Origen de la cuestión
del tíbet
Por Chen Qingying*
Tíbet ha sido parte integrante de China desde el siglo
13, cuando los mongoles unificaron el país y establecieron
la dinastía Yuan (1271-1368). El Gobierno Central colocó
entonces a la región tibetana bajo su jurisdicción
directa y creó tres oficinas del Comisionado de Pacificación
y el Comando Militar Principal, para ejercer el control sobre
los asentamientos de las personas originarias de la meseta. De
ellos, el encargado de Us-Tsang, Ngari y Korsum tenía jurisdicción
sobre la actual región autónoma del Tíbet,
con la excepción de Qamdo. Desde entonces, la localidad
ha mantenido el estatus de región administrativa de China,
a través de las dinastías Ming (1368-1644) y Qing
(1644-1911), la República de China (1912-1949) y la República
Popular China (desde 1949).
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Representantes
del Gobierno Central y el gobierno local del Tíbet
firmaron el Acuerdo para la Liberación Pacífica
del Tíbet, el 23 de mayo de 1951. |
Residentes
locales celebrando su primer Año Nuevo Tibetano, el
27 de febrero de 1960, después de la reforma histórica
del Tíbet. |
Sin embargo, ese hecho histórico fue distorsionado en
el siglo XIX, cuando los imperialistas occidentales se embarcaron
en una campaña de expansión y hegemonía en
Asia y, para servir a sus propósitos hegemónicos
en la parte oriental de nuestro continente, fabricaron la cuestión
del Tíbet, con el fin de separarlo de China. La cuestión
ha permanecido hasta la actualidad, cuando es utilizada en repetidas
ocasiones por las fuerzas anti-China en algunas naciones de Occidente
y su portavoz, el Dalai Lama, a quien han financiado y reclutado.
El Dalai Lama y sus fuerzas secesionistas han aprovechado todas
las oportunidades posibles para crear incidentes sobre la cuestión
del Tíbet, el último de los cuales ocurrió
el pasado 14 de marzo, con los disturbios que alteraron la vida
en Lhasa.
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Un edificio de la mansión
de uno de los líderes rebeldes locales fue convertido
en escuela primaria. |
La cuestión del Tíbet, que dura ya
un siglo, puede dividirse en dos períodos históricos,
con la fundación de la República Popular, en 1949,
como demarcación: el período de agitación,
perpetrado por los imperialistas británicos, y el de intromisión
de las fuerzas anti-China en los Estados Unidos, dirigido por
la CIA, al amparo de la Guerra Fría.
Después que Gran Bretaña colonizara la India, continuó
su expansión a través de la cordillera del Himalaya.
De 1814 a 1864, los ingleses invadieron y tomaron Afganistán
y Persia, y su ejército lanzó una invasión
hacia el norte desde el territorio indio, convirtiendo a Nepal,
Bután y Sikkim en protectorados de la India británica.
Su próximo objetivo era el Tíbet, pero su ambiciosa
expansión por China alarmó al Gobierno Central y
dio lugar a conflictos con la Rusia zarista, que estaba expandiéndose
también en Asia central.
En 1888, el ejército británico de-sencadenó
su primera invasión al Tíbet, con excusas de disputas
fronterizas y derechos comerciales, obligando a un intimidado
gobierno de Qing a firmar el Tratado Tíbet-India, entre
China y Gran Bretaña, y más tarde sus suplementos.
El desigual acuerdo y sus apéndices concedieron a Inglaterra
los derechos preferenciales del comercio en algunas áreas
tibetanas, incluyendo Yadong y Gyangze.
Durante 1903 y 1904, Gran Bretaña desató la segunda
agresión al Tíbet, encontrando sólo la resistencia
heroica de los habitantes locales en Pagri y Gyangze. Después
que el ejército invasor ocupó Lhasa, el Gobierno
británico coaccionó a las autoridades de la región,
para que firmasen el Tratado de Lhasa, al que se opuso enérgicamente
el Gobierno de Qing, y que fuera denunciado por la Rusia zarista.
El ejército inglés se vio obligado a retirarse de
la capital tibetana con prisa por la falta de suministros y el
crudo invierno.
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El Palacio de Potala fue
una de las primeras reliquias culturales de China declarada
Sitio Bajo Protección Nacional, en 1961. |
Después del fracaso de los dos intentos militares por
convertir al Tíbet en una colonia, el Reino Unido modificó
su estrategia. Aprovechando las dificultades internas y externas,
acosó al imperio de Qing para ampliar sus contactos con
la clase superior tibetana, provocando el descontento y resentimiento
de algunos propietarios de esclavos, saboteando sus relaciones
con el Gobierno Central y difundiendo la idea de la independencia
del Tíbet. Trató de separar la región
de China mediante el fomento y apoyo a los secesionistas tibetanos,
con el fin de que la meseta pudiera servir como un lugar de amortiguación
entre la esfera de influencia de China, India y Rusia, y ayudarle
a proteger el dominio colonial británico en la segunda.
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Una escena de El Alma de
la Montaña Zong, un drama tibetano en memoria de su
resistencia contra la invasión británica hace
cien años. |
Antes de la entrada de los invasores británicos en Lhasa,
en 1904, el XIII Dalai Lama emigró a Mongolia. Cuando regresó
a la capital tibetana, en 1909, tuvo un enfrentamiento con funcionarios
de la dinastía Qing, que lo obligó a dejar nuevamente
la meseta, esta vez para asentarse en la India británica,
proporcionando así oportunidades para la conspiración
separatista del Reino Unido.
En los años de la Revolución de 1911 y la fundación
de la República, China estaba dominada por una turbulencia
política, factor que Gran Bretaña aprovechó
para incrementar su agitación secesionista en el Tíbet.
El Gobierno británico y su Oficina en la India propusieron
en 1912 un memorando sobre la situación de los vecinos
de esa nación, en la que se planteaba que China podría
mantener su nominal soberanía sobre el Tíbet,
mientras que éste debía depender absolutamente de
la India y mantener a los chinos y rusos a raya.
En 1933 murió el XIII Dalai Lama. El Gobierno Central
le confirió un título póstumo y envió
con carácter especial al Tíbet a Huang Musong, para
que lo representase en la ceremonia de concesión del título
y las actividades de condolencia. En el invierno de 1939, un niño
de cinco años de edad, llamado Lhamo Toinzhug, de Qinghai,
fue escoltado a Lhasa y reconocido como el XIV Dalai Lama. La
ceremonia de entronización fue presidida por Wu Zhongxin,
emisario del Gobierno Central de la República.
Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Gran Bretaña
y China eran aliados, la nación europea intentó
sin embargo, prohibir y sabotear la soberanía de China
sobre el Tíbet. El 5 de agosto de 1943, el entonces secretario
de Relaciones Exteriores británico, Anthony Eden, envió
un memorando a su homólogo chino, T.V. Soong, describiendo
el Tíbet como un Estado autónomo bajo
la soberanía de China, que gozaba de una independencia
de hecho. El diplomático europeo convocó nuevamente
otra sesión en Simla, a la que el Gobierno chino hizo caso
omiso. La conspiración de la independencia del Tíbet
por parte de Gran Bretaña se derrumbó finalmente,
cuando la India anunció su independencia, en 1947.
El mundo entró en la Guerra Fría después
de la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos superó al
Reino Unido como potencia líder de Occidente y como principal
patrocinador de la independencia del Tíbet.
En realidad, la CIA había incluido ya la región
china en sus cálculos estratégicos desde su creación,
en 1947. Durante la última conflagración mundial,
bajo el pretexto de inspeccionar la construcción de las
carreteras para el transporte de material de guerra en el Tíbet,
el presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt envió
varios representantes a ver al Dalai Lama, con regalos y un mensaje,
en el que expresaba su deseo de que el Tíbet mantuviera
el status quo de pequeña nación independiente. En
1950, año en que estalló la Guerra de Corea, el
Ejército Popular de Liberación (EPL) penetró
en el Tíbet y Qamdo se liberó pronto. Sopesando
la situación, el Dalai Lama envió una delegación,
encabezada por Ngapoi Ngawang Jigme, a Beijing. Tras las negociaciones,
firmó el Acuerdo de 17 Artículos con el Gobierno
Central, el 23 de mayo de 1951, y la liberación pacífica
de la meseta se hizo realidad.
Sin embargo, los intentos de la CIA para perturbar la paz y estabilidad
de la región no cesaron. El organismo de inteligencia estadounidense
se acercó a los dos hermanos mayores del XIV Dalai Lama
-Gyalo Thondup y Thupten Jigme Norbu-, conspirando con ellos para
formar las guerrillas anti-gobierno en el Tíbet. La agencia
ofrecía entrenamiento a la milicia tibetana, primero en
Taiwan, luego en la isla de Saipan y, por último, en Colorado,
EE.UU., donde solamente en Camp Hale se capacitó a más
de 300 espías tibetanos y en agosto de 1957 la Fuerza Aérea
estadounidense lanzó dos guerrilleros tibetanos en el distrito
de Sangri, en el sur del Tíbet.
El 20 de abril de 1958, aproximadamente 5.000 líderes
rebeldes y representantes de los tres grandes monasterios - Drepung,
Sera y Ganden - celebraron una reunión secreta, en la que
acordaron establecer una base guerrillera en Shannan.
En la mañana del 10 de marzo de 1959, corrió el
rumor en Lhasa de que el EPL iba a arrestar al Dalai Lama y sus
funcionarios. Miles de tibetanos fueron manipulados, reuniéndose
en torno a Norbu Linka, residencia del Dalai, para impedir que
presenciara una representación de cantos y danzas ofrecida
por el EPL, a la que fue invitado. Mientras tanto, las manifestaciones
fueron organizadas bajo las consignas de independencia del
Tíbet y No personas Han.
En la mañana del 17 de marzo, el XIV Dala Lama, de 24
años de edad, huyó disfrazado de su palacio y se
dirigió hacia Shannan con la ayuda de Tony Poe, agente
de la CIA, que envió un avión para arrojarle alimentos
a lo largo del camino y registrar todo el viaje. El Dalai Lama
y su cortejo se mantenían en contacto por radio con las
estaciones de la agencia mientras cubrían el trayecto.
Tan pronto como el Dalai Lama abandonó Lhasa, los rebeldes
lanzaron a escala completa ataques contra las guarniciones del
EPL y los departamentos gubernamentales en la ciudad, causando
muertes y saqueos. La sublevación fue apaciguada en dos
días.
Después de frustrados los disturbios en Lhasa, la CIA
reagrupó 2.100 rebeldes, para establecer una base de la
guerrilla en Mustang, Nepal, donde se les proporcionó formación
y municiones. Posteriormente fueron enviados de vuelta al Tíbet,
para recoger informaciones y ejecutar acciones de sabotaje.
Durante mayo y junio de 1959, el Dalai Lama creó su gobierno
en el exilio. Más tarde, convocó el Congreso
del Pueblo del Tíbet, y promulgó la llamada
Constitución, que estipula que el Dalai
Lama es el jefe de Estado, los ministros serán
designados por el Dalai Lama y "todos los trabajos
del gobierno no podrán ser aprobados sin el consentimiento
del Dalai Lama.
Pese a que ningún país del mundo reconoció
el gobierno en el exilio del Dalai Lama, Estados Unidos
instigó a algunos países a plantear la cuestión
del Tíbet en la Asamblea General de Naciones Unidas, en
1959, 1960, 1961 y 1965, logrando el respaldo a las resoluciones
sobre la región en 1961 y 1965.
Documentos desclasificados de EE.UU. revelan que durante gran
parte de la década de 1960, la agencia estadounidense otorgó
anualmente al Tíbet 1,7 millones de dólares, de
los cuales 500.000 se usaron para apoyar a 2.100 guerrilleros
en Nepal, y 180.000 dólares sirvieron como subsidios personales
para el Dalai Lama. El fondo se redujo a 1,2 millón de
dólares después que el campo de entrenamiento de
Colorado fuera clausurado, en 1968, y se suspendió al establecerse
las relaciones diplomáticas entre la República Popular
China y Estados Unidos, en 1979.
Washington redujo su ayuda al Dalai Lama durante su disputa con
la Unión Soviética, en un esfuerzo por ganar más
respaldo de China en medio de la Guerra Fría, por lo que
la camarilla del Dalai se lamentó de ser huérfana
de la Guerra Fría. Pero las fuerzas anti-China en el mundo
nunca han renunciado a su estrategia.
Desde mediados de los años 80 del siglo XX, la camarilla
del Dalai ha intensificado sus clamores de independencia
del Tíbet en todo el mundo y regularmente ha infiltrado
agentes en la región, para avivar el problema. Asimismo,
ha enviado numerosas delegaciones a Occidente, inventando toda
clase de pretextos, para vender sus historias a los medios de
comunicación occidentales, preconizar un Tíbet independiente
y calumniar a China, alegando excusas como la democracia y los
derechos humanos. De 1987 a 1989, la camarilla del Dalai incitó
en repetidas ocasiones los disturbios en Lhasa, causando estragos
en la economía local, sociedad y vida cotidiana de la población.
Irónicamente, el Dalai Lama fue galardonado con el Premio
Nobel de la Paz en 1989, tras lo cual ha visitado más de
50 países, para promover las actividades de secesión.
Como demuestra la historia, la cuestión del Tíbet
está constituida por la invasión extranjera y la
división de China. En la actualidad, las fuerzas anti-China
extranjeras siguen jugando la carta del Tíbet en un esfuerzo
desesperado para frenar y dividir el país. Y la camarilla
del Dalai trabaja como su peón, con la esperanza de que
su apoyo pueda ayudarle a realizar el sueño de la independencia
del Tíbet.
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Chen Qingying, investigador superior
del Centro de Estudios sobre el Tíbet de China.
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