Buscan
utilidad a la basura
Por HOU RUILI
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Un niño de una comunidad
residencial de Shanghai bota la basura de su familia según
las etiquetas de los botes. |
china es un gran productor mundial de basura, debido a su numerosa
población y crecimiento económico. Pese a que el
Gobierno ha invertido una suma enorme en la construcción
de fábricas de tratamiento de residuos, la capacidad de
procesamiento no satisface el aumento del volumen de desperdicios,
lo que obliga a la gente a reflexionar sobre posibles nuevas medidas.
En la actualidad las comunidades residenciales del país
han comenzado a recoger la basura por clasificación, convirtiendo
los residuos de valor en materias primas de la industria y enviando
todo lo que no puede ser reciclado a la fábrica de tratamiento,
donde se destinan a la generación de energía. De
esta manera, los desechos pasan de la reducción de su cantidad
a su inocuo tratamiento y aprovechamiento, para que sirva de nuevo
a la humanidad.
Clasificación de la basura
En el patio de la comunidad Ganbai, del distrito capitalino de
Dongcheng, han sido colocados cuatro contenedores perfectamente
identificados, para acopiar los Restos de cocina,
Basura reciclable, Pilas y Otros
desechos. En Beijing actualmente más de la mitad
de los barrios residenciales, que cubren 4,7 millones de habitantes
de 2.255 comunidades y entidades públicas, han adoptado
este sistema de recogida.
Zhang Mei, residente en uno de esos vecindarios, tiene en la
cocina un cubo de plástico para desperdicios de alimentos,
una bolsa de plástico para papel, goma, metales, vidrio
y tejidos reutilizables, y otro depósito para objetos desechables.
Con la continua difusión que realiza al respecto la administración
comunitaria, en los últimos dos años, las personas,
pese a su falta de hábito, se han ido acostumbrando a la
clasificación de los residuos de consumo.
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Nuevas bolsas de compras
ecológicas ofrecidas en supermercados son bien acogidas
por los consumidores. |
Durante la visita a varias fábricas de tratamiento de
desechos, organizada por la comunidad, Zhang Mei y sus vecinos
se enteraron de que de cada tonelada de botellas de plástico
se pueden extraer 0,7 ton. de materias primas de segundo nivel;
y cada ton. de chatarra de acero puede ser fundida para recuperar
0,9 ton. del propio mineral, lo que ayuda a disminuir el 75% de
la contaminación del aire y el 75% de la de las aguas y
residuos sólidos. Asimismo, una tonelada de papel usado,
sirve para producir 850 Kg. de papel nuevo, economizando 3 m3
de madera y reducir el 74% de la contaminación; la reproducción
de vidrios con sus desperdicios contribuye ahorrar del 10 al 20%
de la energía y el 50% del agua y disminuir un 20% de la
contaminación del aire y el 80% de los residuos. La
basura de nuestra casa son recursos colocados equivocadamente,
dijo Zhang.
En China, el tratamiento de los desperdicios que genera la población
se inició en la década del 80 del siglo pasado.
Antes de 1990, la tasa de tratamiento de los desechos fue inferior
al 2%, pero 10 años más tarde, 660 plantas lograban
procesar diariamente 210.000 toneladas de basuras en todo el país.
En el último decenio, con el desarrollo independiente y
la introducción de la tecnología avanzada, han aumentado
cada vez más el número de plantas integrales para
el entierro, acumulación de abono y quema de residuos.
De 2000 a 2005, aunque el total de estas industrias decreció
en 181, el volumen de tratamiento ascendió a 46.800 ton.
al día. Debido al rápido aumento de la generación
de desperdicios durante el propio periodo, en todo el país
la tasa de procesamiento descendió del 61% en 2000 al 54%
en la actualidad.
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El Centro de Tratamiento
Integral de Basura de Asuwei es el primer proyecto de energía
del metano en Beijing. |
En los últimos años, la gente ya no queda satisfecha
sólo con el tratamiento inocuo, sino que se dedica a emplear
diversas tecnologías, para transformar la basura en recursos.
Según Guo Weidong, funcionario de la Comisión de
Administración Municipal (CAM) de Beijing, la recogida
por clasificación resulta una premisa importante de incremento
del nivel de utilización de los desperdicios y la inocuidad
y conversión de éstos en recursos.
Zhang Mei, próxima a cumplir 40 años, recordó
que cuando era niña vivía en una casa de un piso
y la basura doméstica incluía sólo cenizas
de carbón, polvo y hojas de verduras. Con el fin de proteger
el ambiente del hutong (callejón), cada atardecer, ella
y sus vecinos, tiraban los desperdicios en un foso, de donde eran
recogidos por la noche. Hace diez años en Beijing se levantaron
numerosos edificios, en los que la gente botaba los desechos a
través de un sistema colector que tenía un hueco
en cada piso del inmueble. En 2003 esos conductos fueron cerrados
por su carácter poco higiénico, y desde entonces
aparecieron basureros de distintos colores en los barrios residenciales
y comenzó a llevarse a cabo la clasificación de
los desperdicios.
Pese a que el 52% de las comunidades de la capital china están
practicando la clasificación de la basura, la cifra total
del país no llega al 10%. Las estadísticas pertinentes
demuestran que cada año aumentan la recolección
de desperdicios reciclables, pero no se logra aprovechar aún
el equivalente a 25.000 millones de yuanes, incluidas 3 millones
de ton. de chatarra de acero y 6 millones de papel, mientras la
tasa de recogida de desperdicios de plástico no llega al
3% y la de caucho es de un 31%.
Reciclaje
Con la sustitución del carbón por el gas natural
para la calefacción y el cambio de los hábitos de
consumo del pueblo, los elementos de los desperdicios reutilizables
aumentan considerablemente. De acuerdo con un funcionario de la
Comisión de Tratamiento de Desechos Urbanos de China, hoy
en día los envases y artículos desechables representan
la mayor parte de los residuos urbanos, que equivalen a más
del 10% del total en cantidad y 30% en volumen, todos recuperables.
En casi todas las oficinas administrativas de Beijing hay puntos
de recogida de papel, el cual, junto con los medios de embalaje
y periódicos, se envía a varias fábricas
para producir el papel reciclado, mientras que las bolsas y botellas
de plástico son tratadas en otras plantas correspondientes.
Ahora Beijing cuenta con 6 fábricas para este fin.
Una tonelada de botellas de plástico necesita 6 ton. de
petróleo para su elaboración y solamente en la capital
se descartan 15 ton. de éstas. En el mercado de acumulación
de desechos de Panjiayuan, en el distrito de Chaoyang, hay un
centro moderno de recogida, pre-tratamiento y embalaje de envases
de plástico, desde donde diariamente se transportan cerca
de 50 ton. de esas materias primas a los talleres de la Compañía
Ltda. de Materiales Reciclados Yingchuang de Beijing, la cual
posee la mayor línea de producción de botellas regeneradas
de Asia, que puede resolver 160 toneladas de recipientes de este
tipo utilizados al día. Después de la selección,
limpieza, desinfección, trituración y fusión,
los pomos se convierten en pedazos de plástico en forma
de crema blanca, que luego son transformados en nuevas botellas.
Yingchuang recibe y trata anualmente 60.000 toneladas de botellas
de plástico utilizadas, lo que representa alrededor del
40% del total recogido en la capital cada año. En opinión
del gerente de la empresa, Zhao Yan, el equipamiento y la tecnología
para el tratamiento de residuos de que disponen han sido certificados
por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.
y el Instituto Internacional de Ciencias de la Vida, como seguros
para producir botellas para alimentos y envases para medicamentos.
Por otra parte, el costo de los recipientes de Yingchuang es un
7% inferior a otros. Coca Cola ya ha decidido comprar 10.000 toneladas
de sus botellas regeneradas al año y utilizarlas como envases
de refrescos.
Los restos de alimentos son otra rica fuente de reciclaje. Según
las estadísticas, el 63% de la basura doméstica
de Beijing es precisamente desperdicios de comida. Cuatro plantas
de tratamiento de residuos alimentarios se han construido en la
capital, con una capacidad de procesamiento diario de 1.200 toneladas
y ya existen unas cuantas patentes chinas dedicadas a convertir
estos restos en fertilizantes orgánicos. Las máquinas
bioquímicas que utilizan las tecnologías físicas
o bioquímicas para su transformación en abono pueden
verse ahora en algunos mercados y restaurantes, pero su costo
de mantenimiento limita su generalización.
Generación de energía
a partir de residuos
Entonces, ¿qué sucede en Beijing con la basura
no clasificada? En primer lugar, es transportada a las estaciones
de desechos cerradas, donde es ordenada por los trabajadores,
antes de ser llevada a los centros de transferencia, para su clasificación
en otras categorías con máquinas. Los soplos se
utilizan para extraer las bolsas de plástico, los imanes
sacan la chatarra y los cedazos de diferentes tamaños separan
los residuos orgánicos que recogen las plantas de fertilizantes.
Los residuos inorgánicos al final de este proceso son enterrados
o quemados.
Con una masiva montaña de basura de 160 millones de toneladas
anuales, el enterramiento higiénico es todavía el
medio más común empleado en China. Sin embargo,
como los precios de la tierra son cada vez más altos, el
coste de este procedimiento también aumenta. La quema,
por ello, ha comenzado a generalizarse.
De acuerdo con Guo Weidong, cinco proyectos de tratamiento de
basura se desarrollaron en Beijing a mediados de la década
del 90 del siglo pasado, con una inversión total de más
de 600 millones de yuanes, que incluye el capital recaudado a
través de préstamos del Banco Mundial y el capital
y equipamiento proporcionados por Alemania. A finales de 2007,
existían 23 instalaciones de procesamiento en Beijing,
entre ellas seis centros de transporte de basura, cuatro plantas
integrales de tratamiento y 13 sitios de enterramiento, con una
capacidad diaria total de 10.350 toneladas, formando un importante
sistema, que en 2004 tenía una tasa de procesamiento de
desperdicios domésticos del 93,8 por ciento y en 2007 cerró
al 99 por ciento. En los suburbios de Beijing, durante el mismo
período, ese nivel pasó del 33,3 por ciento al 76
por ciento.
El Centro de Tratamiento Integral de Basura de Asuwei, en Beijing,
es un proyecto típico, que incluye cuatro rubros principales:
el enterramiento, la creación de fertilizantes, la generación
de electricidad a partir de la incineración y la generación
de energía aprovechando el gas metano. Esta última
entró en funcionamiento formal en mayo de 2007, utilizando
el grupo de generadores Deutz, los más avanzados del mundo,
que pueden ofrecer suficiente energía para 17.000 familias
al año, lo que reduce el consumo de cerca de 10.000 toneladas
de carbón.
Antes de la introducción de la generación eléctrica
a partir del metano, el pantano de gas de la basura enterrada
fue siempre un gran dolor de cabeza para las autoridades de Beijing,
por el daño que el lugar causaba al medio ambiente. El
efecto invernadero del gas es 21 veces mayor que el del dióxido
de carbono y puede ocasionar explosiones, incendios y desprendimientos
de tierra en los vertederos de basura si no se maneja adecuadamente.
Antes que la sustancia fuera aprovechada para la generación
de energía, Asuwei se dedicaba simplemente a las quemas,
causando la contaminación del aire con la emisión
de grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera.
La planta de generación eléctrica ha sido registrada
ahora como un proyecto de control de invernadero bajo el Protocolo
de Kyoto.
Otro problema con el enterramiento de la basura consiste en la
filtración de líquidos, principalmente en las aguas
residuales orgánicas con una composición complicada,
que perjudican en gran medida el medio ambiente y la salud humana.
El laboratorio de investigación sobre el control de la
contaminación y utilización de recursos de la Universidad
de Nanjing ha desarrollado una nueva tecnología de filtración
de las sustancias concentradas y su tratamiento, que ayuda a remover
el contenido orgánico. En el Centro de Tratamiento Integral
de la Basura Asuwei, los líquidos filtrados tratados se
utilizan para la irrigación de las plantas.
Estas variadas tecnologías están ayudando a China
a reducir el apremiante problema de la recogida de basuras y a
reciclar preciosos recursos, muy necesarios para alimentar la
economía en auge de la nación.
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