¿Qué hizo bien Deng Xiaoping?

Por ZHOU QIREN*

Según mi parecer, precisamente de la Reforma y Apertura al exterior desciende en gran medida el valor del sistema económico chino y gracias a su aplicación, nuestro país, con una milenaria civilización e historia y en camino al desarrollo, tiene la oportunidad de poseer la economía de ritmo de crecimiento más acelerado en el mundo.

Deng Xiaoping, arquitecto de la Reforma y Apertura de China.

Provengo del campo, de la localidad de Heilongjiang, y vine a Beijing, a estudiar en la universidad, en 1978. Debido a la “Revolución Cultural”, no pude hacer el bachillerato, por lo que soy un alumno graduado de la escuela secundaria, en 1966. Para la gente como yo, la primera página de la época de Deng Xiaoping es su decisión de recuperar el examen para entrar en los centros de enseñanza superior, eliminado hace diez años, el cual cambió el destino de nuestra generación.

Después de octubre de 1978, Beijing se convirtió en el centro de la vorágine de las grandes transformaciones chinas. Recuerdo la profunda impresión que me dejó la noticia de que en el campo de Anhui se había llevado a cabo el contrato de producción con las familias agricultoras individuales: la amenaza del hambre, debido a la sequía, obligó a los campesinos a repartir la tierra colectiva, decisión que propició un gran aumento de la producción de cereales. Empero, por aquellos años esta política no era legal y los campesinos no tenían otra forma de aplicarla clandestinamente.

Para los 800 millones de habitantes de las zonas rurales chinas, el contrato de producción con las familias campesinas individuales fue la primera medida de la política de reforma impulsada y dirigida por el entonces presidente de la Comisión Militar del CC del PCCh Deng Xiaoping.

Determinación del derecho de peculiaridades propias chinas

Técnicamente el “contrato de producción de las familias campesinas individuales” es el denominado “sistema de responsabilidad en la producción mediante contrato familiar con ingresos en función del rendimiento”. Los campesinos se comprometían a entregar determinada cantidad de su producción al Estado y al colectivo, a fin de conseguir el derecho a gestionar la contratación de la tierra.

Este era por tanto un convenio que contemplaba que la producción excedente quedara en manos de los campesinos, además de estimular las iniciativas individuales. Por otro lado, la tierra contratada a cada familia no cambió su carácter de “propiedad colectiva”, sino que sólo se entregó para que fuera usada conforme a las condiciones acordadas. Los registros reflejan que, pese a la que hambruna obligó al presidente Mao Zedong a reconocer el “contrato de producción con las familias campesinas”, se trataba nada más de un medio provisional.

Mercadillo colectivo en el campo de Shandong, en 1981. Un trabajador individual de Zhejiang, en 1980.

La contribución de Deng Xiaoping al respecto radica en que modificó la dirección de las políticas del Estado, para brindar reconocimiento legal y protección al tratado voluntario de promover la productividad. El sistema de contratación familiar expandía su ámbito de aplicación de las zonas aisladas al campo desarrollado, cubriendo casi todos los equipos campesinos de producción del país, mientras el plazo de contratación de la tierra se aplazaba desde un año, a tres, quince, treinta y hasta permanente.

Deng Xiaoping investigó la zona especial del sur de China, en 1992.

Al principio, el contenido de la responsabilidad del acuerdo estaba relacionado con la producción, después, con el capital de la tierra. El “sistema de responsabilidad en la producción mediante contrato familiar con ingresos en función del rendimiento” iba obteniendo un estatus legal: desde la existencia clandestina en nivel básico al reconocimiento por el gobierno local y a la confirmación del Poder Central en forma de escritura en documentos oficiales.

Por fin, en la Asamblea Popular Nacional de 2002 se aprobó la “Ley de Contratación de la Tierra Agrícola”, en la que se especifica la posición legal del sistema de responsabilidad en la producción mediante contrato familiar de los ingresos en función del rendimiento. Según esta ordenanza, el derecho de utilización, beneficio y transferencia de todas las tierras se contrataban a las familias campesinas a largo plazo; la “colectividad” sigue siendo propietaria de la tierra agrícola desde el punto de vista legal. Pero todas sus funciones económicas contemplan la entrega de parcelas de forma convenida a los campesinos cuando llegue el tiempo. Como los contratantes tienen la prioridad de renovar el contrato, “no cambiar a largo plazo” significa “para siempre”.

En China podemos observar claramente que al principio el derecho de la propiedad individual incluido en el ámbito de protección legal nació y se desarrolló desde el convenio de contratación de la economía de propiedad pública aplicado en los poblados. Según ese acuerdo, la parte que sobrepasaba la producción acordada pertenecía al campesino, de modo que la propiedad privada se incrementa cada día, mientras que los miembros del sistema de propiedad pública van ampliando el ámbito de concluir tratados con el exterior y acumulando más bienes personales, así como conociendo más variadas redes mercantiles de convenios. El ámbito de esta medida sobre el derecho de propiedad determinado desde dicho contrato se expandió al sector no agrícola y luego a las ciudades, sentando las bases de la economía mercantil de China.

Las empresas privadas proporcionan gran cantidad de empleos.

La reforma de Deng trata de insistir en la determinación de la propiedad y no ceder ni un paso, lo cual recibió críticas procedentes de distintos sectores. Algunos valoraban que las transformaciones se desviaban el socialismo clásico; otros sostenían que comparada con la “privatización de raíz”, la reforma basada de la contratación de tratado no se había hecho completamente.

Sin dejarse afectar por los reproches, Deng insistió en que de todas maneras debía permitirse a los chinos explorar y ensayar sobre la selección del sistema y organización bajo condiciones limitadas reales. Si cualquier tipo de propiedad, organismo o forma de tratado, certificaba que podía promover la producción y mejorar la vida del pueblo, Deng prefería utilizar su prestigio en lo político para movilizar los organismos estatales y que estos ofreciesen su reconocimiento legal, bajo el concepto de “socialismo con peculiaridades propias de China”.

Invitar a los empresarios a volver a China

En 2006 visité una compañía privada en el poblado de Songmen, de la ciudad de Taizhou, en el este de la provincia de Zhejiang. Su fundadora fue Jiang Guilan, una campesina que después de graduarse de la secundaria pasó diez años trabajando para varias empresas. En 1991, con 200.000 yuanes que le prestaron unos amigos, fundó esta fábrica de productos de plásticos. Tras cuatro años Jiang firmó su primer contrato de exportación con comerciantes extranjeros, en un pequeño puesto de la Feria Comercial de Primavera y Otoño de Guangzhou. Diez años después su compañía se ha convertido en el principal proveedor de cubiertos de la cadena de comida rápida KFC en todo el mundo. Cuando recorrí la fábrica, contaba con más de 1.000 obreros y cada año exportaba 600 contenedores de productos acabados.

El experimento de Jiang es muy normal en la China actual. Pero antes de aplicar la Reforma, si la escala fuera cien veces menor que la presente, su compañía también se hubiera vuelto famosa fácilmente, pues en aquella época, cualquier empresa que “contrataba a los obreros de forma privada” seguramente se convertía en un “ejemplo representativo del capitalismo”, por lo cual llegaría a ocupar la primera plana política en los periódicos. Desde que se bautizaron las compañías privadas con el nombre de “capitalismo”, hasta que se les colocó el laurel de “creación de causa de los empresarios privados”, sólo han transcurrido 30 años. ¿Qué ha ocurrido en China?

Para contestar esta pregunta, naturalmente, la gente habla de la presión proveniente de la vida económica. Por otra parte, la carencia a largo plazo de productos y servicios bajo la “economía insuficiente” no podía satisfacer las demandas más básicas de las familias en los poblados y ciudades. A la par, la economía unitaria del sistema público no podía responder a la demanda de empleo que cada día se incrementaba, sobre todo no podía absorber la considerable cantidad de “mano de obra campesina” liberada tras la aplicación de las reformas.

Por lo tanto, bajo la economía del sistema público unitario, aparecieron los “trabajadores de negocios personales”, que crecieron firmemente, como las hierbas silvestres. Ellos se contrataron a sí mismos como patrones y a sus familiares como empleados y consiguieron éxitos con el capital acumulado a través de la relación privada. Mientras tanto, el mercado que se iba expandiendo cada día les exigía ampliar la magnitud de sus negocios, resultando que estos “trabajadores individuales” empezaron a contratar más obreros y su tipo de gestión evolucionó hacia las “empresas privadas”.

Así vino el desafío: ¿Cómo podía permitir la China socialista la restauración de la “explotación capitalista”?

Fue Deng Xiaoping quien invitó a los empresarios volver al país. Poco tiempo después de asumir el poder, revindicó a Rong Yiren, representante de la “burguesía nacional”, y le entregó una cantidad del activo nacional para gestionarlo, acto que abrió un “nuevo modo de economía de capital estatal + empresario”. También aprovechando su autoridad política, el líder mostró su actitud en varias ocasiones sobre el caso de Nian Guangjiu, un trabajador individual de Wuhu, provincia de Anhui, que contrató a varios empleados y se convirtió en dueño de la marca de semillas de girasol “El Tonto”.

Deng esperaba que no se ahogara a los empresarios privados utilizando la fuerza estatal. Este gran líder político preguntó una y otra vez: ¿Acaso el permiso de existencia de estos comerciantes ha perjudicado al socialismo?

Cada vez más gente nos da la respuesta correcta. A medida que la existencia de los empresarios sea considerada un “acto correcto”, crear la causa y convertirse en comerciantes otra vez deviene derecho de los chinos. Tras las reformas, el Gobierno chino ha emitido muchos documentos políticos y aprobado varias leyes, así como modificado la constitución en determinadas ocasiones.

Por otra parte, China va reconociendo y protegiendo el derecho legal de que la gente común y corriente tenga la libertad de firmar contratos, crear empresas de distintos tipos y distribuir el ingreso según el factor de inversión. Conforme a una publicación de reconocida autoridad, hasta finales de 2007, la economía de gestión privada china representó un 50 por ciento del valor total del PNB (Producto Nacional Bruto), un 70 por ciento del empleo no agrícola y del 30 al 40 por ciento de las contribuciones de impuestos. Esto era inesperado para la gente antes de instaurarse la Reforma.

Reconocer de nuevo “las manos invisibles”

A partir de mayo de 1985 y durante varios años consecutivos, Deng Xiaoping promovió el “rompimiento de la barrera de los precios”, lo cual significó que en lo adelante los precios fijos y controlados por el Estado iban a ser determinados por el mercado.

Llamar “rompimiento de la barrera de los precios” a la reforma de precios se debe a que poco tiempo antes de aplicar esta política, en Polonia, la apertura del valor de los alimentos afectó la vida de los obreros, provocando una huelga general que terminó con la caída del gobierno del Partido Comunista de ese país del este de Europa. ¿Cuál sería el costo de la “reforma de precios” de China? ¿Se podría llevar a cabo establemente? Nadie podía garantizarlo.

En julio de 1988, el Consejo de Estado anunció la liberación de los precios de afamadas marcas de cigarrillos y bebidas alcohólicas. A mediados de agosto siguiente, en la sesión del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China, se aprobó el “Plan de reformas de precios y salarios”. Empero, el mismo día de su publicación se desató en todo el país una fiebre de compras de alimentos y artículos de uso diario y mucha gente sacó dinero en efectivo de los bancos. Como consecuencia, en septiembre del propio año encalló el primer “rompimiento de la barrera de los precio”.

Bolsa de Shanghai.

Lo que sorprendió al gigante asiático y al mundo fue que Deng Xiaoping empujó de nuevo las transformaciones chinas en la primavera de 1992. Convertido ya en un anciano de 88 años de edad, declaró en la “famosa conversación en el sur de China”: “si no se aplica la Reforma y Apertura al exterior, sólo caminaremos hacia un callejón sin salida”.

Además, hizo énfasis en el tema que había afligido por mucho tiempo a la reforma china: ¿Insistir en el sistema socialista se refiere al sistema socialista? ¿Insistir en el camino de mercado significa el capitalismo? Su respuesta, para los chinos, era como “quebrarse las piedras y conmoverse los cielos”. Tanto la planificación como el mercado son nada más que una forma de complementar los recursos, el socialismo también puede funcionar por el camino del mercado.

Bajo su promoción, en 1992 China intentó nuevamente pasar la barrera de los precios. El precio abierto de los materiales de producción y transporte de comunicación registró 648 renglones, mientras el de los productos agrarios, 50. Entre estos últimos, dentro del ámbito de 844 ciudades y poblados del país, figuró el precio del Estado, que pagó por los cereales un precio unitario durante varias décadas.

Shanghai, una de las metropolis chinas más beneficiada por las oportunidades de desarrollo que ofreció la Reforma y Apertura.

También los precios de todos los productos de la industria ligera, excepto el de la sal y los medicamentos, quedaron abiertos. Hasta la primavera de 1993, un 95 por ciento del volumen global de los productos de venta al por menor de China, un 90 por ciento del total de las compras de productos agrícolas secundarios y un 85 por ciento de las ventas totales de materiales productivos quedaron abiertos y el precio lo determinó la ley de la oferta y la demanda. Desde entonces, “el sistema mercantil de precios para complementar los recursos” ha sido la base del sistema económico de China.

El punto de partida de la reforma dirigida por Deng es bajar el alto costo de las “super compañías estatales”. Para ello propuso la estrategia de transformaciones por separación de poderes, o sea, a través de la confirmación legal de los derechos, lo cual estimuló las iniciativas de las personas, familias, organizaciones de nivel básico y locales. Al mismo tiempo, se realizó una coordinación entre los empresarios y el precio y se les invitó a volver al escenario de la economía china.

Desafío contra la corrupción

Muchas profecías de Deng se hicieron realidad, salvo una. En la primavera de 1985, el líder comunista expresó su deseo de que no aparecieran los millonarios ni se dividiera la sociedad en dos extremos opuestos.

Sólo 10 años después, los chinos cuyos bienes personales sobrepasaban el millón de yuanes eran numerosos. Se vendían bien en China los autos de firmas conocidas en el mundo y el país llegó a ser un mercado atractivo para los artículos lujosos con el más acelerado ritmo de desarrollo. Todo esto está considerado un símbolo de los éxitos económicos nacionales, mientras los reportes oficiales, investigaciones del sector académico doméstico e internacional y la observación directa de la vida social muestran que en la sociedad china actual todavía existe una población pobre, con ingresos diarios que no alcanzan a un dólar.

La planificación y el Mercado son una forma de complementar los recursos , y el socialismo puede funcionar también por el camino del mercado

Los eruditos explican estas diferencias en los salarios con el “coeficiente Gini” y se percatan de que tras las reformas la diferencia en la distribución de los ingresos en China tiende a ser mucho mayor. Pero este resultado tal vez ha omitido un aspecto, si “la ganancia es legal o no”. Citamos un ejemplo, las elevadas ganancias del pívot de los Rockets de Houston, Yao Ming, son normales, en tanto las provenientes por la compra de cargos de los funcionarios son otra cosa. Lo que el pueblo odia es la segunda, dada su ilegalidad. De hecho, lo que era verdaderamente una cuestión de vida o muerte para la Reforma consiste en la tendencia corrupta conseguida por el poder (evidentemente es ingreso injusto), que se incrementaba sin cesar en el país.

Las experiencias demuestran que la corrupción no sólo es uno de los inconvenientes aparejados a la aplicación de la Reforma, también constituye uno de los elementos corrosivos que atentan contra el apoyo del pueblo a las transformaciones, hasta que posiblemente llegue a asesinar el proceso para impedir su avance. ¿Cómo el cambio de modalidad económica enfrentará la corrupción será un desafío?

La respuesta de Deng era tomar las medidas al mismo tiempo, impulsar la enseñanza moral y el Gobierno de acuerdo con la ley, así como fomentar la disciplina del Partido. El problema es que en el proceso de aplicación de las medidas mencionadas, la corrupción no sólo venía como acompañante, también mostraba una tendencia a la expansión. En septiembre de 1986, el presidente chino llegó a la conclusión de que si no se llevaban a cabo los cambios en el sistema político, no se podría garantizar el fruto de la reforma en el sistema económico ni se dejaría avanzar este proceso. Por lo tanto, emprendió la elaboración de las transformaciones.

El líder destacó en muchas ocasiones que “la Reforma también es la revolución”. La restricción que él enfrentaba era derivada de “la excesiva concentración del poder”. El sistema del soporte principal del Partido Comunista de China es avanzado, mientras otras organizaciones sociales no llevaban un buen desarrollo.

En realidad, el sistema administrativo se encarga del funcionamiento del sistema económico de la sociedad, lo cual aumenta las dificultades de dirigir el reacomodo de los funcionarios, producto secundario de la Reforma. Además, otra consecuencia es que una vez perdida la estabilización del sistema de poder del Estado, la sociedad entraría en un período de caos. Por eso, la promoción de las reformas políticas toma lo “estable” como su limitación, de modo que la gente ha visto que los cambios en el sistema político que se volvieron a poner en el orden del día en 1986 no se habían realizado con una promoción real. En la “conversación en el sur de China” Deng se refirió al empujon del desarrollo y la reforma económica, no a la transformación del sistema político, que es una causa que el estadista no pudo cumplir en vida.

Resumen: secreto de la experiencia china

Precisamente es la Reforma y Apertura al exterior la que ha hecho disminuir en gran medida el coste del sistema de la economía china y mantenido a este gran país con su milenaria civilización en el camino del desarrollo y tener la oportunidad de poseer la economía con mayor ritmo de crecimiento del mundo.

Tren de suspención magnética de Shanghai.

Algunos observadores sostienen que “la mano de obra barata” es lo básico de la competitividad china. Sobre este aspecto, mi pregunta es ¿antes de aplicar la Reforma, el precio de la mano de obra y otros factores era más barato, pero por qué en aquel entonces no existía el sello “Hecho en China” que afectó posteriormente al mercado global? En realidad, las ventajas de coste ya existentes hace tiempo, la reducción del gasto del sistema gracias a la Reforma y Apertura al exterior y la acelerada acumulación de capital de los recursos personales de China constituyen y concluyen la competitividad de nuestra economía. Entre ellos, la disminución del coste del sistema es en gran medida el auténtico secreto del milagro chino.

Deng Xiaoping abrió el camino de la transformación para China y el camino de crecimiento para la economía nacional, pero no pudo terminar la Reforma y Apertura al exterior. El país tiene una considerable cantidad de temas pendientes de resolver, tanto en la determinación de la propiedad, el papel de las funciones de los empresarios y la mejora del marco de la economía mercantil, como en la limitación y normas del poder estatal.

Empero las experiencias de estos 30 años certifican que siempre que China siga haciendo las cosas correctamente, mediante prácticas certificadas, y llevando a cabo las reformas pendientes de aplicar, la historia va a ratificar de nuevo la conclusión optimista sobre este país hecha por los expertos.


*Profesor del Centro de Estudios Económicos de la Universidad de Beijing, licenciado en Economía de la Universidad de Renda (del Pueblo) de China, master y doctor de la Universidad de Los Ángeles (EE.UU.).
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