Tíbet y Sichuan, corazón con corazón

Por JIN ZHONG

Ccampesinos y pastores tibetanos de la ciudad de Hezuo, en la prefectura de Gannan, hacen donaciones generosas a las áreas golpeadas por el terremoto.

Poco después del terremoto del 12 de mayo pasado en Wenchuan, en la región autónoma del Tíbet se pudo contemplar la emocionante escena en la que todo el pueblo acudió a donar dinero y materiales a los damnificados. Cuadros institucionales, empleados, obreros, campesinos, pastores y hasta los que viven de la asistencia social tendieron su mano para ofrecer amor y solidaridad a las víctimas.

Los militantes tibetanos del Partido Comunista de China (PCCh) entregaron su cuota especial para las labores de rescate. Con rezos, oraciones y donativos, los monjes expresaron sus sentimientos confraternales hacia los afectados de la tragedia.

Transmisión de solicitud

En la Casa de Ancianos de Lhasa, las personas de avanzada edad disfrutaban del almuerzo mientras veían la transmisión por televisión sobre el rescate en la zona afectada por el terremoto. “¡Hagamos una donación!”, recomendó alguien e inmediatamente encontró eco entre todos. En varios minutos se reunieron más de mil yuanes. “Somos ancianos viudos, sin familia. Ya recibimos demasiada atención de la sociedad y en este momento debemos contribuir con nuestras fuerzas para compartir la preocupación con la patria”, agregó Degyi, de 66 años.

El tractor de carga de Drolma está listo para llevar 50.000 yuanes en ropas a los afectados. Tibetanos transportan ropa desde la ciudad de Hezuo, para ayudar a las áreas golpeadas por el terremoto.

Cada día posterior a la tragedia, escenas similares se pudieron apreciar en todos los rincones del Tíbet. Tainzin, un minusválido que vive en el distrito tibetano de Damxung, acudió al punto de donación a 10 Km. de distancia. Excepto la garantía del Gobierno, él no tiene ningún otro ingreso. No obstante, donó 200 yuanes, suma equivalente a los gastos suyos de un mes. “Al ver las imágenes trágicas del terremoto y escuchar el discurso del premier, Wen Jiabao, muchas veces no pude contener las lágrimas. Antes siempre fui yo quien recibió ayuda ajena, pero hoy he podido ayudar a los demás, aunque mi fuerza es mínima”, expresó.

Kunsang Dromla organiza a la población para empacar la ayuda.

La aldea de Zhongdaxianggeri del distrito de Yushu, Qinghai, tiene un nivel económico retrasado y está casi aislada del mundo. Allí no hay señales de televisión y existe un sólo camino de tierra para entrar o salir. Cuando un aldeano fue a Shanghai por motivos laborales, el 17 de mayo, y se enteró del terremoto de Sichuan, que dejó decenas de miles de muertos, avisó primero al templo budista de su pueblo natal, donde sus 230 lamas, además de donar dinero, salieron inmediatamente a recabar más fondos. En dos días recaudaron 73.454 yuanes, que cargaron a la cuenta benéfica que un sitio web abrió para la zona damnificada por el sismo. Al día siguiente, un aldeano encargado por los lamas, emprendió por la madrugada una caminata de más de dos horas hasta la oficina postal del distrito y envió el dinero.

Amor en el camino

Del 19 al 24 de mayo, un grupo de camioneros, compuesto por chóferes tibetanos, hans y huis, con 40 autos privados y colectivos de la prefectura de Gannan, transportó más de 2.000 damnificados a lugares seguros. Los primeros transportistas que llegaron al epicentro, a partir del 22 de mayo, partieron de Wenchuan hacia otros distritos de Sichuan y la capital provincial de Gansu, Lanzhou y contaron que en sus recorridos sintieron muchas réplicas.

Miembros de la comunidad religiosa de la prefectura de Gannan, en la región autónoma del Tíbet, acudieron con gran disposición a donar dinero.

A las pocas horas de la catástrofe, 11 empresas farmacéuticas tibetanas otorgaron a la zona afectada 28 tipos de medicamentos, valorados en 3,4 millones de yuanes, que fueron cargados en el primer tren especial rumbo a Sichuan. El donativo incluía, principalmente, fármacos tradicionales tibetanos que sirven para el uso externo, problemas respiratorios y tracto-digestivos y antibióticos, todos muy necesarios en la zona afectada por el terremoto. La Administración Regional de Supervisión de Medicamentos estableció un estricto examen y supervisión de estos medicamentos y exigió que todos distasen por lo menos 6 meses de la fecha de caducidad.

A las 11:00 del 18 de mayo, el municipio de Lhasa comenzó a recibir el material donado por las instituciones y entidades. En la bodega de la Estación Oeste del Ferrocarril, un montón de botellas de agua atrajeron la atención. “Esta es la segunda vez que nuestra empresa envía agua embotellada a las zonas afectadas. En total hemos entregado 30.000 cajas recién salidas de la fábrica, valoradas en más de 4,53 millones de yuanes. Es nuestro mayor deseo hacer algo por el área del desastre”, manifestó el encargado de la embotelladora.

Militantes comunistas ante el desastre

Cuando se enteró por el Diario del Tíbet que se aceptaba la entrega de la “cuota especial de los miembros del Partido”. Yangzom, ex subdirectora de la Escuela del Partido del Comité Regional de Lhasa del PCCh, no tardó en entregar 1.200 yuanes a la representación municipal de la organización y se convirtió en la primera en hacerlo. Previamente, ella había donado otros 1.000 yuanes a la zona siniestrada.

“Si fuera 10 ó 20 años más joven, exigiría ir a la zona afectada a ayudar en las labores de rescate. Cada vez que el Tíbet afrontó dificultades, las provincias del resto del país nos dieron su apoyo oportuno. Como vecinos, en su desarrollo regional, el Tíbet siempre ha contado con el fuerte respaldo de la provincia de Sichuan. Tengo familiares que contrajeron matrimonio con sichuaneses. Por eso, después del terremoto de Wenchuan, experimentamos la misma amargura y ansiedad que los residentes en esa provincia”, comentó la jubilada.

Igual que Yangzom, Locog, un militante veterano y ex director del Comité Permanente de la Asamblea Popular del distrito de Baqing, acababa de salir del hospital y, ayudado por sus familiares, acudió al departamento de organización del Partido en Nagqu para entregar 10.000 yuanes de la cuota especial. “He vivido personalmente dos sistemas sociales muy diferentes. No habría Tíbet actual sin el Partido Comunista. En el viejo Tíbet llevábamos una vida con problemas para alimentarnos y vestirnos, hasta no tener donde ampararnos. Lo único que hacíamos era laborar para el dueño. Fue el Partido Comunista el que nos salvó de esa vida y en este momento, en que la organización y el pueblo afectado nos necesitan, como un viejo miembro, con más de 30 años de militancia, debo cumplir mi obligación y doy mi fuerza limitada”.

Ritos religiosos para los difuntos

El 21 de mayo, en el Templo de los Lamas de Beijing se celebró una plegaria por la salvación de las almas de los fallecidos en este desastre, presidido por el XI Panchen Erdeni Gyaincain Norbu.

Como actividad importante de la Secta Gelug del budismo tibetano, el rito se dedicó a rezar por la paz mundial, el alejamiento y eliminación de los desastres y el beneficio de todos los seres del universo. Durante más de una hora, el XI Panchen recitó personalmente sutras budistas para salvar las almas de los muertos y bendecir a los vivos.

Después del terremoto de Wenchuan, además de los tres templos más importantes de Lhasa, los templos de otras localidades tibetanas también organizaron cultos y oraron por la zona damnificada. “Las donaciones y los ruegos religiosos realizados por los lamas tibetanos representan no sólo la exigencia budista de la bondad y la benevolencia, sino también el profundo sentimiento familiar entre los tibetanos y los hans”, dijo el buda viviente Zhukang Tukedeng, director de la sucursal tibetana de la Asociación Budista de China.

Dirección: Calle Baiwanzhuang 24#, Beijing, 100037, China
Fax : 86-10-68328338
Sitio Web : http://www.chinatoday.com.cn
E-mail: chinahoyes@yahoo.com.es
---------chinahoylm@yahoo.com.mx
Todos los derechos reservados: China Hoy