Taiwan,
luego de las elecciones
generales
Por WU JIANMIN
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*Wu Jianmin:
Rector
de la Universidad de Relaciones Exteriores de China, subdirector
de la Comisión de Asuntos Exteriores y subsecretario
general y vocero del Comité Nacional de la Conferencia
Consultiva Política del Pueblo Chino.
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El 22 de marzo pasado se efectuaron las elecciones generales
de la región de Taiwan, en las que Ma Ying-jeou y Vincent
C. Sien fueron elegidos como presidentes de la región por
una mayoría aplastante. Los resultados de estas elecciones,
que atrajeron la atención de la comunidad internacional,
muestran el triunfo de los candidatos del Kuomintang y la clara
derrota del Partido Progresista Democrático: tanto el referendo
por el ingreso a las Naciones Unidas como el referendo
por el retorno a las Naciones Unidas no consiguieron el
respaldo necesario. El fenómeno merece una reflexión
a fondo.
En la historia de las relaciones internacionales es llamativo
que más de 160 países se opongan al referendo
por ingresar en las Naciones Unidas. ¿Por qué
llamó tanto la atención de la comunidad internacional
este acontecimiento? La razón fundamental consiste en que
China está desplegándose, de lo cual se beneficia
todo el mundo. La paz y estabilidad de la región de Taiwan
se relacionan tanto con los compatriotas de ambas orillas del
estrecho, como con las similares de Asia-Pacífico y todo
el planeta.
El fracaso del llamado referendo por ingresar en las Naciones
Unidas, fraguado por el gobierno de Chen Shui-bian, evidencia
que sus acciones van en contra de la corriente mundial y la voluntad
del pueblo. El Dr. Sun Yat-sen dijo: La corriente del mundo
avanza con gran fuerza, por lo tanto el que se adapte prosperará
y el que se oponga perecerá.
Durante 8 años, desde que subió al poder, Chen
Shui-bian impulsó con frenesí las actividades secesionistas
de independencia de la isla, forzando a la población taiwanesa
a seguir sus intereses personales y los de su partido, causando
la estancación económica, antagonismo entre los
grupos de clanes, corrupción de los grupos de intereses
y retroceso en las relaciones de las dos orillas del estrecho,
con lo que la gente común se siente afectada. Un taiwanés,
al describir los pasados 8 años señaló: Todos
los precios suben, menos el sueldo.
Durante su gobierno, Chen Shui-bian indignó a todos bajo
el cielo y resultó inevitable su fracaso. Como reza un
viejo refrán chino, Quien comete muchas injusticias,
busca su propia ruina. La población taiwanesa resolvió
con sus votos el dilema que le desconcertó en ocho años.
En los contactos que he mantenido con algunas personas de Estados
Unidos y Europa dedicadas a los estudios de las relaciones internacionales,
consideran que junto con la caída del poder de Chen Shui-bian,
ha pasado el momento más intenso y peor de los nexos de
ambas orillas del estrecho de Taiwan, que recibirán a partir
de ahora su oportunidad de desarrollo. Creo que su evaluación
tiene razón.
El 26 de marzo, en una conversación telefónica
con el presidente estadounidense, George W. Bushu, el presidente
chino, Hu Jintao, expresó que nuestra posición consecuente
es reanudar las negociaciones entre ambas orillas del estrecho
de Taiwan a base del Consenso de 1992. Esperamos que
las dos partes hagan esfuerzos mancomunados y creen las condiciones
necesarias para negociar, sobre la base del principio de una China,
poniendo fin oficialmente al estado de hostilidad entre ambos
lados del estrecho, llegar a un acuerdo de paz, constituir el
marco de desarrollo pacífico de las relaciones entre las
dos márgenes y abrir nuevas perspectivas en favor de este
aspecto.
El 29 de abril de 2005, Lien Chan, entonces presidente del Kuomintang,
visitó la parte continental de China y llegó a un
consenso de cinco puntos con el secretario general del Partido
Comunista de China (PCCh), Hu Jintao, a saber, promover
y reanudar las negociaciones entre ambas orillas lo más
pronto posible, en aras del bienestar para el pueblo; promover
el fin del estado de hostilidad y alcanzar un acuerdo de paz;
promover el intercambio económico total entre ambas orillas
y crear un mecanismo de cooperación económica; promover
la consulta sobre el problema de la participación en las
actividades internacionales, en el que están interesadas
las masas populares de Taiwan; y crear una plataforma de comunicación
regular de partido a partido.
El consenso del Kuomintang y el PCCh sentó los cimientos
para impulsar el desarrollo pacífico de las relaciones
entre ambos lados del estrecho y la conversación del presidente
Hu Jintao señala el rumbo de captura de la oportunidad
para materializar esta meta. Por supuesto, habrá dificultades
y obstáculos en el camino del desarrollo de dichas relaciones,
pero es seguro que ya ha pasado el momento más difícil.
Siempre y cuando ambas partes aprecien esta ocasión y,
sobre la base del consenso de 1992, reanuden las negociaciones,
podrán abrir nuevas perspectivas de desarrollo pacífico
de las relaciones de las dos orillas del estrecho de Taiwan, lo
que beneficiará no sólo a sus compatriotas, sino
también a la paz, estabilidad y desarrollo de la región
de Asia-Pacífico y el mundo.
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