Juegos en alta definición
Por LEONARDO ANOCETO
RODRÍGUEZ
 |
Para Darío de la Peña,
director de programas de la OTI; la estructura civil y las
obras de Beijing 2008 han sido perfectas. |
Ni por asomo pudo imaginar el barón Pierre de Coubertin
que aquel sueño suyo de revivir los Juegos Olímpicos
de la antigua Grecia, que tomó cuerpo definitivo justo
en la capital helénica, en 1896, llegaría a convertirse
décadas más tarde en el evento más universal
que conozca la humanidad, haciendo realidad uno de sus nobles
ideales, el de unir en una gran competición a los deportistas
de todo el mundo.
Como todos los grandes acontecimientos, el resurgir de los Juegos
atrajo la atención del único medio de comunicación
que existía entonces, la prensa escrita. Televisión
ni siquiera era un término conocido. Si a ello se suma
el incipiente desarrollo de las comunicaciones, no es difícil
creer que varios años después no pocos humanos murieran
sin conocer lo que había ocurrido en Atenas.
Catorce países y 245 atletas participaron en las 43 pruebas
que convocaron los 9 deportes contemplados en el programa de la
primera cita estival de la era moderna. Ciento doce años
después, en Beijing 2008 las cifras son asombrosas, 204
naciones, 10.500 deportistas, 28 deportes y 302 pruebas, a los
que se suman un número de espectadores sin precedentes,
4.000 millones en todo el planeta, gracias al desarrollo de medios
de comunicación como Internet y la televisión, un
invento que hizo su debut en los Juegos Olímpicos un año
antes del deceso de Coubertin, cuando en Berlín 1936 se
trasmitieron, sólo para Alemania.
Hubo presencia de cámaras y coberturas televisivas en
las ediciones siguientes, al retomarse los Juegos después
de la II Guerra Mundial, pero fue Tokio 1960 la ciudad que marcó
el verdadero estreno del medio en las magnas citas deportivas
cuatrienales, al llevar su señal a 20 países y permitir
que 600 millones de personas pudieran ver algunas de las actuaciones
deportivas más relevantes.
Desde entonces el maridaje Televisión-Juegos Olímpicos
parece eternizado por aquello de hasta que la muerte nos
separe y más allá de las suculentas e incuestionables
facturas económicas, hace años en alza sostenida,
que suponen para uno y otro las magnas reuniones deportivas veraniegas,
así como su versión de invierno, resulta impensable
que cada cuatro años no tengamos en nuestros receptores
las imágenes de las cada vez más impresionantes
ceremonias de apertura y clausura y 24 horas ininterrumpidas de
deportes.
Gracias a las trasmisiones televisivas, que en cada edición
cuatrienal hacen un alarde de lo más novedoso en lo que
a tecnología se refiere, miles de millones de personas
en los más remotos confines de la Tierra pueden disfrutar
de las actuaciones de los principales atletas de cada país,
conocer nuevos ídolos, contemplar y aprender sobre algunas
disciplinas que generalmente reciben una escasa atención
de los medios y enriquecer su cultura deportiva.
Con estos y otros fines, desde los Juegos Olímpicos de
Munich 1972, la Organización de Telecomunicaciones Iberoamericana
(OTI) forma un equipo de profesionales para hacer llegar la mayor
cantidad de horas posibles del evento a las televisoras de sus
24 países asociados de América y Europa. Esas experiencias
las ha vivido en las últimas tres décadas el español
Darío de la Peña, director de programas del organismo,
que desde Argentina78 no pierde detalles de las copas del
Mundo de Fútbol, Juegos Panamericanos y Juegos Olímpicos.
China hoy: ¿A qué cantidad de espectadores llega
la señal de la OTI en estos Juegos Olímpicos?
Darío de la Peña: Habría que revisar
estadísticas, pero consideramos que llega al 90 por ciento
de la población de América Latina y a gran parte
de donde se habla español en Estados Unidos.
Ch: Desde Berlín 1936 a la fecha, el salto tecnológico
de la televisión es enorme. En cada gran evento de este
tipo sus adelantos nos sorprenden un poco más. ¿Cómo
ve usted la televisión futura con la llegada de la era
digital al medio?
 |
Parte del Grupo Operacional
de OTI en Beijing. |
DP: Ser adivino es difícil, porque a lo largo del
tiempo que he sido profesional de la televisión, la historia
me ha enseñado que han sucedido cosas que pensamos nos
iban a cambiar el panorama dramáticamente y no ha sido
así. Por ejemplo, la aparición del cable. Decíamos
que con él la televisión abierta desaparecería
y todo se ha ido acoplando y encontrando su nicho para desarrollarse.
La televisión abierta está quizás más
fuerte que nunca y lo que hay ahora es una oferta de servicios
enorme, casi impensable.
¿Qué va a pasar
? Siempre se pensó
que la televisión acababa con la radio y la radio es más
importante cada día. Piensas que la televisión por
Internet es el futuro y yo no lo tengo muy claro. Quizás
el medio de transmisión sí nos ha cambiado. Por
ejemplo, aquí en Beijing es donde primero veo que se hace
un uso masivo del envío de imágenes por Internet,
no sólo del vídeo, sino de pequeños reportajes,
con un carácter profesional, en segmentos pequeños,
tipo noticias.
Ch: Parece indisoluble ya la relación Televisión-Juegos
Olímpicos y en el plano económico da la impresión
que cada uno es indispensable para el otro. ¿Cómo
ve usted esta relación?
DP: Es más indispensable para los Juegos Olímpicos
que para la televisión. Nos pasa una cosa curiosa. Quitando
Beijing, los Juegos Olímpicos no despiertan un interés
prematuro enorme. En cambio, en una Copa del Mundo, en nuestra
región se está hablando tres años antes de
quien clasifica y demás. Con los Juegos Olímpicos
no sucede eso, sino que diez días antes, cuando ya están
en las pantallas, es que hay una gran eclosión y el público
los sigue. Si los Juegos Olímpicos se olvidan de la televisión
van a sufrir mucho. Es el único medio que puede darles
la difusión que necesitan y si empiezan a salir de la televisión
gratuita o abierta, van a correr un gran riesgo.
Imaginemos que de repente los Juegos Olímpicos de Londres,
cuyos derechos ya están vendidos, tienen que ir en televisión
de pago, que a ti te interesa el atletismo y contratas una televisión
por cable y pagas no sé cuánto para ver solo el
atletismo, el voleibol
Desde mi punto de vista, eso sería
un palo enorme, un desastre para los Juegos, porque el público
sigue ciertos deportes porque son populares, por los motivos que
sean. Pero qué cantidad de espectadores estarían
interesados en otros deportes. En cambio, si los tenemos en la
televisión abierta los vemos, aprendemos sobre ellos y
nos interesamos.
Nosotros ponemos trasmisiones en vivo de esgrima, tiro con arco...
¿A quién le interesan esos deportes? Sin embargo,
esa es la difusión. La gente tiene que ver esos deportes
por lo menos una vez cada cuatro años, para conocerlos,
y a lo mejor se aficiona, en especial la juventud, ese es el objetivo.
Ch: Las exigencias de la televisión condicionan cada
vez más los programas de competencias y hasta las reglas
de algunos deportes, como sucedió en estos Juegos con la
natación o el béisbol, por ejemplo. ¿Qué
piensa usted de esta influencia?
DP: Sí, hay una influencia con un motivo evidentemente
económico, pero yo diría que es un motivo sano lo
que se busca. Lo que se pretendió en este caso es que hubiera
una mayor cantidad de público viendo la natación,
que para los Estados Unidos es muy importante y en el horario
para el que estaba programada no se iba a ver no solo en Estados
Unidos, sino en toda América, que tiene también
grandes nadadores.
La televisión influye en que intenta que las competencias
de mayor interés sean en un horario que puedan tener un
público. Pagan mucho dinero. Los Estados Unidos pagan muchísimo
dinero por eso y tiene razón en no poner las principales
pruebas a las cinco de la mañana de su país. Yo
creo que eso no altera al deporte en general. No veo que en los
Juegos Olímpicos de Beijing, hasta hoy, haya una presión
de la publicidad sobre el evento. Me parece que se mantiene una
frontera muy clara y muy buena. La publicidad y los sponsors apoyan
los Juegos Olímpicos, pero no ahogan la competición,
y la televisión es exigente en darlo de la mejor forma
posible y en el mejor horario.
Nos tenemos que poner de acuerdo todas las regiones. Ese es un
reto también.
Se ha dado un paso bastante bueno, pienso. Antes los Juegos eran
transmisión de deportes, transmisión de deportes
Ahora es, sobre todo en Beijing, transmisión de deportes
y enseñar China, un país que para el mundo occidental
es mágico, exótico y menos conocido que otras regiones.
Hay mucha curiosidad por todo, por las costumbres, el folclor,
la vida política
La gente sigue con atención
no sólo el deporte. Es una difusión para China impresionante.
Ch: Se dice que el costo de las trasmisiones de televisión
aumenta un 40 por ciento de unos Juegos a otros, lo que aleja
cada vez más las posibilidades de los países pequeños
de hacer sus propias coberturas. ¿Qué podrán
hacer esas naciones o las pequeñas cadenas de televisión
en los próximos Juegos?
DP: Las uniones similares a la OTI en Europa, Asia, África
y los países árabes, compramos los derechos con
la obligación de difundir los Juegos. Las únicas
excepciones son Estados Unidos y Japón, pues su poderío
económico va más allá de sus propias uniones
y compran los derechos directamente.
Nosotros lanzamos desde aquí cinco canales de televisión
y parte de nuestro trabajo es que tenemos hasta 25 señales
simultáneas de los Juegos, en un día. Lo que hacemos
es una primera selección, de acuerdo al interés
de nuestros asociados, y por cinco canales les enviamos cinco
señales simultáneas, que les permiten recibir unas
60 horas diarias de transmisión sin costo alguno. Trabajamos
para todos y garantizamos que los países chiquitos tengan
la misma cobertura que los grandes.
Ch: ¿Cubrió Beijing las expectativas que se
habían creado en torno a la organización en el caso
de las trasmisiones de televisión?
DP: En líneas generales sí. Ha sido muy
laborioso y complicado. La estructura civil y las obras han ido
perfectas. Hemos estado viniendo cada año una vez y hemos
visto cómo ha crecido todo y cómo lo han ido haciendo.
No teníamos ninguna duda. Sabíamos que las instalaciones
iban a estar bien. La logística ha sido un poco complicada.
Yo creo que es un poco por la organización social de China,
donde está todo muy centralizado. No soy un experto en
China, pero me da la impresión de que las decisiones se
toman de forma muy centralizada y tardan. La transmisión
es muy buena, a través de una empresa del Comité
Olímpico Internacional, que es la que ha hecho las trasmisiones
de Atenas y Sydney.
Ch: Tras conocerse algunos detalles de la ceremonia de inauguración
de los Juegos Olímpicos de Beijing, se generó una
polémica en algunos medios de comunicación. Los
que defienden a los organizadores de la gala argumentan, entre
otras razones, que fueron decisiones que respondieron a los parámetros
de estética que rigen la televisión. Otros en cambio,
criticaron duramente estos trucos y dijeron sentirse
engañados. ¿Cuál es su criterio
como profesional de la televisión?
DP: Yo estoy con los primeros. La televisión es
muy, muy sensible y si tienes que trucar de alguna forma los fuegos
artificiales, para que te salga mejor en la televisión
y que lo vean 3.000 millones de personas, no estás engañando
a nadie. Si ellos quieren cambiar a la niña por algún
motivo, pues me dará pena la otra. Que intervenga una estrella
u otra, una niña u otra es una decisión de los chinos.
Con qué criterio lo hacen, no lo sé. ¿Cuántas
mujeres hermosas habrás visto anunciar noticieros sin una
gran capacidad, sin ser un gran valor, en lugar de otra mujer,
que se expresa muy bien, pero es menos agraciada. En la televisión,
desde el punto de vista de la estética, como espectadores,
lo hacemos todos los días.
Ch: Televisión y Juegos Olímpicos, ¿negocio
redondo?
DP: La televisión se queja de que no es un negocio
redondo. La televisión piensa, por lo menos nuestra televisión,
que no tiene un beneficio económico razonable por la inversión
que hace, pero por contra está segurísima de que
los Juegos Olímpicos dan tal prestigio y son tan importantes
que hay que hacerlo, aun a costa de cualquier sacrificio razonable.
¿Es negocio en dinero? Según dicen nuestras empresas
no. ¿Es negocio en audiencia? Sí. A veces el que
tiene los Olímpicos tiene uno de los grandes eventos del
mundo, le dan prestigio.
También tenemos que pensar que las empresas de televisión
tienden a decir que todo les cuesta mucho y ganan poco dinero,
lo cual tampoco es cierto. Estoy seguro que gestionándolo
bien, económicamente es rentable.
Equipo
multinacional |
 |
Tecnológicamente
es appreciable el salto cualitativo entre Atenas 2004
y Beijing 2008, afirmó Roberto González,
coordinador de trasmisiones del Grupo Operacional OTI. |
El Grupo Operacional de la OTI es un equipo multinacional.
Se integra a partir de especialistas de distintas televisiones
miembros de la organización e incluye ingenieros,
editores, técnicos y locutores de Chile, Argentina,
Brasil, Uruguay, España, Cuba y otro personal de
apoyo de México, donde está la sede del gremio,
explicó a China hoy Roberto González, coordinador
de trasmisiones del Grupo Operacional.
Son más de 80 los países que reciben nuestra
señal, precisó y agregó que si bien
a los Juegos vienen las grandes televisoras del continente,
la mayoría de los más de 90 socios de la OTI
se queda en América y con estas cuatro señales
arman su programación diaria. Es un trabajo que se
ha ido consolidando. Al referirse a las facilidades creadas
por Beijing 2008 para las trasmisiones de estos Juegos,
González señaló que evidentemente todo
se preparó con mucha seriedad. El aseguramiento para
la prensa radial y televisiva ha sido excelente. Beijing
Olimpic Broadcasting (BOB), que da los servicios de televisión
de todos los eventos y nos hace llegar la señal de
todos los estadios, ha trabajado con mucha eficiencia y
mucho detalle, para que no falle absolutamente nada.
En estos Juegos, añadió, se ha empleado un
equipamiento técnico nuevo, son los primeros producidos
y trasmitidos totalmente en alta definición.
De Iberoamérica todas las repercusiones han sido
positivas y aquí no hemos tenido dificultades para
trabajar. Tecnológicamente es apreciable el salto
cualitativo entre Atenas 2004 y Beijing 2008. La calidad
de la señal es muy superior y el equipamiento de
apoyo también ha permitido que la calidad de la transmisión
supere la de cualquier otro evento anterior. Desde que se
origina en el estadio, la señal transita miles de
kilómetros hasta llegar a América, pero la
tecnología que se ha empleado ha permitido que la
calidad no pierda prácticamente nada.
|
Voces
de OTI |
 |
Carlos A. Hernández
Luján, periodista y comentarista de Cubavisión
Internacional, durante la locución del certamen
de regata en la ciudad de Qingdao |
Para Carlos Alberto Hernández Luján, periodista
y comentarista deportivo de Cubavisión Internacional,
esta ha sido su primera experiencia con la OTI y también
sus primeros Juegos Olímpicos, lo que considera un
reto profesional fuerte, porque tienes que ocuparte
de cualquiera de los 28 deportes que integran el programa
olímpico. Puedes narrar un partido de voleibol y
a continuación gimnasia artística y natación,
o al otro día tenis de campo, béisbol o fútbol,
lo que te obliga a tener un dominio de todas las disciplinas,
tener antecedentes, saber cuáles son las principales
figuras en cada deporte, campeones olímpicos, campeones
del mundo, los mejores equipos, reglamentos, tiempos, resultados...
Es difícil manejar bien cada deporte y es un reto
importante para cualquiera.
Trasmitimos los diferentes eventos donde participan atletas
de Iberoamérica. Las jornadas son largas. Pueden
comenzar sobre las 8:30-9:00 de la mañana y extenderse
hasta más allá de la media noche, porque a
esto se suman los cuatro resúmenes OTI que se hacen
durante el día, el último de ellos de una
hora y media, al final de la jornada, precisó.
En su opinión, los Juegos han estado bien organizados
y las facilidades para las conexiones con las distintas
instalaciones, la base de datos con las estadísticas
de cada deporte, medallistas por Juegos Olímpicos,
campeonatos mundiales, recordistas olímpicos y mundiales,
historia de los deportes, reglamentos... Cuando te sientas
ante las computadoras del Centro de Prensa o el IBC, encuentras
información suficiente para trabajar.
|
|