Gran número de efectivos del EPL llegaron a Beichuan, Sichuan, el 14 de mayo, para participar en las acciones de rescate.


Enfrentamos juntos el desastre natural

Por nuestro reportero LI GUOWEN

El fuerte terremoto de 8 grados en la escala Richter que azotó a la provincia china de Sichuan, la más poblada del suroeste del país, a las 14:28 horas del 12 de mayo reciente (01:28 horas en México), afectó un área superior a los 100.000 Km2 y según las estadísticas iniciales, una semana después el número de residentes locales fallecidos a causa de la tragedia rebasaba los 34.000 cifra que se preveía pudiera elevarse hasta los 50.000. Millones de viviendas, escuelas y fábricas se derrumbaron en Wenchuan, Beichuan, Dujiangyan, Mianzhu, Shifang y Pengzhou, las ciudades y distritos más afectados por el desastre.

Lucha contra el tiempo

A la media hora del terremoto, el presidente chino, Hu Jintao, convocó al Comité Permanente del Buró Político del Comité Central del Partido, para planificar las labores de rescate, y menos de dos horas después de desencadenarse la tragedia, el premier Wen Jiabao abordó un avión con rumbo a Sichuan. Varias horas más tarde, la Fuerza Aérea envió otra aeronave con el equipo de rescate de emergencia nacional para casos de catástrofe sísmica a los lugares afectados, junto con perros adiestrados y tecnología especial.

Aparte de Sichuan, otras provincias y departamentos del Gobierno Central reaccionaron enseguida y llevaron a la práctica los trabajos correspondientes.

Hu Jintao, secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh), llegó el día 16 de mayo al distrito de Beichuan, de Mianyang, la zona más afectada por el sismo, para ver la catástrofe y expresar su simpatía y solidaridad a las víctimas y soldados que participan en las labores de rescate. A las 14:28 del 12 de mayo se produjo el terremoto de 8 grados, que tuvo su epicentro en el distrito de Wenchuan, Sichuan. El primer ministro chino, Wen Jiabao, marchó inmediatamente a las zonas afectadas a dirigir los trabajos de rescte. En el avión especial Wen estudió las labores e impartió instrucciones.

Como el epicentro del sismo (la localidad de Wenchuan) quedó aislado por la destrucción de las carreteras y el corte de las telecomunicaciones, las autoridades ordenaron agilizar las labores de despeje de las vías de comunicación, mientras los soldados y los médicos llegaban al lugar por aire, ríos y tierra. Algunos tomaron botes y navegaron contra la corriente por el río Minjiang, otros caminaron a pie, escalando las montañas y desafiando el peligro de los nuevos deslizamientos de tierra que ocasionaban las fuertes lluvias, y efectivos del ejército saltaron con paracaídas desde los helicópteros que no pudieron aterrizarse, debido a las adversas condiciones climáticas y la complejidad de la topografía.

El personal de rescate salvó a una sobreviviente de los escombros el 13 de mayo en el distrito de Beichuan.

En pocos días, el número de soldados y médicos que se encontraban trabajando en los diferentes distritos afectados por el sismo, provenientes de todas partes del país se multiplicó a cada hora, cada minuto.

Las acciones rápidas y coordinadas del Gobierno chino frente a la catástrofe fueron reconocidas por la comunidad internacional. Sálvano Briceño, director ejecutivo de la Secretaría de la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres de la Organización de las Naciones Unidas, dijo que el Estado asiático, con su ágil y eficiente reacción ante el terremoto, constituyen un ejemplo para el mundo. El Financial Time, de Inglaterra, publicó el día 14 un artículo reconociendo que el Gobierno chino reaccionó rápidamente ante el sismo, uno de los peores sufridos por el país en 30 años. Su poder de organización es admirable. En tanto, The Australian publicó una información el día 15, en la que señaló que Beijing ofreció datos e informaciones claros sobre el temblor y no ocultó la envergadura y escenas horribles de las zonas afectadas.

La vida es más importante

“Si la casa está derrumbada, podremos repararla y reconstruirla. Sólo cuando la gente sobrevive se pueden superar las dificultades y vencer esta calamidad natural”, expresó el premier Wen Jiabao durante una jornada de rescate en Dujiangyan, frase que aún resuena en nuestros oídos.

Desde el principio, el Gobierno Central decidió que las labores de salvamento humano eran las más importantes de todos los trabajos de rescate. Wen enfatizó en reiteradas ocasiones que “actualmente, lo más importante es salvar vidas humanas. Mientras haya una luz de esperanza, no ahorraremos esfuerzos”. Hasta las 17:00 horas del día 15, los soldados enviados a las regiones siniestradas habían sacado 5.323 personas sepultadas bajo los escombros, de las cuales 1.781 son sobrevivientes, y ayudado a 5.200 heridos.

El Gobierno Central y los gobiernos locales prestan también mucha atención a la situación de los residentes extranjeros en los lugares afectados. Mientras se dedican a buscarlos y ayudarlos, mantienen estrechos contactos con las representaciones diplomáticas acreditadas en China.

Qin Gang, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, declaró que hasta el mediodía del 15 de mayo, se habían localizado e identificado la situación de 31 ciudadanos británicos, 12 estadounidenses y dos israelíes en el escenario del sismo, los cuales se encontraban en lugares seguros. La cancillería informó inmediatamente a las embajadas correspondientes en el país.

Según el gobierno local, un ciudadano alemán, que trabajaba en el distrito de Deyang, falleció a consecuencia de la enfermedad crónica de la que padecía, en un ataque que sufrió en el traslado a otra ciudad. La situación concreta de este caso fue comunicada al Consulado de Alemania en Chengdu.

Todo el mundo comparte la misma preocupación y asistencia

En estos días difíciles, mucha gente de las zonas afectadas por el terremoto se dedicó a la activa auto-ayuda y asistencia mutua, al tiempo que los equipos de rescate acudían a primera hora a las zonas de desastre.

En la noche del 13 de mayo, en Beichuan de Mianyang, un equipo de rescate entró en las ruinas poco después de una réplica.

Hasta el día 18 de mayo, China había recibido más de 8.900 millones de yuanes en donaciones. De esa suma, el Ministerio de Asuntos Civiles aceptó 129 millones de yuanes en contribuciones, la Sociedad de la Cruz Roja de China recibió 831 millones de yuanes, la Federación de la Caridad de China, unos 600 millones de yuanes, entre otros. El aporte de todas las provincias del país a Sichuan, Shanxi, Gansu y otros territorios dañados, había rebasado los 380 millones de yuanes al cierre de esta edición, mientras el de las empresas y grupos sociales ascendía a 62,13 millones de yuanes.

Como los heridos necesitan con urgencia sangre de los cuatro tipos, donantes de Beijing, Chengdu y el resto del país se presentaron en las instalaciones habilitadas para las donaciones sanguíneas, haciendo largas filas en las calles.

Mientras tanto, todos los sectores de Hong Kong, Macao y Taiwan han recaudado y enviado fondos y materiales, equipos profesionales de rescate se apresuraron a la zona del desastre y los chinos residentes en otros países comenzaron a coordinar acciones de ayuda. Los que radican en Francia contribuyeron con 2,6 millones de yuanes un día después del temblor; los de Australia organizaron sucesivas actividades de recaudación; y los estudiantes en el extranjero donaron su dinero de bolsillo, entre otros actos solidarios.

En Changsha, Hunan, la Cruz Roja y el Sitio Web de la Alinanza Benéfica de la provincia organizaron el 16 de mayo una gran actividad de beneficio público con motivo del terremoto de Wenchuan. El 14 de mayo, 480 lamas del Monasterio Zhaibung, de Tíbet, hicieron deonaciones a las víctimas del terremoto.

Durante las jornadas posteriores a la catástrofe, los chinos de ultramar prestaron mucha atención a las informaciones sobre las zonas de desastre, ofreciendo apoyo espiritual y material de diversas maneras.

La comunidad internacional expresó igualmente su simpatía, comprensión, solidaridad y apoyo hacia el pueblo chino. Hasta el 15 de mayo, 151 naciones, 14 regiones y otras organizaciones internacionales manifestaron sus condolencias por la tragedia de Wenchuan, el distrito más afectado, a través de mensajes y otros tipos de ayuda.

El presidente estadounidense, George W. Bush, emitió una declaración afirmando que “el pueblo norteamericano tiene las mismas preocupaciones y ora junto al pueblo chino”. Tres horas después del cataclismo, Yasuo Fukuda, primer ministro de Japón, comunicó al presidente Hu Jintao y el premier Wen Jiabao, la disposición de su Gobierno a ofrecer toda la asistencia posible. El mismo 13 de mayo, un avión de transporte ruso IL-76 llevó a Chengdu 30 toneladas de productos necesitados con urgencia. En este cargamento había tiendas de campaña, mantas y colchones. Además de los suministros de socorro, el 15 de mayo Japón hizo su primer envío de 31 equipos profesionales de rescate a China.

No sólo los dirigentes internacionales, sino también los pueblos de otros países expresaron de variadas maneras su simpatía y condolencias a la nación china. En la mañana del 15 de mayo, dos niños coreanos acudieron al Consulado General de China en Busan, para donar 100.000 won (unos 700 yuanes); un doctor de origen coreano, quien presta servicios médicos en un hospital de la ciudad de Qingdao, contribuyó con 10.000 yuanes; una paciente canadiense del mismo centro de salud, entregó 500 yuanes, por citar sólo algunos ejemplos de las numerosas donaciones espontáneas de empleados internacionales.

En la tarde del 15 de mayo, el portavoz chino del Ministerio de Relaciones Exteriores, en nombre del Gobierno chino, dio sus sinceros agradecimientos a la solidaridad y asistencia de la comunidad internacional.

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