A un paso de declarar listas todas las instalaciones que acogerán los Juegos Olímpicos de este año, Beijing ha corrido finalmente el velo y mostrado todo el esplendor de uno de los dos grandes enigmas que han marcado la etapa de preparación de la principal reunión deportiva mundial, el Centro Acuático Nacional, un nombre que se ha diluido desde el momento en que lo bautizaran como Cubo de Agua. Su estreno y el del “Nido de Pájaro”, como ha sido denominado el Estadio Nacional, serán sin cuestionamientos los dos momentos más importantes antes del mágico suceso que vivirá la ciudad el 8 de agosto de 2008 a las 8 de la noche, una cábala a la que China ha apostado su suerte.

Cuatro años tomó la construcción del Cubo de Agua, que podrá acoger a 17.000 espectadores.

Cuatro años tomó la construcción de esta instalación vanguardista de 80.000 metros cuadrados y capacidad para 17.000 espectadores, llamativa con solo apreciarla desde su exterior por su perfecta simetría y estructura de 1.437 burbujas, todas de diferentes tamaños, fruto del ingenio de la firma australiana de arquitectura PTW y el prestigioso despacho de ingeniería británico Arup, los mismos que concibieron el Centro de Nado de Sydney’2000.

Ubicado en la parte oeste del Parque Olímpico, contiguo al “Nido de Pájaro”, con cuya forma ovalada genera un contraste que algunos relacionan con la filosofía del Yin y el Yang y milenarias deidades locales, el Cubo acogerá las pruebas de natación, saltos, polo acuático y nado sincronizado.

Su diseño, según publicaciones especializadas en arquitectura, buscó una división más efectiva del espacio tridimensional, que semeja la agrupación de las células orgánicas y la formación de burbujas, sustentadas en una muy bien pensada estructura de acero y EFTE, o resina de flúor, desarrollada por profesores de física del Colegio Trinity, de Dublín, Irlanda, que se adapta a las condiciones sísmicas de la ciudad.

Dos capas de este plástico resistente, recubren la fachada por dentro y por fuera, dándole la forma de pompas de agua que se quería, mientras su traslucidez facilita el paso de la luz solar, que aporta un 90 por ciento de la iluminación interior y ayuda a que los sistemas de calefacción natural mantengan la temperatura adecuada en las tres piscinas, dos para las competencias y una de calentamiento.

Un total de 1.437 burbujas de EFTE, todas de diferentes tamaños, facilitan la iluminación natural de la instalación.

Como otra de las ventajas que ofrece la utilización del EFTE en el complejo de piscinas de Beijing, rodeado por un foso con agua, con algunos puentes que facilitan el acceso a su interior, cabe destacar que economiza un 30 por ciento de energía eléctrica, repele el polvo y resulta más fácil de limpiar que los cristales de vidrio. A estas características se suman otros valores de la arquitectura sustentable, como un sistema de recolección del agua de lluvia y filtros para la recirculación del agua que optimizarán su reciclaje, elementos muy a tono con los propósitos de una ciudad empeñada en lograr un medio ambiente más limpio para agosto próximo y a largo plazo.

De esta forma el concepto de PTW y Arup satisfizo la idea original de los organizadores, que según explicó a medios locales Zhao Xiaojun, arquitecto en jefe de la edificación, pretendía “construir una estructura de agua, una palabra que, dígase como se diga en cada idioma, evoca siempre la idea de la vida”.

Sin embargo, aunque es la primera ocasión en que una construcción de China emplea el novedoso EFTE, existe un antecedente de su uso en el escenario deportivo, el del llamativo estadio Allianz Arena, de Munich, sede de la ceremonia de inauguración de la Copa Mundial de Fútbol Alemania 2006.

Estas membranas son funcionales y le aportan belleza a la instalación, señaló el propio Zhao, y reconoció que como cualquier otro material constructivo, pueden sufrir desgaste, lo cual no representa una preocupación, pues los daños pequeños se reparan aplicando un pegamento especial en la superficie, y los mayores, reemplazando las piezas. En tanto, el procedimiento que se seguirá para mantener limpia la cubierta será aprovechar la lluvia o emplear unas bombas a presión que aseguran un fregado tridimensional.

El primer premio

Contrario a lo que muchos puedan imaginar, el Cubo vivió su primera premiación, mucho antes de su apertura oficial y de que los primeros nadadores se lanzasen a sus albercas, pues en 2004, cuando sólo se podía tener una idea clara de su fisonomía final observando su maqueta, la 9na. Exposición Internacional de Arquitectura, celebrada dentro del marco de la Bienal de Venecia, la calificó como el Mayor Logro Atmosférico, por demostrar que “la transformación deliberada de la ciencia molecular, la arquitectura y la fenomenología pueden crear una atmósfera ligera y nebulosa, para una experiencia personal de solaz acuático”.

La ejecución del Cubo de Agua requirió de una inversión superior a los 100 millones de dólares, aportados de manera voluntaria por 330.000 compatriotas de Hong Kong, Macao y Taiwan y chinos residentes en 101 países. En un principio, las autoridades de Beijing se negaron a aceptar tales donativos de la gente común, pero el reclamo popular obligó a un cambio de postura, con el que los organizadores quisieron dejar en claro además “el espíritu de unión de la gran nación china”.

No obstante, para mostrar la mayor transparencia posible sobre el manejo de estos fondos, el gobierno de la capital creó una comisión encargada de los asuntos relativos a las donaciones, que mantuvo la negativa a aceptar contribuciones de los ciudadanos residentes en el país y se comprometió a rendir cuenta pormenorizadamente una vez terminada la construcción, sobre el empleo del dinero y la calidad de las obras, invitando a organizaciones internacionales reconocidas a participar en la auditoría administrativa y financiera de los recursos.

Jade y oro

El estreno del Cubo de Agua, con la celebración de un test olímpico de natación en los primeros días de febrero pasado, fue el mejor regalo que pudo recibir la ciudad de Beijing en vísperas de la llegada del nuevo año lunar chino, que desde el día 7 de ese mes rige la rata. Nadadores, público y medios de comunicación de todo el mundo tuvieron por fin la oportunidad de conocer esta joya arquitectónica y satisfacer incluso la curiosidad de palpar sus enigmáticas burbujas.

Varios certámenes competitivos han tenido lugar ya en el Cubo de Agua.

No será esta, sin embargo, la única oportunidad que tendrán los beijineses y quienes visiten la capital antes de agosto de 2008 de conocer la instalación. Al cierre de la presente edición de China hoy tocaba su turno al tanque de saltos, que acogía del 19 al 25 de febrero la Copa Mundial de la modalidad, a la que seguiría otro test olímpico de polo acuático, del 18 al 23 de marzo, y un torneo clasificatorio para la cita estival de nado sincronizado, del 16 al 20 de abril.

Pese a que algunos de estos certámenes tendrán la suerte de contar con la presencia de los mejores exponentes del mundo en cada disciplina, serán apenas oportunidades para poner a punto el funcionamiento del Cubo y otorgar algunos cupos olímpicos pendientes. Ir más allá y buscar señales para comenzar a poner nombre a las 42 preseas de oro y jade que se disputarán aquí del 10 al 24 de agosto próximo (con el 18 como día de descanso) sería demasiado aventurado, independientemente del super favoritismo de algunos atletas, pues las sorpresas ocurren y ejemplos de sobra guardan los libros de la historia de los Juegos.

Si se toman como barómetro la tradición y fuerza que desde hace varios años muestran algunos países y la distancia que le sacan a sus más cercanos rivales, podría apuntarse de manera global hacia Estados Unidos como dueño y señor de la natación y China como reina del tanque de saltos, las dos modalidades que aportan el mayor número de títulos, aunque Rusia y Australia poseen calidad suficiente para hacerse con un significativo número de triunfos, como hicieron en el Campeonato Mundial de Melbourne, Australia, en 2007, para finalizar segundo y tercero, en ese orden, por detrás de los norteamericanos y aventajando a los chinos, que gracias a sus saltadores finalizaron cuartos, pues los nadadores aportaron únicamente una plata y un bronce.

En cualquier caso, si apelamos a aquella manida, pero válida frase de que competir en casa y contar con el respaldo mayoritario del público es un factor que en ocasiones ayuda y mucho, pudieran concedérseles algunos votos más de confianza a los anfitriones, que por demás han convocado al equipo más fuerte de su historia, integrado por 170 personas entre nadadores, preparadores y doctores, con el fin de elegir los mejores candidatos para superar la actuación de Atenas’2004, donde China obtuvo una medalla de oro en 100 metros braza femenino, por intermedio de Luo Xuejuan, ya retirada por problemas de salud, y otra de plata en el relevo 4x200 libres (f).

El equipo se entrena desde hace semanas en Beijing, adaptándose en especial al horario matutino, en el que tendrán lugar las finales de la natación olímpica, a diferencia de ediciones anteriores, en que se celebraban durante la tarde, un cambio que responde a los intereses comerciales de la cadena de televisión estadounidense NBC, propietaria de los derechos de transmisión, y que obligará a todos los atletas a hacer ajustes en su preparación.

De lo que suceda en el Cubo de Agua dependerá en buena medida la suerte de China en la tabla final de medallas por países, en la que muchos especialistas la consideran llamada a desplazar a Estados Unidos, teniendo en cuenta el despegue deportivo de la nación asiática y los tres títulos que marcaron la diferencia entre ambos en Atenas. Mientras tanto, las autoridades locales, quizás por el beneficio de mejor precaver, apuntan a un conservador tercer puesto, por detrás incluso de Rusia.

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