China siempre está cambiando

Por LOUISE CADIOUX

LA gente suele decir: “Las cosas siempre son iguales, no importa cómo cambien”. Empero, esta frase no se aviene en el caso de China. A partir de la aplicación de la Reforma y Apertura al exterior, hace ya tres décadas, mientras se transforma todos los días con su acelerado ritmo de desarrollo, el país intenta mantener su particularidad, sobre todo después de conseguir el derecho a organizar los Juegos Olímpicos de 2008, gracias a los cuales Occidente pudo apreciar cómo está exponiendo una apariencia inesperada.

Un amigo que reside en Beijing hace un año me dijo: “Vine a China por primera vez en 1986. En aquel momento no había ningún edificio alto en esta ciudad. En los caminos se veía un montón de bicicletas. El ritmo de vida de la gente era muy lento y me dio la sensación de que nadie se dedicaba al trabajo”. Llegué por primera vez a la capital en 1994. Había muchos taxis y grúas por todas partes, trabajando en la construcción de los nuevos edificios. Para satisfacer la demanda apremiante de mejorar las condiciones habitacionales, se levantaban altos inmuebles como brotes de bambú primaveral. De hecho, en esa época, muchos chinos todavía vivían en casas pequeñas, de una sola planta.

En estos años, a la gente le gusta hablar de reformas de las empresas nacionales y transformación en la economía mercantil.

Explotación de las oportunidades del consumo

A medida que se agudizaba la globalización mundial y con la incorporación de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001, cada vez más compañías y marcas extranjeras penetraron el país, mientras las empresas locales prestaban más atención a los beneficios y el pueblo a cómo enriquecerse. La sociedad china en aquella etapa se situaba en la vorágine del desarrollo; a la par, el mercado de consumo se mostraba muy activo. La inversión en acciones también atrajo a muchos nacionales interesados en hacerse ricos pronto. A medida que avanzaba la transformación de viviendas, una gran cantidad de personas compró las casas asignadas por sus entidades a un precio bajo o las que se comercializaban al precio normal del mercado. Los supermercados sustituyeron a las tiendas de administración desordenada y los restaurantes permanecían abiertos hasta la media noche. Beijing comenzó a convertirse así en una metrópoli internacional importante. Como los occidentales, los chinos no perdían su tiempo en ver la TV en casa por las noches.

El cambio de la vida material afecta a los extranjeros que llevan algún tiempo viviendo en este país. Uno de mis amigos recuerda que “11 años antes vi un paisaje triste desde la ventana del hotel donde me alojé. En las carreteras sólo se apreciaban los autos VW Santana de dos colores, rojo y azul oscuro. Ahora, el coche se ha convertido en un producto que la clase media de China tiene capacidad de comprar, y quienes lo hacen suelen seleccionar los modelos más recientes de las marcas famosas del mundo. Algo similar ocurrió con la construcción urbana. Hace diez años, los edificios parecían muy monótonos. Actualmente, las grandes ciudades chinas invitan a los arquitectos de categoría mundial a diseñar sus proyectos constructivos”.

Aunque la vida material ha mejorado mucho, nadie puede omitir las desventajas que ha traído un desarrollo tan acelerado: contaminación ambiental, grandes diferencias en los ingresos entre las ciudades y el campo, incluida la disparidad en los salarios entre los trabajadores urbanos y rurales. A partir de la aplicación de la Reforma y Apertura al exterior, el Gobierno ha ayudado a millones de personas a liberarse de la pobreza y en estos momentos, a fin de buscar un desarrollo equilibrado y asegurar una armonía social, se esfuerza en establecer un sistema de seguro social y mejorar la vida de los campesinos.

Es una tarea pesada y el camino es largo.

Cambios en lo espiritual

Durante las tres décadas recientes, el cambio considerable no sólo ha repercutido en la vida material del pueblo, sino también en otros aspectos. Un ex colega me comentó: “Mi salario ha subido en estos últimos años, al igual que mi posición social. Antes los intelectuales no eran respetados por la sociedad. Pero tras la aplicación de esta política, me he convertido en un trabajador en el sentido completo de la palabra”. De hecho, en muchas áreas, tanto el concepto de valor, como el del estado espiritual y las costumbres de vida de los chinos han cambiado mucho. Para los occidentales, China nunca será un sitio misterioso.

China ha avanzado enormemente en los contactos con Occidente. Tanto los extranjeros que llevan muchos años viviendo en este país, como los chinos residentes mucho tiempo en el extranjero se percatan de ello. Hace diez años, un extranjero que caminaba por las calles podía atraer la atención de los chinos. Ahora, gracias a los reportajes de diversos medios de comunicación y los contactos e intercambios frecuentes con otros países, los chinos no consideran a los extranjeros tan ideales.

Al mismo tiempo, pese a que a los chinos les fascina la vida occidental, ellos mantienen con orgullo sus tradiciones. El confucianismo no recibe crítica y la gente se percata de que la cultura tradicional china sirve más comparada con el estudio del inglés. Cada día más gente común y corriente presta atención a los asuntos del Gobierno y participan en la búsqueda de soluciones a los problemas. Por ejemplo, las organizaciones no oficiales desempeñan cada vez un papel más relevante en la preservación del medio ambiente.

En el ámbito mundial, el gigante asiático define cada vez más claramente su posición actual y futura. Mientras que Occidente, mediante la cooperación con los organismos extranjeros, ha visto una China que coexiste junto con ellos, se trata de una China con más confianza, que expone un concepto de más valor y cada día atrae más la atención del mundo.

En el presente, ¿lo que enfrentamos es una China permanente o una China que está cambiando todos los días? De todas maneras, podemos ver que por la mañana en los parques la gente practica Taiji y canta la ópera de Beijing. Es decir, el Sol asciende cada día y la vida sigue su paso de desarrollo estable.

Dirección: Calle Baiwanzhuang 24#, Beijing, 100037, China
Fax : 86-10-68328338
Sitio Web : http://www.chinatoday.com.cn
E-mail: chinahoyes@yahoo.com.es
---------chinahoylm@yahoo.com.mx
Todos los derechos reservados: China Hoy