Nelson Jovandaric muestra
sus Caras de Bolsas
Por LOURDES fERNÁNDEZ
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Caras de Bolsa,
la más reciente producción de Jovandaric, refleja
los distintos estados anímicos del ser humano. |
Nelson
Jovandaric Poleo llegó a China en 2004, para participar
en una exposición en el Museo de Arte del Monumento al
Milenio, oportunidad en la que quedó encantado con el país
y su milenaria cultura y decidió radicarse en Beijing.
A principios de este año participó en una exposición
en el Museo La Capital, con motivo del X Aniversario de la Restitución
del Hilo Constitucional en Venezuela. Desde aquí se ha
dedicado a trabajar, tomando como tema de inspiración los
rostros de los niños chinos para su más reciente
producción Caras de Bolsas.
Nelson Jovandaric Poleo es indudablemente un maestro del expresionismo
venezolano. La mayoría de sus obras son una retrospectiva
del mundo interior del personaje que ha plasmado, ya sea en sus
lienzos, acrílicos o papel, como el caso de Caras
de Bolsas, con la cual nos motiva a seguir conociendo la
esencia del ser humano, del ser viviente que enaltece con su dominio
de los colores primarios y secundarios, entre los que sobresale
el rojo, su color preferido por representar la vida, la energía
y la fuerza, que acompaña con unos trazos finos que dan
forma al personaje motivo de su inspiración.
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Los niños chinos son
fuente de inspiración en las obras de Nelson Jovandaric. |
Caras de Bolsas es la más reciente muestra
personal del artista plástico suramericano, quien desde
hace ocho meses reside en Beijing, a donde llegó por primera
vez cuatro años atrás, invitado para participar
en una exposición que se celebró en el Museo de
Arte del Monumento al Milenio, de la cual quedó maravillado
para posteriormente regresar y establecer su centro de operaciones
e inspiración nada más y nada menos que en la capital
de la ancestral y milenaria cultura china.
La exposición, como bien explica Jovandaric, nació
de la inquietud natural que lo impulsa a dibujar sobre todo lo
que está en blanco. En esta oportunidad, al observar sobre
su mesa de dibujo un papel Kraft que mostraba su soledad e inercia,
según sus propias palabras, sintió deseos de que
la hoja cobrara vida, como todo lo que toca con sus pinceles y
lápices, por lo que tomó un trozo de carbón
y comenzó a elaborar un retrato lo suficientemente impersonal
y expresivo, que no fuera ningún personaje en referencia.
Al cabo de unos minutos vio que la imagen cobraba vida, lo cual
le produjo una enorme carcajada. Había nacido Cara
de Bolsa, un autorretrato que representa los distintos estados
anímicos del ser humano.
Desde ese momento Jovandaric se entusiasmó por el proyecto,
que cristalizó el pasado viernes 28 de noviembre, cuando
inauguró su muestra personal en el conocido bar Enoteca,
ubicado en The Place Shoppin Center, en el capitalino Distrito
de Chaoyang.
Pero, ¿por qué escogió un bar y no un museo?
Precisamente porque se trata de una temática informal,
poco convencional, distinta a los clásicos óleos
o acrílicos sobre los cuales acostumbra a trabajar. En
esta oportunidad empleó un material reciclable, como el
papel, cuestión que nos dice de su respeto hacia el medio
ambiente, de su tendencia ecológica y conservacionista.
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El artista plástico
venezolano expuso previamente en abril en el Musel La Capital,
con motivo del X Aniversario de la Restitución del
Hilo Constitucional en Venezuela. |
¿Quién es Jovandaric? Este joven pintor, nacido
en Valencia, Venezuela, egresó de la Escuela de Artes Rafael
Monasterio e integra el Círculo de Artistas Plásticos
de su país. En su prolífera trayectoria cuenta con
exposiciones tanto individuales como colectivas, que lo han llevado
a traspasar las fronteras de su tierra natal y mostrar sus creaciones
en Costa Rica, Estados Unidos, Italia, para donde prepara actualmente
otra presentación, y China.
A Beijing llegó el venezolano en 2004, para participar
en la XI Exposición de Arte de China, y quedó fascinado
por la cultura oriental, como lo demuestran los rostros de niños
chinos que en esta oportunidad también honra en Caras
,
toda una obra de arte que gracias a un manejo extraordinario de
impresión, permitirá que perduren en tiempo y espacio.
Para Jovandaric, el hecho de vivir en China representa de por
sí una gran experiencia, al contar con una fuente inagotable
de inspiración que impulsará ese espíritu
inquietante que lo caracteriza para seguir pintando, haciendo
trazos y dando vida con su color preferido, el rojo, a más
de un personaje o ser viviente, o reflejando temas abstractos
que nos hablarán del mundo interno y subjetivo de este
valenciano.
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