La literatura mexicana en China (II)

Por LIN YI´AN

(Continuación)

La tercera novela de Fuentes traducida al chino es Diana o la cazadora solitaria, que obtuvo menos repercusión que las dos anteriores.

De ese período es justo mencionar la introducción de otros tres importantes escritores mexicanos, Martín Luís Guzmán (1887-1976), cuya novela La sombra del Caudillo fue traducida por Zhao Deming y Han Shuijun, profesores del Departamento de Español de la Universidad de Beijing, y editada por la Editorial de Artes del Norte, en 1984; Jorge Ibargüegoitía (1928-1983), ganador del premio literario Casa de las Américas, Cuba, con Los Relámpagos de Agosto, pese a no lograr traducirse al chino, llamó mucho la atención de los estudiosos del idioma español en nuestro país por su estilo directo y sencillo. Sus dos obras, Las muertas y Dos crímenes, fueron traducidas por Jiang Zongcao y publicadas en 1988. El tercero es el también periodista Luis Spota (1925-1985). Al mismo tiempo, su espléndida novela Casi el paraíso vio dos versiones en chino, publicadas por la Editorial de Literatura Extranjera y la del Pueblo de Yunnan, por separado, en 1991. Sus traductores fueron Liu Yushu, quien fue consejero comercial en la Embajada de China en México, y Ding Wenlin, profesor del Departamento de Español de la Universidad de Beijing, también traductor de La tumba, novela mediana, primera obra del escritor mexicano José Agustín (1944-), publicada por la Editorial de Lijiang en el primer número de su revista Literatura Extranjera de la Juventud, en 1988, ambos han vivido y trabajado por largo tiempo en el país latinoamericano.

El autor Lin Yi´an.

El gran poeta Octavio Paz (1914-1998), premio Cervantes (1981) y Nobel de Literatura (1990), tiene el mayor prestigio en el círculo de creación literaria y lectura de China. En la primera mitad de la década del 90, el poema extenso de su obra representativa, Piedra del sol, fue traducido con éxito por Zhao Zhenjiang, entonces profesor adjunto del Departamento de Español de la Universidad de Beijing y miembro permanente del Consejo de la Sociedad de Estudios de Literatura Iberoamericana. Al revisarlo, me sentí muy animado. Recordé claramente que en 1985 tuve el honor de reunirme con el gran maestro en su casa, durante mi estadía en México. Había leído ya sus obras y conocía de su talento para interpretar, desde las versiones en inglés, poemas de los poetas clásicos chinos, como Li Bai, Du Fu, Wang Wei y Yuan Zhen, y me impresionó profundamente. Decidí de inmediato publicarlo en Literatura Mundial, revista autorizada de introducción correspondiente de China, a fin de satisfacer a sus lectores. Precisamente en octubre de 1990, la Academia Sueca otorgó a Paz el Premio Nobel de Literatura, noticia que alentó enormemente a los especialistas chinos en traducción.

Consideramos que un escritor como Paz era de primera y la presentación de sus obras se llevó a cabo mediante estudios concienzudos, mostrando el alto sentido de nuestra responsabilidad. Con vistas a que la introducción fuese perfecta, pedí a Zhao Zhenjiang que tradujera el discurso de Octavio Paz en la ceremonia de entrega del Nobel, al que sumó un comentario sobre el poeta. Todos se insertaron en el tercer número de Literatura Mundial, de 1991.

Acto seguido varios traductores chinos dieron a conocer las obras del mexicano, pero entre todas destacan las Obras Seleccionadas de Paz, publicadas en 1993 por la Editorial del Pueblo de Yunnan, como parte de la Colección de Libros Literarios Latinoamericanos. Zhao considera que esas creaciones sobresalen tanto por su carácter nacional profundo, como por su carácter mundial amplio, por su pasión ardiente e imaginación rica, como por su reflexión sensata y criterio particular. En ellas el autor combina las leyendas indígenas antiguas y la civilización moderna occidental, mezclando con destreza la narración, lírica, aspiración, historia, actualidad, política y otros elementos e incrustando la brillantez de la religión y la metafísica de Oriente entre líneas, para crear un estilo peculiar extraordinario.

Piedra del sol fue calificado por José Emilio Pacheco (1939-), conocido escritor y crítico literario de México, como “uno de los poemas más grandes creados en el castellano”, el cual encontró muchos confidentes del círculo de poesía de China.

A varios famosos poetas jóvenes y de edad mediana, Xi Chuan, Wang Jiaxin, Jidi Majia y otros, les encanta especialmente esta obra inmortal. Jidi Majia reconoció que “he sentido verdaderamente que los escritores y poetas latinoamericanos constituyen en forma oculta una armadura social, histórica y política detrás de toda la exploración artística que ellos practican. No importa cuán grande haya sido el elemento de ilusión en sus obras, el espíritu de realismo jamás se ha perdido (…) La mayor contribución de la literatura latinoamericana a la mundial son los mismos escritores y poetas, quienes han resucitado un continente maravilloso con sus plumas, mientras que la mayoría de sus obras evidencia la grandiosidad épica (…)”.

Lin Yi´an (en el centro) con niños mexicanos en la Plaza de la Constitución.

En febrero de 1989, redacté y edité en el primer número de Literatura Mundial de ese año La casa de los espíritus y algunos capítulos de De amor y de sombras, novelas de la célebre escritora contemporánea chilena Isabel Allende (1942-) y escribí un artículo sobre los autores de la pequeña generación del “Boom” de la literatura latinoamericana, que nacieron en los años 30 y 40 del siglo pasado, incluyendo a Fernando del Paso (1935-), Gustavo Sains (1940-) y Salvador Elizondo (1932-). En mi artículo dediqué más pluma y tinta a Paso, cuarto ganador del premio literario “Rómulo Gallegos”, en 1982, después de Vargas Llosa, García Márquez y Carlos Fuentes, porque el mexicano cuenta con amplios conocimientos, emprendiendo con valentía la innovación de la estructura de narración de la novela. Como convocador del consejo de redacción de la Colección de Libros Literarios Latinoamericanos, propuse invitar a Zhang Guangsen y Liu Xiaomei a traducir Noticias del imperio, novela de Fernando del Paso, que salió de imprenta en 1987.

La novela relata la historia de la invasión francesa a México, de 1861 a 1867, a través de una retrospectiva del pasado por parte de la emperatriz Carlota. En febrero de 1990, Zhang publicó en Literatura Mundial, con el seudónimo de He Xiao, su artículo sobre la obra, opinando que esta representa el nuevo avance de la literatura latinoamericana. Zhang y Liu fueron profesores de español del Instituto de Lenguas Extranjeras de Beijing, con buen dominio tanto del idioma chino como del castellano. El primero de ellos trabajó además como subjefe de redacción de Literatura Extranjera, redactor principal del Nuevo Diccionario Chino-Español y primer periodista de la Agencia de Noticias Xinhua en México por largo tiempo. Las experiencias opulentas ayudaron considerablemente a su traducción.

A comienzos de la década del 50 del siglo pasado, aunque el público chino se embelesaba por las películas mexicanas singulares, como El derecho de nacer, Las abandonadas, Espaldas mojadas, Corazón salvaje, Yesenia y Juana Gallo, los lectores no conocían verdaderamente obras literarias y dramáticas. La destacada El gesticulador, de Rodolfo Usigli (1905-1979), pasó a ser lamentablemente una versión traducida sin publicarse.

En China sólo las obras de grandes dramaturgos extranjeros, a saber Shakespeare, Moliere, Arthur Miller y Dürrenmatt, podrían ser escenificadas, mientras que los dramas latinoamericanos interpretados y llevados a escena fueron muy raros. Durante medio siglo, desde la Nueva China, cuatro similares gozaron del honor señalado, A Raposa e as Uvas, de Guilherme Figueredo (1915-), de Brasil, El centroforward murió al amanecer, de Agustín Cuzzani (1924-), de Argentina, Cañaveral, de Paco Alfondo (Anónimo), de Cuba, y Las bellas imágenes, de Pablo Salinas (1926-). Los primeros tres se representaron a finales de los años 50 y a comienzos de los 60 y la última fue traducida por Yang Mingjiang, quien estuvo trabajando en México por largo tiempo. Su versión fue editada mediante revisiones en el quinto número de 1989 de Literatura Mundial. El mismo año el drama fue llevado a escena en la pequeña sala del Teatro de Arte Juvenil de China, dirigido por Wang Pei, conocido director de escena, con pleno éxito. Wang apreció altamente el drama, diciendo que “en un cuento nada es nuevo y ningún argumento poco complicado. Mediante un encuentro casual de dos personajes y una rica connotación ideológica e impactante de la crítica de los vicios de la época en la vida real, el autor creó un gran tema de contradicción entre una personalidad falsa y una auténtica”. Añadió que este tema no se limita en una persona, una nación, un país… Se necesita reflexionar en todos los sentidos. Más tarde, la directora de la Estación Central de Televisión de China (CCTV), Wu Jirong, lo llevó a la pantalla, después de realizar los ensayos, ganando más amplio público. Resultó raro que un drama extranjero se viera tanto en el teatro como en la pantalla de China, a lo que el primer director de tramas del país, Lin Zhaohua, atribuyó mucho valor.

Novelas mexicanas traducidas al chino.

Durante la investigación de la literatura latinoamericana en Argentina, en 1993, leí la novela “Como agua para chocolate”, de la escritora mexicana Laura Esquivel (1950- ), y fui a ver la película adaptada de la novela homónima. Esta obra lleva una estructura particular y una forma de narración especial: se divide en 12 capítulos, relatando el cuento por 12 meses y con la manera de 12 recetas gastronómicas. Al mismo tiempo, con el abstractismo, Laura describe una tragedia amorosa de una pareja que se suicidó por aspirar el puro amor y rebelarse contra el sistema feudal patriarcal. Creí que era una obra buena y valía la pena presentarla a los lectores chinos. Después de regresar al país, planteé mi idea a la redacción de Literatura Mundial e invité a la traductora Duan Ruochuan, quien conoce muy bien la literatura mexicana, a traducirla completamente. La redacción consideró que una traductora podía reflejar perfectamente el carácter femenino fino, suave y resistente durante la traducción de una novela de una escritora femenina. Tras varios años, la versión traducida se publicó en el primer número de Literatura Mundial, de 1997, y tuvo una gran acogida entre los lectores chinos.

Después de entrar en el nuevo milenio, debido al problema de los derechos de propiedad intelectual y el estudio no profundo de los escritores contemporáneos mexicanos, el terreno de la traducción de China tomó una actitud prudente en el aspecto de presentación de la literatura mexicana y pasó una época difícil. Entre los autores mexicanos, uno que sorprende a los trabajadores chinos de la cultura del idioma español es Sergio Pitol (1933-), ganador del Premio de Literatura de Lengua Castellana de Miguel de Cervantes. Antes de obtenerlo, para el lector chino Pitol era un nombre desconocido. Pese a que en el Diccionario de autores iberoamericanos (edición de 1982) redactado por Pedro Shimose, aparece una breve presentación suya. En La novela hispanoamericana del siglo XX, del profesor John Brushwood, famoso crítico estadounidense de la literatura latinoamericana, no se encuentra el nombre de Pitol. En China, tampoco hay muchos artículos sobre él. En el Diccionario de Literatura Extranjera del Siglo XX, aunque existe una cláusula de Pitol, sólo consta de cinco líneas, sin más detalles, tan corto que se queda muy lejos de la presentación de Paso, José Emilio Pacheco y otros autores.

Aún así, los eruditos chinos captaron informaciones antes que Pitol obtuviera el Premio, en 2005. La noticia del lauro, dada a conocer en el país, impulsó la decisión de publicar sus obras dentro del sector de publicaciones chinas. En junio de 2006, Pitol visitó el país y fueron publicadas su novela Vida conyugal y su colección literaria de comentarios El arte de la fuga, permitiendo a los lectores chinos contemplar que el ángulo especial desde el cual el autor narra la literatura mexicana.

En resumen, si recordamos el recorrido de la literatura mexicana, que dura más de medio siglo, podemos encontrar las siguientes características:

I. Se convierte de pasivo en activo

II. Se transforma desde traducción literaria a directa.

III. La mayoría de los traductores o analistas han estado, visitado o trabajado en México y hablan castellano, además de poseer ricos conocimientos sensoriales de ese país.

IV. Desarrolla desde lo suelto a lo sistemático.

V. Camina desde un estándar de selección política unitaria a una presentación de multi-posición, ángulo y niveles.

Pese a que la presentación de los traductores y analistas chinos del sector no es perfectamente completa, algunos traductores tienen que mejorar su nivel de traducción, ellos han captado la vena relativamente clara sobre el desarrollo de la literatura mexicana y los lectores chinos pueden paladear y contemplar esta flor preciosa en el área literaria del mundo y aprender algo de ella y tomarla como referencia.

Lo que agrada a la gente es que el sector de traducción al castellano en la actual China va madurando y en este campo ha formado una magnitud y un equipo de personas calificadas. Tenemos confianza en que esta elite hará más contribuciones en la traducción y presentación de la literatura mexicana.


* Profesor-investigador del Instituto de Literatura Extranjera de la Academia China de Ciencias Sociales, vicepresidente permanente de la Sociedad China de Estudios de Literatura Iberoamericana.
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