En busca de las delicias
              Por ZHANG XUEYING 
              
                
              Es una felicidad tener buen apetito. Disfrutar del 
                placer de la mesa es considerado por los chinos la mayor alegría. 
                En este país, que da mucha importancia a la gastronomía, 
                el sector culinario registró el pasado año un volumen 
                de ventas de 1.220.000 millones de yuanes y duplicó su 
                magnitud. En este mercado activo y lucrativo, surgieron sin cesar 
                platos deliciosos y sabrosos, creados recientemente para corresponder 
                la demanda del comensal por un gusto diferente y renovado. 
              Ganar con lo novedoso 
              
                 
                    | 
                 
                 
                  |  El Camarón picante, 
                    de moda en la ciudad de Beijing. | 
                 
               
              En el último lustro, al igual que las ropas de moda, cada 
                año en las grandes ciudades de China aumentó el 
                interés por la moda de la comida. 
              Actualmente, los platillos picantes están dominando la 
                tendencia. Los chiles que se popularizaron en las zonas frías 
                y húmedas del interior del país son muy acogidos 
                también en el resto de la nación. Entre las ocho 
                escuelas de la cocina china, la de la provincia de Sichuan fue 
                reconocida como la más típica en la comida picante 
                y fuente de muchos platos recién creados, pero la preparación 
                ya sobrepasó el límite de lo material, condimento, 
                región e incluso nación. 
              Nadie es capaz de determinar a qué región 
                o país pertenecen los platillos de moda, estamos en una 
                época contra la tradición gastronómica, 
                declaró Bian Jiang, subsecretario de la Asociación 
                Culinaria de China. 
              La moda es resaltar algún color, estilo o gusto exótico 
                y foráneo, proveniente quizá de algún rincón 
                remoto y desconocido del país, o perteneciente a la receta 
                secreta de una familia, que se trasmitió de generación 
                en generación. Aunque las ocho escuelas gastronómicas 
                siguen marcando la tendencia principal del arte de la mesa, los 
                nuevos platillos también lograron sobresalir por su carácter 
                rico y variado y atraer a gran cantidad de comensales, sobre todo 
                jóvenes. 
              Además del menú, el ambiente de un restaurante 
                también forma un motivo importante para ganar clientes. 
                En Guangzhou, capital provincial de Guangdong, hay un restaurante 
                llamado Comedor de la Comuna. En su entrada una joven 
                vestida de militar, con un brazalete rojo que dice Servir 
                al pueblo saluda a los visitantes: ¡Bienvenidos, 
                camaradas! En las paredes del local cuelgan retratos de 
                Marx, Engels, Mao Zedong, Lenin y Stalin y también aparecen 
                carteles típicos de los años 60 del siglo pasado, 
                con el tema de obreros, campesinos y soldados, así como 
                los letreros de color rojo de ¡Apoyarse en esfuerzos 
                propios! y ¡Vida sencilla y lucha ardua!. 
                Todo este ambiente lleva fácilmente a la gente a la época 
                de Mao, a las comunas populares de las zonas rurales en las décadas 
                del 50 al 70. Vestidos como guardias rojos, los camareros sirven 
                los platos de sabor campesino, mientras de fondo se escucha música 
                revolucionaria. 
              Los restaurantes del tema de la Gran Revolución Cultural, 
                como Comedor de la Comuna, aparecieron en casi todas las grandes 
                ciudades. Según Wu Hao, gerente del restaurante, quien 
                se denomina a sí mismo secretario de la comuna, este tema 
                histórico es una buena forma de llamar la atención. 
                Requerimos nuestro carácter de armar el interés. 
                En la atmósfera de nuestro establecimiento, los mayores 
                sienten como si regresaran a su juventud y los jóvenes 
                pueden saborear una experiencia novedosa, explicó 
                el administrador de 32 años. 
              En Xiamen, ciudad también ubicada en la costa sureste 
                de China, hay un restaurante abierto por un fanático de 
                la novela de Kong-fu, Wang Zongchao, quien diseñó 
                su establecimiento imitando las escenas de las obras de Jin Yong, 
                el novelista de Kong-fu más aplaudido del país. 
               
              Dentro del restaurante todas las divisiones están identificadas 
                con nombres de las sectas del Wushu, Shaolin, Wudang, Emei, Huashan, 
                etc. En la pared de bambú cuelgan como elementos decorativos 
                los sables y espadas. En este restaurante me siento como 
                si me encontrara en el sitio de filmación de una telenovela 
                de Kong-fu. Todo fue fantástico y curioso, en especial 
                al terminar la comida, cuando los empleados nos despidieron diciendo 
                en voz alta: La montaña no varía su ubicación 
                y el río no cambia su curso. Tenemos seguramente la fecha 
                de volver a vernos y perdóneme por no poderle acompañar 
                más tiempo. En mi imaginación los maestros 
                de Kong-fu se despedían de esa manera, expresó 
                excitado un cliente. Aunque la mayoría de los visitantes 
                no dieron una alta calificación a los platillos del establecimiento, 
                desean regresar una y otra vez, para experimentar la atmósfera 
                particular. 
              
                 
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                  | Un restaurante otorga el 
                    certificado de campeón al cliente que aguanta el plato 
                    más picante. | 
                 
               
              En Beijing, milenaria capital imperial, muchos restaurantes nuevos 
                pusieron su acento en su estilo místico y aristocrático. 
                En un apartado y tranquilo callejón del centro de la ciudad, 
                hay un pequeño patio, sin ninguna marca ni letrero en su 
                fachada y ni siquiera los vecinos saben que allí funciona 
                una casa de comida. El exterior de la localidad es una típica 
                vivienda del siglo XIX de la clase media de la ciudad, llena de 
                elegancia y serenidad. Pero al entrar, se aprecia un cambio brusco 
                del tono. Un tejado traslúcido cubre el patio. Los faroles 
                rojos, colgados en los árboles y los marcos de las puertas 
                y ventanas, pintados también de rojo, revelan la posición 
                eminente de la familia que la había habitado. 
              Durante la noche, en un escenario luminoso, los actores interpretan 
                los espectáculos de la ópera Kunqu, melodía 
                de más de 600 años de historia, nacida entre las 
                familias nobles. Frente a la puerta se alinean tres divisiones 
                de color rojo escarlata y amarillo claro y se utilizan los cubiertos 
                dorados para armonizar con la atmósfera lujosa. En este 
                restaurante no hay gerente, sino un mayordomo, tampoco mozos, 
                sino sirvientes. Lo que se sirve en este ambiente de nobleza es 
                más un fondo cultural que alimentos. 
                
              Fuerza de la tradición  
                
              La voz de las críticas siempre existe. Preparación 
                excesivamente complicada, innatural y llena de arrogancia y caprichos 
                constituyen la calificación dada por muchos gastrónomos 
                a la nueva corriente del arte de la mesa. 
              Ahora comer dejó de ser el objetivo y cómo 
                comer es quizá lo que más interesa al comensal. 
                Sea la escuela de comida de que se trate, el sabor auténtico 
                es siempre lo más importante, opinó Wang Bin, 
                chef de la cadena de restaurantes Shanghai de Noche. 
              
                 
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                  | El Restaurante Houjiacai 
                    combina su arte culinario con la función de Club de 
                    Autos. | 
                 
               
              Sin embargo, no resultó nada fácil insistir en 
                el sabor auténtico en una época protagonizada por 
                la globalización, sustituido ya por el sabor mezclado y 
                combinado. Los cocineros también suelen utilizar los materiales 
                locales, en vez de buscarlos en su pueblo natal. Por eso el famoso 
                gastrónomo Cheng Zhenfang confirmó que ahora el 
                arte de la mesa sólo se diferencia en tradicional y moderno, 
                ser auténtico o no ya perdió importancia. 
              Según Cheng, un buen chef debe poseer un profundo conocimiento 
                por los materiales que utiliza, como la sal, pues hay sal cruda, 
                refinada y marina, entre otras. También hay que saber hacer 
                la combinación apropiada al seleccionar los condimentos. 
                Por ejemplo, en la Sopa de la Carne de Res, hay que agregar el 
                vinagre de la provincia de Shanxi. Pero en las Patas de Puerco 
                Avinagradas, conviene usar el vinagre añejo de Yongchun, 
                para eliminar la grasa del plato. 
              La fuente de los materiales también constituye un factor 
                importante para garantizar el sabor original. En el caso del restaurante 
                de Shanghai de Noche, aunque se abrió en Beijing, se insistió 
                en comprar las escienas y cangrejos cerca de Shanghai. Muchos 
                comensales, especialmente los provenientes de esa ciudad china 
                reconocen la autenticidad de los platillos. 
              Resulta más fácil acceder a las delicias de diferentes 
                partes del país en Beijing, gracias a las oficinas de representación 
                de los gobiernos provinciales, municipales e incluso distritales, 
                instaladas en la capital desde los años 50 del siglo pasado. 
                Estas delegaciones, parecidas a clubes para los paisanos, cuentan 
                por lo general con sus propios restaurantes, los mejores cocineros 
                locales y productos provenientes del lugar original. 
                
              Crisis del arte de mesa 
                
              El ritmo acelerado de la vida ha cambiado mucho el hábito 
                de alimentación de los chinos, sobre todo entre los jóvenes 
                que viven en las grandes ciudades, quienes dedican más 
                tiempo a cenar fuera y se interesan más por las comidas 
                rápidas. 
              Para mí el acto de comer tiende a convertirse en 
                una forma, suelo hablar sobre los asuntos laborales mientras como 
                y rara vez presto atención a qué estoy comiendo, 
                dijo un empleado de 33 años. 
              Según una encuesta entre las mujeres cuello blanco, 
                estas profesionales cocinan menos en casa que antes. Cada 
                día un mayor número de personas tratan de escapar 
                de los trabajos domésticos, como cocinar. Ellas desean 
                un modo más sencillo, práctico y rápido de 
                preparar la comida, concluyó Cai Meiqin, subdirectora 
                de la Facultad de Nutrición del Instituto de Medicina de 
                la Universidad de Comunicaciones de Shanghai. 
              Cocinar está perdiendo su función de unir la familia 
                y comunicarse sentimentalmente. La gente tiende a dedicar menos 
                tiempo a comer en familia. 
              
                 
                    | 
                 
                 
                  | Restaurante Baotianhuawei, 
                    en la calle Datong de la ciudad de Hefei, identificado como 
                    Comuna Popular. | 
                 
               
              Otra crisis para el arte gastronómico consiste en la oscilación 
                de la confianza por los alimentos. Los nutricionistas y especialistas 
                de alimentos lanzaron las primeras bombas sobre la comida. De 
                pronto surgieron un montón de expertos en gastronomía 
                y nutrición, que trataron de persuadir a las personas de 
                no comer nada sencillo. Antes se decía que los huevos eran 
                buenos para la salud, pero ahora lo niegan y declaran que la yema 
                es la culpable del aumento del colesterol. Antes el cereal se 
                consideraba sano y conveniente y ahora lo limitan al cereal no 
                elaborado. Algunos expertos advirtieron que se debía comer 
                el plátano con cáscara, pero enseguida otro estudio 
                reveló que esta conclusión no era científica. 
                De hecho no sé en cuáles debo confiar y en cuáles 
                no, reclamó Wu Yan, directora de contabilidad de 
                una compañía. 
              Por otro lado la contaminación ambiental, el uso excesivo 
                de insecticidas, enfermedades como el SARS, vacas locas y gripe 
                aviar, también aumentaron el temor de la gente. Además, 
                es creciente la atención de las personas a la salud y la 
                belleza, que promueve entre los chinos enriquecidos preocuparse 
                por lo que come. 
              El tiempo en que los platillos deliciosos suponían un 
                lujo pasó para siempre. Sea en la televisión, libros, 
                periódicos y sitios Web, la preparación de sabrosas 
                recetas constituye un tema de interés permanente. Todavía 
                recuerdo que en mi niñez toda la familia se reunía 
                entorno a la mesa para celebrar el banquete de la noche de la 
                Fiesta de la Primavera. La supuesta cena no llevaba en realidad 
                más lujo que platos de carne, pero me parecía que 
                era la más grandiosa y sabrosa que comía. Unos platos 
                muy comunes y corrientes en la actualidad, como pescado y camarón, 
                en aquel entonces eran imposibles de obtener y quedaban fuera 
                de la imaginación, recordó Wu Yan, que quizá 
                por ese motivo guarda hasta ahora una profunda fascinación 
                por la comida deliciosa. 
              De vez en cuando preparo una comida rica en casa o me reúno 
                con varios amigos en un restaurante. Estos momentos me relajan 
                mucho y me producen una gran alegría. 
              Todo ello lo resumió en una frase un gastrónomo: 
                La gastronomía es parte de la cultura, y también 
                de la historia.  
                
              
                
                  | Ocho grandes 
                    escuelas del arte culinario de China | 
                 
                
                  | En un país de vasta superficie 
                    como China, se generaron naturalmente, variados gustos gastronómicos 
                    y artes culinarios, debido a las diferencias geográficas, 
                    clima, productos y cultivos, cultura, religión e historia 
                    local. El especial gusto que ha cultivado el pueblo chino 
                    por la comida ha logrado crear, luego de un largo proceso, 
                    una rica cultura gastronómica, en la que destacan ocho 
                    famosas escuelas, las de las provincias de Shandong, Sicuani, 
                    Jiangsu, Guangdong, Fujian, Zhejiang, Hunan y Anhui, entre 
                    las cuales, las cuatro primeras lograron formarse más 
                    tempranamente. | 
                 
               
                
              
                 
                  | Sabores 
                    regionales | 
                 
                 
                  | Las tendencias generales de la gastronomía 
                    china señalan que, a los del sur del país, les 
                    gustan las combinaciones con el dulce, a los del norte, el 
                    sabor salado, a los del este, el picante, y a los del oeste, 
                    el toque agrio. En el sur la comida de la provincia de Jiangsu, 
                    una de las ocho grandes escuelas gastronómicas del 
                    país, resulta la más representativa y se destaca 
                    por el uso del azúcar. En ciudades como Suzhou, Wuxi 
                    y Shanghai, este ingrediente es imprescindible en la preparación 
                    de las diferentes recetas y en la provincia de Zhejiang su 
                    empleo llega a su apogeo. Los platos de la provincia corresponden 
                    a la escuela más antigua en su propio carácter 
                    local y se extinguieron por su sabor salado. Los habitantes 
                    de las provincias de Hunan, Hubei, Jiangxi, Guizhou, Sichuan 
                    y la etnia coreana del noreste de China prefieren la comida 
                    picante, entre ellos los de Sichuan y Hunan cuentan con el 
                    sabor más exquisito. En las provincias de Shanxi, Henan 
                    y Shaanxi la gente no puede vivir sin el vinagre, especialmente 
                    los shanxineses, que suelen tomar varias cucharadas de éste 
                    antes de comer. | 
                 
               
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