Gran potencial para las relaciones China-AL
Por WU JIANMIN
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* Wu Jianmin:
Rector de la Universidad de Relaciones
Exteriores de China, subdirector de la Comisión de
Asuntos Exteriores y subsecretario general y vocero del
Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política
del Pueblo Chino.
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En 2007 tuve la oportunidad de conversar con muchos amigos latinoamericanos,
tanto dentro como fuera del país, y todos ellos me expresaron
un gran interés por lo que ha ocurrido en China y me preguntaron
¿Por qué nuestra economía había
podido desarrollarse a un ritmo superior a un 9% en los últimos
29 años? ¿Por qué siempre han sido erróneos
los pronósticos de decadencia económica de China
de algunos economistas occidentales?
Les expliqué que la economía china ha logrado crecer
constante y rápidamente, gracias a que el pueblo encontró
el camino de la construcción adaptable a las condiciones
chinas, o lo que es lo mismo, el socialismo con peculiaridades
chinas. El XVII Congreso Nacional del Partido Comunista de China
(PCCh) hizo un resumen sistemático sobre su teoría.
El que los expertos occidentales suelan tener desaciertos sobre
la economía de nuestro país demuestra la falta de
conocimientos acerca de sus condiciones reales. Les gusta aplicar
mecánicamente la modalidad occidental a nuestro caso, pero
nuestro contexto no es similar al de ellos. En mi larga carrera
diplomática es la primera vez que he apreciado un interés
tan grande de los países latinoamericanos por la economía
china. No obstante, sé que este no es un fenómeno
surgido por casualidad, sino que se debe, ante todo, a que el
rápido desarrollo de nuestro país beneficia también
a América Latina.
Un amigo de esa región me dijo que cualquiera de sus naciones,
con mejor cooperación económica y comercial con
China, logra mantener un buen crecimiento. Estos lazos positivos
han promovido su desarrollo económico, ofreciéndoles
beneficios reales.
Al entrar en el nuevo siglo, el comercio chino-latinoamericano
ha registrado un avance más rápido de lo que se
esperaba: en 2001 el intercambio bilateral fue de apenas 15.000
millones de dólares, pero al cierre de 2007 la cifra se
aproximó a los 100.000 millones de dólares, lo que
convierte a China en el tercer socio más grande de América
Latina. La enorme complementariedad económica y el desarrollo
de sus intereses comunes resultan una importante fuerza motriz
para una acelerada mejora comercial.
Por su puesto, en el proceso de cooperación intercontinental
han surgido inevitablemente fricciones y problemas. Según
algunas personalidades latinoamericanas, debido a la supercompetitividad
de los productos chinos, algunos de los suyos, incapaces de contender
con los del gigante asiático, perdieron el mercado. Tal
vez sea el hecho, pero también debemos percatarnos que
es el resultado ineludible por el desarrollo trascendental de
la cooperación bilateral y fenómeno común
de la economía internacional. Siempre y cuando negociemos
sobre la base de la igualdad y beneficio mutuo, resolveremos estas
diferencias y problemas en forma adecuada.
Quisiera citar un fragmento del Informe que presentó el
presidente Hu Jintao ante el XVII Congreso Nacional del PCCh:
Vamos a continuar promoviendo el desarrollo conjunto de
la región y el mundo. A través de nuestro propio
desarrollo, ampliaremos los puntos de convergencia con los intereses
de las diversas partes y, paralelamente al desarrollo de nuestro
país, tomaremos en consideración las preocupaciones
justificables de las contrapartes, en especial de los países
en vías de desarrollo.
Las preocupaciones de estas naciones ya han suscitado la atención
de las más altas esferas del Gobierno chino y con la solución
de algunos problemas las relaciones con América Latina
se desarrollarán mejor.En segundo lugar, China y Latinoamérica,
en las luchas por la independencia y libertad nacionales, simpatizaron
una con otra y se apoyaron. Tras la Guerra Fría, ambas
partes llegaron a muchos acuerdos comunes sobre qué mundo
establecer y aprobaron conjuntamente crear una sociedad más
justa, democrática y armoniosa, sobre la base del multilateralismo
y favorable a la paz y el desarrollo global. Esta es la mayor
coincidencia en lo político.
En tercer lugar, China y Latinoamérica aprecian recíprocamente
sus culturas. A los chinos les gusta la cultura latinoamericana
por su vigor, desenfreno y amor a la vida, mientras que para los
pueblos de América Latina la cultura china resulta atractiva
por su larga historia, rica connotación y múltiples
sabores y colores. En un sinfín de intercambios ambas partes
aprenden y sacan provecho complementándose mutuamente.
La cooperación económica, la confianza política
y la toma recíproca de sus culturas como referencia echan
los cimientos sólidos del fomento de las relaciones chino-latinoamericanas.
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