Las casas

de empeños vuelven a ser calientes

Por LU RUCAI

Un visitante examina los productores en una casa de empeños en la Feria Internacional de Finanzas de Beijing.

Los negocios de las pequeñas y medianas empresas han experimentado en los últimos tiempos un evidente crecimiento”, comentó Liu Meifang, gerente general de la casa de empeños Baoruitong, un sector que a finales de 2007 había registrado en Beijing un ascenso de un 30 por ciento en comparación con el año precedente.

A partir de la recuperación de este tipo de comercios en la parte continental de China, en 1987, tanto su ámbito como magnitud se expandieron a gran velocidad, llegando a ser en las dos décadas recientes, según Hao Fengqin, secretaria de la Asociación de Casas de Empeños de Beijing, un negocio “caliente”.

Organismo financiero indispensable

La economía china marcó más de un 11 por ciento de crecimiento en los tres primeros trimestres de 2007. Este excesivo “calor” y la inflación constituyen los principales riesgos que enfrenta el país en el plano económico en 2008. Para enfriar la inversión de considerable escala, el 5 de diciembre de 2007, en una reunión al más alto nivel, celebrada en Beijing, el Gobierno chino lanzó una señal, reducir en gran medida la política monetaria, lo cual significa que las líneas estables aplicadas durante 10 años comenzaron a disminuir. Tres días después de esta decisión, el Banco de China anunció una subida en el porcentaje respecto de la tasa de reserva del capital.

Los bancos chinos prefieren a las grandes empresas, pues cuando ellos se ven obligados a reducir sus cuotas de crédito, a las pequeñas compañías que se quedaban en condiciones menos favorables les costaba conseguir capital para seguir funcionando. Una encuesta de la Asociación del Sector de Casas de Empeños de Beijing de 2007 muestra que el 90 por ciento de sus usuarios son clientes individuales y el 10 por ciento restante lo constituyen las pequeñas y medianas empresas. Sin embargo, un 75 por ciento del total del dinero que salió de esas instituciones fue empleado en funciones productivas.

Las casas de empeños, surgidas durante las dinastías del Sur y del Norte del siglo IV, son el organismo financiero más antiguo de China, con más de 1.600 años. Según los registros históricos, este negocio ha tenido varios nombres. En la dinastía Song (960-1279) existían muchos establecimientos dedicados a estas funciones y durante la dinastía Qing (1644-1911) se llegaron a registrar 23 mil de ellos en todo el país, más de 300 de los cuales se localizaban en Beijing.

“El sector se desarrollaba tan rápido, que hasta un refrán expresaba que ‘si quiere enriquecerse, tiene que abrir una casa de empeños’”, señaló Hao. Antiguamente, China aplicaba la economía de autoabastecimiento y autosuficiencia y ante la carencia de organismos financieros, las casas de empeños ocupaban una posición económica importante y estaban relacionadas estrechamente con la vida del pueblo. Entonces la gente solía resolver a través de ellas sus dificultades de capital de vida o producción.

En el pasado, después de adquirir los distintos artículos a un precio bajo, estas casas cobraban un interés elevado a los clientes, para que cuando venciera el periodo de pago, tuvieran que pagar también los intereses para recuperarlos, lo cual aumentaba más la carga de los pobres. También existían los negocios que se confabulaban con los funcionarios locales y explotaban al pueblo. Por esa razón, en 1956 todas las casas de empeños, consideradas símbolo de la explotación económica, fueron abolidas.

“Este es un organismo financiero indispensable”, expresó Hao. Después de 1982, China realizó algunas transformaciones económicas, estableció zonas especiales, impulsó el desarrollo de los comercios e industria privados, dando pasos inmediatos a una marea caliente de personas que intentaban fundar sus propias compañías. Hasta 1990 el ritmo de creación de estas empresas ascendía a 2.000 mensuales. No obstante, el Gobierno estipuló para los bancos comerciales estatales una cuota de préstamo inferior a los 50 mil yuanes.

Por un lado, existía una demanda amplia de fondos, y por el otro aparecían las puertas cerradas de los bancos. En medio de esa coyuntura fue que resurgieron las casas de empeños para préstamos individuales. La primera de estas instituciones, después de la abolición del negocio, en 1956, comenzó a ofrecer servicios bajo el nombre de Huamao, en la provincia de Sichuan, en 1987.

Las principales transacciones que hicieron las casas en la década del 90 fueron con electrodomésticos y objetos de oro y plata, un ámbito que se expandió luego a los bienes inmuebles, vehículos, acciones de valor, etc. Un reporte del Ministerio de Comercio de China revela que en la primera mitad de 2007, el capital global de las 2.342 casas de empeños del país se situaba en los 86.200 millones de yuanes y se alcanzó un valor total acumulativo de 44.100 millones de yuanes, con un aumento de un 31 por ciento en comparación con el mismo periodo del año anterior.

El grupo de clientes es diverso

“Antes prácticamente sólo los pobres frecuentaban las casas de empeños, mientras que ahora muchos ricos pasan por ellas”, señaló Hao Fengqin. Tanto el tipo de clientes como la función del negocio han cambiado.

Casa de empeños de Beijing.

Li Zengxian, quien está ejecutando un proyecto, se encontró a finales de 2007 en dificultades económicas y acudió a Baoruitong con el certificado de propiedad de su casa, contrato de compra de la vivienda y otros documentos. Tras ser evaluada por una persona calificada, su vivienda fue tasada en 3,55 millones de yuanes. Después de pagar 64 mil yuanes, 3,2 por ciento del total de la vivienda como gastos de servicios a Baoruitong, Li logró un préstamo de dos millones de yuanes.

“Ese dinero me ha resuelto una necesidad urgente y aunque el costo es mayor que el de los bancos, me ha ahorrado tiempo”, dijo Li. Normalmente, al llegar el fin de año, momento en que las empresas deben devolver sus préstamos al banco y depositar la mercancía, las casas de empeños devienen canal rápido de unión de capital.

En Baoruitong, se exhiben muchas cosas exquisitas empeñadas, joyas de oro y plata, relojes con diamantes... El precio es, por lo menos, un 20 por ciento inferior al del mercado. Incluso, algunos anillos de diamantes pueden adquirirse por apenas la mitad de su precio original.

Cao Xinhua compró allí un reloj Rolex nuevo por sólo 4.600 yuanes. “Los productos han sido verificados por los expertos, podemos comprarlos sin preocupación”. Algunos chinos enriquecidos prefieren experimentar la sensación maravillosa de lucir marcas afamadas y descubren que las cosas en estos establecimientos son de alta categoría y tienen un precio económico y garantía de calidad. Algunos clientes consideran que este es el lugar donde pueden acercarse a las firmas famosas.

Yang Jingkun, gerente general de la Casa de Empeños Huaxia, resumió: “Muchos de nuestros productos son nuevos. Antes y después de la Fiesta de la Primavera de cada año, un 30 por ciento de nuestros negocios proviene de estos ricos con sus productos de alta categoría. Al mismo tiempo, ellos no van a redimirlas”. Pues los chinos prestan mucha atención a las fiestas y tienen la costumbre de hacerse obsequios entre amigos y socios en los días festivos. Muchos artículos, después de ser comprados y obsequiados, regresan a la casa para ser vendidos otra vez por un precio más barato.

Guardar los autos privados y objetos valiosos es otro negocio importante para estos establecimientos. Los habitantes enriquecidos de la ciudad prestan atención a la calidad de vida. Y cuando toda la familia viaja durante las fiestas, suelen empeñar sus autos individuales. “Nuestros dos garajes no son suficientes para colocarlos,” indicó Liu Meifang.

Chen Cheng, quien fue al garaje de Baoruitong, manifestó que “actualmente un garaje en una zona residencial normal cobra 300 yuanes cada mes y a veces no es muy seguro”. Pero en las casas de empeño, él puede dejar el coche un mes y conseguir a cambio 10 mil yuanes. Luego tiene que pagar 470 yuanes por gastos de servicios, con un 4,7 por ciento del total del importe del empeño. Se siente muy seguro al dejar su auto allá, donde además le aseguran el mantenimiento básico.

En Huaxia, Wang Ying empeñó un collar de diamantes por 500 yuanes y pagó un 4,7 por ciento de gastos de servicios. Según ella, la cuota de empeño es más barata y la de servicio será más económica. Igual que otros jóvenes que recién comenzaron a trabajar, Wang alquila una casa con otras. Últimamente está pensando en viajar, aprovechando las vacaciones que su compañía le ofrece según la Ley Laboral. “Llevar el collar de diamantes no es seguro. Por eso preferí empeñarlo”.

El concepto está pendiente de modificación

Hao Fengqin sostiene que este negocio juega el papel de complementar los canales financieros. El slogan promocional de Baruitong es: Nuevo miembro que ofrece servicios financieros en China. Los guardias de la compañía también reconocen que es una empresa segura, con una estricta administración.

No obstante, los chinos mantienen un prejuicio tradicional hacia este sector. Muchos creen que empeñar equivale a pobreza. En las telenovelas siempre aparecen escenas en las que los pobres están metidos en un atolladero o los ricos en una etapa de decadencia, y acuden a las casas de empeño. Al entrar, lo que encuentran siempre es un mostrador alto, balaustras densas de hierro y la mirada de desprecio del dueño.

La Casa de Empeños Li, de Beijing, se estableció en las ruinas de una antigua casa de empeño. El lado que da a la calle parece un muro alto con ventanas grandes y pequeñas. En la parte superior de la puerta hay un pabellón rectangular de ladrillos, que era la torre de observación, donde se apostaban los guardias. Conforme a los registros históricos, el mostrador era de ladrillos, de 1,6 m. de alto, y dentro se colocaba un biombo grande, para evitar que los que vinieran fueran reconocidos por sus amigos u otros conocidos.

“Para desarrollar este sector, lo que se necesita cambiar es el concepto”, precisó Hao. La gente no quiere que otros se enteren que han estado en una casa de empeños. La mayoría de los clientes rechazan las bolsas que llevan nuestro membrete impreso.

Algunos, antes de entrar, paran su coche lejos de la casa y piden al dueño que les guarde el secreto. Liu Meifang comprende a sus clientes. “La mayoría de ellos se dedican a hacer negocios. Si sus socios saben que ellos han ido a una casa de empeños, creerán que esa persona tiene problemas económicos, lo cual afecta su prestigio”.

En el Gran Diccionario de la Lengua China, editado en 1979, se explica que la palabra la casa de empeño en la China antigua se empleaba para identificar los lugares donde aceptaban artículos personales de valor del pueblo y otorgaban a cambio un préstamo con un interés elevado (…) con considerables beneficios y una explotación pesada. La versión de 2007 del propio texto, que usan los alumnos de secundaria y la universidad, explica que las casas de empeño son las tiendas que reciben artículos o bienes como hipoteca y prestan dinero con un alto interés. Podemos darnos cuenta de que el reconocimiento preserva el sentido político.

“Este sector mantiene un acelerado desarrollo desde 2003. Pero carece de las personas cualificadas”, indicó Hao en la Feria Internacional de Finanzas de Beijing 2007. “Para tener una reserva de personal calificado, los negocios prepararon un registro de contrato. Pero muchos jóvenes salieron enseguida, pues al ver el anuncio sintieron vergüenza de hacer el registro”.

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