flores. Según
él, hay que aprender del espíritu de los antepasados
en lugar de copiarles artificialmente, y es de igual importancia
aprender de los maestros antiguos que con la naturaleza. A los
70 años, hizo un análisis general sobre las técnicas
de las pinturas tradicionales de tinta acuática de China
y lo aplicó en su creación. Sus obras se caracterizan
por la tinta espesa de varios niveles y el estilo grandioso y
majestuoso. Además de los méritos en la pintura,
hizo también algunas contribuciones en los campos de la
escultura, la caligrafía, la filología y la arqueología.
Es conocido como artista estudioso.
Zhang Daqian, el pintor más legendario del siglo XX, nació
en Neijiang, Sichuan. Fue experto tanto en la pintura como en
la caligrafía, la escultura y la poesía. Al experimentar
los tres géneros de la pintura tradicional, mantuvo su
propio estilo libre, sobre todo en el uso de las tintas, con lo
cual abrió un nuevo modelo de la pintura tradicional china.
Su vida artística se divide en tres etapas: Antes de los
40 años, aprendió de los antepasados, de los 40
a los 60 años tomó la naturaleza como maestra, y
después de los 60 años pintó según
las inspiraciones que le salían de su corazón. Aunque
su método de uso de las tintas tuvo mucho que ver con la
influencia del expresionismo abstracto occidental, nunca perdió
el espíritu de la pintura tradicional del país.
Fue un gran maestro en cuanto a la asimilación mutua y
la fusión de las dos culturas.
Xu Beihong, nacido en Yi Xing, Jiangsu, fue el fundador de la
pintura moderna de personalidades. En la década de los
50 del siglo pasado estuvieron de moda las pinturas realistas
que representaban la construcción del país y la
vida ciudadana, y surgieron una gran cantidad de creadores sobresalientes,
entre los que Xu pregonaba utilizar la técnica clásica
francesa del realismo para reformar la pintura china.
Su proposición en el sentido de que el dibujo croquis
es la base de las artes plásticas significó un viraje
en la historia de la pintura china. Le gustan los caballos y le
encanta pintarlos. Estos animales, bajo su pincel, son atractivos
y dotados de sentimientos humanos y constituyen una muestra de
la combinación perfecta del realismo occidental y la pintura
de tinta china. Este estilo se convirtió en el principal
de la plástica tradicional china en el siglo XX.
Lin Fengmian, pregonero y creador de la fusión chino-occidental,
se nutrió del impresionismo y postrealismo occidental y
combinó ambas tendencias con los elementos de la pintura
tradicional local. Intentó trascender las barreras entre
el arte chino y el occidental, para crear un lenguaje artístico
común. Sus obras tienen temas amplios y de estilo peculiar.
Es un gran maestro creativo, audaz en cuanto a la exploración
e inspiración artística, que ha ejercido influencias
en numerosos pintores posteriores. Incluso, es conocido como el
líder espiritual en el sector de las bellas artes de China
en el siglo XX.
Según un libro de 1972, el precio de venta de las obras
de Qi Baishi, Zhang Daqian y Xu Beihong era de 2 a 10 yuanes por
cada 33 cm², lo que coincide con los testimonios de muchos
pintores veteranos. Ahora este valor ha aumentado en más
de cien mil veces. Los cinco pintores modernos mencionados han
hecho contribuciones especiales al desarrollo de la pintura tradicional
china y representan un pilar en la historia artística del
país. Sus éxitos y aportes no se pueden medir con
el dinero. El aumento de la cotización también indica
el progreso del nivel estético del público a medida
que avanza el desarrollo socioeconómico.
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