Un obrero de un taller de alta tecnología en el poblado de Hai´an, provincia de Jiangsu.

Altas tecnologías traen esperanza
para las empresas privadas

Por ZHANG XUEYING

A medida que las ventajas de la manufactura tradicional van desapareciendo de la competencia del mercado mundial, los productos científicos y de altas tecnologías son cada vez más acogidos por las compañías privadas chinas. “Al mismo tiempo que enfrentamos el aumento del precio de las materias primas y el costo de la mano de obra, tenemos que sufrir las limitaciones en el precio y calidad de los objetos de suministro de mercancías. No podemos liberarnos de esta situación cuando sólo fabricamos productos de tecnología punta”, expresó Cai Xianping, vicegerente de la Compañía Limitada de Altas Tecnologías Xinrong.

Transformación del modelo de altas tecnologías

Los datos de la Federación de Industria y Comercio muestran que en las 53 zonas de desarrollo económico del país, las empresas no estatales se han convertido en fuerzas principales, ocupando más del 70 por ciento del total de las compañías, que han conseguido a su vez importantes procesos en la renovación tecnológica. Durante el periodo 2000-2005, las empresas privadas de ciencia y tecnología obtuvieron 15 primeros premios y 115 segundos premios Progreso de la Ciencia y la Tecnología del Estado.

Expertos extranjeros aportan sus experiencias en una compañía de la provincia de Zhejiang.

Por su apariencia exterior, Xinrong, ubicada en el este de Jiangsu, no es llamativa. De hecho, es una empresa de tecnología de punta con un volumen de venta anual de 700 millones de yuanes y la única fábrica del mundo que oferta equipos de fundición y laminación continuas de precisión de tubos de cobre y equipos en conjunto, además de poseer completamente la propiedad intelectual independiente.

Poco después de su fundación, en 1994, con seis millones de yuanes como capital, los directivos de la compañía intentaban dirigirla solo hacia el puro procesamiento. Compraron en Japón un juego de líneas para la elaboración de tubos de cobre con rosca interna, fundamentales para la refrigeración de los aires acondicionados. Sin embargo, debido a que el equipamiento era muy viejo, el costo de los productos resultaba muy alto y las ventas no iban bien, por su baja tecnología.

“Quedamos en estado de quiebra”, destacó Cai. En China existen muchas empresas pequeñas y medianas que nacen y desaparecen rápidamente. “Queríamos transferir el capital o vender nuestros activos, un método habitual en el sector. Pero creíamos que este proyecto tenía su potencial”. La tecnología de los tubos de cobre roscados internos para la refrigeración quedaba en un espacio en blanco. Las fábricas chinas sólo podían comprar productos acabados, no tecnología, o comprar a un precio alto los equipos de producción.

Por fin en 1995, mediante estudios y análisis, Xinrong explotó la línea productiva de tubos de cobre roscados internos y logró “el primer cubo de oro”.

Mostrador del Grupo Xianda.

Después, abrieron las líneas de fundición y laminación de tubos de cobre precisos y la de materia prima para la línea de producción de esos conductos, que ganó 22 premios en inventos de nivel estatal. Actualmente sus producciones se venden a Japón, la República de Corea, Irán y otros países, siendo la primera empresa que exporta equipos en conjunto de la metalurgia.

Algunos estudios definen la posición vanguardista de Xinrong en el sector a nivel mundial, lo que atrajo a Mueller Industries Inc., empresa estadounidense líder en el procesamiento del cobre, con la que se formó una asociación mixta. La parte extranjera aportó el capital y la compañía china participó con su tecnología. Como resultado de esta fusión, los ingresos por concepto de ventas en 2007 superaron los 1.600 millones de yuanes.

En 2006 la empresa explotó un tipo de tubo compuesto de cobre y aluminio, en vez de los tubos de cobre puro que se utilizaban en los equipos de refrigeración. “Usar este tipo de material puede economizar el cobre en más del 80 por ciento, lo cual tenía un significado especial ante el veloz aumento de precio del mineral. Es decir, con este nuevo material, el valor del aire acondicionado lumidad bajaba en cien yuanes”, detalló Cai Xianping.

En la actualidad, Xinrong no carece de capital para analizar y explotar nuevos rubros. La meta de la compañía en los próximos tres años es que sus ingresos anuales sobrepasen los cinco mil millones de yuanes y alcanzar una importante influencia internacional en el área de procesamiento de metales no ferrosos.

Una trampa común

Después de pasar por la difícil etapa inicial, muchos empresarios consideran que pueden gozar del fruto de las altas tecnologías y sus empresas pueden desarrollarse estable y velozmente. Pero es justo en esa fase que muchas compañías decaen.

Xianda, de Shenyang, fundada en 1989, fue una de las primeras empresas privadas de tecnología de punta en el país. Ellos fabricaron el primer decodificador de código de barra de China. “Nos volvimos famosos, tanto que hasta los dirigentes del Estado visitaron nuestra fábrica”, recordó todavía orgulloso Liu Yichun, gerente general. El ingreso anual de las ventas llegó a los 300 millones de yuanes y la renta, a más de 40 millones en su apogeo, cifras consideradas “astronómicas” en aquel entonces, sobre todo para la propia compañía, que surgió con un capital de apenas dos millones de yuanes.

Lu Guanqiu, conocido empresario campesino de entonces, al dirigirse a la Asamblea Popular Nacional y la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, predijo que hasta el año 2000, tanto el valor productivo como la renta de las empresas privadas sustituirían las de las estatales y jugarían el papel de “hermano mayor” en el terreno de la economía nacional. Sus palabras sorprendieron a todos los delegados.

Xianda creó su maravilla en aquella década. Su tecnología de código de barra fue incluida en el Proyecto Antorcha, y a la compañía le fue concedida la distinción de Entidad de Promoción Importante. Posteriormente abrió 13 filiares y más de cien representaciones en todo el país y comenzó a invertir en bienes inmuebles y el sector de artículos electrodomésticos.

Por lo tanto, el Consejo de Administradores de Xianda propuso la estrategia de “tomar una industria como principal y gestionar varias al mismo tiempo”. La compañía se dedicaba en gran medida al área de bienes raíces y electrodomésticos. Además, gestionaba todo tipo de comercios. Empero, los consumidores chinos tenían una limitada capacidad de consumo, a lo que se sumaban la crisis financiera de 1997 y la competencia en el mercado, que se presentó muy aguda, por lo que no pudo menos del enviar investigadores a vender aires acondicionados. Pero el resultado fue tan poble como se había previsto.

Antes y después de 1999, se paró el taller de producción de aires acondicionados recién establecido, pues tanto el volumen de venta de la barra, como de la tarjeta IC disminuyó a 120 millones de yuanes. De 2000 a 2002, las pérdidas anuales de Xianda registraron alrededor de dos millones de yuanes.

En 2003 la compañía retomó su producción principal, y en 2007 su “control digital de la bomba de combustible para automóviles” ganó la patente de invento, siendo la cuarta lograda en los últimos años. Sin embargo, estas creaciones no permitieron recuperar el terreno perdido. Hoy, excepto sus servicios al cliente, prácticamente Xianda ya no existe.

Zhang Shaofei, quien intentaba desarrollar la empresa, expresó tristemente: “No usábamos dinero en los aspectos adecuados, sino que lo destinamos a pagar las deudas. Con el paso del tiempo, nuestra producción principal también fue desapareciendo”.

Carencia de directores sobresalientes

Shi Yuzhu, conocido empresario del sector privado.

Cuando la gente discutía sobre “el fracaso del tipo chino”, Wu Xiaobo, quien llevaba 20 años analizando las empresas privadas, afirmó: “Tenemos que reflexionar sobre ‘el carácter chino de los empresarios’”.

Según su punto de vista, durante dos décadas no se produjo un cambio radical en la constitución de los empresarios de compañías privadas en gestión y administración, lo cual se debió a dos factores: primero, la administración violó la lógica básica de los comercios cuando los empresarios enfrentaban riesgos. Segundo, las ganas de expansión de los empresarios. Para ellos es difícil distinguir entre “ambición” y “sueño”. Cualquier deseo que sobrepase el límite de capacidad posiblemente causará un resultado desastroso.

El fracaso de Shi Yuzhu, ejemplo típico

Shi Yuzhu figuraba en el octavo puesto entre las personas más ricas de China continental, según una relación dada a conocer por la revista Forbes, en 1995. Su Giants Group lanzó el primer software de computadora de mesa y laptop de idioma chino y computadora de chino por escrito y otros productos. Pero después de la quiebra de la Compañía de Computadoras Wang, de EE.UU., en 1993, Shi sostuvo que su empresa necesitaría un nuevo pilar industrial.

En 1994 empezó a penetrar el mercado de bienes inmuebles y no escatimó en invertir 1.200 millones de yuanes en la construcción de un edificio de 70 pisos, pues quería levantar el rascacielos más alto de China. Lo que sorprendió a la gente fue que durante los dos años de ejecución de la obra, Shi Yuzhu no solicitó ningún préstamo al banco y financió el proyecto con capital propio y lo que ganó por vender otros edificios. Puso todo el dinero disponible para la producción de la industria de software de computadoras y anuncios en función de la construcción del edificio, por lo que la opinión pública le consideró “loco”. Ellos creían que Shi no tenía suficiente dinero. Por fin, en 1997 el Giants Grupo entró en una crisis económica y la construcción del inmueble comenzó a detenerse.

“Llamamos la entonces meta de Giants ‘gran salto adelante’”, escribió un reportero en una entrevista con Shi Yuzhu en aquellos años. Pese a que en 1994 el valor productivo anual de la empresa no alcanzó los mil millones de yuanes, Shi exigió que la cifra llegara a 5.000 millones de yuanes en 1995 y sobrepasara los 10.000 millones en 1996. Sólo vimos este tipo de desarrollo en la época del ‘gran salto adelante’, a finales de la década del 50 del siglo pasado”.

El empresario volvió al sector comercial en el 2000. En 2005 se dedicó al negocio de los juegos en Internet, para el que el año previo había fundado Giant Interactive Group Inc. La compañía ha funcionado bien y ha logrado sobrepasar a Grand y Netease, para convertirse en la que mayores ingresos reporta entre sus similares. Al hablar de los éxitos, Shi siempre manisfiesta con calma: “Mis puntos de vista consisten en que prefiero perder 100 ocasiones a no invertir ninguna vez en un proyecto arriesgado”.

Hasta hoy día, el total de empresas de ciencia y tecnología privadas de China superan las 150.000. “Para las estatales, la tecnología de punta, tal vez, no es una buena oportunidad de ocupar un sitio importante en el mercado internacional. Tal vez los hombres de negocio y las empresas chinos tienen un largo camino por recorrer”, reflexionó Lang Xianping, uno de los diez economistas con más influencia en China.

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