Aldea de pintores de tigres
Por GE GUANGZHI,
DONG YANPING y GUO HUIQING
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Una obra maestra de la aldea
artística. |
No suena raro que haya aparecido en una aldea un pintor. Sin
embargo, cuando centenares de pintores dedicados al tema del tigre
surgen en un mismo pueblo y forman una industria local, es ciertamente
extraño. Realmente existe un lugar de este tipo, Wanggong,
en el distrito de Minquan, ciudad de Shangqiu, provincia de Henan,
China, mejor conocido como Aldea n.o 1 de Pinturas de Tigres.
Hace poco, cuando un comerciante de arte intentaba comprar por
360.000 yuanes un cuadro de 400 m. de largo, con 2008 tigres pintados,
creado durante tres años por dos jóvenes de la aldea,
los autores rehusaron con cortesía, porque ya habían
decidido donar la pieza al Comité Organizador de los Juegos
Olímpicos de Beijing.
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Agricultores de Wanggongzhuang
pintando tigres. |
A sólo 10 Km. del pueblo natal del gran filósofo
taoísta Zhuangzi, (369-286 a.n.e., 400 años más
tarde que Confucio), Wanggong se sitúa en una región
de civilización profundamente nutrida e influenciada por
el grandioso pensamiento de este hombre. Aquí los habitantes
sostienen un valor en pro de la honestidad y la sinceridad y viven
en el tradicional fondo cultural. No es nada casual que se haya
convertido en una aldea de pintores.
En China, además de animal salvaje, el tigre también
es considerado un dios estelar y especie sagrada, protectora de
las casas. Según la costumbre se suele colgar una pintura
de cinco tigres en lugar más llamativo de la vivienda,
para atraer la buena suerte.
Por todas partes de la aldea, sea en las calles o en las moradas,
se puede identificar la forma del tigre. De las 320 familias que
habitan en la localidad, el 70% se dedica a la creación
o comercialización de pinturas de tigres. Excepto los ancianos
y alumnos en las escuelas, casi todos saben dibujar al felino.
En cada casa se puede encontrar un estudio especial para pintar
y en cada familia, pintores. En algunas viviendas se instalan
incluso más de diez estudios de dibujo. De vez en cuando
se ve en la aldea la escena impresionante en que más de
diez personas y hasta más de veinte elaboran juntos una
obra.
En el proceso de creación se adopta la técnica
tradicional de la antigua pintura china. Por líneas muy
finas se reflejan detallada y vivamente los tigres en diversos
estados, llenos del gusto especial de la tinta china. Los aldeanos
crean sus cuadros a pedido de los compradores y son capaces de
pintar los tigres satisfaciendo cien por ciento la voluntad del
cliente.
En el poblado, pese a su larga historia de pintar tigres, esta
habilidad no se convirtió en un medio de sustento hasta
los años 80 del siglo pasado, cuando los aldeanos comenzaron
a llevar sus obras a los mercados y las vendían a precios
muy bajos. En una ocasión, un señor llamado Xiao
Yanqing llegó a Beijing con sus pinturas de tigre y fue
descubierto por el dueño de una galería, quien le
invitó a vender los dibujos en su sitio. Contrario a lo
que pudieran imaginar muchos, las obras se vendieron a un precio
diez veces más caro. Con esta experiencia Xiao fue luego
a visitar otras galerías de diferentes ciudades y firmó
con ellas contratos a largo plazo para vender las pinturas de
tigre. Al ver su éxito, los demás aldeanos también
empezaron a promover sus dibujos de la misma manera. Pronto las
pinturas de Wanggong ganaron fama y amplio reconocimiento y fueron
muy difundidas.
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Grupo de pintores. |
En comparación con otros pintores rurales, una notable
diferencia de los de Wanggong es que, además de vender
en mercados y galerías, también utilizan Internet.
Muchos producen sus propios sitio webs para promocionar sus obras
y el 20% de las creaciones que se venden por esta vía.
Las pinturas desde Wanggong han llegado a EE.UU., Japón,
República de Corea y Myanmar, entre otros mercados. Con
una venta anual de más de 20.000 cuadros, valorados en
casi diez millones de yuanes, las pinturas de tigres han producido
a los habitantes de la aldea un elevado nivel de ingresos promedios,
superior a los 5.000 yuanes por persona, y no pocas familias son
capaces de ganar más de 100.000 yuanes por año,
mucho más que en las poblaciones cercanas.
Para seguir ampliando la influencia de las pinturas de tigres,
los aldeanos de Wanggong establecieron en sus propias casas las
escuelas de pintura y dan clases gratuitas sobre las técnicas
de dibujo, a las que acuden, además de los habitantes locales,
los de pueblos vecinos.
La creación y comercialización de estas obras enriquecieron
a los aldeanos. Muchos de ellos pueden levantar edificios, comprar
muebles de alta categoría e incluso, poseer coches. En
sus patios plantan flores e instalan surtidores y otras decoraciones,
gozando de una vida de condiciones similares a la de las ciudades.
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