Manufactura de Dongguan bajo la crisis

Por LIU QIONG

EL 16 de octubre de 2008, una notificación sellada por el gobierno local del cantón de Zhangmutou fue colocada sobre la puerta de la fábrica de juguetes Hejun, anunciando la quiebra de la empresa, cuyo cierre dejó sin empleo a 6.000 trabajadores, lo que sorprendió a otras manufactureras de la ciudad de Dongguan, famosa en el sector.

Revelación de la quiebra de Hejun

Los decepcionados empleados ante la quiebra de la empresa Hejun.

El 9 de diciembre de 2008, en el cantón de Changping, a varios cientos de li (un li igual a medio kilómetro) del cantón de Zhangmutou, Lan Jiezhou, el ayudante especial del director de la fábrica Longchang, rehusó hacer comentarios sobre la quiebra de su competidor.

Según reportes de prensa, este fue el primer caso de bancarrota de una empresa china como consecuencia de la crisis financiera estadounidense, pasando de la reducción de los pedidos extranjeros y la disminución de capitales a la caída de la empresa.

“Es necesario reconocer que, pese a factores como el sismo financiero internacional y la subida de los costos, la razón principal de la ruina de la fábrica obedece en gran parte a la ruptura de la cadena de capitales causada por la inversión inconveniente y la mala gestión interna”, dijo Lan.

Todavía se publican anuncios de empleos en el parque industrial Sanjiang.

En octubre de 2007, Hejun compró un 45,51 por ciento de las acciones de la minera Fujian Tiancheng y por razones de procedimientos no pudo recuperar su dinero. En realidad, antes de declararse el fracaso de Hejun, los rumores sobre el cierre de las empresas de Dongguan circulaban por todas partes. Al lado de la oficina de Lan se encuentra la fábrica de Longchang, donde miles de obreros trabajaban como siempre.

Hace 44 años el jefe de Lan Jiezhou, Liang Lin, abrió una factoría de juguetes en Hong Kong. En 1980, los hermanos Liang invirtieron en una industria en Dongguan, su tierra natal. En 1997, Longchang comenzó a cotizar en la bolsa de Hong Kong y siete años después se anexó al fabricante estadounidense de juguetes Kid Galaxy Inc, adquiriendo así la propiedad de la marca “Bindos”, y en 2004, abrió una nueva productora en Changping e instaló allí su centro de investigación y desarrollo.

En Dongguan hay más de 3.000 fábricas de juguetes, como Hejun y Longchang. De las muñecas Barbie a los robots en miniatura, un tercio de los juguetes del mundo se produce en esta ciudad, llamada “capital mundial de los juguetes”.

“El problema de Hejun reside en su inconveniente inversión en los sectores de finanzas y minería, lo que provocó el déficit de capitales”, explicó Zeng Tianren, director administrativo de Yingqi, fabricante de productos textiles que da empleo a unas 6.000 personas y es considerada una de las grandes empresas del cantón de Dalang.

En 2006 y 2007, algunas empresas inmobiliarias aconsejaron a Yingqi invertir en el sector inmobiliario de la provincia de Guangxi. Pero después de algunas investigaciones, Zeng Tianren consideró que los bienes inmuebles se encontraban en un estado anormal. “El gran beneficio viene acompañado inevitablemente de un alto riesgo. Debemos concentrarnos en la industria textil, que es lo que nos corresponde”, señaló Zeng.

Repercusión de la crisis sobre los pedidos extranjeros

La quiebra de Hejun se debe en realidad a la reducción de los pedidos extranjeros, reveló Tang Mo, gerente de la división de planificación de la empresa de computadoras Huakang.

Según el empresario, para la primera mitad del 2008, la presión vino del reducido beneficio y la subida de los costes. Ahora, la presión viene de la reducción de los pedidos.

La empresa Huakang es una de las cien que componen el parque industrial del cantón de Hengli, del cual se han retirado ya algunas. Pero el nuevo edificio en el que Huakang invirtió 10 millones todavía está en construcción. Esta compañía es considerada en la actualidad uno de los grandes fabricantes de ordenadores, cuyos accesorios se exportan hacia Alemania, Corea del Sur, Medio Oriente y Sudáfrica.

obreros en un taller de la empresa Huakang.

Tras la crisis financiera americana, las solicitudes de productos chinos han disminuido. Casi todos los exportadores enfrentan una caída de la demanda. “Las grandes empresas como Huakang se encuentran en dificultades, mientras que las pequeñas no llegan a mantener la supervivencia”, confesó Tang Mo.

Mercado doméstico como salida

“Las empresas excelentes pueden ganar poco. Las empresas que funcionan bien tal vez no tengan déficit, pero las demás no pueden evitar las pérdidas”, subrayó Zeng Tianren.

“¿Cuántos fueron azotados por esta crisis?”, preguntó Wang Yang, secretario general del Comité del Partido Comunista en la provincia de Guangdong, ante lo cual Zeng Tianren respondió que “un 30 por ciento”.

Como base importante del Grupo Maorong de Hong Kong en el territorio continental de China, Yingqi produce cada año cerca de 13 millones de piezas de ropas para la exportación hacia Europa, Estados Unidos y Canadá.

La caída de la demanda originada por la crisis ha obligado a la compañía a prestar más atención al mercado doméstico. Volverse hacia el interior del país es una salida que toman las manufactureras de Dongguan para salvarse.

Trabajadores de la empresa Maorong. Cadena de producción de la empresa Longchang.

Según Tang Mo, los precios de los productos exportados son del 10 al 20 por ciento superiores a los de los comercializados en el mercado interior, sin incluir el reembolso de impuestos. Las estadísticas de la Aduana pusieron de manifiesto que para los primeros 11 meses de 2008, las exportaciones de productos mecánicos y electrodomésticos alcanzaron los 761.320 millones de dólares estadounidenses, lo que representa un aumento del 20 por ciento, equivalente al 57,8 por ciento del total de las exportaciones del país.

Tang se encarga de la promoción de la marca en el mercado. El 70 por ciento de los productos se destina al exterior. “Para la exportación se puede recibir el dinero antes de suministrar las mercancías. Si se venden los productos dentro del país, se puede efectuar el pago algunos meses después de la entrega. Esto no es favorable para la circulación de capital”. Ante esta situación, se deberían buscar nuevas salidas. La empresa adoptó dos medidas para enfrentar la crisis: primero, explotar el mercado en el Medio Oriente, porque casi el 50 ó 60 por ciento de las exportaciones van dirigidas a esa región; segundo, ocupar el mercado interior y simplificar el canal de distribución.

Beneficio, la clave para escapar de la crisis

Según las últimas estadísticas de la Aduana, durante los once primeros meses de 2008, las exportaciones de hilo, tejidos y productos textiles sumaron 60.410 millones de dólares americanos, una subida del 18,1 por ciento, la más fuerte entre las mercancías exportadas. Pero el incremento de las ventas al exterior no significa el logro de lucros para las empresas. “El beneficio es poco y el riesgo sigue siendo elevado”, explicó Zeng Tianren al referirse al fenómeno de la fuga de las empresas extranjeras. “Si alquilan los terrenos y no tienen suficiente capital fijo, terminan por huir.”

A su juicio, la supervivencia de las empresas textiles no depende del mercado, sino del beneficio. La industria textil es un sector tradicional para la necesidad de la gente. La clave reside en la gestión. En 2007, Yingqi construyó nuevos talleres e importó 500 máquinas computarizadas por valor de 150 millones de yuanes.

Antes de 2004, limitada por sus condiciones de producción, la compañía sólo fabricaba productos de categoría normal. Con todo, podía tener un beneficio del 20 al 30 por ciento. Pero ahora la competencia es cada vez más aguda y el beneficio menor, por lo que sus directivos decidieron invertir 200 millones en la compra de maquinaria avanzada.

“Un 80 por ciento de nuestros productos son de alta categoría. Antes fabricábamos el jersey que se vendía a 3 dólares americanos, pero ahora cuesta 5 dólares americanos”, añadió Zeng Tianren, señalando el nuevo equipamiento importado de Alemania, que ayudó a mejorar la calidad del producto y elevar su categoría, además de que la velocidad es diez veces superior a la de las otras máquinas. “Si fabricamos productos según la muestra del cliente, no tendremos grandes beneficios. Si el cliente elige el modelo en nuestro catálogo, el beneficio será grande”.

El diseño puede aumentar el beneficio. Lan Jiezhou tiene la misma sensación. Un 5 por ciento de los pedidos de Longchang fue afectado por el choque de la crisis financiera. A su juicio, esto significa un retroceso aceptable, porque la compañía concede más importancia al diseño de los nuevos productos y cuenta con un grupo de 300 trabajadores especializados en la investigación y desarrollo de juguetes, teniendo cerca de 300 patentes. Cada año invierte 30 millones de yuanes en la investigación y así puede mantenerse de pie aún en medio de la crisis.

En su oficina Lan Jiezhou mostró un robot muñeca de 16,5 cm. de alto y 350 g. de peso, diseñado por Longchang, que se vende a 2.000 dólares hongkoneses y ha recibido pedidos que llegan ya al orden de trabajo del año que viene.

La industria de juguetes de Guangdong, cuyo desarrollo ha pasado por tres etapas: de OEM (Original Equipment Manufacturer) y ODM (Original Disign Manufacturer) a OBM (Original Brand Manufacturer).

El primero de estos modelos no necesita grandes inversiones, pero el beneficio es poco. Los otros dos, por la ventaja de tecnología y diseño, pueden generar de un 10 a un 25 por ciento de ganancia. Los tres esquemas coexisten actualmente en Longchang. “Intentamos elevar el porcentaje de ODM y OBM hasta el 50 por ciento”, expresó Lan.

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