Cultura ecológica de tradición china
Por XIN XIN
"La crisis ecológica que hoy enfrentamos
no se originó del régimen ecológico en sí,
sino de nuestro régimen cultural. Éstas son
palabras de Donald Waster, célebre historiador ecológico,
que nos hacen reflexionar sobre la cultura ecológica tradicional
de China, una enriquecedora perspectiva que la cultura prevaleciente
actual debería absorber y explorar, especialmente como
parte del proceso del necesario tránsito del actual modo
de desarrollo, insostenible para el entorno natural, a la denominada
sociedad protecdora del medio ambiente.
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Según el Feng-shui,
un domicilio ideal debe tener una montaña por detrás
y un arroyo o lago por delante, para la armonía entre
las personas y la Naturaleza. |
Según estudiosos, en el Shi Jing (Clásico
de Poesía), la colección más antigua de poemas
de China (siglo XI a.d.C. siglo VI a.d.C.) se registran
132 plantas de 59 familias. Expresar el sentimiento por medio
de los paisajes naturales ha sido una larga tradición de
la lírica china. A ojos de los chinos, la Naturaleza conlleva
algún carácter humano y el ser humano representa
parte de la Naturaleza. Todos los seres conviven y no se
perjudican; todos los caminos son paralelos y no se contradicen
entre ellos, se afirma en el Guang Yun (Rima Ampliada),
otro clásico chino del siglo X. Tal pensamiento defensor
de la armonía entre la Naturaleza y el hombre fue aceptado
y reconocido por los chinos en diferentes etapas de la historia.
Para los intelectuales chinos, la Naturaleza es el hogar espiritual
donde tanto su pensamiento como su cuerpo logran acomodarse. Luego,
en la literatura y la pintura apareció la corriente dedicada
a alabar el campo y la naturaleza. El paradigma de Armonía
entre la Naturaleza y el Hombre no se detenía en
la teoría filosófica, sino que se convirtió
en el objetivo y la práctica de muchas personas.
Dejar la red abierta
en tres de los cuatro lados
Cuenta la historia que el emperador fundador de
la dinastía Shang (16001046 a.d.C.), Shang Tang,
estaba imbuido de un amor abarcador de todos los seres. Cierto
día vio a un hombre levantar su red en el campo para atrapar
pájaros en vuelo, para lo cual el cazador pronunció
una oración pidiendo ayuda al Cielo. Shang Tang le ordenó
retirar la red por tres de los cuatro lados y él mismo
rezó para que las aves no cayeran en la trampa, a menos
que, por su propia voluntad, dejaran de desear vivir. Cuando los
habitantes de otros confines supieron de la anécdota, consideraron
a Shang Tang un rey bondadoso y benévolo, así que
decidieron aceptar su liderazgo.
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Liberación de alevines
de peces de aguas frías en el río Ertix, en
la prefectura de Altay, Región Autónoma Uigur
de Xinjiang. |
En la China antigua, típica sociedad agrícola,
el cultivo de cereales era cosa de suma importancia. Según
el emperador Jingdi de la dinastía Han del Oeste (siglo
II a.d.C.), los cereales, la seda y el lino eran más preciosos
que el oro, las perlas y el jade. En el siglo III a.d.C., la explotación
agrícola marchaba casi pareja a su escala en el día
de hoy. Sin embargo, la tala y la quema indiscriminadas de bosques
ocasionaron enormes daños al entorno natural, al punto
de provocar continuas inundaciones del río Amarillo. En
consecuencia, se hizo necesario buscar métodos nuevos,
como paso previo a la protección de la Naturaleza.
Dicen que los primeros funcionarios de administración
de la Naturaleza datan de cuatro mil años. Desde el siglo
XXI a.d.C. hasta el año 221 a.d.C, los cargos de control
ambiental se separaron en cuatro: funcionarios de las montañas,
de los ríos, de la campiña y de los bosques. Sus
obligaciones incluían la publicación de reglamentos
sobre uso de recursos ecológicos y ambientales, así
como la tarea de hacer registros al respecto. La ley determinó
que en primavera, excepto para hacer ataúdes, estaba vedado
talar árboles, para favorecer la proliferación de
bosques. En cuanto a la pesca, no se permitía secar los
ríos, ni quemar bosques para el cultivo. Tampoco se toleraba
cazar animales en su período de reproducción, ni
hacer presas a los cachorros. Para la agricultura se inventó
la rotación de cultivos, entre otros métodos, gracias
a lo cual muchas tierras de labranza siguen cultivables en nuestros
días a pesar de haber sido trabajadas durante milenios.
Pensamiento de la
armonía
El periodo que va del siglo VIII a.d.C. al siglo
III de nuestra era fue una edad de oro de la filosofía
china, cuando casi todas las teorías filosóficas
tomaron forma. Lo interesante es que prácticamente todas
las escuelas de pensamiento rindieran culto al concepto de la
Armonía entre la Naturaleza y el Hombre, pero
lo hacían de manera diferente. El taoísmo proponía
mantener la Naturaleza intacta, y el confucianismo, su aprovechamiento
apropiado.
El núcleo del confucianismo es la benevolencia.
Según Confucio (551-479 a.d.C.), el hombre debe mostrar
respeto y temor a la Naturaleza. Hay que pescar con la caña
y el anzuelo, no con la red, ni cazar pájaros en el nido.
Al ver a un discípulo suyo pescar y dejar escapar los peces
pequeños para quedarse sólo con los grandes, Confucio
lo elogió como persona virtuosa. Respetar a la Naturaleza
y adaptarse a ella es conducta de sabios, mientras que resulta
pernicioso talar árboles y cazar fuera de temporada.
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Barcos de pesca descansan
en una playa durante la temporada de veda, en la provincia
de Fujian. |
Conforme a Dong Zhongshu, filósofo eminente
(179 a.d.C.año 104 a.d.C.) quien dejó establecida
la posición dominante del confucianismo, el Cielo, la Tierra
y el hombre forman un conjunto, y cada uno conlleva su propia
responsabilidad. Dong desarrolló la teoría confuciana
del amor a las personas, al extenderlo a todos los seres. Amar
al pueblo, incluso a las aves, los animales y los insectos.
Otro destacado filósofo, Cheng Hao (10321085), declaró
que los seres de la Naturaleza son como nuestros cuatro miembros,
¿cómo podemos negarles nuestra atención?
El gran confuciano Wang Yangming (14721529) dijo de modo
similar que todos los elementos naturales, al igual que el hombre,
pertenecen a una misma entidad.
El confucianismo aboga por el criterio del justo
medio en el aprovechamiento y la explotación del
entorno natural. El justo medio representa la región
más elevada de la sabiduría y es un equilibrio muy
sofisticado, diji una vez Lin Yutang (1895-1976), famoso
escritor chino.
La filosofía taoísta se caracteriza
por el pensamiento que preconiza el abandono de la vida mundana,
argumento que le sirvió para desarrollar su explicación
de la Armonía entre la Naturaleza y el Hombre. Su fundador,
Lao Zi (siglo VI a.d.C., nacido antes de Confucio), creía
que en el Universo la continuidad de la vida son el camino y la
virtud de la Naturaleza. La ley de la Naturaleza es No hacer
nada; todo está hecho. Según Zhuang Zi (369-286
a.d.C.), pensador taoísta, cualquiera convive con
el Cielo y la Tierra y es uno con todas las cosas y de
la belleza natural se llega a los principios de las cosas.
No faltan coincidencias entre el taoísmo y el confucianismo
respecto a lo que es amar a las personas y facilitar otras
formas de vida.
Filosofía
en la vida cotidiana
En la antigüedad la Armonía entre
la Naturaleza y el Hombre, además de ser aspiración
espiritual de los intelectuales, se evidenciaba en muchos detalles
y costumbres de la vida cotidiana. La consecución de un
hábitat en armonía con la Naturaleza es parte del
objetivo de vida de muchos chinos comunes. El Feng-shui (geomancia)
expone por excelencia la concordancia entre la ecología
arquitectónica y el pensamiento de la Armonía
entre la Naturaleza y el Hombre.
Al Feng-shui se lo conoció inicialmente como
Kan Yu: Kan significa Cielo y Yu, Tierra. Era el arte de apreciar
cada lugar para ayudar a la gente a seleccionar sitios adecuados
para vivir. Un hábitat conveniente, según el Feng-shui,
se encuentra junto a una montaña y rodeado por un arroyo,
además de propiciar la relación armoniosa entre
el hombre y el entorno. Una rica cobertura vegetal libera oxígeno
fresco y el agua es elemento imprescindible para la hermosura
del ambiente. La mayor parte de las arquitecturas chinas famosas
se corresponde con el principio de reclinarse sobre montañas
y tener ríos o lagos por delante, como puede verse
en los jardines clásicos de Suzhou y las viviendas antiguas
en el sur de la provincia de Anhui. La aldea Hongcun, en Anhui,
combina precisamente este principio en la construcción
y distribución de sus viviendas. Éstas, además
de contar con colinas por detrás y un río por delante,
están conectadas por corrientes de agua. Este paisaje dota
al pueblo de una pujante vitalidad.
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