¿Tomar Té o café?

Por LIU QIONG

Un refrán popular de China, el antiguo país del té, dice que uno en su vida cotidiana necesita siete cosas: leña, arroz, aceite, sal, salsa de soja, vinagre y té, demostrando el papel relevante que cumple esta bebida en nuestro país. Cuando se invita a los amigos a casa o se celebra una fiesta, inevitablemente aparece la infusión en la mesa. Por lo tanto, tomar una taza del brebaje en los diversos tipos de casa de té, tan comunes aquí como los cafés en Occidente, forma parte importante de la vida de los chinos.

No se puede imaginar el beneficio económico que genera el té, de ahí que cada día aparezcan nuevos restaurantes salón de té, gracias al vertiginoso desarrollo de la economía china. Sólo en el primer semestre de 2006 se registraron más de 300 de estos inmuebles en la Oficina de Comercio e Industria de Beijing. Según estadísticas de la Asociación de Circulación de Té, en Beijing existían no menos de 300 establecimientos de este tipo antes de 2001, cifra que superó los 700 en 2004.

“Después del 2000 se ha visto cada día más casa de té”, confirmó Yang Chunwu, subgerente de la Casa de Té Wufu, la primera establecida en la capital del país con motivo de la difusión de la cultura del té, “pero existe un handicap: todos estos comercios son más o menos iguales”.

Antes, funcionaba como restaurante y teatro, luego se convirtió en lugar de reunión y salón de té Laoshe. En 1979, Yin Shengxi, su fundador, vendía por 0.02 yuanes una taza de té por la calle Qianmen, pero actualmente, en cualquier lugar, una tetera cuesta más de 100 yuanes, por encima de lo que algunos cobran en horas de trabajo. No obstante, este evento recién nacido llama mucho la atención de los medios de comunicación. “Existía la demanda potencial en el mercado de hace mucho tiempo, pero sin dirección oportuna”, comentó Yang. Sólo tras la publicidad en los medios, se formó una larga cola en la puerta de Wufu. Sin embargo, poco después muchos inversores se percataron del alto beneficio del negocio y establecieron lugares similares por la ciudad de Beijing, con sólo veintenas de juegos de té, además de la apertura de salones de bebidas buffet, como Xianzonglin Comida y Bebida (RBT, siglas en inglés) y la Casa de Té Be For Time.

“Faltan casas con carácter propio y de gran magnitud”, afirmó Zhen Danyang, consejero superior de Beijing Danshijia Consultoría de Gestión Co., Ltd.

Aprovechando la “Gestión del Café”

“Cuando entro en un Starbucks, pidiendo un café, simplemente no me satisface la sed. ¡Qué bien si las casas de té de China unificasen su marca y ampliasen la escala, estableciendo filiales en todo el mundo!”, expresó un ciudadano con emoción en Internet. Efectivamente, en este país, con una cultura de té tan antigua, es una lástima que falten salones de té con fama nacional. El modelo más conveniente para aprovechar es la gestión de Starbucks.

Esta cadena fue abierta en Seattle, Washington, en 1971, y tiene ahora más de 10.000 filiales. “Vale la pena absorber su experiencia para las casas chinas de té”, señaló Zhen, quien consideró a Starbucks la más popular entre el pueblo por sus bajos precios y conveniencia, además de usar la marca unificada y el mismo estándar de servicio, por lo que cuando uno prueba un café en un lugar, no dudará que en otros establecimientos encontrará la misma delicia.

“Si cualquier compañía china ofreciera una bebida de té en marca unificada con un precio adecuado, sin hablar de entrar el mercado internacional, sólo en China, significaría un gran logro, además de dar más empleos al pueblo y desarrollar nuestra cultura tradicional del té”, añadió Zhen.

“Las casas de té desempeñan un papel importante. Desde la calidad de los diferentes tipos de infusión y habilidad para preparar una taza de té hay un orden profesional”, por lo cual Yang Chunwu pide a todos sus camareros ser expertos en la bebida y poder transmitir sus conocimientos a los clientes en cualquier momento.

Con “ideología moderna”

“Los clientes no entran a una casa de té para matar la sed”, reflexionó Yang Chunwu, quien conoce mejor la ideología de servicio por su experiencia de subgerente en un hotel de cuatro estrellas en Hainan. “Son los clientes quienes aportan el salario de los empleados de nuestra empresa”, razón por la que el ejecutivo les exige a sus subordinados que tengan la capacidad de identificar el cliente más importante al ver entrar por la puerta a un grupo de personas, lo que también es un arte mental en la cultura tradicional.

“Té y café son dos creaciones bajo diferentes ambientes culturales”. Yang no considera Starbucks como rival, aunque tiene la similitud de conocer sus clientes. La Casa de Té Wufu estableció su documento de clientes desde 2005, siguiendo el ejemplo de Starbucks, que cita el sexo y edad de cada uno. El resultado de esta investigación indica que los hombres mayores de 30 años constituyen el 80% de todos los clientes, “ellos necesitan un ambiente elegante para negociar y reunirse con sus amigos”.

Yang aprecia mucho el modelo de gestión occidental. “China tiene su estándar estricto de producción de té, con normas concernientes de verificación según su tipo. La Casa de Té Wufu también tiene su carácter de venta, con expertos profesionales en las zonas principales de cultivo de la planta”, subrayó Yang.

Por su exitosa gestión, muchos inversores de todo el país le pidieron hacerse miembro de la alianza. Sin embargo, Yang se preocupa por la incapacidad de muchas tiendas para entender la comprensión de su gestión y cultura. Por lo tanto, “cada año hacemos una formación para los que se incorporan”, explicó. En los últimos años, Yang está investigando mercados como Australia e Inglaterra, con el propósito de establecer su marca en otros países.

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