Manos aliadas ante el terremoto

Por ZENG PING y ZHANG HONG

Ayuda de la Cruz Roja alemana embarcada en un avión de carga en Berlín, el 22 de mayo.

El 14 de mayo, en Beichuan, ciudad de Mianyang, el primer ministro de China, Wen Jiabao se encontró inesperadamente con un grupo de extranjeros. “¿Son ustedes turistas?” preguntó el premier. “Venimos a ayudar” respondió en chino no muy fluido uno de sus interlocutores. “¿De qué país son?”, indagó el dignatario. “De la Heart To Heart International (Corazón a Corazón Internacional), de Estados Unidos”, agregó el extranjero. Esa misma noche, millones de chinos vieron la escena por televisión.

Quien había conversado con el primer ministro era Brian Robinson, representante jefe de Heart To Heart International en China, quien ha pasado los últimos 10 años en Chengdu, capital provincial de Sichuan, donde es conocido como Sun Bai´an, su nombre chino. El propio día del encuentro había acudido a Beichuan al frente de un grupo de 16 estadounidenses en tres coches, incluidas una camioneta y una ambulancia.

“Fue el sentido de la responsabilidad el que me trajo hasta aquí”. En la tarde del 12 de mayo, cuando la tierra comenzó a temblar fuertemente, Sun Bai´an corrió del edificio a la calle, igual que otros habitantes chengduneses. Enseguida empezó a establecer contacto con la Cruz Roja de la ciudad y rápidamente organizó el primer grupo de socorro de una Organización No Gubernamental (ONG) que entró en la zona damnificada por el terremoto.

En su recorrido hacia Beichuan, debido a los cortes que habían sufrido ya las carreteras, su equipo se vio obligado a dar muchas vueltas para llevar el material médico que transportaba hasta el lugar del desastre.

Médicos rusos examinan a una mujer herida con una máquina portátil de rayos X..

Reaccionar inmediatamente y prestar auxilio son características propias de Heart To Heart International. Dos días después del seísmo, dos grupos de esa organización humanitaria, fundada en París en 1971 y compuesta por médicos de diferentes nacionalidades, llegaron al área afectada para realizar una evaluación de los daños. Una vez hecho el dictamen preliminar comenzaron su accionar: transportar los materiales y enviar los voluntarios.

Las mantas, lonas y bolsas higiénicas (contienen jabón, jofaina, toalla, pasta dental, etc.) de Heart To Heart… resolvieron las necesidades básicas de muchos sobrevivientes de la catástrofe. En aspectos como el suministro de material, asistencia médica y servicios de socorro, los voluntarios de la ONG poseen una rica experiencia, aunque algunos de ellos ya estaban muy extenuados, debido a los trabajos de rescate en los que días antes habían participado, tras el huracán que azotó Myanmar.

Ayuda de la comunidad internacional

Tras el terremoto, llegaron las condolencias de los gobiernos de diferentes países y la ayuda para las labores de rescate. "Los pensamientos y oraciones del pueblo estadounidense están con el pueblo chino, en especial con los afectados directamente”, expresó el presidente estadounidense George W Bush. Los embajadores extranjeros acreditados en Beijing acudieron al acto de condolencias en el Ministerio de Relaciones Exteriores.

El rey de Arabia Saudita, Abdu-llah Bin Abdul-Aziz, decidió brindar a China 50 millones de dólares en efectivo y 10 millones de materiales necesarios, la cifra más alta que recibió el país de un solo donante. El 16 de mayo Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, anunció la decisión de su organismo de utilizar el fondo central de emergencia para apoyar los trabajos de rescate en Sichuan.

Los primeros medios de un ejército extranjero, valorados en 700.000 dólares, arribaron al país el 18 de mayo, provenientes de las fuerzas armadas de Estados Unidos. Hasta 20 de mayo, un total de 166 países y 30 organizaciones internacionales enviaron a China sus condolencias y ayuda y la Cruz Roja nacional recibió más de 20 donaciones provenientes de la Cruz Roja de EE.UU., UE, Inglaterra, Alemania, Italia, Japón y Australia, entre otras naciones.

En pocos días, gran cantidad de ayuda humanitaria internacional entró en el área damnificada, en la que aparecían tiendas de campaña, mantas, impermeables, utensilios para cocinar y equipamiento médico de Francia, Rusia, Japón, República de Corea, etc. Cuando se supo que el daño producido por el terremoto resultó más grave que lo imaginado en un principio, muchos gobiernos incrementaron sus donaciones. Al mismo tiempo, la aduana china adoptó las medidas necesarias para que los materiales enviados al país fueran introducidos con rapidez en las zonas necesitadas.

Al tercer día del terremoto, el Gobierno anunció que aceptaba la participación de rescatadores profesionales de Rusia, Japón, República de Corea y Singapur en los trabajos de búsqueda y rescate de las víctimas. Hasta el 21 de mayo, 255 especialistas en estas labores, concentrados en 10 grupos de Rusia, Japón, República de Corea, Singapur, Holanda, Taiwan y Hong Kong, se empeñaban en localizar a los sobrevivientes.

Rescatadores japoneses trabajan en un lugar fuertemente afectado de Beichuan.

En un principio, los daños ocasionados por el fenómeno a las vías de comunicación y la telefonía, así como las inestables condiciones meteorológicas, impedían a los rescatadores extranjeros llegar a la zona afectada por el sismo. El día 15, teniendo en cuenta su cercanía, el Gobierno chino concedió primero el permiso de entrada a los grupos de rescate de Japón, Rusia, República de Corea y Singapur.

Compuesto por 60 personas, el equipo nipón llegó dos veces al área damnificada, convirtiéndose en el primer grupo extranjero que accedió al epicentro y el primero que entró en el país desde la fundación de la República Popular China. Los miembros del grupo eran expertos adiestrados, seleccionados de entre 4.000 colegas. No pocos de ellos asistieron al rescate de los terremotos de Kobe e Irán y el maremoto de Indonesia.

En el distrito de Qingchuan, los rescatadores, vestidos con uniformes de color naranja y azul y dotados del equipamiento necesario realizaron la búsqueda en un edificio de viviendas que quedó totalmente destruido. Cuando excavaron, descubrieron entre los escombros los cuerpos de una madre joven y su hija, de sólo 75 días nacida, a la que tenía abrazada. Los socorristas japoneses formaron en dos filas, levantaron sus manos y guardaron silencio en homenaje a las fallecidas.

Después de enviar a China 4 vuelos con 120 toneladas de ayuda, Rusia movilizó un equipo de rescate de 50 personas, que funcionó rápidamente y en corto tiempo salvó a una mujer.

En el poblado Yinghua, ciudad de Shifang, una fábrica química destruida se convirtió en el “campo de combate” del grupo de rescate de la República de Corea. “Sentimos un profundo terror al ver las escenas después del terremoto”, expresó el jefe del equipo que extrajo 17 cadáveres de entre los escombros.

Para consolarlos, sus hombres dieron en todo momento prioridad a la búsqueda en los lugares que les indicaban ellos, muy tristes al ver los cuerpos sin vida de sus seres queridos. Algunos lloraban, otros se desmayaron y otros quedaron aturdidos, lo que nos permitió conocer mejor la magnitud de la tragedia, subrayó. “Cada país puede encontrar calamidades naturales, pero es muy raro que un Estado se dedique al rescate tan rápida y unidamente como China. Con un Gobierno tan eficiente y un pueblo tan valiente, confiamos en que pronto los hogares caídos volverán a levantarse”.

El jefe del equipo de rescate de Hong kong ofrece una breve información sobre el progreso de su trabajo.

Al lado de una escuela primaria de Shifang se extiende un bosque de tiendas, donde se ubica el Centro de Dirección del Rescate. En una cuesta montañosa cercana está el campamento del grupo de rescate de Singapur. Es un equipo formado por 55 personas, entre las que hay ingenieros, técnicos y enfermeras, además de 4 perros. En el centro de dirección, un mapa mostraba los 16 sitios en los que realizarían su búsqueda e investigación. Divididos en cuatro unidades, localizaron 5 cadáveres.

Para ganar tiempo, los rescatadores siempre preguntaban detalladamente a los sobrevivientes la posible ubicación de las personas atrapadas. “Cada día apreciamos escenas llenas de tristeza y lágrima, pero al mismo tiempo quedamos conmovidos y estimulados por la voluntad firme y solidaria de la población china”, declaró Huang Haoquan.

China ha participado en trabajos de rescate internacional tras los terremotos de Argelia, Irán, Pakistán e Indonesia, así como el maremoto de Indonesia. También ha establecido relaciones de cooperación estrecha con muchos gobiernos, instituciones de la ONU, organizaciones regionales y no gubernamentales. Sin embargo, esta fue la primera vez que se vio obligada a aceptar y recibir la participación de los expertos extranjeros en salvamento desde 1949.

Médicos extranjeros en la zona afectada

El primer grupo de médicos que llegó al área del desastre fue el de Rusia, que trajo consigo un hospital de campaña. Pocos días después del terremoto, China accedió a aceptar los grupos sanitarios de otros países y a partir del 20 de mayo arribaron consecutivamente a Sichuan los de Japón, Italia, Alemania…

El 21 de mayo se terminó la instalación del hospital de campaña ruso, situado en la sede de una escuela. El centro asistencial comprende varias decenas de tiendas inflables enormes, que sirven como salas de operación, examen, salones y reserva de utensilios, donde se pueden realizar una operación de emergencia y otras 4 simultáneamente, atender 300 enfermos y disponer 25 camas para los heridos.

Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, visitó el poblado Yingxiu, distrito de Wenchuan, el 24 de mayo.

En el área de examen, un médico ruso revisa con una máquina de rayos X portátil la herida en el tobillo de una niña. La chica se muestra muy nerviosa y pregunta al doctor si perderá su pierna y nunca podrá correr. A través del traductor a su lado, el médico le consoló con una sonrisa: “Hija mía, no te preocupes, tu herida no es nada grave. Pronto podrás correr y saltar como un cervatillo”.

Durante el mes de mayo, en Chengdu hace bastante calor y humedad. Bastan 10 minutos dentro de la tienda para comenzar a sudar. El detalle del grupo ruso de llevar consigo 10 ventiladores de pie hace reconocer que la tropa merece ciertamente el título de Ejército de Acción Rápida.

El mismo día arribó también el grupo japonés, que trajo 5 toneladas de material de auxilio, incluyendo una máquina portátil de rayos X y otra para los análisis de sangre, muy necesitadas en las zonas damnificadas.

Italia, entre los primeros Estados que ofreció ayuda a China, envió un hospital ambulante y puso a disposición del gigante asiático 16 médicos, después de donar un millón de euros en efectivo y materiales por valor de 1,5 millones de euros.

Además un hospital ambulante brindado, que permitía ofrecer servicio a 250.000 personas, Alemania también proporcionó a China especialistas que trabajaron en la zona azotada por el terremoto.

De lo cerrado a lo abierto

En 1976 el terremoto que tuvo lugar en la ciudad de Tangshan dejó un saldo de más de 240.000 muertos. Bajo la atmósfera política de entonces, China decidió salvarse “basada en propio esfuerzo”, rechazando con cortesía la asistencia extranjera. Pero limitada por las condiciones económicas y técnicas, las labores de socorro se hicieron difíciles y no resultaron muy eficientes.

El terremoto de Wenchuan, sucedido el 12 de mayo de este año, tuvo un radio y grado más destructor que el de Tangshan, por lo que se convirtió en el más grave en la historia de la Nueva China.

“Hace 32 años el país no aceptó la asistencia internacional, debido al trasfondo político de la Guerra Fría. En los 30 años de Reforma y Apertura, nuestra nación ha venido siendo cada día más abierta y la ideología y pensamiento de las personas también se han transformado mucho”, subrayó Qian Gang, autor del reportaje “Gran Terremoto de Tangshan”.

En realidad, en 1980, sólo cuatro años después de aquella tragedia, cuando la nación padeció una grave inundación y sequía, el Gobierno expresó prudentemente su solicitud de asistencia extranjera, lo que provocó una enorme sorpresa, inesperada para los medios de prensa foráneos.

“Los grupos de rescate extranjeros, con una rica experiencia, son muy oportunos y necesarios en las zonas de desastre. Tomar una actitud de apertura ante la asistencia internacional muestra la postura de China de poner la vida humana por encima de todo”, explicó Jia Qingguo, subdirector del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Beijing.

En los últimos años el país también envió sus grupos profesionales de rescate a los países que padecieron desastres naturales, como Indonesia, Pakistán, Argelia y Turquía, entre otros.

La participación de China en las acciones humanitarias de la comunidad internacional evidencian la profundidad de la apertura del país y esta vez, la aceptación de la asistencia extranjera testifica la perfección del sistema nacional de emergencia.

“Frente a las calamidades naturales, el mundo se convierte en una gran familia. Como miembro de esa familia, cada país debe jugar plenamente su prioridad y tener en cuenta sus ventajas, para ayudar a otros”, concluyó Shen Jiru, miembro de la Academia de Ciencias Sociales de China.

Asistencia internacional que China ha recibido en los últimos años:

En el verano de 1998, durante las inundaciones simultáneas de los ríos Yangtsé, Songhua y Nenjiang, más de cien millones de personas quedaron afectadas. Japón, Francia, Tailandia, Inglaterra y otros países otorgaron a China una ayuda superior a los 1.000 millones de yuanes.

Entre la primavera y el verano de 2003, estalló en el país la epidemia del SARS. Hasta principios de junio de ese año, China recibió unos 38.02 millones de dólares de parte de las instituciones y gobiernos extranjeros.

A principios de 2008, el sur de China sufrió las consecuencias de las graves nevadas. Singapur, Malasia, Japón, República de Mongolia, EE.UU., Siria y otros países brindaron asistencia en efectivo o material.

Dirección: Calle Baiwanzhuang 24#, Beijing, 100037, China
Fax : 86-10-68328338
Sitio Web : http://www.chinatoday.com.cn
E-mail: chinahoyes@yahoo.com.es
---------chinahoylm@yahoo.com.mx
Todos los derechos reservados: China Hoy