El golpe mediático contra la República Popular
China, a unos meses de la inauguración de los Juegos Olímpicos
de Beijing 2008, que se considera serán los más
espectaculares de los tiempos modernos, estuvo dado por una parte
de los intereses del imperio del norte, al provocar un problema
étnico-religioso en la región autónoma del
Tíbet.
Con cifras catastrofistas, ajenas a la verdad, en Occidente,
sin prueba alguna, se magnifica que hubo más de 150 muertos
en los disturbios, a los cuales no es ajeno ese engendro que se
cree dios, el Dalai Lama, quien siempre en la comodidad del exilio
opulento, no ceja en su intento de apoderarse de esa rica región
que por historia es territorio chino.
La comprobación de esos intereses mezquinos tenía
que salir a la luz pública tarde que temprano, son dos
figuras a la par impúdicas, que se han descalificado por
sí solas, nos referimos a la organización fantasmal,
Reporteros sin Fronteras.
La que se quitó la máscara de defensora de los
periodistas, es ese membrete o engendro llamado Reporteros sin
Fronteras, organización manejada por su fundador y secretario
general vitalicio, Robert Menard, el cual, como lo ha denunciado
la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP, es
un siniestro personaje, ex agente de la CIA, que sólo se
manifiesta supuestamente en defensa de los informadores, cuando
se intenta descalificar a gobiernos democráticos y de avanzada.
Tres activistas de Reporteros sin Fronteras, dice la información
propagada por la propia subvencionada organización, ocasionaron
un incidente durante la ceremonia de encendido de la llama olímpica,
en la antigua Olimpia (Atenas), al intentar desplegar una bandera
para reclamar el respeto a los derechos humanos en China.
No lo lograron, pero a través de sus conductos, siempre
bien aceitados, aseguraron que su propio secretario general, Robert
Menard, y otros dos integrantes de la organización fueran
"neutralizados" por los agentes de seguridad griegos,
tras desplegar una bandera en la que se representaba los aros
olímpicos en forma de esposas, para boicotear de alguna
manera, el futuro de los XXIX Juegos Olímpicos.
La cita estival está convocada para el próximo
mes de agosto. Su principal sede es la capital de China, Beijing.
En el estadio Panathinaikos, de la Antigua Olimpia, el rito clásico
de prender la llama se llevó a cabo y desde allí
partió el fuego para llegar hasta la capital de China.
Afortunadamente, ni la Unión Europea ni Estados Unidos
han avalado el absurdo boicot del seudo dios, Dalai Lama.
Todo está al descubierto. Empezando por Cuba, el gran
pueblo chino tiene el respaldo internacional. Lo del Tíbet,
es sólo un engendro de intereses internacionales para apoderarse,
vía étnica-religiosa, de esa rica región.
Desde luego que no lo lograrán. La historia, desde ahora,
los condenará.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Teodoro
Rentería-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Periodista
y escritor--------------------------------------------------Vicepresidente
de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP)
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