Tíbet, 30 años
después (I)
Tres décadas después de la aplicación de
la Reforma y Apertura, la Región Autónoma del Tíbet
ha experimentado drásticos cambios y las masas populares
tibetanas han llevado una nueva vida de felicidad y prosperidad.
Hacia una vida modestamente acomodada
Jiaba, aldeano del cantón de Bayi, del distrito de Linzhi,
construyó recientemente una vivienda de dos pisos que abarca
un área total de 200 m2. Entrando en su casa, se ven sofás
bien decorados, tangka (pinturas tibetanas) colocadas en la pared
y armarios tallados con figuras tradicionales. Antes, tres cosas
eran necesarias, pero lujosas para cada familia tibetana, o sea,
la máquina de coser, el televisor en blanco y negro y la
bicicleta, pero ahora en cada hogar se usan también otras
tres: el televisor en colores, el refrigerador y la lavadora.
En tiempos pasados, los tibetanos vivían en casas de madera
y arcilla, con los animales en el piso inferior. A partir de 2006,
el gobierno local ha emprendido el Plan de Vivienda Segura e invirtido
más de 1.300 millones de yuanes para albergar a 114.000
familias, o sea, 570.000 personas.
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La Universidad del Tíbet. |
En los últimos años, el Gobierno Central invirtió
100 millones de yuanes en el proyecto de colocación de
pastores, a través del cual 50.000 familias nómadas
tuvieron por primera vez casas fijas. Según estadísticas,
en 2006 los aldeanos tibetanos ocupaban per cápita de 20,9
m2 una superficie de viviendas, el índice más elevado
en China, con lo que se solucionó por completo el problema
de la convivencia adecuada entre el hombre y los animales en las
zonas rurales.
Abian, un aldeano del distrito de Zhada, empezó a dedicarse
a la producción de lana en el momento en que el Gobierno
invirtió en la fabricación de lana en el noroeste
del Tíbet. El ingreso de su familia se elevó año
tras año. Antes de la Reforma y Apertura era un aldeano
ordinario que se preocupaba por la comida y la vida diaria, igual
que la mayoría de los tibetanos.
En los 30 años posteriores al establecimiento de
la mencionada política y con el rápido desarrollo
socioeconómico del Tíbet, aumentó el ingreso
de los habitantes de la región y se elevó de manera
constante el nivel de vida, reconoció Dawa Dunzhu,
director adjunto del Buró de Estadística del Tíbet.
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Tractores en trabajos agrícolas. |
Según cifras oficiales, en 2007 el ingreso disponible
por habitantesurbano y el ingreso neto por habitante rural ascendieron
a 11.131 y 2.788 yuanes respectivamente, que representan un incremento
de 10.566 y 2613 yuanes en este orden, en comparación con
1978. Esto implica una tasa de crecimiento anual superior al 10
por ciento.
En los últimos años, con el mejoramiento
del nivel de vida, la forma de vestir de los tibetanos tiende
a ser más moderna, cómoda y característica,
señaló Dawa.
En las tiendas grandes de Lhasa se ve una enorme cantidad de
ropa. Kangba (joven tibetano que vive en el oeste de Sichuan)
se está probando un jérsey de color marrón.
Después de ponerse la nueva prenda, luce más elegante
y guapo.
Treinta años atrás, cuando el tractor entró
en la aldea, los vecinos se mostraban muy curiosos. Ahora el tradicional
modo de cultivar la tierra fue sustituido por las máquinas
y es común y corriente para los campesinos comprar un tractor
o un camión.
Para los habitantes urbanos no es un sueño lejano comprar
un coche. Por la calle Jiangsu, de la ciudad de Lhasa, transitan
muchos coches de marcas famosas, como Nissan y Buick. Según
los registros de control de automóviles, tan sólo
en la capital tibetana había cerca de 50.000 coches privados
hacia finales de 2007.
Desarrollar la agricultura con tecnología
En el invierno, muchos aldeanos entran en la sala de clases para
aprender técnicas de aplicación de fertilizantes
químicos y la prevención contra las epidemias del
ganado. Los adelantos de la agricultura han beneficiado mucho
a los aldeanos.
El Tíbet ha insistido en introducir y promover las tecnologías
disponibles, tomando la ciencia y el equipamiento moderno como
la base del desarrollo del sector agropecuario. Además,
ha impulsado estudios científicos sobre la agricultura
y la ganadería de meseta, para elevar el contenido de la
ciencia en la producción y aumentar los ingresos del pueblo.
La plantación de verduras es una cosa fácil en
otro lugar. Pero en la meseta estos cultivos no crecen bien y
a veces no dan frutos. Por eso los tibetanos siempre dicen que
la carne era para los pobres y la verdura para los ricos.
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Los tibetanos
gozan de los beneficios del servicio médico. |
Alumnos en clase. |
Alumnos tibetanos
en la clase de inglés. |
La primera asociación de agricultores de verdura fue establecida
en el distrito de Bailang, de la prefectura de Xikaze, con el
propósito de organizar a los aldeanos individuales en la
capacitación. Ahora en esa zona hay 3.867 invernaderos,
que benefician a 1.600 familias rurales, cada una de las cuales
puede obtener anualmente 6.000 yuanes de ingresos.
En 2007 el Gobierno invirtió 366.120.000 yuanes en 48
proyectos agrícolas y ganaderos. Después de la entrada
en funcionamiento de la línea ferroviaria Qinghai-Tíbet,
las autoridades invirtieron 19.978.000 yuanes para establecer
bases de cría de yaks en Lhasa, Nagqu y Qamdo y formar
la franja de producción de lana en Nagqu, Ngari y Xigaze.
Construir el camino para enriquecerse
A principios de los años 1960 circulaban pocos automóviles
y muchos carruajes en la carretera Sichuan- Tíbet. De la
aldea Lamu, en el distrito de Dagze, a la ciudad de Lhasa hay
sólo 50 Km., pero en tiempos pasados se necesitaban dos
días de viaje. En la década del 70 comenzó
a funcionar el servicio de autobuses, pero no había muchos
pasajeros. En los 80 las bicicletas se volvieron popular entre
los jóvenes para ir al trabajo y desaparecieron los carruajes,
y en el decenio siguiente aparecieron masivamente los minibuses
y taxis, así como muchos coches privados.
Según Zhao Shijun, director del Buró de Transporte
del Tíbet, en 2007 se ejecutó una inversión
de 415 millones de yuanes en las carreteras, lo que supone un
nuevo record local. La construcción de carreteras alcanzó
más de 1.500 Km., 752 de los cuales son caminos asfaltados,
distribuidos en cinco distritos.
Durante los cinco años transcurridos, una inversión
total de 18.740 millones de yuanes se destinó a la reconstrucción
de las carreteras Qinghai-Tíbet, Sichuan-Tíbet y
Yunnan-Tíbet, obras que llevan los caminos asfaltados a
24 distritos, además de facilitar el transporte terrestre
entre China y la India. El 90 por ciento de los cantones han sido
conectados por carreteras y la longitud de los caminos del Tíbet
llega ahora a 48.600 Km., cifra que para finales de 2010 se prevé
alcance los 50.000 Km., una parte de los cuales serán autovías
de primera categoría.
La construcción del ferrocarril Qinghai-Tíbet puso
fin a la carencia de vías ferroviarias en la región.
La puesta en marcha de este camino sobre rieles servirá
para estrechar los vínculos entre el Tíbet y el
interior del país, aumentar su intercambio con el mundo,
facilitar la renovación de la mentalidad de los habitantes
y promover el desarrollo a saltos del Tíbet.
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