Tradición y modernidad
--Vida
real de los huis en Ningxia
Por LU RUCAI
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La Gran Mezquita Xihuan,
en Yinchuan. |
Ding Ling, una chica hui de 20 años, trabaja en el recién
abierto centro gastronómico y cultural de los musulmanes,
localizada en Yinchuan, capital de la región autónoma.
Este centro intenta presentar a los clientes la comida islámica
y artículos de uso diario de esa cultura. A pesar
de que mis padres son huis y creen en el islamismo, no sé
hablar árabe. Sólo cuando mis padres recitan el
Corán en casa, puedo oirlo, pero no lo hablo. Ding
Ling añade que la mayoría de los huis jóvenes
como ella no sabe hablar esa lengua extranjera ni entienden bien
el contenido del Corán.
En el primer piso de este centro se exhiben prendas, alfombras
y tapices, servicios de mesa y de té, bordados, papeles
recortados, etc. En el segundo piso está una expo-venta
de alimentos islámicos. Wang Yan, responsable de la expo-venta,
observa que en el semestre desde la apertura, este departamento
ha atendido a clientes provenientes de más de diez países,
en su mayoría del Medio Oriente. Los artículos de
cuero y piel, el té con ocho ingredientes, semillas de
cambrón y otros alimentos, típicos de Ningxia, son
bien acogidos. En opinión de Wang, es fácil distinguir
a primera vista una obra de bordado local de las confeccionadas
por los artesanos hans. Los motivos del bordado y los papeles
recortados de los huis se inspiran ante todo en flores y plantas.
Pocas veces contienen imágenes humanas, lo cual es atribuible
al entorno de su vida desde la antigüedad. Y las pocas figuras
humanas que aparecen en las piezas de bordado son exclusivamente
de chicas huis. Las piezas de bordado en exhibición las
ha comprado la compañía a mujeres huis de la zona
montañosa del sur de la región. Todas son labores
hechas a mano.
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El calígrafo Zhang
Ziying muestra la escritura árabe en el Centro Gastronómico
y Cultural de los Musulmanes. |
Zhang Wei, funcionario encargado de la cultura y comunicaciones
en la región autónoma, indica que, antes de venir,
muchos suponían poder distinguir a los huis de los hans.
Pero en realidad es imposible simplemente por la cara, la ropa
y la lengua hablada. Ding Ling señala que la mayoría
de los jóvenes huis no visten según la usanza étnica.
Sólo los ancianos llevan puesto el gorro de misa y las
mujeres maduras portan pañuelos en la cabeza.
El Museo de la Etnia Hui de China, asentado en el distrito de
Yongning, Yinchuan, es parte del Parque de la Cultura Hui de China
y el único museo especializado en las manifestaciones de
la cultura e historia de la etnia hui e islámicas. La mayoría
de sus guías son chicas huis. Zhang Yuxin, de 22 años,
graduada de idioma árabe en el Instituto de Islamismo de
Ningxia, explica que sólo va a trabajar un tiempo aquí,
pues ha solicitado ir a estudiar a la Universidad Al Azhar, en
Egipto. Quiero alcanzar un nivel mas alto de traducción
del idioma árabe, enfatiza. Y agrega: Los huis, desde
hace mucho tiempo, somos expertos en hacer negocios. Al
referirse a su futura vida en Egipto, Zhang aclara que desea trabajar
en una empresa de comercio o construcción, o servir como
intérprete en un país árabe, porque ahora
va en aumento la demanda de intérpretes de este idioma.
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Ding Ling, vendedora de 22
años, enseña a los visitants el kouxian, instrumento
musical único por sus características. |
Mientras acompaña a los turistas por el museo, y si éstos
le piden, ella entona salmos en árabe en alabanza al Profeta
Mahoma.
La industria islámica en despegue
En China, además de los huis, una docena de etnias como
los uigures y los kazajos también profesan el islamismo.
Hay más de 20 millones de ciudadanos que se adhieren
a las costumbres gastronómicas de tradición musulmana,
explica a la reportera. A pesar de que los huis sólo representan
una tercera parte de la población de Ningxia, su cocina
islámica prevalece sobre las demás.
Wang Jian, director de la Comisión de Asuntos Étnicos
de Ningxia, notifica que, hasta finales de 2007, en la región
había más de 9.000 restaurantes, empresas y tiendas
de alimentos islámicos. De ellos, la mayoría son
restaurantes, mientras que apenas 1.700 son compañías
minoristas y mayoristas. Tan sólo la ciudad de Yinchuan,
capital de la región autónoma, registró el
año pasado un valor global de producción estimado
en 1.961 millones de yuanes por el procesamiento de alimentos
y la fabricación de artículos para la salud y otras
mercancías, todos destinados a los ciudadanos musulmanes.
La Compañía de Alimentos Cárnicos Islámicos
Laoheqiao, domiciliada en el sur de la ciudad de Wuzhong, sacrifica
cada año a más de 800 mil ovejas y cabras y a más
de 80 mil bueyes. Xi Yushan, jefe de la oficina principal de la
compañía, señala que los huis representan
más del 50 por ciento de la población de Wuzhong,
sobrepasando los 650 mil. Ello implica una especial ventaja para
la producción de tales alimentos. Además de vender
sus productos cárnicos islámicos en el mercado nacional,
la empresa los exporta a Emiratos Árabes Unidos y Jordania,
entre otros países. Debido al cierre de montañas
y la prohibición del pastoreo allí, la compañía
consigue comprar cada día menos bovinos y ovinos. Por lo
tanto, está considerando construir un criadero propio.
Su matadero corre a cargo de los ahongs (sacerdotes islámicos)
de las tres mezquitas más cercanas. La carne de res de
alta clase se vende a 80 yuanes el kilo como precio de fábrica,
más elevado que el precio normal.
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Trajes de musulmanes
fabricados por la Compañía Limitada Tongxin
reciben Buena acogida de los consumidores. |
Zhang Yuxin,
guía local, en el Museo de la Etnia Hui. |
En la ciudad de Wuzhong hay más de 150 mil empresas y
negocios autónomos de alimentos islámicos como la
compañía mencionada, los cuales alcanzaron un valor
productivo de 3.700 millones de yuanes en la primera mitad del
año corriente. Por consiguiente, Wuzhong ha sido designada
oficialmente centro industrial de alimentos y artículos
de uso islámicos de China.
A fin de acelerar el desarrollo del sector, se fundaron el Centro
de Intercambio de Economía y Cultura Islámicas de
Ningxia y el Centro de Certificación de Comercio Internacional
de Alimentos Islámicos de Ningxia. En 2007, la región
autónoma se adjudicó la certificación del
Organismo de Desarrollo Industrial HALAL0 de Malaysia para alimentos
islámicos, y gracias a ello, ha logrado un canal de acceso
a los mercados de los países islámicos, incluidos
los árabes.
Educación sincrónica
La Escuela Secundaria Liupanshan y la Yucai, fundadas con una
inversión mayor de 600 millones de yuanes, costeada por
el gobierno de Ningxia, tienen fama tanto en la región
como en el resto de China. Las mismas acogen a los alumnos pobres
del sur de Ningxia que se encuentran en la segunda etapa de educación
media, quienes no necesitan pagar los gastos escolares y el alojamiento.
Lo que es más, el gobierno local da a cada estudiante 1.000
yuanes por año como subsidio para su vida cotidiana.
Lao Ma vive en la aldea Datanchuan del distrito de Tongxin, Wuzhong.
Todos los vecinos son huis. Su hijo Ma Li, de 16 años,
y más de diez chicos de la aldea estudian en la Escuela
Secundaria Liupanshan. La profesora de Ma Li dice que éste
sólo tiene que pagar algo más de 600 yuanes como
gastos de libros de texto, ropa y seguro para poner punto final
a la matrícula. Ma Li dice que de su antiguo grupo de más
de 60 compañeros de clase, una docena fue admitida por
Liupanshan, fundada en 2003, y otros por Yucai, fundada en 2005.
Sin embargo, su hermano y hermana no han tenido tan buena suerte
como él.
El rector de Liupanshan, Jin Cunyu, expresa que la escuela da
preferencia especial a los alumnos huis provenientes del norte
de Ningxia, al igual que a los procedentes de las zonas montañosas.
Esta opción es muy significativa para fomentar la educación
en las zonas montañosas y las del norte de la región.
De entre los más de tres mil alumnos de Liupanshan, cerca
de 1.200 son huis provenientes de nueve ciudades y distritos como
Guyuan, Wuzhong y Tongxi.
Ma Yan, llegada de la aldea Yanchi, en Wuzhong, es una alumna
del tercer curso de estudios preparatorios, y la única
chica hui en su dormitorio. Manifiesta a la reportera que no se
siente incómoda en la escuela, pues el restaurante es de
estilo islámico y ella se lleva muy bien con sus compañeros
hans. Estoy decidida a entrar a alguna universidad en Beijing
cuando me gradúe aquí, dice la chica.
El gobierno de Ningxia ha puesto más de 300 millones de
yuanes en la reconstrucción estandarizada de más
de cien escuelas primarias y secundarias para alumnos huis. Para
el mes de septiembre de este año se había concluido
la reconstrucción. Gracias a la educación obligatoria
gratuita de nueve años, la tasa de asistencia escolar de
los niños huis se acerca a casi cien por ciento, aun en
las zonas montañosas más apartadas.
La creencia continúa
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Dos ancianos esperan para
orar fuera de una mezquita. |
Wang Wanqiang, hui de 75 años que vive en la ciudad de
Yinchuan, acude cinco veces al día a la Mezquita Xihuan,
la cual está enfrente de una nueva zona residencial donde
está su casa. Pero nos relata que sus hijos pocas veces
van a orar y han dejado la casa en busca de empleo.
Ma Zhanwen, de 35 años de edad, es clérigo superior
de la Mezquita Xihuan, a cargo de los asuntos religiosos. Explica
que este templo fue construido en 2003 y atrae a entre dos y tres
mil creyentes que viven cerca.
A partir de 2002, el gobierno de Ningxia ha organizado delegaciones
de peregrinos a La Meca. Afortunadamente, le tocó a Ma
Zhanwen dirigir el primer grupo. Como ellos tienen que viajar
por cuenta propia, los que van deben tener solvencia económica.
Los gastos del viaje ascienden a más de 30 mil yuanes.
Por otra parte, deben tener buena salud para poder soportar el
viaje agotador. Hei Fuli, vice presidente de la Asociación
Islámica de Ningxia, manifiesta que desde 1985, año
en que China recuperó el envío de delegaciones a
La Meca, los musulmanes que asumen este viaje aumentaron de 15
en 1988 a más de 1.600 en 2007. En suma, más de
ocho mil personas han ido a La Meca. A partir del año pasado,
los musulmanes de Ningxia pueden tomar aviones charter en Yinchuan
para volar directamente allí.
En el distrito de Tongxin, del municipio de Wuzhong, hay una
gran mezquita de más de 600 años de antigüedad,
la cual sigue atendiendo a los creyentes. Zhou Zhijiang, director
de la Administración de Asuntos Religiosos de Tongxin,
acota que cuando se celebra el Ramadán, allí se
congregan hasta dos mil personas. En una población ligeramente
superior a los 360 mil, 86 por ciento son huis, razón por
la cual Tongxin es una de las zonas donde mejor se conservan las
costumbres de la etnia hui. El gobierno ha creado un fondo destinado
al desarrollo de las minorías étnicas, con el fin
de ayudar a emigrar y prosperar a los huis de las zonas pobres.
La verdad es que la mayoría de las personas que vienen
a nuestra mezquita son de edad, y los jóvenes pocas veces
lo hacen, admite Ma Zhanwen. Sin embargo, el islamismo estimula
a la gente a superarse en el trabajo y los estudios académicos.
Ma espera que los jóvenes vuelvan al templo cuando sean
viejos.
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